Por tus
derechos y el futuro de Andalucía: NO A LA CONSTITUCIÓN
EUROPEA
nş 193
En este Correo:
*Crónica
veraniega, Andalucía
Libre
*El cierre de
Altadis. Otro paso en el desmantelamiento
productivo de Andalucía, Rubén
Ibán
*La UE y América Latina: inversiones,
estrategias empresariales y partenariado trasatlantico, G. Buster
*Solidaridad
con Palestina,
*Directorio, Musica de
Fondo, Ayuda
--oOo--
Andalucía y el Mundo
Crónica
veraniega
Hace calor. Mucho
calor. Hace calor sobre calor. Estamos en plena ola de calor...
En buena parte de Andalucía -con la excepción de la costa y las altas
sierras- se superan las máximas de 45ş y las mínimas no bajan de cerca de 30ş.
Incluso ocho personas han muerto en Andalucía en estos últimos días por golpes
de calor y complicaciones derivadas de las altísimas temperaturas. Estamos
acostumbrados a la calor pero lo de este año rompe marcas. Los ventiladores
y aparatos de aire acondicionado funcionan a toda pastilla. Quienes no
viven en casas tradicionales andaluzas -sean de patio o de anchos muros
protectores- aguantan como pueden la calor. Aun así, empapados en
sudor, lamentando a cada instante que aún la técnica no haya puesto a nuestro
alcance la posibilidad de escribir en el ordenador sumergidos en la bañera,
Andalucía Libre acude a la cita con sus suscriptores, adaptándonos a
las circunstancias de la fecha con una crónica resumen estival a base de una
selección yuxtapuesta de hechos y comentarios, para que nos lean ahora o cuando
vuelvan de vacaciones. Confesamos que en estos días nos acordamos con envidia de
nuestros suscriptores de Argentina, Chile, Uruguay, Australia o Nueva Zelanda...
que disfrutan ahora del fresquito austral.
Andalucía Libre
La economía política
En Julio se hizo publico en la prensa el
enésimo estudio socioeconómico que volvía a afirmar que el 30% de la población
andaluza se encontraba por debajo del índice de pobreza. No tuvo demasiado eco.
Noticia conocida y además desagradable, pasó desapercibida. Nuestra
pobreza, ya se sabe, es una pobreza oculta, discreta, clandestina, vergonzante.
Es una pobreza primermundista que, por supuesto, no puede compararse en
parámetros absolutos con las de África o América Latina pero que no por ello es
menos real. En estos tiempos de atomización social y desarticulación política el
desempleo (ahora nos reconocen un 18,17% de paro), la precariedad o la
sobreexplotación se venden y se viven como fracasos individuales o como
maldiciones bíblicas... En obscena y significativa coincidencia, grandes bancos
y multinacionales españolas alardeaban esos mismos días de sus abultados
incrementos semestrales de beneficios.
Por las mismas fechas también se informó qué el peso relativo
de la construcción en el PIB andaluz superaba al de la industria situándose en
torno al 9% directo y elevándose con los sectores relacionados al 20%. El
dato denota hasta que punto es irracional y dependiente la estructura económica
andaluza y muestra la magnitud del
dinero negro proveniente del
narcotráfico y la evasión fiscal que nutren este sector y la
pompa
inmobiliaria. El protagonismo económico de estas inversiones
especulativas es obvio. Financieramente, es notorio el sustancioso
papel de los créditos hipotecarios en los balances de resultados de las cajas de
ahorro andaluzas, dominadas en sus órganos de gobierno por PSOE, PCE-IU y PA.
Mientras tanto, el pago de la vivienda se come la mayor parte de los
ingresos familiares de los asalariados convirtiendo en un propósito imposible
acceder a una casa cuando sólo se depende de un sueldo medio. No hay que ser un
lince para deducir que con todo esto se desvía capital necesario para
inversiones productivas que desarrollen realmente el país. Si en los años veinte
del siglo XX en EEUU se jugaba convulsivamente a la bolsa hasta que el crack de
1929 dio cuenta de la espiral especulativa; en los últimos años del siglo XX y
primeros del XXI en Andalucía se compran al mismo ritmo terrenos y pisos y se
construyen urbanizaciones. El correlato político del
boom de la
construcción en estos años, iniciado bajo predominio del PSOE, ha sido la
paulatina implantación de grupos de derecha mafiosa en el litoral que han venido
a sustituir al PSOE en los gobiernos municipales y últimamente también la
formación de varias coaliciones contranatura. Esta derecha mafiosa en unos casos
se articula a través de partidos locales, en otros en el PP y en otros trabaja
con la actitud comprensiva del PSOE. Los fundamentos y apoyos externos del
fenómeno son difícilmente aprensibles dada la turbiedad del ambiente y los
múltiples intereses económicos y políticos de alto nivel implicados. La ultima
moción de censura en
Marbella (una
parte de la derecha mafiosa local más una parte del PSOE local más el PA contra
otra parte de la derecha mafiosa local más el PSOE andaluz y el PP de
espectador) se inscribe en este contexto, por mucho que coyunturalmente juegue
en perjuicio de la imagen del PSOE, ya bien tocada por
lo de
Madrid y tambien de la del PA. Aunque usualmente tienda a olvidarse
-endosándose la responsabilidad sólo a los Ayuntamientos- procede tener presente
que formal y estatutariamente la
Junta de
Andalucía es titular de la competencia ultima en
vivienda, urbanismo y ordenación del territorio, aunque sea a la manera tramposa
que establece el sistema constitucional español. Al respecto, la línea habitual
del Gobierno andaluz PSOE-PA-Verdes es deslindar la siempre sospechosa trama
urbanística de la
respetable política macroeconómica y refugiarse tras
las centésimas de crecimiento diferencial positivo que aporta estadísticamente
esta situación perversa frente a los datos estatales oficiales como presunta
prueba de que el diferencial de bienestar y desarrollo andaluz con relación al
español o europeo
se acorta. Que repetidos y muy diversos
informes
economicos manifiesten que este foso no se reduce en términos reales y
que incluso con la lectura más favorable de los indicadores convertida en
tendencia sostenida e ininterrumpida se requeriría -según esas mismas cifras-
cerca de medio siglo para acercar Andalucía a esas medias de referencia es
reiteradamente ocultado o deformado.
El articulo que publicamos abajo sobre el cierre de Altadis
(antigua Tabacalera) -que se suma a las reducciones de plantilla en
telefónica y
RENFE y las amenazas sobre otras plantas industriales- nos exime de entrar en
más detalles en esta cronica. Entretanto, los jefes de las sucursales
andaluzas de los sindicatos españoles CCOO y UGT volvían a salir por televisión
firmando con la Junta otro acuerdo más sobre política de industria y
empleo.
En resumen, miremos por donde miremos, nos encontramos con el
griterío optimista omnipresente de realistas, enchufados, instalados,
triunfadores, aprovechados, emprendedores y oportunistas. Su
imagen de Andalucía satisfecha y en progreso se remacha a cada instante
hasta el punto de que, de vez en cuando, se ha de retornar a algunos de los
datos apuntados y otros para descontaminarse de manipulaciones y espejismos y
apreciar que la visión de una Andalucía dependiente, impotente,
subdesarrollada y precaria no es una construcción forzada, propia de
arcaicos, frustrados, fracasados y agoreros, sino mero reflejo estricto de la
realidad institucional, económica y social de la nación, por mucho que
desgraciadamente aún sea políticamente irrelevante. Miremos donde miremos,
situaciones y políticas en marcha nos vuelven a conducir inexorablemente a la
imperiosa necesidad para Andalucía de disponer de Soberanía Nacional plena -y en
ultima instancia, Estado nacional propio- para conseguir capacidades e
instrumentos efectivos para defenderse de las agresiones, romper los corsés
limitadores e impulsar políticas de justicia y desarrollo realmente propias y
efectivas.
La inmigración, ¿nos hace
falta?
Como todos los veranos, es noticia común bien la muerte de
inmigrantes en el Estrecho de Gibraltar o en las costas andaluzas por
hundimiento de pateras bien el apresamiento o la fuga de ilegales. La tragedia
se hace rutina. Los marroquíes detenidos son devueltos a su país en tanto los
que el lenguaje políticamente correcto denomina subsaharianos, tras un
periodo de internamiento y dado que no se les deporta a sus países de origen por
ausencia de acuerdos al respecto, son puestos en libertad instalándose en
Andalucía como irregulares. El parto de mujeres inmigrantes africanas recién
desembarcadas ya es también noticia habitual de color humano, muy
adecuada para rellenar la sequía informativa estival.
Aprovechando estas circunstancias, Rafael Lara -presidente de
la
APDHA y antiguo dirigente
del MC en Andalucía, ahora
Acción Alternativa- se
buscó un hueco en la prensa en Julio para reiterar -aunque sea en su
versión moderada y conciliadora- el discurso de
Papeles para
Todos, es decir, la apertura irrestricta de fronteras. Junto a las
letanías morales abstractas conocidas subrayó que la inmigración económicamente
"nos hace falta". Al punto, cabe preguntarse a quien se refería o a qué
incluía en ese plural mayestático. Dada la realidad de desempleo y
precariedad de los trabajadores andaluces y de sobreexplotación y semiesclavismo
a la que es sometida en este contexto la inmigración del Este y del Sur (porque
la que viene del Norte de Despeñaperros, que ocupa puestos de mando o
responsabilidad o plazas de funcionario, no se incluye nunca usualmente en estos
debates) parecería cómo si con su afirmación se dieran por estables y aún
naturales la temporalidad, infraremuneración y precariedad en la fresa o los
invernaderos, la subcontratación en la construcción, la sobreexplotación en la
hostelería, la prostitución o la servidumbre en el servicio doméstico que son
las circunstancias y actividades reales que acogen mayoritariamente en infames
condiciones a estos inmigrantes y para cuya continuidad y sostenimiento son
funcionales y aún necesarios. Cabria inferir que el Sr. Lara hacia extensivo al
conjunto de los andaluces de forma indiscriminada el beneficio y
consecuentemente la responsabilidad por estas situaciones. Ciertamente, para
quienes los contratan y explotan en estas condiciones sí
"hacen falta"
estos inmigrantes; ciertamente, para el modelo de Andalucía dependiente,
precaria y subdesarrollada que es incapaz de defenderse a si misma en Madrid y
en Bruselas, sí
"hacen falta". Pero con centenares de miles de
andaluces desempleados o inestables no sólo procede indignarse por hacer
extensivo al conjunto de Andalucía lo que es empresa e interés de unos pocos.
Cabe preguntarse también, por contraste y en concreto, que si en la
agricultura se implantara el régimen de fijos-discontinuos y salarios
decentes -no ya la Reforma Agraria, para que no se nos tache de
maximalistas-; si en la construcción y los servicios se recuperara la
regularización y desapareciera la precariedad y la economía sumergida y se
eliminaran el resto de lacras y humillaciones sociales; si, en dos palabras,
Andalucía fuera un país mínimamente digno y justo, ¿seguiría
"haciendo
falta" esta inmigración que tan bien le viene hoy a quienes organizan
y se aprovechan de esta situación?. Puede que el Sr. Lara ni siquiera contemple
esa posibilidad de cambio nacional y social (lo mismo se entretiene demasiado
preguntándose
¿qué es cambio, qué es nacional, qué es social...?, para
no ceder ante periclitados esquemas iluministas o decimonónicos) o puede que
sólo vea a nuestra nación como una mera prolongación regional de la España y
Europa ricas e imperialistas y no advierta que no somos ni EEUU ni Australia
-que fueron países de inmigración tras robarse la tierra a sus dueños
indios y aborígenes-; ni la Alemania de la postguerra, ni siquiera la Cataluña
industrializada de los años 60. Puede que si el Sr. Lara atendiera
preferentemente a las
causas de aquí que al tiempo que amparan la
inmigración sustentan la explotación y precariedad de los andaluces y no se
restringiera sólo a las consecuencias, moviéndose en parámetros tan
inútiles como aceptables al uso y atacará a sus responsables políticos y
beneficiarios económicos en términos socialistas -aunque quizá al Sr. Lara esta
referencia le suene poco
critica y antigua- el Sr. Lara (como el Sr.
Chamizo y tantos otros del estilo) no tendría huecos en la prensa ni siquiera
aprovechando el verano y la ultima masacre de inmigrantes. Aún así, ¿no resulta
paradójico que al amparo de la defensa de una igualdad e integración genéricas,
en los hechos y marcos reales se favorezca por omisión y acción la
estabilización de la desigualdad y de la discriminación; con riesgo y peligro
incluso para los inmigrantes ya establecidos y regularizados?. En cualquier
caso, quizá siga siendo pertinente -aunque políticamente incorrecto-
interrogarse críticamente: ¿por que el PP-PSOE hacen lo que hacen
-
todo lo que hacen y
todo lo que
no
hacen- en relación a la inmigración?. ¿Qué es más coherente con el
injusto modelo vigente en nuestra nación y útil para su reproducción: mantener o
incluso ampliar sin limites la inmigración
(1)
o detenerla?. De momento, a este particular, parece que el Sr.
Lara comparte conclusiones con el
Circulo
de Empresarios.
Rejonazos de estío en la crisis de IU
y ubicuidad de la CUT
En plena canícula, Luis Carlos Rejón -diputado en Madrid,
excoordinador general de la
sucursal andaluza
de IU y dirigente de su corriente critica- soltó su lengua para
calentar aún más el ambiente interno de IU y se despachó a gusto en una
entrevista difundida por Europa Press. Véase, a partir de algunas perlas
seleccionadas:
*"La actual dirección de IULV-CA se está entregando al PSOE,
porque está esperando a que con cuatro o cinco diputados, aunque bajemos más, se
pueda coger consejería y media, tipo PA, y se pueda colocar a mucha gente con
buenos sueldos aunque no sepan hacer la 'o' con un canuto, lo que les
posibilitaría crear una red clientelar que les permita permanecer en el poder
durante mucho tiempo". *"No sé con qué fin quieren ganar puntos antes el PSOE,
cuando lo que está claro es que Chaves nos desprecia, y cuanto más nos
inclinamos ante él, más nos humilla; prefiero que Chaves me diga barbaridades a
que nos humille como hizo con Antonio Romero con eso de los nudillos o como hizo
posteriormente asegurando que con nosotros no va ni a la esquina". *"La
actual dirección de IULV-CA en vez de haber tenido la valentía de reconocer
que se han tenido unos resultados malos en las municipales, ha dicho que todo ha
ido muy bien. Diciendo que los resultados de las elecciones municipales han sido
buenos nos estamos engañando, y la realidad nos va a dar un aviso en las
autonómicas".
Para acotar el ámbito político real de la filípica del
prócer de Baena, baste anotar que Rejón inmediatamente a
continuación de estas denuncias afirmó su lealtad al coordinador estatal
Llamazares, destacado impulsor del seguidismo de IU en relación al PSOE. Más
aún, indignado por el realineamiento de Valderas -coordinador actual y candidato
de los oficiales a la presidencia de la Junta- con Llamazares, proclamó sus
derechos por antigüedad al respaldo de Llamazares de forma casi
conmovedora: "aunque me alegro de que Valderas cambie en tan poco tiempo, lo
que ya he visto es que se cambia la chaqueta continuamente. Hace tres años hizo
lo imposible y lo posible para que ganara Frutos, pero como perdió, pues ahora
cambian a caballo ganador algo que me parece muy bien, pero que
tendrá que explicar, ya que no podemos permitir que la gente nos vea dar esos
bandazos. Llamazares es un político y un señor que no va a traicionar a su
gente. Entre el apoyo que le da la dirección andaluza y el del sector crítico
hay muy poca diferencia y Gaspar Llamazares no va a traicionar a su gente, así
que aunque buscará la mayoría con todos, primero con su gente".
Tamañas descargas (2)
-que aquí sólo hemos resumido- sustentan unas demandas
concretas de la corriente critica que se centran en que el candidato a
la Presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas sea electo
mediante primarias por referéndum mientras que la corriente oficialista prefiere
que sea elegido en su próxima Asamblea (Congreso). Cada uno, lógicamente,
defiende el mecanismo que presume más favorable para sus aspiraciones. Unos
cuentan con que la imagen torpe de Valderas jugara en su favor transfiriendo
votos hacia un cartel más presentable y otros confian en su control del aparato.
Además, hay que tener presente el dato de que las modestas perspectivas
electorales de la sucursal andaluza de IU obligarían a que de ser Valderas el
candidato a la presidencia tuviera que mudarse su ubicación desde la cabecera de
la lista de IU de la circunscripción electoral de Huelva -donde lo tiene muy
crudo para salir- a la de Sevilla, provocando como efecto colateral que
Concha Caballero -actual diputada andaluza, coordinadora de Sevilla y líder de
los críticos- pasará del nş 1 al nş 2, ya de muy difícil salida y que
consecuentemente Sánchez Gordillo, que hasta la fecha ha sólido aceptar ir tras
Caballero, quedara desplazado al nş 3, cuya elección sería francamente milagrosa
dadas las circunstancias. Sabiendo que IU lo que es, dice y hace en
política es lo que dicen y hacen sus cargos públicos y que el resto es relleno,
se entiende la virulencia del envite.
A la hora de la cobertura política de la pelea, los críticos
presentan como modelo y referencia la labor en Córdoba de Rosa Aguilar y de
Caballero en Sevilla; en un sitio, porque han ganado la alcaldía y en el otro
porque han perdido menos que en otros. Tambien reclaman el retorno a IU de los
expulsados, especialmente los de Almería. Y en lo tocante a otros asuntos,
inciden en que estaba de más un acuerdo general con el PSOE andaluz cocinado
desde arriba para la formación de los Ayuntamientos, prefiriendo en su caso los
acuerdos locales, con el razonable argumento de que no esta fundado
legitimar globalmente al PSOE como opción de izquierda. De no aceptar apoyos
para gobernar del PP o de no formar parte de coaliciones imaginativas,
no dicen nada, por razones históricas obvias. Al respecto, se nos sugiere
lo mismo que ya dijimos en su día refiriéndonos a la versatilidad pactista de PA
y PSA: muy extraños izquierdistas y/o nacionalistas andaluces
han de ser aquellos a los que -incluso a nivel municipal- el PP no
encuentre problemas en sostener. ¿Alguien se imagina al PP apoyando no ya a
la izquierda abertzale o al PNV-EA sino incluso al BNG o a ERC frente al PSOE?.
Pues eso mismo; aplíquese antes en Carmona, Osuna... como ahora en Camas o La
Algaba o donde encarte.
Para acabar de liar el asunto, procede recordar que en la
corriente critica andaluza conviven sin aparente dificultad ni
contradicción la extrema derecha -Rosa Aguilar- y la extrema izquierda -Sánchez
Gordillo y la CUT- de IU. Más complejo aún, la CUT-BAI forma parte a su vez
estatalmente de la
Corriente Roja,
formada precisamente en su día a la izquierda y en conflicto con lo que
representaban Frutos/Llamazares, referentes políticos, organizativos y
programáticos de la mayoría de los socios críticos de la CUT. Más aún, y a
titulo de anécdota, dentro de la CUT-BAI se integran militantes del
PRT-IR (la sección española de la
LIT-CI) en Andalucía que a su vez se encuentran en la coordinación nacional y
estatal de la Corriente Roja y que dada su pertenencia a la CUT son aliados en
Andalucía de Rejón y Rosa Aguilar mientras que en Madrid deben ser
simultáneamente sus adversarios. Todo un ejemplo de flexibilidad. Más lío
todavía; mientras Corriente Roja se afirma reiteradamente como proyecto de
ámbito español -sea dentro o fuera de IU- Sánchez Gordillo -pese a pertenecer
formalmente a esa misma Corriente- afirma que en Madrid
"la alianza de
CUT-BAI debería estar en Corriente Roja, pero desde nuestra total soberanía e
independencia"(3). Es decir, es de
Corriente Roja pero desde fuera de Corriente Roja. Nacionalmente, ve a
Corriente Roja meramente como unos
aliados a sumar junto a otros -entre
los que cita, por ejemplo, tanto a
Nación Andaluza como a,
¡ojito!, a Acción Alternativa (la sucursal andaluza del
entramado postMC,
la
Federación de Asociaciones de Dinamización Sociocultural)
dentro de un maremagnum diverso- pronosticando que la izquierda que
requiere Andalucía
"hoy es difícilmente realizable dentro de
IU-LV-CA, aunque tenemos que intentarlo por todos los medios, pero al mismo
tiempo hemos de ir creando fuera en pie de igualdad de otras
fuerzas políticas y colectivos que estén interesados en la construcción en
Andalucía de una izquierda alternativa. El famoso bloque andaluz de
izquierdas debe ser algo más que la continuación de nuestras siglas para darle
forma y contenido sin pausa ya que los virajes de la actual dirección de IU nos
dejan al borde de la calle. Para ello hemos de llamar a las puertas del
movimiento Antiglobalización para ir configurando esta izquierda hoy más
necesaria que nunca en Andalucía". ¿Va a solicitar a estas alturas que
las fuerzas requeridas se integren en IU?. No lo parece. ¿A lo mejor cree
compatible trabajar con ellas establemente en un proyecto político nacional que
simultanee la labor dentro y fuera de IU?. No suena sólido ni creible. ¿Como
conciliar todo esto con su relación con Rejón, Martín Recio, Caballero o
Aguilar?. ¿Los ve quizá contemplando la posibilidad de salirse de IU si se
confirman sus temores, que no son precisamente los de ellos?. No
es presumible. ¿Aprecia Gordillo que su posición ante el PSOE es
estratégica y de principios mientras que la de Rejón es sólo táctica y
coyuntural?. No hay manera de aclararse al respecto. ¿Sabe políticamente Sánchez
Gordillo y la CUT donde están?. Es de suponer. ¿Y adonde quieren ir?. Cabe
dudarlo. ¿Apuestan todavía por IU o no?. Ni si ni no, depende de como les vaya y
de lo que hagan otros. ¿Es consciente Gordillo de que para muchos su
llamamiento retórico a la
refundación de IU o de la izquierda
andaluza es leído como sinónimo de los anhelos e ilusiones de Corriente Roja por
una
Refundación Comunista a la española?. Puede que no le importe.
¿Piensa Gordillo y la CUT en una fuerza de izquierda nacional o en una nueva
sucursal andaluza de la izquierda española?. No se sabe o
según los
días... ¿Y qué dice de todo esto Cañamero...?. Ante este cúmulo de apuestas
diversas y contradictorias y de interrogantes abiertos, la opción que -por citar
otro caso de sonada duplicidad en IU- mantuvo en su momento
Espacio Alternativo de
presentarse como izquierda dentro de IU mientras apoyaba a la vez a Llamazares
aparece comparativamente como un éxtasis de simplicidad lineal. Quizá sólo el
transcurrir del tiempo decante a la CUT y corte, sumando acciones propias y
ajenas y por la fuerza fatal de los acontecimientos, este nudo gordiano. Sólo
cabe desear que sea para bien.
Además, Brasil, Argentina, Liberia,
Marruecos...
Además, en Julio pasaron por Madrid, Lula el presidente de
Brasil que de socialista se ha pasado ahora al librecambismo liberal y por ello
recibió premios, loas y halagos y Kirchner -el de Argentina- que sólo por decir
en una reunión con grandes empresarios con intereses allá que no iban a robar en
las proporciones de los tiempos de Menem, mereció pescozones varios en
prensa, atenuados por la explicación tranquilizadora ad-hoc
de que era una pose destinada al consumo interno argentino. De Brasil
y Argentina (y de Venezuela...) habrá que ocuparse en Septiembre.
Además, también en Julio se filtró -ABC mediante- un borrador
articulado del Plan Ibarretxe, provocando una escandalera
españolista de aupa. El texto -muy interesante y que merece comentario en si
mismo si se confirma como base articulada- no iba, en todo caso mucho más allá
de lo que ya analizamos en su día (4).
De telediario en telediario fuimos viendo imágenes atroces de
Liberia teniendo que soportar además el sonsonete de las llamadas de
auxilio pidiendo la intervención militar yanqui en el país, que sumadas a las
que no vimos de Uganda, el Congo o Sierra Leona o a lo que sabemos de Nigeria o
Guinea Ecuatorial o en otro plano, Sudáfrica, llaman, eso sí, la atención sobre
el fracaso de África tras una media de cuarenta años de independencia
neocolonial. Fracaso no sólo por la situación o por no emanciparse sino por la
ausencia de movimientos visibles de lucha por esa emancipación.
En Julio, también, Mohamed VI de Marruecos anunció mano
dura con los islamistas a cuenta de los atentados de Casablanca, generando
escalofríos entre los comentaristas bien informados por la imagen de
fragilidad y el temor a una escalada de inestabilidad a 8 millas de las costas
andaluzas. Cuando Argelia (y consecuentemente el Polisario) confirmó su
aceptación de la ultima versión del Plan Baker atendiendo las sugerencias de
Washington, el Consejo de Seguridad lo avaló y el régimen de Marruecos no
lo considero válido, el escalofrío se reprodujo. El Plan establece una autonomía
por cinco años en el territorio del antiguo Sahara español, electa mediante
votación del censo colonial trucado de 1974 -el que le gusta al Polisario-
y referéndum de autodeterminación con el censo de residentes actuales -el que
prefiere Marruecos- incluyendo autóctonos reconocidos o no en el censo de 1974 e
inmigrantes de otras zonas de Marruecos. La preocupación insinuada se motivaba
no sólo por las posibles reacciones del Majzen frente a intereses españoles sino
sobre todo por la señal de impotencia y fragilidad que transmitía la negativa
del Régimen marroquí. Si el Majzen se reconoce incapaz de convivir e integrar en
las condiciones dadas al Polisario, teme el uso que este pueda hacer de las
controladas competencias autonómicas y sus efectos en el resto de Marruecos; no
se ve capaz de sobrellevar ese quinquenio y duda del resultado del referéndum
final, es que el Régimen reconoce que carece de confianza en si mismo. Tambien
habrá que volver sobre la cuestión a partir de Septiembre.
Y la guerra de Iraq...
La ultima noticia sobre el contingente militar español en
transito hacia Iraq es que va a ser dotado de blindados con artillería reforzada
y que los mandos yanquis ya han advertido que debe ir preparado para el combate,
es decir, que no va restringido a tácticas de defensa pasiva -como decía
inicialmente el Gobierno español- sino que se les requiere como coparticipes en
su zona de operaciones de las tareas de control y contrainsurgencia.
Recientemente también se ha informado de acciones por parte de la resistencia
iraquí (5) en las provincias adjudicadas a
las tropas españolas, desmintiéndose así las afirmaciones del Gobierno español
de que iban remitidos a una zona tranquila.
El Gobierno español destaca 1.300 militares a sueldo para
participar en la ocupación de Iraq e implicarse en la represión de la
resistencia iraquí ante el dominio colonial(6). Es una acción
de alcance político crucial. La decisión, que es equivalente por enésima vez a
una declaración de guerra a Iraq, se ha tomado de forma ilegal sin previa
votación en el pleno del parlamento español, ciscándose en la propia letra de la
Constitución española que tan ardientemente defienden los españolistas a la hora
de negar el derecho a la autodeterminación. La debilidad militar del Ejército
español hace que sus fuerzas partan a una zona bajo mando operativo polaco y
teniéndose que reforzar con contingentes de apoyo de Guatemala, Honduras,
Nicaragua, El Salvador y República Dominicana (que acuden al matadero a cambio
de que el Estado español condone 1.000 millones de dólares de su deuda externa).
Salvo el PP ninguna otra fuerza parlamentaria avala y apoya
el envío (aunque el PSOE se declara solidario de los militares enviados). La
fecha escogida ha hecho que las protestas hayan sido escasas. Obviamente, el
movimiento popular andaluz no debe asumir la posición del PSOE. Los
militares españoles son profesionales y al participar en una guerra de ocupación
injusta e ilegal son objetivos legítimos de guerra para la resistencia iraquí.
En ese enfrentamiento entre un ejercito de ocupación y una nación humillada no
cabe la neutralidad ni menos aún la menor solidaridad o apoyo a quienes
contribuyen como auxiliares al dominio yanqui sobre Iraq. Más aún, conviene
tener presente que precisamente los militares españoles -junto a los japoneses-
constituyen el eslabón débil de la coalición ocupante. No vienen de un país del
Este o del Tercer Mundo, por lo que sus hipotéticas bajas tendrían un efecto
político y mediático objetivo, rápido y cualitativamente distinto a las del
resto; debilitando así por efecto colateral el arrope político y el esfuerzo
militar angloyanqui aunque su peso militar sea incomparablemente secundario
en relación al de yanquis y británicos. La demanda central del movimiento
antiguerra ha de ser pues su retirada inmediata, total e incondicional.
A este respecto conviene tener presente que la composición,
orígenes y objetivos políticos de la resistencia iraquí -sea realmente la que
finalmente sea- es irrelevante. Cualquier fuerza iraquí o kurda -sea la que
fuere- tiene pleno derecho a luchar por expulsar a los ocupantes de su país. El
futuro de Iraq sólo compete a los iraquíes así como el de Kurdistán a los
kurdos.
Los posibles beneficios políticos que la derrota de la
iniciativa militar de Aznar podría conferir al PSOE son absolutamente
secundarios en esta tesitura y en nada deben disminuir el énfasis a partir de
septiembre en conseguir el retorno urgente de la fuerza colonial expedicionaria
española.
De momento, sigue haciendo calor...
Andalucía
El Cierre de Altadis: otro
paso en el desmantelamiento productivo de Andalucía
Ruben Iban
El pasado 23 de Julio, Altadis
anunció el cierre de su fábrica de cigarrillos de Los Remedios dentro
de un proyecto de reconversión de sus actividades. El cierre de esta fábrica
sevillana supondrá acabar con la producción de tabaco en la ciudad, una
industria con 400 años de antigüedad en Sevilla.
El cierre de la fábrica de Sevilla, unidos a los recortes en el
resto del Estado incluido la supresión de un 35% de la plantilla en Cádiz, hará
ahorrarse a la empresa alrededor de 70 millones de € al año. La misma empresa
cerró su fábrica en Málaga el año pasado suprimiendo 480 empleos. Los
trabajadores asegurados, como es costumbre, serán prejubilados si la edad lo
permite o trasladados a otras fabricas (a la planta de Alicante con toda
seguridad).
Esta empresa no se encuentra en crisis, ni estaba perdiendo
dinero con sus fábricas, así que ¿cómo se explica esta oleada de cierres?.
Altadis se ha referido a esto como una remodelación de su sistema productivo con
el objetivo de incrementar la competitividad de sus fábricas en el mercado. No
es sino un proceso de relocalización industrial que supone dos grandes ventajas
para Altadis.
En primer lugar, esta operación supondrá una buena inyección de
capital para la empresa, cuando consigan que el suelo se recalifique como
urbanizable. Los Remedios, zona donde esta situada la empresa, tiene una de las
medias más elevadas de precios del suelo en Sevilla. Hay muchos casos de este
tipo de estrategias de relocalización que acaban convirtiéndose en operaciones
inmobiliarias millonarias. La mitad de las grandes industrias sevillanas están
en proceso de recalificación de los antiguos terrenos que ocupaban, como ha
puesto de relieve recientemente Diario de Sevilla. En la antigua
fabrica textil de Hytasa se están construyendo 350 viviendas y
oficinas. En Bordas Chinchurreta, en la Carretera Carmona, se
han empezado a construir las 500 viviendas que ha permitido su recalificación,
dándose además el caso de que el propietario de esta fabrica es un conocido
especulador inmobiliario con múltiples propiedades en el centro de Sevilla. La
antigua fábrica de Uralita en Bellavista albergará 1350
viviendas y un centro comercial. Coca Cola y Ford
vendieron sus terrenos en la Av. Kansas City, terrenos que acabaron
siendo destinados a la construcción de edificios de viviendas de 15 plantas.
Situación similar la da Induyco, Landis-Gir o
mas recientemente Cruzcampo.
En segundo lugar, la relocalización de la producción en
Maruecos supone un abaratamiento considerable de los costes de producción. Según
los directivos de Altadis los despidos y los cierres de fabricas no tienen
nada que ver con la compra de la tabacalera marroquí "Regie des Tabacs
Marocains", lo que supone que Altadis controlará un 80% del mercado
marroquí del tabaco. Esto es tan cierto como que el cierre de la fábrica de
cerámicas y el despido de los 136 trabajadores de Pickman, nada tiene que ver
con la apertura por esas fechas de una nueva fabrica de Pickman en
Marruecos.
Son muchas las empresas europeas que están optando por
trasladar sus fabricas al norte de África. El menor coste de la mano de obra se
traduce en un abaratamiento del producto y en un incremento de la productividad,
que hará a la empresa mas competitiva en el mercado europeo. Suelen ser
compañías industriales o de servicios que necesitan un numero elevado de
obreros, como está pasando por ejemplo con los teleoperadores.
La
competitividad en la nueva economía global pasa por reducir los costes de la
mano de obra al mínimo. En realidad siempre a sido así, con la diferencia de que
ahora se enfrentan a una clase trabajadora tan desorganizada, tan sumisa y tan
carente de cualquier tipo de conciencia, que pueden hacer lo que antes no se
atrevían. El capital no tiene patria, solo busca la localización donde obtenga
mayores ventajas competitivas, que no es sino allí donde el trabajo esté mas
desregulado y el trabajador mas exprimido.
La perdida de los 233 puestos de trabajo de Altadis se une al
constante goteo de cierre de grandes y medianas industrias y expedientes de
regulación en Andalucía, que en cantidades pequeñas son menos problemáticos,
pero que en números enteros están suponiendo el desmantelamiento productivo de
la zona.
Tan solo recordar los despidos improcedentes de la fábrica de
cerámicas Pickman, la precarización del servicio de recogida de
basura en Tomares o los despidos masivos en las
contratas de telefonía. Y sin salirnos de Andalucía el paisaje
se torna aún peor, los mineros engañados y en la calle y las minas de
Huelva utilizadas como vertederos de residuos tóxicos, los
astilleros de la provincia de Cádiz en desmantelamiento, los
polos industriales de Algeciras y Huelva con el trabajo cada vez mas
precarizado, la pesca en peligro de extinción y los pequeños agricultores y
jornaleros luchando contra legislaciones que asumen su desaparición.
La entrada de Andalucía en la producción moderna ha supuesto el
desmantelamiento de su sistema productivo. La terciarización, la relocalización
industrial y la reconversión han ido dando lugar a una economía donde el sector
de la construcción y el turismo son las únicas actividades que absorben mano de
obra y unidas a la especulación con el capital financiero e inmobiliario son lo
único que libra a Andalucía de la recesión y el desastre económico.
Los marroquíes trabajando esclavizados en nuestras antiguas
fabricas relocalizados, nosotros trabajando de criado, de camarero o de bufón
para ese enorme parque de atracciones en el que se ha convertido Andalucía. Si,
es globalización, sí, es capitalismo, y sí, es un desastre.
La Unión Europea y América
Latina: inversiones, estrategias empresariales y partenariado
trasatlántico
G. Buster
1. IntroducciónDebe ser el signo de los
tiempos cuando '
The Economist' (2003) acusa a las inversiones extranjeras
de ser las responsables de la crisis argentina y en general del estancamiento
económico actual en América Latina
: "El fallo singular más importante fue la
dependencia de la región de los volátiles flujos de capital. El crecimiento
antes de 1997 coincidió con unas entradas masivas de capital, algunas atraídas
por las privatizaciones. Como resultado, las monedas se sobre-apreciaron,
dañando a las exportaciones y a los productores locales y provocando grandes
déficits por cuenta corriente (...) Para compensar, los gobiernos tuvieron que
ajustar la tasa real de cambio (p.e. devaluando la moneda o abaratando la
producción a través de deflación de precios). Como la mayoría de los países
habían derrotado la inflación anclando sus tipos de cambio, fue muy difícil. En
muchos países la mayor parte de los ahorros y las deudas estaban en dólares. Y
la devaluación amenazó con provocar un caos financiero. Para complicar aun más
las cosas, el servicio de la deuda de los gobiernos se hizo más cara. Y por lo
tanto tuvieron que cortar otros gastos, exacerbando la recesión".
La
tesis que quiero defender mantiene la mayoría de estos factores, pero altera su
orden y por lo tanto las causas de la crisis. Porque el elemento clave a mi
entender es que fue la incapacidad política de los gobiernos latinoamericanos
para hacer una reforma fiscal profunda y su progresivo endeudamiento el que
alentó el flujo de capitales extranjeros a través de las privatizaciones, para
financiarse y garantizar el funcionamiento de un sistema favorable a sus
intereses pero cada vez más incapaz de satisfacer las necesidades de sus
poblaciones.
Que una parte importante de esas inversiones fuera de origen
europeo, y muy en particular español, se explica a su vez por el retraso de la
modernización y reestructuración de los grandes grupos empresariales españoles y
sus dificultades en los 90 para alcanzar economías de escala en el mercado único
europeo frente a competidores mucho más establecidos. Como consecuencia, este
proceso ha cambiado de manera sustancial el tejido productivo y la estructura de
intereses en América Latina así como la posición de España en la UE, en un
momento de crecientes tensiones inter-imperialistas entre la UE y la
Administración Bush en EE.UU.
Haré primero un recorrido por el mapa de
las inversiones europeas en América Latina en los últimos 10 años, para
identificar después las líneas estratégicas generales de las empresas
multinacionales europeas. Intentaré ver cómo ha desarrollado la UE un marco
institucional de relaciones políticas y económicas con las diferentes
sub-regiones de América Latina para acompañar estas inversiones. Posteriormente
trataré de apuntar los efectos de la crisis argentina en las empresas europeas
y, finalmente, señalaré algunas contradicciones en la alternativa MERCOSUR o
ALCA.
2. Las inversiones europeas en América Latina en los 90
De 1995 al 2000 se ha producido un cambio cualitativo en
el volumen de las inversiones directas (IED) europeas en América Latina, que han
hecho de la UE el primer inversor en la región, en especial en Brasil y
Argentina. La UE es además el segundo socio comercial –el primero de MERCOSUR y
Chile- y el primer donante, por encima de EEUU. En el 2000, techo de este ciclo,
las inversiones comunitarias superaron en un año los 38.000 millones de euros.
De acuerdo con el carácter pro-cíclico de la IED en América Latina, señalado por
numerosos autores, se produjo una contracción del flujo total a partir de 1999
(88.220 millones de dólares) -que afectó a las inversiones europeas un año más
tarde-, hasta situarse en la mitad (44.402 millones de dólares) el año pasado
(CEPAL 2002), en lo que Guillermo Calvo ha calificado de "parón" (The
Economist 2003) Aunque este ciclo de inversiones se concentró fundamentalmente
en Brasil, Argentina y México, un 61% del total, con las dirigidas a Chile,
Venezuela y Colombia, alcanza el 84%.
Ello fue posible por las reformas
económicas neoliberales de "segunda generación" -especialmente las
privatizaciones del sector público- impulsadas por los gobiernos de la región,
con el decidido apoyo del FMI y el Banco Mundial, en el marco del llamado
"Consenso de Washington" (Williamson 1990 y 1999).
La inversión
por sectores en los tres principales países señalados da una primera idea de la
estrategia inversora de las multinacionales, que analizaremos posteriormente con
más detalle. Históricamente, antes de los 90, la IED en América Latina se
concentró en la manufactura para los mercados internos fuertemente protegidos o
hacia la explotación de recursos mineros y energéticos, sobre todo en los países
miembros de la Comunidad Andina. En 1997, seis sectores suponían el 84% de todas
las inversiones: automóvil (26%), alimentación y tabaco (19%), comercio (11%),
electrónica (10%), petróleo (9%) y química (9%).
México, como
consecuencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU y Canadá, vio pasar su
acervo de inversiones de 22.000 millones de dólares en 1990 a 41.000 millones en
1995 y 72.000 millones en 1999, multiplicándose por 3,3. El sector manufacturero
representó el 61% de las inversiones, los servicios financieros el 13%, el
comercio el 12% y otras industrias un 14%. Y ello debido a las restricciones
políticas a las inversiones extranjeras en sectores como el petróleo, los
servicios públicos o las telecomunicaciones. A partir de 1998, el 50% de la IED
ha estado destinada a la compra de bancos privados. Las inversiones de EE UU
supusieron el 60% frente al 22% de la UE.
En Brasil, el acervo de las
inversiones se cuadriplicó entre 1990 y 1999, siendo el principal receptor en
América Latina. A fines de 1995, el 55% correspondía a inversiones
manufactureras para el mercado interno y el 43% a los servicios. En el 2000,
estas cifras han pasado al 29% y al 70% respectivamente y el sector
manufacturero, sobre todo automovilístico, busca mercados de exportación en
México y la UE. La política de privatizaciones hizo que las telecomunicaciones
pasaran a suponer el 36% y el sistema financiero el 21%. Las inversiones de la
UE supusieron el 45% del total –
el 11,2% de España- frente a un
24,2% de EE UU.
En Argentina, el acervo de inversiones se multiplicó por
4,5 en dos fases entre 1992 y el 2000. La primera fase a través de las
privatizaciones y la segunda por la compra de grandes empresas privadas
argentinas. Así en 1992, el 36% de la IED se dirigió a la manufactura, el 19% al
petróleo y el 14% a los servicios públicos. En el 2000, el porcentaje era 29%
para la industria manufacturera, el 24% para el petróleo, el 12% para las
telecomunicaciones, el 12% para los servicios públicos y el 10% al sector
bancario. Las inversiones de la UE supusieron el 53,4% -
el 25,6% para
España- del total frente a un 23,2% de EEUU (Calcagno 2001, CEPAL
2001).
2.1 Las inversiones españolas Un monto muy
importante de las inversiones europeas en América Latina corresponde a las de
origen español, como hemos señalado. Tras el ingreso de España en la CEE y la
consiguiente reforma del régimen de inversiones exteriores en 1986, las IED
españolas pasaron de 1988 a 1992, acompañando el ciclo alcista internacional, de
1.969 a 6.511 millones de dólares. Pero solo el 12% del total se dirigió a
América Latina, mientras que el 50% fue a la CEE. En América Latina, el destino
fundamental fue Panamá, como paraíso fiscal, y en menor medida Argentina, Chile,
México, Brasil y Venezuela. Por sectores, el bancario alcanzó el 53,4% -con la
creación de grupos financieros por grupos industriales y turísticos españoles no
vinculados a la banca- desplazando a las inversiones manufactureras, orientadas
hacia los mercados internos latino-americanos, y turísticas tradicionales
(Arahuetes y Argüelles 1996).
Tras el primer "parón" de primera mitad de
los 90 por la recesión internacional, las inversiones españolas crecen
espectacularmente a partir de 1995, en los sectores financiero, petróleo,
telecomunicaciones, energía eléctrica y transporte aéreo (aunque en este último
con malos resultados, que llevaron a Iberia a revender Aerolíneas
Argentinas).
En Argentina, el acervo inversor español creció de 1.809
millones de dólares en 1995 a 18.726 millones en el 2000. Las empresas españolas
participaron en las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas; Telefónica (1.338
millones de dólares); Edenor, Edesur y Dock Sur en el sector eléctrico; los
bancos Francés (509 millones), Río de la Plata (1.631 millones), Tornquist,
Galicia y Buenos Aires, a cargo del BSCH y el BBVA. En el 2000, Repsol compró la
petrolera YPF por 15.168 millones de dólares (Kulfas, Porta y Ramos 2002, CEPAL
2002).
En Brasil, Telefónica de España compró la brasileña por 10.423
millones de dólares y Tele Sudeste Celular SA por 2.419 millones, y Endesa esta
desarrollando el grupo Enersis con la construcción de una central térmica en
Ceará (CEPAL 2002).
En México, la influencia española fue menor, pasando
de 82 a 312 millones de dólares en 1998, para aumentar tras la compra por el
BSCH en el 2000 del grupo financiero Servin por 1.560 millones de dólares y la
adquisición por Iberdrola en el 2002 del 13% de Gas Natural de México, con
inversiones planeadas de 2.350 millones de dólares (Mattar, Moreno-Brid y Pérez
2002, CEPAL 2002)
También ha habido inversiones importantes en Chile
(telecomunicaciones, banca y energía eléctrica), Perú (adquisición de Copertel y
Entel por Telefónica) y Venezuela (sector bancario) (CEPAL 2002).
3.
Estrategias de las empresas multinacionales El carácter fuertemente
cíclico de las IED en América Latina debe enmarcarse en la situación de la
economía internacional a comienzos de los años 90 y la reacción de las clases
dominantes con la aplicación de las políticas de ajuste, reestructuración y
privatización neoliberales, el llamado "Consenso de Washington", que crearon las
condiciones para atraer hacia la región los flujos de IED.
Brenner (1998
y 2002) ha explicado como la recuperación de la economía de EEUU tras la
recesión de 1990-91 se realizó no sobre la base de un aumento de las inversiones
en capital fijo y tecnología, sino a través de un aumento de la productividad
basada en congelaciones salariales, recortes fiscales, retirada de la capacidad
productiva de baja rentabilidad y devaluación del dólar. Lo que fue acompañado
por la Administración Clinton por una dura política de ajuste fiscal y una
imposición internacional de los modelos neoliberales a través de la OMC, el FMI
y el Banco Mundial. En la UE, la recesión se prolongó por la combinación de las
políticas de ajuste y convergencia ligadas a la Unión Monetaria, que redujeron
el mercado interno y una fuerte perdida de competitividad frente al dólar, que
limitó una estrategia basada en las exportaciones. La enorme liquidez de capital
de todo el sistema internacional buscó nuevas inversiones, a partir del mismo
modelo de reestructuración, que permitiese reducir los precios de los productos
en el mercado internacional gracias a los bajos salarios y la presión fiscal u
orientándose a la ocupación de parcelas de los mercados internos de las
economías emergentes. Es decir, hay que entender las características de la IED
internacional de los 90 a partir de la sobreproducción y sobrecapacidad
existente a nivel internacional.
Para atraer a la IED, en dura
competencia con China y la región de Asia-Pacífico, los gobiernos
latino-americanos tenían que garantizar además una estabilidad financiera
condicionada por el pago de los intereses de la apabullante deuda externa, que
en 1990 suponían un flujo anual de 18.800 millones de dólares. Tras la llamada
"década perdida" y la crisis de la deuda externa de los 80, el Plan
Brady permitió una reestructuración de la deuda sobre la base de su
estatificación y la creación de un mercado de bonos, tanto públicos como
privados, que permitió abrir un nuevo ciclo de endeudamiento (Toussaint 1998),
que en el 2000 alcanzó los 750.855 millones de dólares. Pero ello no fue
suficiente y exigió dos medidas adicionales, además de los planes de ajuste: las
privatizaciones del sector público y, finalmente, la dolarización de una parte
sustancial, cuando no de toda la economía interna. Más adelante veremos las
consecuencias de estas opciones en el caso de la crisis argentina.
El
resultado final fue que América Latina atrajo en el periodo 1990-95 22.000
millones de dólares en inversiones frente a 48.000 de Asía–Pacífico y 19.000 de
China. Y en 1999, momento culminante para América Latina, 108.000 millones
frente a 103.000 de Asía- Pacífico y 41.000 de China. Después, ha perdido
claramente su capacidad de competencia, situándose en 56.000 millones en el
2002, frente a los 90.000 de Asía-Pacífico y los 50.000 de China (CEPAL
2002).
En líneas generales, y en este contexto, la estrategia de las
empresas multinacionales puede agruparse en tres grandes grupos:
-"maquilas": empresas que invierten en plantas
manufactureras para la exportación hacia el mercado de EEUU aprovechando los
bajos salarios y las ventajas fiscales locales, sobre la base de la apertura
comercial del TLC en 1994 o los acuerdos de liberalización con Centroamérica y
Chile;
-extractoras de materias primas (hidrocarburos y minería):
empresas con escaso encadenamiento con las economías locales, destinadas a la
exportación hacia el mercado mundial –en la región fundamentalmente Brasil-,
el control de las reservas y la presión para la desnacionalización de estos
recursos en países como México y Venezuela;
-control de cuotas del
mercado interno: empresas orientadas hacia sectores industriales (automóviles,
electrodomésticos, cerveza y alimentos), servicios públicos (electricidad,
telefonía, correos, transportes, gestión de aguas) y bancario-financieros, con
una primera fase de compra de empresas públicas en las privatizaciones y una
segunda de expansión mediante la adquisición de empresas
privadas.
La saturación del proceso
privatizador y la recesión internacional iniciada en el 2001, así como, uno de
sus prolegómenos, la crisis argentina, están suponiendo importantes cambios, que
son aun difíciles de definir.
Aunque las empresas europeas están
presentes en la mayoría de los sectores y sus estrategias pueden encuadrarse en
estos tres grupos, aparece una clara diferencia entre el capital de origen
español y el de los otros estados miembros de la UE. Las empresas españolas se
encuentran básicamente en el tercer grupo, con la importante excepción de Repsol
tras la compra de YPF y de las compañías eléctricas que buscan asegurarse una
cuota de la producción de gas natural para abastecer a sus centrales. El capital
de otros países europeos tiene un mayor componente industrial (Michelín,
Renault, Volkswagen, Philips, FIAT, Daymler) y extractor (Shell, BP, Phillips
Petroleum) y son multinacionales "globales", para las que América Latina es una
parte de su IED. Pero las empresas españolas son multinacionales
fundamentalmente por su inversión en América Latina. Incluso en el sector
bancario, los grupos españoles han adoptado el modelo de "banca universal",
mientras que el resto de los europeos ha buscado nichos especializados,
sobre todo la banca de negocios.
La transnacionalización en América
Latina de los grandes grupos empresariales españoles es producto de la
estrategia seguida por el capital y los sucesivos gobiernos españoles desde los
años 80 para prepararse a la competencia del mercado único europeo. La
privatización, fusiones y creación de grandes grupos de finales de los 80 y los
90 prepararon a las empresas españolas para aguantar la competencia de los
grandes grupos europeos en su propio mercado. Pero su alternativa estratégica se
limitaba a buscar fusiones con estos grupos para alcanzar las economías de
escala necesarias para poder competir en todo el mercado único o buscar un nicho
de especialización propio en el mercado internacional que le proporcionase esas
escalas. Esta segunda opción fue la impulsada por el capital español. Fue el
retraso del proceso de reestructuración y las dificultades para arañar cuotas de
mercado en la UE frente a sus competidores europeos lo que forzó al capital
español a volver a dirigir su mirada a América Latina.
3.1. Las
empresas europeas y las "maquilas"
Basta con enumerar las
principales filiales de las empresas europeas en México para comprender su
localización como plataforma exportadora hacia EEUU: Daimler-Chrysler,
Volkswagen, Michelin, Unilever, Siemens, Philips Electronics, BASF y Nokia.
Todas ellas en el sector automotriz o la electrónica.
A pesar de la
"Crisis Tequila" en 1995 y la caída de las inversiones en un 5%, ello no afectó
al sector exportador de ensamblaje que, gracias a la devaluación en un 31% del
peso en relación con el dólar, vio aumentar su competitividad en el mercado de
EEUU y sus expectativas de beneficio (Mattar, Moreno-Brid y Peres 2002). La
recesión en EEUU a partir del 2001 ha tenido, sin embargo, un efecto desastroso
en las "maquilas", que han reaccionado despidiendo al 27,1% de los trabajadores
del sector electrónica y al 6,7% del automotriz. Pero las empresas europeas del
automóvil han mantenido su presencia y algunas como Daimler-Chrysler y Michelín
han anunciado ya nuevas inversiones para hacer frente al aumento de la demanda
interna, sobre todo de coches pequeños (un 11%), a la espera de la recuperación
del mercado de EEUU. El sector de la electrónica parece haber escogido una
opción más radical y Philips ha anunciado que cerrará su producción este año
para trasladarla a China.
Hay que constatar que las empresas con un mayor
componente tecnológico son las que han aguantado mejor los efectos recesivos del
mercado de EE UU, lo que explica la diferente reacción entre los sectores
automotriz y electrónico. Si todas parten de la diferencia salarial con EE UU,
su única defensa frente a la competencia de salarios aun más bajos en China ha
sido el margen que proporciona una productividad más alta gracias a una mayor
inversión tecnológica en el sector del automóvil, mientras que las fábricas
electrónicas son, en la mayoría de los casos, meras plantas de ensamblaje de
componentes.
En Costa Rica se ha producido un crecimiento de la inversión
europea a partir de estos últimos dos años y, aunque la IED sigue siendo
mayoritariamente de EEUU y México, alcanza ya el 37% del total, impulsando una
diversificación de las maquilas de exportación a EEUU (CEPAL 2001 y
2002).
3.2 Las empresas europeas en el sector extractor
Aunque la presencia de empresas europeas como la Shell y BP ha sido
tradicional en América Latina, a finales de los años 90 ha tenido lugar una
importante avalancha de inversiones en el sector petrolero, muy especialmente
con la compra de la compañía estatal argentina YPF por la española Repsol. La
razón de estas inversiones es estratégica y no cíclica, en un momento de
importante redefinición del mercado petrolero internacional tras la I Guerra del
Golfo y las crecientes exportaciones rusas. Las compañías europeas han buscado
asegurarse fuentes de producción propias y ampliar su diversificación. Pero las
inversiones en América Latina han estado muy limitadas tradicionalmente por la
nacionalización del sector. De ahí las expectativas creadas por la privatización
de YPF en Argentina, la dura competencia por su compra, y las nuevas inversiones
en servicios e infraestructuras petroleras, además de gas natural, para crear
presión y situarse ante la posible privatización del sector en países claves
como Venezuela o México, de surgir las condiciones políticas para
ello.
En muy pocos años, a partir de las inversiones en Argentina y en
menor medida en Brasil –donde la empresa nacional PETROBAS es un importante
competidor en toda la región-, se ha creado una nueva estructura extractora y
comercial orientada tanto a las exportaciones como al importante mercado interno
de MERCOSUR. Repsol-YPF, Shell, Pan América Energy (Bridas y BP), Metrogas
(British Gas y Repsol-YPF) y Total en Argentina y Shell Brasil son las
principales compañías europeas en el sector.
La crisis argentina y la
desdolarización han provocado una importante crisis, dada la fuerte deuda de las
empresas extranjeras en dólares para financiar su rápida expansión, en especial
de Repsol-YPF. La salida ha sido buscar una alianza estratégica con PETROBAS,
que se ha convertido en la segunda compañía petrolera argentina tras la compra
en el 2002 de PeCOM Energía. Así, en el intercambio de activos, Repsol ha
concentrado y reestructurado su línea de negocios, aumentando su presencia en
Brasil y transfiriendo la red de gasolineras argentinas Eg3 a
PETROBAS.
En los países de la Comunidad Andina se han producido además
importantes inversiones en Colombia, donde BP lidera el consorcio para la
explotación de Cusiana y Cupiagua, y está presente las italianas Technip y
Camuzzi; Bolivia, para la explotación de las enormes reservas de gas natural;
Perú, también en gas natural en los yacimientos de Camisea; y el gigantesco
proyecto Mariscal Sucre, en Venezuela, liderado por la empresa estatal, pero con
participación de Shell con un 10% del capital.
En México, el único sector
abierto a las empresas extranjeras es el del gas natural, especialmente en la
cuenca de Baja California. Las expectativas creadas han supuesto una avalancha
de proyectos, que suman ya 18, tanto para exportación del gas licuado como para
su transformación en energía eléctrica. Las principales empresas europeas son
Shell, Iberdrola y Phillips Petroleum, en algunos proyectos en consorcio con
empresas de EE UU (CEPAL 2001 y 2002).
3.3. Las empresas europeas y el
acceso a los mercados latinoamericanos
En el sector industrial, un
número importante de grupos europeos se habían instalado o reforzado sus
operaciones tradicionales en Argentina y Brasil a comienzos de los 90, con las
expectativas creadas por la recuperación del mercado interno y el desarrollo de
MERCOSUR. En el sector automotriz, Volkswagen, FIAT y Renault
concentraban el 69% de la producción y más del 70% de las ventas internas. La
caída de la demanda interna en Brasil a partir de 1998 y el desplome de la
argentina en el 2001 ha obligado a una reestructuración muy importante de las
estrategias empresariales.
A ello hay que sumar el efecto de las
devaluaciones del real y el peso en el coste de los componentes importados para
la fabricación de los vehículos. Las empresas europeas han intentado reorientar
su producción hacia la exportación, con nuevos modelos –como coches pequeños y
camiones industriales- hacia México y utilizar su red distribuidora en Europa
para colocar los excedentes acumulados. Muchas fábricas han reducido
drásticamente sus plantillas.
Pero las empresas europeas se han enfrentan
con la competencia de empresas japonesas como Toyota u Honda y de EEUU, como la
Ford y General Motors, que intentan ocupar sus cuotas de mercado. Lo que ha
obligado a los grupos europeos a reconsiderar el cierre de algunas plantas e
incluso a realizar nuevas inversiones en tecnología para acompañar el proceso
reestructurador con la fabricación de nuevos modelos de vehículos, más pequeños
para el mercado interno, y aumentar a la vez su cuota exportadora, con un
esquema de "maquila".
En el sector eléctrico, la
situación es casi opuesta entre los países del MERCOSUR y México. En el primer
caso, la devaluación esta provocando una salida de capital extranjero, tras la
fase de privatizaciones y ventas de grandes grupos locales que se extendió hasta
1998, a favor de grupos brasileños. En el segundo caso, hay un despliegue
inversor a la espera de que se desmonte el control estatal de la distribución
eléctrica, especialmente de la española Iberdrola. Hay que constatar una vez más
la diferencia entre los grupos españoles –y también aquí portugueses- y el resto
de los europeos. EdF intenta salir de Brasil, por ejemplo, mientras que Endesa
España y Electricidade de Portugal están invirtiendo en nuevas centrales
térmicas, con proyectos de 200 y 450 millones de dólares.
En el
mercado de las telecomunicaciones, Telefónica de España ha sido
uno de los principales beneficiarios de las privatizaciones, con adquisiciones
de las Telefónicas de Brasil, Argentina, CTC de Chile, Perú y CANT de Venezuela.
En la telefonía móvil, Telefónica de España, sola o en consorcio, también esta
ocupando parcelas decisivas en Brasil (Telesp y Tele Sudeste), Argentina (TCP) y
México (Pegaso). France Telecom, que también se posicionó en Argentina (Telecom)
y Brasil (Intelig), parece buscar reducir ahora su presencia. Portugal Telecom
ha reestructurado sus operaciones en Brasil y buscado una alianza con Telefónica
de España.
3.3.1 La estrategia de los grupos bancarios europeos en
América Latina
La banca es el sector, junto al de las
telecomunicaciones, en el que las privatizaciones han tenido un efecto más
radical. En doce años, la IED ha pasado a controlar del 10% al 60% de los
activos del sector en toda América Latina. Pero las cifras por países son aun
más impresionantes: 90% en México, 62% en Chile, 61% en Argentina, 61% en
Uruguay, 59% en Venezuela, 49% en Brasil y 34% en Colombia.
Los gobiernos
latinoamericanos liberalizaron sus sectores bancarios como consecuencia de los
efectos de la "crisis del tequila" en 1995, instaurando legislaciones similares
a las de los países de la OCDE. Su intención era recapitalizar el sistema,
aumentar el volumen de créditos y reducir las altas tasas de interés, ligadas
históricamente a la financiación de la deuda externa. Los bancos extranjeros
parecían ofrecer además un respaldo frente a posibles nuevas crisis. Para grupos
como el BSCH y el BBVA era la posibilidad de exportar su modelo de banca
universal, con grandes redes de oficinas y diversidad de productos y servicios
financieros, utilizando el mismo idioma, en un momento en el que su otra opción
estratégica era buscar la fusión con grupos bancarios europeos para ampliar sus
operaciones en la UE.
El BSCH invirtió 16.400 millones de dólares en la
región y el BBVA 9.600 millones, convirtiéndose en muy pocos años en los
principales grupos en América Latina. El único banco que compitió con ellos fue
el Citigroup, que adquirió en el 2001 BANAMEX por 12.500 millones de dólares,
además de expandir su red en el resto de América Latina. Otros tres grandes
grupos europeos continuaron desarrollando su implantación como bancos de
negocios: el holandés ABN Amro, el británico HSBC y el italiano Banca
Commerciale. El total de los activos consolidados en América Latina de los cinco
grandes grupos bancarios europeos es de 149.511 millones de dólares, de los que
108.616 corresponden a los españoles.
Sin embargo, ni los objetivos
gubernamentales se han cumplido ni las expectativas a medio plazo de los bancos
extranjeros. El volumen de crédito no ha aumentado en los niveles esperados, ya
que se sitúan por debajo de las cifras asiáticas y los bancos extranjeros son
más conservadores en su evaluación de riesgos. Tampoco se han reducido
sustancialmente las tasas de interés, ni el coste de los servicios financieros.
Por parte de la banca extranjera, la rentabilidad sobre el capital era
ligeramente superior en el caso del BSCH (13.4% frente al 12.8% general) e
inferior en el del BBVA (7.6% frente al 12,6%), muy superior para el ABM Amor
(17.2% frente al 10,9%) y bastante inferior para el HSBC (6.6% frente al 13%).
El 37% de las ganancias totales del BSCH y el 27%
del BBVA proceden ya de América Latina.
En este contexto, la
crisis argentina ha supuesto un tremendo revulsivo, porque los gobiernos
latinoamericanos descubrieron que las garantías de los bancos extranjeros no
eran suficientes para evitar el desplome del sistema y que, además, se
convertían en poderosísimos grupos de presión en defensa de sus intereses,
reduciendo considerablemente su margen de maniobra para actuar en la crisis.
Para la banca extranjera, el "corralito" y la desdolarización de la deuda ha
supuesto un ataque a su derecho de propiedad sin precedentes desde los Acuerdos
de Basilea de 1988 que iniciaron la reforma del sector internacionalmente. A
pesar de ello, los grandes bancos han continuado manteniendo posiciones y
ampliando inversiones en Brasil y México (CEPAL 2001 y 2002, Calcagno
2001).
4.-Las relaciones entre la UE y América Latina: el marco
institucional
Las relaciones institucionales entre la UE y América
Latina se estructuran en tres niveles:
1.Diálogo político
bi-regional: UE-Grupo de Rió y las Cumbre UE-América Latina y el
Caribe. El Grupo de Rió se constituyó en 1986 con seis miembros iniciales que
firmaron la declaración de Rió, ampliándose después en 1990 y el 2000 hasta
integrar a todos los países de la región. Aunque cuenta con dos niveles de
reuniones, Cumbres de jefes de estado y gobierno y reuniones ministeriales, son
estas últimas las que estructuran el diálogo político bi-regional. La última
Cumbre tuvo lugar en Chile en el 2001, y la XI reunión ministerial en Atenas, en
marzo del 2003. De hecho, las Cumbres UE-América Latina y el Caribe se han
convertido en el nivel político más alto en las relaciones, desplazando a las
Cumbre UE-Grupo de Rió. Se han celebrado dos hasta el momento (en Rió en 1999 y
en Madrid en el 2002) y la tercera tendrá lugar en México en el 2004. Las
relaciones bi-regionales se califican de "partenariado estratégico" (Comisión
Europea 2003).
2.Diálogo sub-regional: UE-MERCOSUR,
UE-Comunidad Andina y UE-Centro América.
-MERCOSUR se constituyó en 1991
con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay y la aspiración de llegar a formar un
mercado económico único en un plazo de 15 años. En 1992 la UE firmó con MERCOSUR
un acuerdo institucional de apoyo a este objetivo de integración. En 1995 ambas
partes ratificaron un Acuerdo de Cooperación que institucionalizó un diálogo
político privilegiado, a nivel ministerial desde 1996 y un Consejo de
Cooperación ministerial desde 1999. En el terreno de la cooperación técnica, la
UE apoya financiera y técnicamente el funcionamiento de los órganos de MERCOSUR,
su proceso de armonización legislativa interna y su sistema
estadístico.
El objetivo más importante del Acuerdo de Cooperación de
1995 es la negociación de un Acuerdo de Asociación UE-MERCOSUR, en el marco de
la OMC. Tras los preparativos técnicos, las negociaciones se iniciaron en 1999
en la Cumbre de Rió. Hasta el momento han tenido lugar nueve rondas
negociadoras. La propuesta comunitaria fue presentada en julio del 2001 y la
contrapropuesta de MERCOSUR en octubre de ese año. La Cumbre de Madrid de 2002,
con los efectos evidentes de la crisis argentina, dio un fuerte impulso político
a las negociaciones, que deben entrar en su fase decisiva a mediados del 2003
tras el relanzamiento del proyecto por Lula y Duhalde y el anuncio de una
estrategia de integración monetaria de MERCOSUR. En agosto del 2002, la Comisión
Europea anunció un paquete financiero de ayudas para la modernización del estado
de 18,6 millones de euros para Uruguay, 51,7 para Paraguay, 64 para Brasil y
65,7 para Argentina.
-Las relaciones entre la UE y la Comunidad Andina se
basan en el Acuerdo de Cooperación de 1993 y la Declaración de Roma de 1996 que
institucionalizó el diálogo político. En la Cumbre de Madrid de 2002, ambas
partes se comprometieron a concluir un nuevo Acuerdo de Cooperación y Diálogo
Político para finales del 2004, dependiendo del resultado de la ronda de Doha de
la OMC, para el que ha habido dos rondas negociadoras.
La cooperación
contra el narcotráfico, incluyendo el llamado GSP drogas, el apoyo al Plan
Colombia y la ambigüedad de la UE en relación a la situación interna venezolana
han sido ejes de las relaciones bilaterales.
-La UE inició su dialogo
político con Centro América a través del Grupo de San José en 1984. En 1993
firmo un Acuerdo de Cooperación, apoyando institucionalmente el Mercado Común
Centro Americano (MCCA). En mayo del 2002, la UE aprobó la negociación de nuevo
Acuerdo de Cooperación y Diálogo Político, cuya primera ronda tuvo lugar en
marzo del 2003.
3. Relaciones bilaterales con México y
Chile: Los nuevos Acuerdos de Asociación con México y Chile datan
respectivamente de 1997, aunque entró en vigor en el 2000, y de 2002. Además de
un importante impulso del diálogo político, sobre todo con México, los acuerdos
implican una progresiva liberalización para la constitución de zonas de libre
comercio con la UE. En el caso de México, los productos industriales estarán
liberalizados a finales del 2003 para la UE y el 2007 para México, con una
tarifa máxima del 5% desde el 2003. El periodo transitorio previsto para Chile
es de 10 años, que conservará una pequeña producción para los productos de la
pesca y algo mayor para los agrícolas (Comisión Europea 2003).
Como es
fácil deducir de este repaso de las relaciones institucionales, la UE ha
centrado claramente sus prioridades en acompañar la nueva presencia inversora
comunitaria, y en especial española, en América Latina apoyando la integración
regional a partir de su propia experiencia y asegurándose un marco de actuación
comercial en las mismas condiciones que los acuerdos de libre comercio firmados
por EEUU con los países de América Latina. Los Acuerdos de Asociación con México
y Chile y la conclusión de la negociación con MERCOSUR son el eje de esta
estrategia. Su principal problema es que responde en buena medida al impulso
político interior en la UE de España, con el apoyo más matizado de Francia,
Portugal e Italia, que en algunos casos aparece como una diversificación de
esfuerzos excesiva de las zonas de interés comunitario prioritarias como Europa
del Este y el Mediterráneo.
A mediados de los años 90 el gran debate era
si la ampliación de la UE a Europa Central podía suponer una desviación de las
corrientes comerciales y de IED europeas en América Latina.
Los
principales estudios realizados señalaron ya, sin poder prever las fuertes
inversiones españolas, que los flujos comerciales y de IED dependían sobre todo
de las condiciones internas de oferta latinoamericanas (Nunnenkamp 2000). Sin
embargo, la reorientación actual de parte de las inversiones industriales
europeas hacia un modelo de "maquilas", amparadas por la liberalización prevista
en los nuevos Acuerdos de Asociación, puede crear una nueva situación,
alimentada por el interés político de reforzar los procesos de integración
regionales como MERCOSUR frente a ALCA.
5. Deuda, inversiones europeas
y crisis argentina
El ciclo de las inversiones europeas en América
Latina en los años 90 ha terminado con la experiencia traumática de la crisis
argentina, que sin duda será determinante para el futuro de la IED en la región
así como las políticas gubernamentales y las estrategias
empresariales.
Como se ha señalado, la IED europea comenzó a decaer
después de 1999 tras la devaluación en Brasil y la profundización de la recesión
en Argentina. El fin del anclaje del peso al dólar y su devaluación en un 70%
tras su flotación cortó en secó las expectativas de las empresas privatizadas de
servicios públicos, que tenían las facturas de sus servicios dolarizadas. El
"corralito" impuso fuertes limitaciones a la libertad de operación de los
bancos, a los que el Banco Central prohibió la repatriación de dividendos y se
exigió a los exportadores la liquidación en el país de las divisas obtenidas. El
gobierno impuso a los exportadores un impuesto que trasfiriera al presupuesto,
aunque fuese de manera muy limitada, las ventajas obtenidas con la devaluación.
El mercado interno colapso y la mayoría de la población tuvo que contentarse con
sobrevivir sin dinero legal, con bonos emitidos localmente.
Gran parte de
las inversiones realizadas por las empresas extranjeras en las privatizaciones y
las adquisiciones de empresas se habían llevado a cabo con un fuerte
endeudamiento en dólares, calculado en 23.000 millones, aunque de 1992 al 2001
giraron al exterior como beneficios 19.009 millones de dólares (CEPAL 2002).
Cinco de las doce sucursales de bancos extranjeros quebraron y tuvieron que ser
nacionalizadas o absorbidas por otros bancos. De ellas tres eran propiedad del
Credit Agricole de Francia y otra del Intesa BCI italiano. Las casas matrices
europeas dejaron de inyectar capital y retiraron todo el que pudieron. Las
empresas de servicios públicos europeas quebraron en masa.
El anclaje del
peso al dólar con paridad de 1:1 en abril de 1991 no correspondía, desde luego,
a que Argentina cumpliese las condiciones óptimas de una zona monetaria común
con EE UU.
Era una respuesta desesperada para acabar con la
hiperinflación y dotar de garantías al sistema económico, aunque fuese
abandonando cualquier pretensión de soberanía, para disciplinar la economía
desde fuera, con la aplicación de un duro programa de ajuste neoliberal. Las
reformas de primera generación no pudieron evitar los efectos de la "crisis de
la tequila" en 1995, con una caída de los depósitos de un 20% en dos semanas,
que estuvo a punto de acabar ya entonces con el sistema.
Las reformas de
segunda generación, lejos de abordar los dos problemas claves de la financiación
de la deuda externa y del presupuesto con una profunda reforma fiscal, buscaron
en la banca internacional un aval doble para el anclaje del peso al dólar. Para
ello, el gobierno argentino adoptó la legislación bancaria de los países de la
OCDE e inició un profundo programa de privatizaciones, que las empresas
extranjeras financiaron en buena parte con un nuevo ciclo de endeudamiento sobre
los activos y la facturación futura dolarizada. El ahorro interno fue sustituido
por el endeudamiento externo de quienes tenían que garantizar el conjunto del
sistema, en un ciclo vicioso.
Cavallo había teorizado públicamente en
1991 que la salida de la dolarización sería un peso fuerte. Pero la dolarización
del sistema financiero, por el contrario, creo expectativas universales de una
devaluación del peso. Cualquier medida regulatoria que adoptase el gobierno solo
podía confirmar esta impresión, postergando para más adelante su capacidad de
intervención. De ahí que el gobierno siguiera endeudándose en dólares sin
recurrir a la emisión de deuda en pesos en el mercado interno, alegando además
que la tasa de interés del peso era más alta. La reforma del sistema de
pensiones se hizo en dólares, con especiales beneficios para el BBVA.
La
revaluación del dólar a partir de 1999 tuvo efectos desastrosos para el sector
exportador, en especial hacia la UE y Brasil, combinándose con la recesión
iniciada en 1998. La falta de flexibilidad de tipo de cambio no dejaba otro
margen de actuación en el marco de la ortodoxia neoliberal que un ajuste fiscal
que, junto a la caída en capacidad adquisitiva de la población, hundió aun más
al país en la recesión. Cavallo, de nuevo ministro de economía desde abril del
2001, recibió poderes especiales para su programa, que además incluía
subvenciones para los exportadores, impuestos sobre las importaciones y una
campaña de relaciones públicas en Europa, anunciando el anclaje común del peso
al dólar y al euro cuando el cambio de ambas divisas fuera paritario. Fue en
este momento cuando el FMI y la Secretaria del Tesoro de EEUU empezaron a poner
en duda la estrategia de Cavallo de crecimiento a través de las
exportaciones.
Paralelamente, Cavallo enmendó la ley del Banco Central
para que pudiera inyectar dinero en el sistema más allá del 33% de sus reservas
internacionales y obligó a la banca privada a comprar 2.000 millones de dólares
en bonos en pesos, que podían utilizar para cubrir el coeficiente de reservas
estipulado de un 18%. Para finales del 2001, el 20% del activo de los bancos
estaba constituido por bonos y otros tipos de deuda pública. Ante el peligro de
un derrumbe de los bancos que hiciese quebrar al gobierno, este acabó por
imponer el "corralito" y más adelante el "corralón" para garantizar con el resto
de los dólares en el sistema su propia deuda y el anclaje del peso. La conmoción
política que siguió acabó provocando finalmente la quiebra de la deuda pública,
el fin del anclaje del peso al dólar y la devaluación.
Las grandes
empresas europeas, en especial las españolas, se encontraron en la intemperie e
intentaron aumentar su presión sobre el gobierno argentino para asegurarse una
"pesificación asimétrica" lo más favorable posible y que hiciese recaer sobre
los consumidores de los servicios públicos privatizados y los detentadores de
las cuentas y cartillas de ahorro el peso de la devaluación, con el argumento de
su propio endeudamiento exterior en dólares. Repsol, BSCH y BBVA recurrieron a
los buenos oficios de Aznar y el Gobierno del PP, que descubrió la impotencia de
la UE como garante último de las inversiones españolas, papel que encontró
parcialmente, según sus propios intereses ligados al Citigroup, en la Secretaria
del Tesoro de EEUU y su influencia a través del FMI y el Banco
Mundial.
El resultado fueron los llamados "bonos de compensación" por
14.600 millones de pesos a la banca extranjera, de los que 13.800 millones de
pesos lo fueron en dólares (9.800 millones). Repsol, por su parte, vio la
"pesificación" de sus ingresos por exportaciones reducidas a un 30% de su valor
nominal y nuevas concesiones de exploración y explotación (De la Torre, Levy y
Schmukler 2003).
6. La UE, MERCOSUR y ALCA
La competencia
entre los intereses europeos y estadounidenses en América Latina han tendido a
concentrarse en los últimos años en la propuesta de modelos distintos de
integración regional, en especial en la alternativa MERCOSUR o ALCA. Se han
realizado numerosos estudios para defender argumentos a favor o en contra de una
de estas opciones, con lo que implican en cuanto a modelos reguladores,
fiscales, comerciales e incluso sociales para América Latina.
Como se ha
señalado, una parte muy importante de la cooperación técnica de la UE con
América Latina, y en especial con MERCOSUR, que como grupo es la cuarta economía
del mundo, esta destinada a defender un proceso e integración regional para la
creación de un mercado común único entre Argentina, Brasil y Uruguay ligado por
un tratado de libre comercio con la UE. Su importancia política la resume la UE
en que "constituiría un nuevo modelo de relaciones Norte-Sur". Según la Comisión
Europea, el impacto de una zona de libre comercio UE-MERCOSUR supondría, incluso
con el mantenimiento de barreras proteccionistas en el sector agrícola
compatibles con la actual PAC, unos 4.800 millones de dólares adicionales para
la UE en su balanza comercial y de 3.500 millones para los países de MERCOSUR
(Comisión Staff 2002).
El obstáculo fundamental a este proceso hasta la
crisis argentina ha sido la creciente dolarización y apertura de la economía
argentina frente al proteccionismo relativo y la defensa de la moneda nacional
en Brasil. Pero tras la flotación de los tipos de cambio en Uruguay (junio del
2001) y Argentina (enero del 2002), junto a la elección del Presidente Lula en
Brasil, ha habido nuevas manifestaciones de interés por avanzar progresivamente
hacia una unión monetaria en MERCOSUR.
Temprano Arroyo (2002), al aplicar
los criterios tradicionales de una zona optima monetaria a los países de
MERCOSUR, a la luz de la experiencia del euro, muestra un nivel de apertura
comercial regional bajo, del 14,4% frente al 35,5% de la zona euro y el 25,3%
del TLC norteamericano. La interdependencia comercial sobre el comercio total es
del 36% para MERCOSUR, 55% en la UE y 65% en el TLC. El aumento del comercio
interno regional en los 90 se ha debido, además, sobre todo al efecto global de
liberalización más que a una estrategia regional. La correlación en los ciclos
económicos también es muy baja, según todos los estudios realizados y, por lo
tanto, mayor las posibles consecuencias de choques asimétricos, agravados por la
extrema dependencia de la financiación exterior y la carencia de cualquier
sistema de redistribución fiscal regional, para no hablar de la convergencia
macroeconómica.
Como hemos visto en el caso argentino, la política de
dolarización de las economías en Argentina, Bolivia, Costa Rica, Perú y Uruguay,
intentaba resolver mediante la garantía y la presión exterior del anclaje en el
dólar los problemas de financiación de la deuda y estabilización económica a
costa de fuerte ajuste fiscal, caída de los salarios y privatizaciones. A pesar
de que las autoridades de EEUU no han querido responsabilizarse como últimos
garantes de la dolarización de estas economías, el modelo de integración del
ALCA implica en buena medida tanto la dolarización como las políticas económicas
a ella ligadas, con una asimetría frente a EEUU muy superior que la que pueda
existir actualmente entre los países de MERCOSUR (SELA 2001). Las barreras
arancelarias y no arancelarias, en especial los subsidios para las exportaciones
agrícolas de EEUU y el bajo componente tecnológico de las exportaciones de
MERCOSUR a los países del TLC son otros argumentos sobre los efectos negativos
que tendrían la disolución de MERCOSUR y la firma del ALCA.
Para el
capital europeo, el atractivo de la dolarización ha disminuido también de manera
significativa tras las lecciones de la crisis argentina y la devaluación del
dólar frente al euro. Más allá del problema más global de lo que representa en
términos de la competencia inter-imperialista la devaluación del dólar, para
grupos como el BSCH y el BBVA ha supuesto una reducción de sus beneficios
globales por el peso de sus inversiones en América Latina del 8,6% y el 12.5%,
respectivamente (El País 29-4-03 y 1-5-03). En estas circunstancias, la
tentación de un apoyo más decidido a un proceso de integración monetaria de
MERCOSUR por parte de la UE puede crecer en el futuro.
La política
económica de Lula y posiblemente de Kichner, es buscar un reforzamiento de los
lazos regionales de MERCOSUR como una alternativa al ALCA. Una estrategia que le
permita a la vez una alianza con las empresas europeas mayoritarias en la zona,
el capital nacional -que vería aumentar tanto la demanda interna como cuotas de
mercado exterior en la UE tras la firma del Acuerdo de Asociación- y los
sindicatos a través del pacto social. Para que ello sea concebible, esta
política implica el mantenimiento de unos tipos de cambio creíbles, el control
de la inflación y una reforma radical del sistema fiscal para hacer frente a la
vez al financiamiento de la deuda y unos programas asistenciales mínimos.
MERCOSUR se convertiría así en el paradigma de una gestión social-demócrata que
respetase los derechos de propiedad y la recomposición del capital europeo y
local tras la crisis iniciada en 1998, a pesar de las enormes tensiones
redistributivas que implicaría.
Tanto el capital europeo, y en especial
el español, como la Unión Europea se mantienen por el momento a la expectativa,
a la espera de garantías políticas y de una capacidad de gestión demostrada de
los nuevos gobiernos brasileño y argentino. Por el contrario, el gobierno de
EEUU parece haber hecho una opción radical por impulsar la negociación del ALCA,
mientras que a través de su control del FMI y el Banco Mundial presiona de
manera directa sobre la política de los nuevos gobiernos y, a través del Plan
Colombia muestra una capacidad militar desplegada en la zona como garante de
última instancia.
Frente a estas contradicciones de intereses, y el
fantasma de una tercera salida menos respetuosa con los derechos de propiedad
pero más con la satisfacción urgente de las necesidades de la población, Aznar y
el gobierno español han optado por una visión de subordinación de la
construcción europea a la hegemonía de los EEUU y al vínculo trasatlántico como
el mejor de los mundos posibles donde se concilie tanto la defensa de sus
fuertes intereses latino-americanos (que suponen el 30% del
valor de la Bolsa de Madrid) como integración en el mercado único europeo, lo
que esta teniendo repercusiones y aumentando las contradicciones de la política
hacia América Latina de la UE (Buster 2001 y 2003).
Mayo del 2003
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