nş 149
En este Correo:
*Presentación
*Opiniones imprudentes sobre la situación de
Venezuela, Andalucía
Libre
*Venezuela:
Entre la Cuarta y la Quinta República.
Reinaldo
Bolívar
*Enlaces
venezolanos.
*Solidaridad con Palestina,
*Directorio,
Música,
--oOo--
Presentación.
No es nuestra practica
normal remitir Boletines monográficos sobre un tema, además al poco
de haber sido tratados y menos aún reproduciendo una nota previamente
remitida a diferentes listas, en este caso de Venezuela. Pero tampoco la
situación de Venezuela es normal.
En muchas ocasiones hemos
explicitado aquí nuestras carencias. Ahora queremos nuevamente
compartirlas, a la luz de lo que abajo escribimos. Nuestras pretensiones y
motivaciones están descritas en su párrafo introductorio y nuestras
limitaciones pueden observarse en su cuerpo. No damos más de sí. Pero, con
todo, nos pareció que la situación venezolana merecía el riesgo, el
atrevimiento, la imprudencia... y aquí y ahora, sobre todo, la llamada de
atención.
Para resumir la trayectoria
del proceso bolivariano, reproducimos también un articulo de Reinaldo Bolívar, publicado en
Rebelión.
En nuestro próximo numero -si
la actualidad lo permite- retomaremos nuestro diseño regular y especialmente
el seguimiento de nuestras temáticas nacionales. Saludos.

Opiniones imprudentes sobre la
situación de Venezuela
Andalucía
Libre
Texto
remitido a las listas bolivarianas venezolanas: Café Chavista; Círculos
Bolivarianos; Comunicación Alternativa; Expresión Cívica; Revolución Bolivariana
y TopVenezuela. miércoles, 11 de diciembre de 2002
18:53
Tómense lo que a continuación se escribe de una
manera distanciada y critica. Es sólo un ejercicio fraternal de puesta en común
de inquietudes, elaborado desde la distancia y seguramente desde el
desconocimiento, que en absoluto pretende sustituir o pontificar y además,
para mayor pecado, redactado a toda prisa. No teniendo crédito previo
no tememos desacreditarnos a fuerza de osados, errados o imprudentes. Son solo
unas cuantas notas que ni a articulo llegan. Tómenlo pues como un estimulo
polémico o como un aporte sin ninguna pretensión. Puede que se digan
aquí muchas tonterías; no nos las tengan en cuenta, si les parece. Si hay
algo que merezca la pena, en todo caso, saquen de aquí la confirmación o una
nueva perspectiva sobre un aspecto o una interpretación que muy posiblemente ya
habrán leído o habran pensado por si mismos a partir de su propia
experiencia. Sólo nos anima, en ultima instancia, la identificación con lo
más profundo de lo que allí se intenta defender y sobre todo construir y la
convicción de que el momento exige tanta sinceridad, como honestidad y decisión
y que pensamiento, debate y acción han de ir de la
mano.
1. El pasteleo es el inicio de la
derrota.-
Venezuela
tiene su Constitución, fruto de un proceso de movilización popular vertido en
una elaboración constituyente impecable de indudable y sólida legitimidad
democrática, incluso desde los más restrictivos parámetros de la ideología
liberal. No es una Constitución socialista, desde luego, pero sí
democráticamente radical.
Si frente a
la presión golpista contrarrevolucionaria, se altera esa normativa -como
indican, afirman o insinúan despachos de agencia e informaciones de cierta
prensa- para pactar un adelantamiento electoral o refrendatario, se estará -que
nadie se equivoque- no obteniendo un aplazamiento o una prorroga, sino
abriendo paso a un repliegue general desordenado que puede muy probablemente
conducir a una acelerada descomposición de las filas populares en los terrenos
emotivo, político y social. ¿Quien podrá asegurar que esta no es sólo la primera
de una interminable cadena de renuncias?.
Este es uno
de esos momentos y coyunturas históricas en donde todo lo que retrocede una
parte implica un avance de la contraria. Y cada oscilación, por encima de la
literatura conciliadora que pueda intentar encubrirla o justificarla, es y
será valorada y medida de esta manera por los dudosos o intermedios. Las
bicicletas no pueden mantenerse indefinidamente en equilibrio: o avanzan o
terminan cayéndose y arrastrando al suelo a quienes en ellas van. Ni económica,
ni social, ni política, ni diplomáticamente, es sostenible la actual situación.
Un pueblo y una sociedad no pueden instalarse a vivir sobre una navaja abierta
ni la crisis puede convertirse en el café cotidiano de media mañana, trasmutando
lo excepcional en rutinario. Se puede vivir en la resistencia por largo tiempo
pero no en la indefinición preñada de inseguridad.
2. El coste de la contrarrevolución es
infinitamente superior al de la Revolución.-
La
Revolución en Venezuela es hoy el proceso de movilización, autoorganización y
lucha popular; el reflejo simbólico de la institucionalidad bolivariana vigente
y las aspiraciones de dignidad, igualdad, justicia e independencia que lo
animan.
Un proceso
de la entidad del ya vivido en Venezuela genera una discontinuidad histórica, es
decir, la vuelta a una situación similar a la pre-chavista es quimérica. Ni el
Mundo ni Venezuela pueden volver atrás, reproduciendo lo anterior. Las opciones
de futuro -regresión o progreso- son proporcionales a la intensidad de la
confrontación ya vivida. Los venezolanos y venezolanas bolivarianos saben mejor
que nadie hasta donde pretendía llegar en un principio su proceso; de la misma
manera que también conocen mejor que nadie todos los intereses
oligárquicos y privilegios egoístas que ese mismo proceso
amenaza. No cabe extrañarse del fiero intento de preservarlos por parte de
quienes ven en riesgo su predominio, incluso a costa de que perezca la Nación.
No proceden ensoñaciones sobre cómodos y lánguidos procedimientos
trasladados de no se sabe donde, a orillas del Caribe. Un proceso venezolano en
búsqueda de imponer justicia en Venezuela ha de afrontar riesgos
venezolanos.
La
experiencia internacional y continental acredita que colectiva, nacional e
individualmente el coste directo y personal de la contrarrevolución es
infinitamente superior al del mantenimiento, desarrollo y consolidación de la
Revolución. Se puede medir en muertos, heridos, desaparecidos... generados por
la represión, sea reconocida o encubierta aunque tolerada, en caso de derrota
popular (y al respecto hay que tener presente que la polarización creada en los
últimos años puede generar limpiezas y sorpresas que entronquen con
experiencias venezolanas propias de etapas históricas pasadas, como la
independencia o el largo siglo XIX). Pero también cabe verla en
paralelo en muerte, miseria, exilio, despidos, relegación profesional y
represalias de todo tipo, sin tener que llegar al expediente genocida. Abandono
y desmantelamiento de servicios públicos; enajenación culposa y corrupta
del patrimonio nacional; disminución o desaparición de derechos considerados
hasta el momento intocables... todo cabe y es posible y no hay forma de ejercer
de profeta en esta hora para adivinar lo que pudiera ocurrir. Si cabe adelantar
-a la luz de otras experiencias- que el retroceso estaría pensado para
desmoralizar, paralizar y destruir una generación entera (¿y alguien piensa que,
en este mundo que nos ha tocado vivir, habría voz fuera para controlar o
restringir su dinámica vengativa?) y especialmente afectaría a todos
aquellos y aquellas ya identificados y seguramente listados, a quienes sus
saberes intelectuales o responsabilidades sociales les colocan
preferentemente en la diana, como elementos a eliminar para arrebatar al
conjunto de los desposeídos de quienes pueden ayudarle a estructurarse y
reconocerse en su realidad e intereses. Quienes ahora viven en Venezuela estos
momentos críticos se están jugando el futuro de su Nación, de su persona, de su
familia y de las generaciones venideras de venezolanos y venezolanas. La clave
no es perderse en especular sobre las consecuencias de la derrota -pero, eso sí,
sabiendo de su existencia- sino en evitarla, aprovechando las bazas presentes
hoy inactivas o insuficientemente utilizadas. Si el proceso bolivariano ha
aguantado vivo hasta hoy, con todas sus carencias, es señal precisamente de su
inmensa fuerza potencial, capaz de barrer a la reacción a poco que se le de
fuelle, objetivo, cobertura.
3. Desde la defensa, organizar el
ataque.-
Desde la
impunidad de la anterior intentona golpista a la actual operación de destrucción
de la riqueza nacional petrolera, pasando por el espectáculo surrealista de la
concentración permanente de militares insubordinados o los llamamientos
reiterados a la sedición, existen en Venezuela: 1ş. Sobrados motivos morales y
políticos para una intervención contundente; 2ş. Evidentes contradicciones
entre el discurso y la practica y diferencias de ritmo e intensidad entre
sectores bolivarianos, según estén o no dentro de las instituciones. Es
prioritaria la definición y decantación de unos y otros, ganando por la vía de
la acción. Ya pasó el tiempo -si algún día lo fue- de ejercer de Santo
Job.
¿Existe un Código
Penal en Venezuela?. ¿Hay fiscales o están de vacaciones
permanentes?. ¿Está castigada en Venezuela la piratería, el robo, la
destrucción de bienes públicos, el sabotaje, la procura del desabastecimiento y
la enfermedad, la colusión con potencias extranjeras, la omisión del
cumplimiento de los deberes públicos, la prevaricación judicial, la calumnia o
la difamación?. Hasta ahora, cabe dudarlo. La debilidad no es democrática; es
simplemente debilidad. Aplíquese de una vez la justicia y la ley -ambas-, en
primera instancia a quienes desde dentro de los aparatos del Estado no actúan
como debieran, suspendiéndoles en sus funciones y sustituyéndoles de forma
inmediata y ejecutiva por quienes claramente se manifiesten dispuestos a
cumplir sus obligaciones con entrega y entusiasmo. Aplíquese a quienes ejercen
la traición, bajo ordenes de gobiernos extranjeros interesados en desposeer de
su petróleo a los venezolanos. Aplíquese a quienes ejercen regularmente la
calumnia y la difamación y así sucesivamente.
Desarrollando y validando, a partir de las
potestades vigentes, la actuación popular como sustitutivo democrático de
ese Estado contradictorio, paralizado, dubitativo o ausente, que no
hace honor a su función republicana.
Tómense
(que es más que rodear por un día) por las organizaciones populares las
emisoras y prensas golpistas, sustituyendo la uniformidad reaccionaria por un
nuevo pluralismo e integrando sus empresas al patrimonio nacional; mejor con el
correspondiente decreto en mano pero si no, también esperándolo desde la toma.
Pasó el momento de la queja y de la denuncia y es el momento de la acción. Que
todos los medios sean en cadena y por separado, expresión de un nuevo "Aló,
Pueblo venezolano", con los profesionales honestos liberados de
coacciones.
Tómese el
control de PDVSA de arriba abajo y de abajo arriba, con el cese necesario de
directivos y técnicos desleales sin esperar dimisiones y con desalojo incluido
de quienes utilizan sus funciones para atacar al bien
público, anunciando a quienes colaboran con la operación golpista que si no
cejan les va en ello, primero, el empleo; segundo, sus finanzas, con las que
compensar los costes nacionales sufridos; tercero, de demostrarse
participación consciente en la conspiración, la libertad. Désele a los
trabajadores bolivarianos de buques, refinerías, distribuidoras -que seguro
existen en cantidad- no sólo capacidad de protesta sino la oportunidad de
ejercer con pleno respaldo la gestión y control en esta situación de
emergencia al servicio de la Nación.
Impóngase
inmediato control publico sobre la actividad bancaria y trafico de
divisas para evitar la salida de capitales o los manejos especulativos,
implicando a los trabajadores bancarios que conocen como nadie las
interioridades de sus empresas.
Tómense
fincas y empresas de reconocidos golpistas, como ejercicio confiscatorio
inmediato, en directo ejercicio de la norma constitucional y como aviso a
quienes no cejen en su empeño reaccionario. Asegúrese la distribución de
mercancías y suministros bajo el criterio de "persiana echada, comercio
expropiado"; "camión parado, camión tomado"...
Aplíquese
en general en forma creativa la legislación vigente y desarróllese por la
espontaneidad popular.
Distíngase
de una vez en el seno y entre la Fuerza Armada entre quienes tienen claro que su
compromiso es con Venezuela -especialmente soldados, clases, suboficiales y
oficiales patriotas- y quienes bien se han pasado al enemigo, bien adoptan una
neutralidad injustificable en horas de emergencia patria.
Créanse e
impongan consecuentemente, la irreversibilidad del proceso bolivariano como
cuadro y proyecto de emancipación nacional y social de los
venezolanos.
Defender la
Constitución republicana es atacar a la reacción. Defender a la Nación es atacar
a los imperialismos intervencionistas de EEUU o el Estado español, negándoles
todo derecho a decidir o condicionar el destino nacional, sea directamente o a
través de instituciones títere interpuestas, como la ONU o la OEA. Defender al
pueblo, es asegurarle su integridad personal en el ejercicio de todos sus
derechos políticos y sociales constitucionalmente reconocidos, impidiendo que
sean victimas de oscuras maquinaciones provocadoras y permitirle recuperar el
control y uso de la riqueza nacional. Existen artículos en la Constitución
bolivariana de la República que amparan legalmente todo este ejercicio de
coherencia democrática. Lo que es posible es necesario y ha de ser
real.
4. La organización popular es
apoyo, pero también y sobre todo es iniciativa.-
Los
ejemplos son ideas que pueden extenderse y decidir. Los ciudadanos de una
República activa tienen todo el derecho a ejercer su obligación de asegurar el
cumplimiento de sus derechos reconocidos. En venezuela el proceso se ha
articulado desde su historia especifica con una muy propia formulación politica,
partidaria y organizativa. Tomandola tal cual es el momento de que quienes andan
a la cabeza de mente y cuerpo pongan en comun saberes, ideas y experiencias. La
coordinación política y activista es necesaria y también el debate y el consenso
entre los que están nítidamente de la parte popular pero ninguna justifica en
esta hora la parálisis o la espera indefinidas. El proceso no se ha hecho por y
para un hombre, sino que cada hombre y cada mujer, desde su lugar y su
capacidad, son y han de ser baluartes coherentes para la defensa y desarrollo
del proceso. Las calles han de ser tomadas, ciertamente, pero no simplemente
como ejercicio demostrativo ante la televisión sino como trayecto intermediario
hasta el control de los centros vitales de la economía, la vida y la
seguridad nacional. No hay que simplemente estar; hay que saber
adonde se quiere ir.
5. Digan al mundo por la vía de los
hechos la verdad, que es la mejor forma de combatir la mentira.
La mentira
sobre Venezuela ya se difunde día tras día machaconamente por
televisiones, agencias y periódicos al servicio del capitalismo internacional.
La mentira sólo admite la capitulación como salida. No tengan miedo a la imagen
falsa e inducida de desorden porque esta ya existe. El único orden que le gusta
a la reacción es el de los cementerios.
No hagan o
intenten hacer de ajedrecistas en el tablero internacional, haciendo el tonto
por querer pasarse de listos y recuerden al Che cuando hablaba de los dos o
tres Vietnams... o a Bolivar; y vean a su lado a Colombia, a Brasil, a
Ecuador, a Argentina, a Uruguay, a México y a Cuba y piensen también en el
millón de Florencia, en los jornaleros y trabajadores andaluces, vascos,
gallegos, canarios... en los portugueses que hoy mismo están de Huelga
General... ¡Tienen petróleo a espuertas!, c...
Defendiendo
sus derechos, su Constitución, su petróleo, su dignidad venezolanas,
echaran por alto todas las mentiras.
Y nuevamente, perdónennos
si hemos dicho muchas tonterias...
Un saludo fraternal y solidario
desde Andalucía.
A titulo personal, en nuestra disculpa,
Quienes hacemos el Boletín ANDALUCÍA
LIBRE.,
Embargados por el cariño y la preocupación por el
futuro de Venezuela Bolivariana
Venezuela: Entre la Cuarta y la Quinta
República
Reinaldo
Bolívar
La transición
En 1997, la exreina de belleza Irene Sáez aún disfrutaba
de un primer lugar en las encuestadoras venezolanas, cuya fama de poner a ganar
a quien mejor pague es tan reconocida como la belleza de Irene. El 97 era el
cuarto año del 2ş gobierno de Rafael Caldera ex líder fundador del Partido
Social Cristiano COPEI, de donde sale para fundar Convergencia. Ganó las
elecciones de 1993, en estrechas y reñidas elecciones donde por primera vez,
cuatro candidatos se disputan el primer lugar. Con una abstención de 60%, es
proclamado con un 25% de los votos emitidos. El viejo político, se montó sobre
el discurso de descontento y de cambio del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías
(HCF), quien había intentado acceder al poder político en 1992 a través de un
golpe de estado. Esto le costó 20 años de cárcel, pero paradójicamente fue
indultado por Caldera, cuando cumplía dos años de prisión a fin de evitar una
crisis política.
Ya libre, HCF recorre cada rincón del país. En la
segundad mitad del 97, el militar retirado se coloca en los primeros lugares de
las preferencias electorales. Su ascenso se sostiene en la crisis socioeconómica
que no pudieron superar los variados planes económico calderistas. Ni la
inflación ni el desempleo cedieron; mientras que el precio del petróleo,
principal producto de exportación del país, caía por debajo de los 10 dólares,
lo que obligó a imponer un impuesto al consumo de 16% y de 0,75% al débito
bancario. Las protestas sociales de trabajadores y estudiantes se incrementan y
son fuertemente reprimidas por las fuerzas del estado. El año concluye con la
apertura petrolera que posibilitó el regreso, luego de 25 años, de las
trasnacionales petroleras. Crecen las denuncias y comentarios sobre corrupción
que señalaban incluso a familiares del viejo Presidente.
El bipartidismo hace mutis
En 1998, se caldean los ánimos electorales. Por un lado,
los socialdemócratas de AD se preparan para recuperar la presidencia del país
con el llamado "Caudillo" Luis Alfaro Ucero, Secretario General de la
organización y que lucía como jefe indiscutido de esa tolda; de otro lado los
socialcristianos COPEI, capitaneados por el ex presidente Luis Herrera Campins,
imponen la tesis de un candidato extrapartido. Al final en elecciones de segundo
grado, Irene Sáez se impone sobre Eduardo Fernández, quien ya había sido
candidato presidencial y que venía de otra derrota interna en 1993. No obstante,
las entrañas del país se sacudían con el crecimiento sostenido de la candidatura
de Chávez que prometía una reforma constitucional para cambiar las agotadas
instituciones. HCF es obligado por la ley electoral a cambiar las siglas del
Movimiento Bolivariano 200 (MBR200), por Movimiento Quinta República (MVR), una
maquinaria electoral a la cual se unieron el Movimiento Al Socialismo MAS —que
eligió al candidato en una consulta interna en la cual participó Enrique Salas
Römer—, Patria Para Todos (PPT) y los pequeños partidos de izquierda.
Para el segundo semestre de 1998, la crisis económica y
política del país se acrecienta. La candidata de COPEI se desinfla; el de AD no
logra remontar los sondeos, a pesar de los gastos multimillonarios en imagen;
Salas Römer quien había sido rechazado por el partido COPEI, aparecía en el
escenario por encima de los aspirantes del bipartidismo mientras que Chávez
coronaba el primer lugar, aún en las encuestadoras más adversas. Esta situación
trastornó las estructuras de los partiditos tradicionales, los cuales en una
decisión histórica desplazaron a sus candidatos. El propio Alfaro Ucero fue
expulsado de AD, su jefe de campaña, el entonces Alcalde de Caracas, Antonio
Ledezma, se encarga de anunciar públicamente la expulsión de su ex jefe, a quien
había jurado hacer Presidente de la República. Por primera vez en 40 años, las
toldas políticas tradicionales renuncian a disputar la primera magistratura y se
ponen al servicio incondicional del ex gobernador Salas Römer. Cabe destacar que
la decisión bipartidista se toma a última hora, por lo que no da tiempo siquiera
a que la cara de Salas Römer aparezca en las tarjetas electorales de sus nuevos
postulantes.
En un intento de detener a Chávez, o al menos no perder
en todos los poderes, el Congreso, de mayoría derechista, aprueba una apresurada
reforma electoral que separaba de las elecciones generales los escrutinios
parlamentarios, de gobernadores y alcaldes. Esto le permitió mantener una
importante cuota en esos poderes, pero no evitó el triunfo del militar retirado
con casi 60% de los votos emitidos. Concluía así definitivamente el dominio
bipartidista en la política nacional.
De su seno surgen organizaciones que huyen de su
desprestigio: Proyecto Venezuela, Convergencia, Alianza Bravo Pueblo y Primero
Justicia.
La V República
El 2 de febrero, en su discurso de toma de posesión, el
Presidente HCF, convoca a un referéndum a fin de conformar una Asamblea
Constituyente que redactará una nueva Constitución Nacional. Es el inicio de un
histórico año electoral de profundos cambios en las instituciones republicanas.
Una etapa inédita en la historia de Venezuela. Los bolivarianos triunfan en
todos las votaciones de ese año: El "SI" para la reforma, el 95% de los
delegados a la Asamblea Constituyente y el "SI" para la nueva Constitución, con
73%. Este último plebiscito hecho en medio de la tragedia más grande que haya
sufrido país alguno en Sur América, como fue el deslave que arrasó con el Estado
Vargas, y afectó a otras entidades como Miranda y el Distrito Federal. Fue una
tragedia que puso a prueba la capacidad de respuesta del nuevo gobierno, la cual
ha sido calificada con el tiempo de acertada por la forma eficiente como se
trataron a las familias que quedaron sin casa y por los planes de recuperación
que se han implementado en Vargas.
La nueva Constitución disuelve y crea poderes públicos.
El congreso bicameral da paso a una Asamblea Nacional unicameral; la Corte
Suprema de Justicia, aumenta sus salas de 3 a 5 y adopta el nombre de Tribunal
Supremo de Justicia; nace el Poder Ciudadano conformado por la Fiscalía, la
Contraloría y, la Defensoría del Pueblo una nueva instancia; el quinto poder
será el Electoral. La Constitución Bolivariana, otorgó al ciudadano nuevos
derechos y garantías y recogió aspiraciones legales de trabajadores,
profesionales, mujeres, niños, familia y comunidades aborígenes. Se incorporan
nuevos mecanismos de participación ciudadana como los referendos consultivo,
revocatorio y aprobatorio. El término V República se hace común en el léxico de
los venezolanos para diferenciar el nuevo período del terminado en el 98, al que
por contraposición denominan "la cuarta". La nación acoge el nombre de República
Bolivariana de Venezuela. La Constitución ordena la relegitimación de todos los
poderes.
La agenda internacional, se centra en una agresiva
diplomacia presidencial que reedita la doctrina del pluralismo ideológico
tercermundista de los años 1970, pero teniendo como epicentro lo económico,
concretamente la intención de reposicionar a la OPEP como cartel regulador de
los precios petroleros. En lo adelante, la multipolaridad guiará la política
exterior del país, estrategia que irrita a personalidades influyentes de los
Estados Unidos principal socio comercial del país. Esta incidencia será
aprovechada políticamente por los adversarios del oficialismo. No obstante, la
diplomacia energética dará sus frutos con el aumento sustancial del precio del
barril petrolero.
A fines de años, se produce el primer rompimiento
importante del chavismo, cuando al no alcanzar sus pretensiones burocráticas y
por diferencias con el ala civil del MVR, afecta a Luis Miquelena, se retiran
los compañeros de 1992 de Chávez encabezados por Francisco Arias Cárdenas,
gobernador del Estado Zulia.
La oposición intenta reagruparse
Los cambios generan fuerte resistencia en los anteriores detentadores del
poder político. El primer semestre del 2000 es de transición, mientras se
realizan las elecciones. Una comisión legislativa surgida del seno de la
Asamblea Constituyente asume el poder legislativo. En la oportunidad de la
convocatoria a elecciones generales para relegitimar los poderes, se reconforma
una unidad electoral antichavista que sigue la línea de la creada en 1998. El
candidato proviene de la disidencia bolivariana: Arias Cárdenas, quien se hace
al ruedo con un discurso grotesco y ofensivo contra su hasta hace meses "hermano
del alma". También el PPT, se distancia temporalmente del Presidente, merced a
diferencia con su secretario general Pablo Medina, quien a la postré se iría
definitivamente de su partido, abandonando sus ideales de izquierda para
convertirse en un opositor de ultraderecha.
Un elemento se hace evidente en la nueva situación
política del país. Ante la crisis de los partidos, los medios de comunicación
privados, la jerarquía católica, asociaciones civiles de la clase media y alta y
la patronal FEDECAMARAS se lanzan abiertamente a la palestra política, usando
como núcleo de campaña las simpatías presidenciales por líderes internacionales
enemigos de los Estados Unidos, así como los cuestionamientos a la conformación
del Poder Electoral. Sin embargo, el Presidente es reelecto con más votos que en
1998. El chavismo obtiene la mayoría de las gobernaciones, las alcaldías y la
Asamblea Nacional, en alianza con el MAS.
El gobierno implementa el Plan Bolívar 2000 que
involucra a los militares en obras sociales; aplica un audaz programa de
construcción y reconstrucción de escuelas públicas que denomina Escuelas
Bolivarianas, centros escolares que vuelven al régimen de turno completo con
educación integral y atención gratuita al escolar. Esto genera un aumento en la
matricula y la reinserción al sistema educativo de niños y jóvenes desertores.
Sin embargo, se recibirían las primeras denuncias por corrupción en los manejos
de los dineros destinados a los planes sociales. Más adelante, se descubriría
que altos oficiales que estuvieron frente a estos planes sí cometieron
irregularidades y abandonarían el proyecto bolivariano para irse con la
oposición.
El Presidente participa protagónicamente en los acuerdos
de integración como la Comunidad Andina de Naciones. Sus críticas a la propuesta
de ALCA y su intención de ingresar como miembro asociado del MERCOSUR generan
polémicas reacciones internacionales y sectores académicos y de oposición. En el
ámbito petrolero la balanza de pagos continuaba en alza. El gobierno controla
los indicadores macroeconómicos como la inflación, el tipo de
cambio. Multilaterales como el Proyecto de Naciones
Unidad para el Desarrollo (PNUD), registran una disminución de la pobreza y de
la mortalidad infantil de Venezuela.
Pero, no obstante, la bonanza petrolera y un tipo de
cambio bajo no contribuyen a transformar la actitud rentista de los empresarios
venezolanos dedicados principalmente a la importación y reventa de productos
manufacturados, lo cual ha incidido negativamente en el crecimiento del PIB y en
el empleo. Este año, el gobierno central acelera la apertura de las
comunicaciones, lo cual incrementa las inversiones extranjeras. La Asamblea
Nacional le otorga una nueva Ley Habilitante que lo faculta para elaborar un
paquete de 49 leyes socioeconómicas.
El año concluye con las elecciones municipales y un
referéndum que ordena la reestructuración de los sindicatos, a fin de que sean
electos por la base. Entre las principales críticas al gobierno cobra la fuerza
la carencia de una efectiva política comunicacional.
Las alianzas antihistóricas
El 2001 transcurre en medio de un candente debate
sindical. Se instalan los representantes del Poder Ciudadano y del Tribunal
Supremo de Justicia, designados por la mayoría oficial en alianza con los
partidos AD, COPEI y Proyecto Venezuela. El gobierno prosigue con sus políticas
económicas y sus programas sociales dirigidos a las clases populares; subsidios
a la clase media como el auto popular e intereses preferenciales para adquirir
vivienda. Se fundan varios bancos de corte popular. Una oposición sin plataforma
programática, centra su estrategia en debilitar la relación Presidente-Fuerza
Armada, acusando al ejecutivo de relaciones con la guerrilla colombiana. Chávez
se acerca de nuevo al partido PPT con quien intenta conquistar la jefatura de la
CTV. No obstante, este objetivo no es alcanzado y en cuestionadas elecciones, la
central sindical queda en manos de políticos radicales antigobierno que contra
el devenir histórico hacen una alianza con su rival natural FEDECAMARAS para
implementar el primer paro obrero-patronal de la historia de la nación tomando
como motivo principal el rechazo a la aprobación de la 49 leyes entre las que se
encontraban la revolucionaria Ley de Tierras, la de Pesca y Microfinanzas. Por
su parte, la oposición, capitaliza las poco diplomáticas —aunque solidarias y
humanas— opiniones presidenciales sobre los acontecimientos terroristas en EEUU
y la guerra unilateral de este país contra Afganistán. Las relaciones con EEUU
llegan a una mayor tensión desde la década de los 70, ayudadas por el lobby que
hacen personeros venezolanos antichavistas en Washington.
El paro contó con la militancia de la jerarquía
católica. Esta acción, la primera hecha con verdadera contundencia por los
sectores antioficialistas, da lugar a una sucesión de manifestaciones públicas
en pro y en contra del gobierno de Hugo Chávez centradas principalmente en
Caracas. Sin embargo, el Presidente, en cumplimiento con los reclamos populares,
continúa la promulgación de las leyes. Para muchos analistas la verdadera
revolución del comandante Chávez, radica en estas leyes y de allí el rechazo de
los sectores más poderosos del país y su alianza estratégica.
La violenta polarización
El paro de diciembre encontró oxidada a la maquinaria
política de V República y sus aliados entretenidos más en cuestiones internas y
descuidando "la calle". Por otra parte, el sector miquelenista comienza a
distanciarse (4 diputados), cuestión que se concreta en los meses siguientes. El
primer trimestre del 2002, supera cualquier campaña electoral por las posiciones
radicales, aún siendo el primer año sin elecciones en la V República.
La crisis norteamericana afecta los precios petroleros,
lo cual causa problemas en la economía nacional. Igualmente, desde el paro
decembrino, se empezó a producir una inmensa fuga de capitales, que hizo al
gobierno abandonar el sistema de bandas cambiarias. El gobierno, para buscar
recurso recurre a nuevos impuestos. Los frentes opositores conforman una alianza
con el objeto de forzar la salida adelantada del Presidente Chávez. Para
lograrlo realizan una serie de movilizaciones, así como pronunciamientos
mediáticos de altos oficiales que desconocen la autoridad presidencial, todo
ello unido con las demandas reivindicativas de los ejecutivos de PDVSA, la
primera empresa del país que usando la bandera de la meritocracia —que ha
cubierto los múltiples problemas de PDVSA— logran activar a la hasta entonces
desmovilizada oposición.
La acción lleva a un nuevo paro CTV-FEDECAMARAS que
decretan indefinido y con intenciones no ocultas de "ir a una transición". Este
ambiente caldeado concluye en una rebelión cívico militar, encubierta en los
sangrientos hechos del 11, 12 y 13 de abril, manipulados mediáticamente. El país
vive en apenas dos días el arribo al poder del Presidente de los empresarios
quien es apoyado por un grupo de generales, partidos de derecha, jerarquía
católica, la dirigencia de la CTV y los magnates de la comunicación. El
presidente de facto, mediante un decreto intenta destruir el edificio
institucional construido con la Constitución Bolivariana. Todo esto es
trasmitido por la TV (salvo la estatal que fue sacada del aire), pero no sería
así con el regreso de Chávez gracias a la toma de calles, cuarteles militares
por miles de venezolanos que salieron a restituir la vigencia de la
Constitución. A su regreso el Presidente convocó a un gran diálogo nacional con
facilitadores internacionales como el Centro Carter, el PNUD y la OEA, sin
embargo los partidos opuestos no han secundado esta iniciativa.
El golpe de estado fue condenado por la
comunidad internacional: Países y Multilaterales.
Internamente, el Poder Legislativo y el Ciudadano
determinaron lo ocurrido y solicitaron juicio a los golpistas, sin embargo el
Tribunal Supremo de Justicia, en polémica decisión política, negó el
enjuiciamiento de los militares que planificaron y ejecutaron la rebelión
militar como fue demostrado públicamente por un corresponsal de CNN que fue
testigo de excepción de la acción. La situación política del país se ha
polarizado sensiblemente, lo que mantiene a la nación a la expectativa con las
consecuencias en las relaciones económicas internacionales que esto significa.
Ahora bien, es necesario precisar que el foco central de esta polarización es la
capital, Caracas, y en ella el este de la ciudad, desde donde los canales
comerciales venden la idea al mundo de una Venezuela políticamente violenta, lo
cual está muy lejos de realidades latinoamericanas o en otras regiones del
mundo, lo cual parecen haber logrado.
Luego del golpe, el gobierno central redobla sus
iniciativas sociales, cambia el tren ministerial y se produce un impactante
acercamiento hacia los sindicatos de trabajadores los cuales rechazan las
acciones huelgarias de corte político de la CYV y FEDECAMARAS, lo cual hace
fracasar un tercer paro. Las principales federaciones como son los empleados
públicos, transporte, petroleros y empresas básicas del país que constituyen el
85% del PIB, desconocen en acto público a la CTV. Todo ello en medio del proceso
de facilitación y diálogo propulsado por el propio gobierno y que cuenta con la
presencia como facilitador de César Gaviria, invitado por el gobierno y que
ejerce su función en medio de una convocatoria a paro indefinido sin mayores
resultados pero que intenta apoyarse en la insubordinación de parte de la nómina
mayor de PDVSA a través de acciones de sabataje a refinerías y buques. Estas
acciones han sido magnificada por los medios de comunicación que de manera
alarmante han interrumpido su programación para dedicarse a crear un clima de
permanente agitación. La población ha comenzado a rechazar en la calle tales
conductas, sin emargo hay quienes han caído en la guerra sicológica de los
medios.
Perspectivas
Sectores radicalizados de la oposición, siguen aferrados
a una salida extemporánea del jefe de Estado, sea por participación militar,
decisión judicial, legislativa, por ahorcamiento económico del país o por un
fraude constitucional. Los menos radicales proponen una enmienda constitucional
o adelanto de elecciones presidenciales. Sin embargo, expertos en el tema
coinciden en que la oposición en realidad, no está tan interesada en una salida
electoral debido a la fuerza de Chávez quien, incluso en las encuestas adversas,
no baja de 30%, lo que se traduciría en un caudal de votos similar a su
reelección en el 2000, si se considera una abstención del 45%, aún presentándose
los sectores contrarios con un candidato único.
Los grupos oficiales, con el apoyo internacional se
inclinan por soluciones constitucionales como la activación de los referendos
que prevé la Carta Magna, pero de acuerdo a la letra constitucional. Este
escenario se aplicaría para el próximo año. Lo que plantea dos caminos para los
venezolanos: Una revocatoria del mandato de Hugo Chávez que colocaría a la
heterogénea oposición en el dilema de buscar un líder único entre sus numerosos
dirigentes; o una confirmación del mandato reglamentario del actual Presidente
de la República, lo que genera el interrogante de sí la oposición aceptará estos
resultados y de sí el gobierno hará valer el continuo respaldo popular que entre
otras cosas reclama más acciones de gobernabilidad. De otra parte, en conclaves
opositores se reconoce el papel de las multitudes que siguen al Presidente, las
cuales demostraron el 12 y 13 de abril que no sólo lo respaldan con votos, sino
que están dispuestas a hacerse espontáneamente a las calles por defenderlo como
unificador del proceso de cambios que atraviesa el país. Son muchedumbres cuyas
personas en los últimos tres años, mediante las habilidades comunicativas de
Chávez y las organizaciones de Círculos Bolivarianos se han acercado a la
compresión y praxis de sus derechos fundamentales. Sin duda alguna, el
sentimiento popular es el gran capital que respalda a Hugo Chávez Frías y su
revolución bolivariana.
En
el ambiente flota con fuerza la necesidad de una reestructuración transparente
del Poder Judicial, Electoral y Ciudadano a fin de que su idóneo funcionamiento,
además de autonomía, ofrezca a la ciudadanía instituciones incuestionables que
hagan realidad el gran proyecto que significa la Constitución Bolivariana de
1999.