Queridos amigos:
Con mucha frecuencia, los temas de economía son vistos como complejos,
difíciles o aún inaccesibles. Esto tiene que ver con una cierta lógica de
pensamiento y un cierto lenguaje especializado, que alude a cuestiones que no
parecen ser de dominio público.
Las personas preocupadas por las cuestiones ambientales intuyen la
importancia de lo económico en las decisiones que inciden sobre el ambiente. Sin
embargo, lo más frecuente son explicaciones de tipo genérico, que aluden a
intereses creados pero sin detallar los mecanismos por los cuales actúan dichos
intereses. Algo semejante ocurre con los cursos de gestión ambiental, en los
cuales las asignaturas de economía ambiental suelen ser vistas como una especie
de mal inevitable.
Son frecuentes las propuestas ecologistas que suponen implícitamente
sociedades idealizadas, en las cuales dichos intereses no existen o,
simplemente, no actúan. Recíprocamente, cualquier forma de gestión ambiental
requiere un ajustado conocimiento de los obstáculos que se generan y,
simultáneamente, de las herramientas económicas para la
gestión.
Para analizar estos conflictos, acabo de publicar, en coautoría con Jésica Timm, el libro "Economía
y Medio Ambiente, una relación difícil".
Este libro está destinado a aquellas personas interesadas por el ambiente
y la gestión ambiental que comprenden la necesidad de reforzar esta faceta de su
formación. Existen obras académicas que ponen el acento en los problemas
teóricos de esta disciplina. No es ése nuestro objeto de estudio. Lo que nos
interesa es trabajar sobre aquellos aspectos económicos que pueden incidir en la
gestión ambiental.
Allí hablamos de la forma en que las noticias de economía pueden
afectar la calidad de nuestro ambiente y la conservación de los recursos
naturales.
Cada vez que se destruye un bosque nativo o se descubre el tráfico ilegal
de fauna silvestre, cada vez que sabemos del uso de sustancias químicas
peligrosas o de episodios de contaminación, alguien dice: “lo hacen porque eso
es un gran negocio”. Pero no siempre podemos ir mucho más allá de esa afirmación
genérica. ¿Por qué puede ser más negocio destruir que conservar? ¿Podemos lograr
que sea al revés y que el buen negocio sea el uso sustentable de los recursos
naturales?
Por supuesto que nuestra relación con la naturaleza no se agota en los
aspectos económicos, como pretenden quienes representan algunos intereses
particulares. El vínculo de los humanos con su entorno es extraordinariamente
complejo e incluye infinitas facetas que no se pueden medir. Desde los
sentimientos de elevación que genera la contemplación de un paisaje hasta la
necesidad de conservar los sitios sagrados de determinadas culturas. Desde la
investigación científica hasta la inspiración artística, hay innumerables
situaciones que no pueden reducirse a la pregunta: ¿cuánto pagaría usted por
conservar este paisaje?
Este libro trata acerca de las difíciles relaciones entre ecología y
economía, la más conflictiva faceta de la relación naturaleza-sociedad, un tema
que cada cultura debe resolver según sus peculiaridades.
“Oikos” (la casa, en griego) es la raíz común de las palabras
ecología y economía. La ecología estudia la casa del hombre; la economía la
administra. Parecería sencillo complementarlas, ya que hablan de la misma cosa.
Pero en nuestra época, el deterioro del medio ambiente muestra el alto grado de
conflicto entre el uso productivo de la naturaleza y su
conservación.
Hace poco tiempo, en muchos países del Tercer Mundo, la ecología y el
ambiente parecían temas vacantes. Nadie hablaba de ellos, salvo para aludir a
las preocupaciones del mundo desarrollado y destacar lo lejos que estábamos de
ellas. Hoy, por el contrario, todos hablan de
ecología.
El medio ambiente asegura rating en los medios de comunicación
masiva, y aplausos y votos en los foros políticos, aunque no sean muchos los
dirigentes de los países del Sur que lo hayan
registrado.
Ahora bien, dado el formidable avance en la conciencia pública sobre el
tema, cabría suponer que de inmediato se tomarían medidas de prevención y
saneamiento ambiental.
Sin embargo, hasta ahora existe un notorio desajuste entre la forma en
que la sociedad percibe su ambiente y las actuaciones concretas en materia
ambiental. Este libro se propone ayudar a reflexionar sobre las razones
económicas de este distanciamiento.
En esta entrega ustedes reciben:
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La referencia del libro "Economía y Medio
Ambiente, una relación difícil", y el contacto con el editor,
para quienes quieran adquirirlo.
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La obra de arte que acompaña esta entrega es "Double Check", del norteamericano John Seward Johnson, una escultura en bronce hecha en
1982. Representa un ejecutivo revisando su maletín. Estaba junto a las Torres
Gemelas y sobrevivió a su destrucción, el 11 de septiembre de 2001.
¿Sobrevivirá nuestro sistema económico a la crisis ambiental?. O,
recíprocamente, ¿sobrevivirá nuestro sistema ambiental a la crisis
económica?
Un gran abrazo a todos.
Antonio Elio Brailovsky

John Seward Johnson: "Double check", bronce, 1982,
en las ruinas de las Torres
Gemelas