FORMULAN
DENUNCIA
Señor
Fiscal:
Antonio Elio Brailovsky y Justicia Ambiental Asociación
Civil, Nro de Inscripción en trámite en la Inspección General de Justicia
Nº 1768713, representada en este acto por su presidenta Raquel Elizabeth Copa, domiciliados realmente en las calles Castro
1065, dto. 5, Ciudad de Buenos Aires y Perú 424 1ro. “B” de esta Ciudad ,
respectivamente, con el patrocinio de los Dres. Félix
Juan Rodolfo Isla Rodríguez Vissio, y, Hugo Néstor
Linares, CUIT IVA RI 20 08462050 6,
constituyendo el domicilio legal en la calle Av. De Mayo 1365 5to.
Contrafrente, también de esta Ciudad,
al Señor Fiscal decimos:
1.- Que queremos expresar nuestra preocupación ante
al publicación de la noticia de una investigación que descubrió la existencia de
residuos peligrosos en diversos productos lácteos de consumo masivo infantil,
información ésta que
de corroborarse implicaría la
presunta tipificación del delito de contaminación previsto en la ley 24051 sino
también en otros delitos tipificados por el Código Penal, como los descriptos por
sus artículos 173 inc. 1, 200, 201
y Concordantes.-
Para efectuar esta
denuncia acotamos tenemos personería suficiente, tanto por tratarse de los
delitos anteriores de acción publica, como ser Justicia Ambiental por sus
estatutos, una persona destinada a defender los intereses de los consumidores y
la salud.-
2. PRESUNTA
EXISTENCIA DE PLAGUICIDAS PELIGROSOS EN LÁCTEOS Y SUS CONSECUENCIAS EN LA
SALUD
Se trata de una investigación realizada en
la Universidad de Buenos Aires, cuya reseña fue difundida por CONICET, es decir,
dos fuentes absolutamente responsables e insospechadas de alarmismo. Adjuntamos
a la presente una copia de la mencionada
noticia.
El
citado informe fue distribuido el 30-03-06 por Universia de Argentina y se
titula: “Científicos de la UBA detectan
plaguicidas en lácteos para
chicos”.
En
el mismo se afirma que “Estudios
realizados por toxicólogos de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) detectaron la presencia de plaguicidas en
leches maternizadas, yogures y postres que consumen bebés y niños. Si bien los
investigadores anunciaron que existe una solución concreta al problema, lo
cierto es que se trata de tóxicos que fueron prohibidos hace ya tiempo en la
Argentina”.
La
doctora Edda Villaamil Lepori, profesora asociada de la cátedra de Toxicología y
Química Legal y directora del equipo de científicos, dice: "Analizamos 50 muestras de leches
maternizadas y 51 muestras de yogures y postres disponibles en el mercado.
Hallamos que solo el 10 por ciento de ellas estaba libre de los plaguicidas cuya
presencia queríamos detectar, dada su peligrosidad, especialmente para los bebés
y niños".
Es
decir, que había contaminación en el 90 por ciento de los alimentos estudiados,
que han dejado de ser entonces alimentos
genuinos o normales en el léxico del Código Alimentario Argentino, para
transformarse en alimentos contaminados.
Se
trata de plaguicidas organoclorados, cuyas características principales son las
que a continuación se detallan, ampliándose luego sobre las particulares de los
mismos, a saber:
·
Se
acumulan en los ecosistemas, y
·
Se
acumulan en el organismo de los seres vivos, incluidos los seres
humanos.
·
Son
peligrosos para la salud de los mismos.
Recordemos
que todos los plaguicidas son sustancias altamente tóxicas, ya que si no lo
fueran, no podrían cumplir con su función de matar a los insectos y otros
organismos que combaten. Veamos qué sustancias encontró la Universidad en los
lácteos que consumen nuestros hijos y qué implica la presencia de cada una de
ellas.
1.
La UBA encontró aldrin y dieldrin:
Los encontró en el 31,7
por ciento de las muestras analizadas. Aldrin y dieldrin son los nombres comunes
de dos compuestos estructuralmente similares que se usaron como insecticidas.
Ambos son sustancias químicas manufacturadas y no existen naturalmente en el
ambiente. Las dos sustancias químicas se tratan juntas porque el aldrin se
transforma en dieldrin cuando entra al ambiente o a nuestro cuerpo.
“Las plantas pueden
incorporar dieldrin del suelo y pueden acumularlo en las hojas y en las raíces.
Los (…) animales que comen materiales contaminados con dieldrin acumulan una
gran cantidad de dieldrin en el tejido graso”
[i]. Como la
leche tiene un alto contenido graso, la grasa de la leche puede acumular este
insecticida.
“La exposición de la
población general es probable que ocurra principalmente a través del consumo de
alimentos contaminados con aldrin o dieldrin. La exposición de algunos niños
ocurre a través de la alimentación con leche materna que contiene aldrin o
dieldrin. Los estudios en animales demuestran que tanto el aldrin como el
dieldrin entran rápidamente al cuerpo luego de la exposición. Una vez dentro del
cuerpo, el aldrin se transforma rápidamente a dieldrin. El dieldrin permanece
largo tiempo en la grasa corporal. El dieldrin puede transformarse a otros
productos. La mayor parte del dieldrin y de sus productos de degradación
abandonan su cuerpo en las heces. Algunos de los productos de degradación
también pueden abandonar el cuerpo en la orina. Puede tardar varias semanas o
años para que el compuesto se elimine completamente del
cuerpo”[ii].
Es decir que el dieldrin que haya
ingresado al organismo humano a través de lácteos contaminados puede llegar a
tardar varios años hasta ser eliminado completamente del cuerpo.
“El
aldrin y el dieldrin afectan la salud de manera similar. En personas que
estuvieron expuestas a cantidades muy altas de aldrin y dieldrin durante la
manufactura de estas sustancias se observaron síntomas de intoxicación. Lo mismo
se ha observado en personas que ingirieron o bebieron intencionalmente o
accidentalmente grandes cantidades de aldrin y dieldrin. La mayoría de estas
personas sufrieron convulsiones y otros efectos del sistema nervioso, y algunas
sufrieron daño del riñón. Algunas personas que ingirieron o bebieron
intencionalmente grandes cantidades de aldrin o dieldrin fallecieron. Los
efectos a la salud en personas expuestas a cantidades más bajas de aldrin o
dieldrin ocurrieron porque estas sustancias se acumularon en el cuerpo con el
tiempo. La exposición prolongada a niveles moderados de aldrin o dieldrin
produce dolores de cabeza, mareo, irritabilidad, vómitos o movimientos
musculares sin control. Cierta gente que es sensible parece desarrollar una
condición en la que el aldrin o el dieldrin hacen que el cuerpo destruya sus
propios glóbulos rojos”.(…) “Basado en estudios en animales, la EPA ha
determinado que el aldrin y el dieldrin son probablemente carcinogénicos en
seres humanos”.
“Los
resultados de estudios en animales demuestran que los niveles altos de aldrin y
dieldrin producen efectos sobre el sistema nervioso y los riñones similares a
los que se observan en seres humanos. Los resultados de estudios en animales
también demuestran efectos adicionales del aldrin y el dieldrin luego de
exposición a niveles más bajos por períodos más prolongados. No sabemos si estos
efectos también ocurren en seres humanos. Estos otros efectos del aldrin y del
dieldrin en animales incluyen alteraciones del hígado y reducción de la
capacidad para combatir infecciones. Además, los animales cuyas madres
consumieron grandes cantidades de aldrin o dieldrin no sobrevivieron por mucho
tiempo. Esto sucede, en parte, como consecuencia de la exposición de los
animales recién nacidos al aldrin o al dieldrin contenidos en la leche materna.
Algunos estudios han demostrado que el aldrin y el dieldrin pueden dañar los
espermatozoides”.
“Los
niños pueden estar expuestos al aldrin o al dieldrin de la misma manera que los
adultos, principalmente a través del consumo de alimentos contaminados con
aldrin o dieldrin, Los adultos y los niños que tragaron (accidentalmente o
intencionalmente) cantidades de aldrin o dieldrin mucho más altas que las que se
encuentran en el ambiente sufrieron convulsiones y algunos fallecieron”.
“Algunos
estudios en animales han demostrado que las hembras a las que se administró
aldrin o dieldrin en forma oral tuvieron un número menor de crías. Otros
estudios han demostrado que grandes cantidades de aldrin dañan los testículos,
pero no se sabe si esos altos niveles afectan la capacidad de los animales para
reproducirse. Los animales preñados a los que se administró aldrin o dieldrin en
forma oral tuvieron algunas crías que pesaron menos al nacer y algunas con
alteraciones del esqueleto. Debido a que estos efectos ocurrieron en animales,
es posible que también ocurran en seres humanos. El aldrin y el dieldrin pueden
cruzar la placenta. El dieldrin se ha encontrado en la leche materna”.
2.
La UBA encontró DDT:
Lo
encontró en el 53,3 por ciento de las muestras analizadas. El
DDT (diclorodifeniltricloroetano) es un plaguicida usado extensamente en el
pasado para controlar insectos en cosechas agrícolas e insectos portadores de
enfermedades tales como la malaria y el tifus.
El DDT se degrada
lentamente, generalmente por la acción de microorganismos. Esa lentitud hace que
permanezca en el suelo por mucho tiempo, posiblemente cientos de años. El DDT en
el suelo también puede ser absorbido por algunas plantas y por animales o por
personas que consumen esas plantas.
El
DDT se almacena en los tejidos grasos y puede ingresar al cuerpo a través de
lácteos contaminados. “Los metabolitos del DDT abandonan el cuerpo
principalmente en la orina, pero también pueden eliminarse en la leche materna y
así pasar directamente a los bebés que lactan”
[iii].
Esto significa que las madres que hayan ingerido lácteos contaminados pueden
transmitir la contaminación a los bebés que amamantan. El DDT en la leche
materna puede acortar el período de lactancia. Las mujeres embarazadas
contaminadas con DDT tienen mayores probabilidades de tener un bebé prematuro
también aumentaban.
“Los estudios de exposición prolongada a cantidades
moderadas de DDT (20-50 mg por kilogramo [kg] de peso al día) en animales han
demostrado que el DDT puede afectar el hígado. Los estudios en animales también
sugieren que la exposición breve al DDT y a los metabolitos en los alimentos
puede afectar adversamente la reproducción. Más aún, sabemos que ciertos
productos de degradación del DDT pueden causar efectos perjudiciales sobre la
glándula adrenal. Esta glándula está situada cerca del riñón y produce hormonas
(sustancias producida por órganos y liberadas a la corriente sanguínea para
regular la función de otros órganos)”.
“Los estudios
en animales han demostrado que la exposición oral al DDT puede producir cáncer
del hígado. Basado en toda la evidencia disponible, el Departamento de Salud y
Servicios Humanos (DHHS) ha determinado que es razonable predecir que el DDT es
un carcinógeno en seres humanos. Asimismo, la Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer (IARC) ha determinado que el DDT es posiblemente
carcinogénico en seres humanos. La EPA ha determinado que el DDT, DDE y DDD son
probablemente carcinogénicos en seres humanos”.
El
DDT puede pasar de la madre al feto a través de la placenta. El DDT se ha
detectado en el líquido amniótico, en la placenta de seres humanos, en el feto y
en la sangre del cordón umbilical. El DDT también se ha detectado en la leche
materna, por lo tanto, los niños que lactan también están expuestos al DDT. Los
estudios en animales han demostrado que la administración de DDT durante la
preñez puede retardar el crecimiento del feto.
La
exposición al DDT o a sus metabolitos durante el desarrollo puede alterar el
funcionamiento de los sistemas reproductivo y nervioso. Esto parece ser causado
por la capacidad del DDT o de sus metabolitos para imitar la acción de hormonas
naturales. Un estudio demostró que la exposición de ratones al DDT durante las
primeras semanas de vida produce problemas de comportamiento en exámenes
realizados a los 4-5 meses de edad. Estos estudios suscitan preocupación de que
la exposición temprana al DDT pueda causar efectos perjudiciales permanentes o
que se manifiestan mucho después que la exposición ha
terminado.
3.
La UBA encontró endosulfán:
Lo encontró en el 9,9 por ciento de
las muestras analizadas. El endosulfán es un insecticida
artificial que puede acumularse en ecosistemas y grasas animales. El endosulfán pasa lentamente del
estómago a los tejidos del cuerpo después de ingerirlo.
“Mediante su efecto sobre el
cerebro, el endosulfán en altas concentraciones puede afectar indirectamente la
actividad del corazón y de los pulmones. Otros efectos que se han observado en
animales después de exposición breve a altos niveles de endosulfán incluyen
efectos al estómago, la sangre, el hígado y los riñones. Un estudio en animales
sugirió que es posible que las exposiciones relativamente prolongadas afecten la
capacidad del cuerpo para combatir infecciones; sin embargo, esto no se ha
demostrado directamente. Los riñones, los testículos y posiblemente el hígado
son los únicos órganos afectados en animales de laboratorio luego de exposición
prolongada a bajos niveles de endosulfán. La gravedad de estos efectos aumenta
cuando los animales son expuestos a concentraciones más altas de endosulfán.
Debido a que estos efectos han ocurrido en animales, también pueden ocurrir en
seres humanos. Un número limitado de estudios en animales no han producido
evidencia de cáncer. Algunos estudios en animales han demostrado que el
endosulfán puede dañar el material genético de las células”[iv].
4.
La UBA encontró heptacloro y su similar heptacloro
epóxido:
Lo encontró en el 57,4
por ciento de las muestras analizadas.
Lo encontró en el 57,4 por ciento de las muestras analizadas. Estos
tóxicos tienen un comportamiento en el ambiente similar a los ya mencionados. En
animales que ingirieron heptacloro se ha observado daño del hígado,
excitabilidad y disminución de la fertilidad. Los efectos son más severos cuando
los niveles de exposición son altos y la exposición dura varias
semanas.
“La
exposición de por vida de animales al heptacloro produjo tumores en el hígado.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y la EPA han
clasificado al heptacloro como posiblemente carcinogénico en seres
humanos” [v].
“Los
animales expuestos al heptacloro durante la gestación y la infancia pueden ser
muy sensibles a los efectos de estas sustancias. En estos animales se observaron
alteraciones del sistema nervioso y sistema inmunitario. La exposición de
animales a dosis más altas de heptacloro también puede producir pérdida de peso
y la muerte de las crías recién nacidas”.
5.
La UBA encontró también hexaclorobenceno:
Lo encontró en el 9,9
por ciento de las muestras analizadas. “Luego de entrar al cuerpo, el
hexaclorobenceno es distribuido rápidamente a muchos tejidos a través de la
sangre, especialmente al tejido graso. Esto tarda probablemente unas pocas
horas. Basado en los resultados de un estudio de esta sustancia en los tejidos
de la población general, el hexaclorobenceno permanecerá en su cuerpo,
especialmente en la grasa, durante años. Una gran porción del hexaclorobenceno
en la grasa de un mujer puede ser transferida a su bebé en la leche materna.
Durante el embarazo, esta sustancia puede ser transferida al feto a través de la
sangre de la madre. La mayor parte del hexaclorobenceno abandona el cuerpo en
las heces y cantidades más pequeñas se encuentran en la
orina” [vi].
“En un estudio de gente
en Turquía que comió durante varios años cereales contaminados accidentalmente
con hexaclorobenceno, se observó una alta incidencia de muertes en niños cuyas
madres comieron los cereales y también en niños que comieron los cereales
directamente. Los niños que lactan pueden correr un riesgo mayor debido a la
transferencia de hexaclorobenceno a través de la leche materna si las madres han
estado expuestas a esta sustancia. Los fetos también pueden correr un riesgo
mayor debido al traspaso de hexaclorobenceno a través de la sangre materna
durante el embarazo. Esto ha sido confirmado en experimentos en
animales”.
“La
gente en Turquía, mencionada anteriormente, contrajo una enfermedad del hígado
llamada porfiria cutánea tarda. (…) Esta enfermedad puede producir orina de
color rojo, llagas en la piel, cambio de color de la piel, artritis y problemas
del hígado, el sistema nervioso y el estómago. Los estudios en animales también
han demostrado que comer hexaclorobenceno durante un largo tiempo puede dañar
principalmente el hígado, la tiroides y el sistema nervioso, (…) puede dañar los
huesos, los riñones, la sangre, y los sistemas inmunitario, endocrino (que
libera hormonas) y nervioso. El feto y los niños de corta edad pueden ser más
sensibles a estos efectos que los adultos”.
“La
EPA ha determinado que el hexaclorobenceno es probablemente carcinogénico en
seres humanos”.
“Los
bebés y niños de corta edad parecieron ser especialmente sensibles a los efectos
del hexaclorobenceno en la epidemia de intoxicación con cereales contaminados en
Turquía. Los niños alimentados con leche materna de madres que consumieron el
pan contaminado contrajeron una enfermedad conocida como "ulceración rosada." Se
le dio este nombre a la enfermedad por las lesiones producidas en la piel. Los
niños mayores de 2 años de edad no contrajeron ulceración rosada, pero más
adelante desarrollaron numerosas anormalidades de la piel, el sistema nervioso y
los huesos”.
Un
estudio “encontró niveles de hexaclorobenceno más altos en el tejido graso de
niños varones que tenían un defecto de nacimiento específico, testículos sin
descender, que en el tejido graso de niños normales. Los estudios en animales
también sugieren que los animales jóvenes expuestos al hexaclorobenceno antes y
al poco tiempo de nacer son especialmente sensibles a esta sustancia. Los
estudios en animales también demostraron que el hexaclorobenceno afecta varios
órganos endocrinos, incluyendo a las glándulas tiroides (hipotiroidismo),
paratiroides (hiperparatiroidismo), adrenal, y los
ovarios”.
6.
La UBA también encontró hexaclorociclohexano
(HCH):
Lo
encontró en el 53,3 por ciento de las muestras analizadas. “La
administración de HCH a animales ha producido convulsiones, y animales que
recibieron HCH cayeron en coma. Pueden producir efectos en el hígado y del riñón. En animales
tratados en forma oral se observó una reducción de la habilidad para combatir
infecciones, y también se observaron lesiones en los ovarios y los
testículos” [vii].
La
Agencia Internacional para la Investigación del Cancer (IARC) ha clasificado al
HCH como posible carcinógeno en seres humanos.
“Se
ha demostrado que el HCH puede atravesar la placenta en mujeres embarazadas. El
HCH se ha detectado en leche materna, lo que sugiere que puede ser transferido a
los bebés de mujeres que lactan”.
7.
La UBA también encontró clordano.
Lo
encontró en el 28,7 por ciento de las muestras
analizadas.
“El
clordano efecta el sistema nervioso, el sistema digestivo y el hígado en seres
humanos y en animales. En gente que respiró aire con altos niveles de clordano,
o que tragaron accidentalmente pequeñas cantidades de clordano se observaron
dolores de cabeza, irritabilidad, confusión, debilidad, problemas de la vista,
vómitos, calambres estomacales, diarrea e ictericia. En seres humanos, ingerir
grandes cantidades de clordano puede producir convulsiones y causar la muerte”[viii].
“Un
individuo que tuvo contacto prolongado a través de la piel con altos niveles de
clordano en tierra contaminada sufrió convulsiones. En Japón, algunos
trabajadores que utilizaron clordano por largo tiempo sufrieron alteraciones
leves del hígado”.
“Animales
a los que se les administró brevemente altas cantidades de clordano en forma
oral fallecieron o sufrieron convulsiones. En animales de laboratorio, la
exposición prolongada causó daño del hígado”.
“No
sabemos si la exposición a clordano afecta la capacidad para reproducirse o si
produce defectos de nacimiento en seres humanos. En animales expuestos antes de
nacer o a través de la leche materna se observaron alteraciones en el
comportamiento más adelante”.
LA SITUACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS
ENCONTRADAS.
La
suma de porcentajes es mayor del 100 por ciento, ya que en muchos casos se
encontró más de un tóxico en la misma muestra, lo que potencia sus efectos
nocivos sobre el organismo humano.
Los
plaguicidas encontrados en lácteos son sustancias peligrosas que tienen en común
el haber sido prohibidos en la República Argentina en razón de su peligrosidad
(Ver el cuadro adjunto: “Situación
legal de varios plaguicidas”).
Por
esta razón, no puede argumentarse que exista un umbral admisible para su
presencia en lácteos. Al
respecto, el Código Alimentario Argentino fija cantidades admisibles para
residuos peligrosos de plaguicidas en lácteos (artículo 556). Se da la paradoja
de que se admiten en lácteos infantiles productos que no se admiten en el país.
Las
normas vigentes establecen que la única cantidad aceptable de estos productos en
cualquier
depósito de la
República Argentina es cero. Por consiguiente, ésa es la única cantidad
que
consideramos aceptable
en los lácteos que ingieren nuestros hijos.
UNA AMENAZA A LA SALUD PÚBLICA.
Nos
parece, señor Fiscal, que estamos ante una grave amenaza para la salud pública.
Se han encontrado sustancias que en el largo plazo pueden provocar graves
enfermedades, contaminando alimentos para niños de consumo masivo. Es decir, que
pueden ser ingeridos por millones de niños.
En
nuestra opinión (y de confirmarse la información suministrada por CONICET y la
UBA) podríamos encontrarnos ante delitos tipificados por los artículos 200 y
siguientes del Código Penal (Capítulo: “Delitos contra la salud
pública”).
El
mismo capítulo tipifica como delito el distribuir productos que puedan ser
nocivos para la salud sin advertir sobre los riesgos que presentan. En ninguno
de los productos analizados por la UBA su fabricante realizaba esta
advertencia[ix].
También
el Art. 173 inc. 1 del Código Penal, califica como conducta delictiva defraudar
en la calidad o sustancia de una cosa que es entregada en virtud de un contrato
y claro está los consumidores compraron alimentos genuinos y normales y se les
entregó una calidad menor y contaminada de los
mismos.-
Al
respecto queremos señalar que la bibliografía especializada hace años que
hablaba del problema de los residuos de plaguicidas en la leche argentina. Por
ejemplo, en una publicación de un instituto especializado del Banco
Interamericano de Desarrollo, se cita como ejemplo de “exportador exitoso” a una
de las grandes empresas lácteas de nuestro país. De ella decían en 1990 que “la
empresa tiene dos plantas exclusivamente dedicadas a producir quesos para
exportar a EE.UU., país donde admiten muy baja tolerancia a los
pesticidas”
[x].
Es decir que su estrategia fue seleccionar partidas de leche sin residuos de
plaguicidas, que fueran aceptadas por el gobierno norteamericano, de lo cual se
deduce que se enviaban al mercado interno las que estaban contaminadas.
En
otras palabras, que en ese momento las empresas del sector conocían la
existencia del problema y además podían enorgullecerse de solucionarlo cuando
encontraban alguien que se lo exigía.
Por
esta razón, creíamos que el problema se había solucionado hace muchos años. Nos
desconcierta que nuestras instituciones científicas nos digan que hay
empresas
que continuarían distribuyendo
productos lácteos con residuos peligrosos.
3.- PRUEBA
Como
tal sugerimos al señor Fiscal mande producir las
siguientes
3.1.
DOCUMENTAL
Ordene
que agreguemos los documentos mencionados en este escrito y el Estatuto de
Justicia Ambiental.-
Requiera
a la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires remita
todos los estudios, con identificación de las muestras utilizadas, sus marcas y
fabricantes; identificados en este escrito.-
3.2.
PERICIAL
3.2.1. MEDICA, BIOLOGICA, y BIOQUÍMICA: Se requerirá al
Cuerpo Médico Forense emita dictamen sobre si comparte las afirmaciones de mi
parte con relación a los distintos contaminantes detallados en la demanda, si no
lo hace justifique científicamente su postura. Si lo hace amplíe sobre las
características, efectos en seres vivos, permanencia en los mismos, y
peligros para la salud, definiendo
a esta última según lo que ha hecho en su preámbulo la OMS.-
3.2.
TESTIMONIAL
- Se cite a los autores del informe a declarar sobre la autenticidad del
documento base de esta denuncia, y a ampliar la misma en el caso sea pertinente,
entre otros:
Dra. Edda Villaamil Lepori, profesora asociada de la cátedra de
Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) para que dé cuenta de los detalles de la
mencionada investigación e informe de las empresas involucradas. Se requerirá a
la Facultad mencionada indique el domicilio real de la
testigo.-
3.3.
INFORMATIVA.-
Se
requiera a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología
Médica (ANMAT), el SE:NA:SA, y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, informen si han iniciado en la órbita de sus competencias sumarios por
los hechos que aquí se denuncian, en su caso remitan copia de los
mismos.-
4.
PETITORIO
Por todo lo antedicho, solicitamos:
1.
Se
nos tenga por presentados, por parte y constituido el
domicilio.-.
2.
Se
nos cite a ratificar esta denuncia y acompañar la documentación del
caso.-
3.
Se
convoque como parte interesada al Defensor del Pueblo de la
Nación.
4.
Se
convoque al Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en su
carácter de Autoridad de Aplicación
de la Ley Nacional de Residuos Peligrosos.
5.
En
caso de confirmarse la información mencionada, se prosiga con la investigación
sobre las responsabilidades penales.
[i]
Fuente: “Aldrin-dieldrin, Ficha
toxicológica”. ToxFAQs
ATSDR – Department of Health and Human Services – Agency for Toxic Substances
& Disease Registry. Gobierno
de los Estados Unidos. (Disponible en Internet)
[ii] Fuente: Idem
anterior.
[iii]
Fuente: “DDT, Ficha
toxicológica”. ToxFAQs
ATSDR, idem anterior.
[iv]
Fuente: “Endosulfán, Ficha
toxicológica”. ToxFAQs
ATSDR, idem anterior.
[v]
Fuente: “Heptacloro, Ficha
toxicológica”. ToxFAQs
ATSDR, idem anterior.
[vi]
Fuente: “Hexaclorobenceno, Ficha
toxicológica”. ToxFAQs
ATSDR, idem anterior.
[vii]
Fuente: “Hexaclorociclohexano, Ficha
toxicológica”. ToxFAQs
ATSDR, idem anterior.
[viii] Fuente:
“Clordano”. ToxFAQs
ATSDR, idem anterior.
[ix]
Sería equivalente a la advertencia que formulan los fabricantes de cigarrillos
cuando colocan una leyenda que dice “El
fumar puede ser perjudicial para la salud”.
[x]
Instituto para la Integración de América Latina (INTAL) - Banco Interamericano
de Desarrollo: “Exportadores Exitosos
de América Latina”, Buenos Aires, 1990. (Artículo sobre la empresa
Sancor).
LA DENUNCIA HA SIDO PRESENTADA EN EL JUZGADO DE INSTRUCCION 25, A
CARGO DE LA DRA. SUSANA PARADA, SECRETARIA 161 A CARGO DEL DR. CESAR
AUGUSTO TRONCOSO, FISCAL DR. DAMIAN KISZEMBAUM CON NUMERO DE EXPEDIENTE
40308/2006
EL JUZGADO QUEDA EN PALACIO DE TRIBUNALES, EN EL 5TO PISO ASCENSOR 1 Y LA
FISCALIA EN PARAGUAY 1536
SITUACIÓN LEGAL DE LOS PLAGUICIDAS ENCONTRADOS EN LÁCTEOS
INFANTILES
|
SUSTANCIA |
NORMATIVA |
COMENTARIOS |
ALDRIN |
Sanidad
Vegetal: Decreto 2121/90 |
Prohibición
total. |
CLORDANO |
Sanidad
Vegetal: Resolución 513/98 |
Prohibición
total. |
Sanidad
Animal: Decreto 2143/68; Ley 18073/69; Decreto
26778/69 |
|
Salud
Pública (ANMAT): Disposición 7292/98 |
Prohibido
en insecticidas domisanitarios. |
DDT |
Sanidad
Animal: Decreto 2143/68 |
Prohibido
su uso en bovinos y porcinos. |
Sanidad
Vegetal: Decreto 2121/90 |
Prohibición
total. |
Salud
Pública: Resolución 133/91 |
Prohibición
total para Salud Humana. |
Salud
Pública (ANMAT): Disposición 7292/98 |
Prohibido
en insecticidas domisanitarios. |
DIELDRIN |
Sanidad
Animal/Vegetal: Ley 22.289/80. |
Prohibición
total. |
ENDOSULFÁN |
Secretaría
de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires.
Resolución 2864/ 2005 |
Prohíbe
el ingreso a la provincia de cualquier residuo que lo
contenga |
ENDRIN |
Sanidad
Vegetal: Decreto 2121/90 |
Prohibición
total. |
HCB
(HEXACLORO CICLOBENCENO) |
Sanidad
Vegetal: Resolución 750/00 |
Prohibición
total. |
HEPTACLORO |
IASCAV:
Resolución 27/93 |
Todos
los usos cancelados. |
Salud
Pública (ANMAT): Disposición 7292/98 |
Prohibido
en insecticidas domisanitarios. |
HCH
(HEXACLORO CICLOHEXANO) |
Sanidad
Animal /Vegetal: Ley 22289/80. |
Prohibición
total. |
Salud
Pública (ANMAT): Disposición 7292/98 |
Prohibido
para su uso en insecticidas domisanitarios |
LINDANO |
Sanidad
Vegetal. Resolucion 513/98 |
Prohibición
total. |
Salud
Pública (ANMAT): Disposición 7292/98 |
Prohibido
en insecticidas
domisanitarios. |


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29/03/2006
Científicos de la UBA detectan plaguicidas en
lácteos para chicos
Estudios
realizados por toxicólogos de la Facultad de Farmacia y
Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) detectaron la presencia de plaguicidas en
leches maternizadas, yogures y postres que consumen
bebés y niños. Si bien los investigadores anunciaron que
existe una solución concreta al problema, lo cierto es
que se trata de tóxicos que fueron prohibidos hace ya
tiempo en la Argentina.
"Analizamos
50 muestras de leches maternizadas y 51 muestras de
yogures y postres disponibles en el mercado. Hallamos
que solo el 10 por ciento de ellas estaba libre de los
plaguicidas cuya presencia queríamos detectar, dada su
peligrosidad, especialmente para los bebés y niños",
explicó la doctora Edda Villaamil Lepori, profesora
asociada de la cátedra de Toxicología y Química Legal y
directora del equipo de
científicos.
Tal
como dio a conocer Amalia Dellamea, del Centro de
Divulgación Científica de la Facultad, los
investigadores buscaban detectar la presencia de
residuos de plaguicidas, algunos de los cuales fueron
prohibidos ya hace tiempo en la Argentina, y de otras
sustancias tóxicas cuyo uso se halla estrictamente
restringido.
"Si
bien estudiamos un conjunto amplio de componentes de
diversos plaguicidas, centramos la atención en los
plaguicidas organoclorados, conocidos por las siglas
POC, puesto que son extremadamente persistentes y se
acumulan en la cadena alimentaria", relató
Villaamil.
La
sustancia en cuestión, el DDT, prohibido en la Argentina
hace más de una década por el Servicio Nacional de
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) sigue dejando
rastros en diversos alimentos, pero principalmente en la
leche humana y la vacuna. Los POC son tan persistentes
que pueden seguir apareciendo en alimentos aun 40 años
después de que ya no se utilicen.
"La
leche es una vía de eliminación de los POC, pero es
también, y primordialmente, una vía de exposición de los
bebés y niños a estos potentes tóxicos. De hecho, el
grupo más sensible son los recién nacidos y los niños de
corta edad, y recién después los adultos", señaló la
especialista de la UBA.
Los
lactantes y niños consumen más calorías por unidad de
peso corporal que los adultos. Pero, más grave aún,
consumen una variedad muy restringida de alimentos.
Tanto es así que, para los lactantes, la única fuente de
nutrientes es la leche materna o las fórmulas infantiles
elaboradas sobre la base de leche
vacuna.
Para
los chicos de seis meses en adelante, que comienzan a
consumir dietas mixtas, la leche y otros productos
lácteos, como yogures y "postrecitos" siguen siendo
componentes mayoritarios de la dieta. Entonces, si se
considera que la leche materna y de vaca constituyen
vías de eliminación privilegiadas de plaguicidas
organoclorados, puede comprenderse cabalmente la
gravedad del problema. "Los bebés y niños están
expuestos 10 veces más que los adultos a los efectos de
estos residuos tóxicos", recalcó
Villaamil.
El
International Life Science Institute (ILSI) advirtió en
2001 que la exposición prenatal y de niños pequeños a
los POC está relacionada con deficiencias en el
desarrollo neurológico y con la frecuencia de bajo peso
corporal.
Si
bien los residuos de plaguicidas detectados con mayor
frecuencia en las muestras de lácteos que estudiaron los
investigadores argentinos eran el heptacloro y su
metabolito el epóxido de heptacloro --presentes en el
57,4 por ciento de las muestras-- no fueron los únicos
tóxicos residuales. "Otras sustancias persistentes
detectadas fueron: en el 53,3 por ciento el grupo del
HCH (hexaclrociclohexano); en el 31,7, DDT total y
aldrin-dieldrin; en el 28,7, clordano; en el 18,8,
endrin; y en el 9,9, endosulfán y HCB
(Hexaclorobenceno)", explicó
Villaamil.
Pero,
afortunadamente, postulan los investigadores, existe
solución: si alrededor del 10 por ciento de las muestras
estudiadas no exhibió la presencia de plaguicidas,
quiere decir que los productores de lácteos destinados a
bebés y niños, y en especial de leches infantiles,
deberán tener la cautela de seleccionar partidas de
materias primas libres de tóxicos para elaborar
productos infantiles. "Con lo que ?concluyó la
especialista- estaríamos seguros de no exponer a los
chicos a estas peligrosas sustancias
tóxicas".
Fuente:
CDC Farmacia y Bioquímica
UBA
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