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Asunto: | [AndaluciaLibre] nş 272 - Ceuta y Melilla (2) - Inmigración - Africa | Fecha: | Miercoles, 2 de Noviembre, 2005 22:15:09 (+0100) | Autor: | Andalucia Libre <andalucialibre @.......es>
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nş 272
En este Correo:
Materiales de una
Crisis Colonial (y 2)
*Presentación y Resumen de una
Crisis
*Elementos para el analisis de
una crisis
colonial, Andalucía
Libre
*Andalucía
concentra el 10,68% estatal de extranjeros afiliados a la Seguridad
Social
*La Opinión
pública ante la Crisis de las Vallas - Encuestas en El Mundo, El País, El
Periodico.
*Documentación África:
1. General; 2. Noticias y Portales; 3.
Organizaciones
*Opinión, La valla de la
Vergüenza, La plataforma
*Documentación sobre
Inmigración:
- 1.
Datos Población, Inmigración y Economia
- Análisis
- 2. Cronicas
y Opinión sobre Inmigración, Andalucía
Libre
- 3. Documentación
General
*El remate, Izquierda e
Inmigración: Entre el deseo y la
realidad, Andalucía
Libre
*Sugerencias: Materiales andaluces para el debate del Estatuto
de Cataluña
*Solidaridad con Palestina y la Nación
Árabe
*Directorio de Andalucía
en Internet,
Materiales de una Crisis Colonial (y
2)
Presentación y Resumen de una Crisis
Recapitulemos breve y muy resumidamente los
hechos.
A finales de septiembre se reúne la
Cumbre Intergubernamental hispano-marroquí utilizando territorio
andaluz. Al tiempo se producen varias avalanchas de inmigrantes
africanos sobre las vallas que delimitan los perímetros de las Colonias
españolas de Ceuta y Melilla en el norte de Marruecos. Las incursiones se
producen en forma masiva para superar así la vigilancia fronteriza
española. El procedimiento responde a una conocida forma de utilización de
la normativa española sobre inmigración, establecida y mantenida por los
sucesivos gobiernos de PSOE y PP. Esta legislación establece que aún
siendo notoriamente irregular la entrada, si sus protagonistas son bien
nacionales de países con los que el Estado español no tiene convenio de
repatriación, bien personas indocumentadas que no identifican su ciudadanía de
origen, la expulsión queda congelada y los inmigrantes -aún en condición de
ilegales- permanecen en territorio español. El decreto de expulsión es así,
paradójicamente, un instrumento de permanencia y de ahí que el primer objetivo
de los inmigrantes sea presentarse en la Comisaría de Policía para
obtenerlo. Centenares de africanos colapsan los Centros de Internamiento
Temporal de Extranjeros (CITE) de ambas colonias en los que son hospedados
en espera de beneficiarse posteriormente de la practica habitual de un sigiloso
traslado a la Península y especialmente a Andalucía. La noticia de las vallas
abre repetidamente los telediarios y llena las primeras planas de la
prensa.
Se denuncian
casos de brutalidad policial frente a los inmigrantes. Se muestran imágenes de
los heridos al cruzar los alambres. Desbordado por los acontecimientos, el
Gobierno español del PSOE decide poner a patrullar al Ejército en la
valla. El PP denuncia vigorosamente la "complicidad" de Marruecos
-al que hace responsable de los hechos- al no impedir los asaltos a las
vallas desde territorio bajo su jurisdicción. La prensa afín a la derecha
difunde la presentación de la crisis como una maniobra marroquí destinada a
cuestionar la "españolidad" de Ceuta y Melilla. El PP exige la
"devolución inmediata e incondicional" a Marruecos de los inmigrantes
africanos. El Gobierno español del PSOE -entretanto- hace repetidas
gestiones ante el Gobierno marroquí para obtener su
colaboración. Tambien el Rey español Juan Carlos de Borbón se dirige a su
homologo marroquí Mohamed VI solicitándole ayuda y colaboración. El Gobierno
español anuncia la elevación de la valla y la construcción de un nuevo sistema
reforzado de protección fronteriza. El Parlamento español aprueba una moción que
reafirma la "españolidad" de Ceuta y Melilla.
Marruecos
acepta un primer contingente de 72 africanos devueltos desde las colonias. El
Gobierno español presenta el hecho como aplicación de un Acuerdo
hispano-marroquí rubricado en 1992; Marruecos, por su parte, difunde que esta
aceptación es consecuencia de un favor personal de Mohamed VI a Juan Carlos de
Borbón y que el Acuerdo referido está obsoleto. La vicepresidenta del Gobierno
español visita la frontera colonial. Otras delegaciones españolas y europeas
hacen similares inspecciones.
Destacamentos de tropas y gendarmes marroquíes se
instalan en la frontera para colaborar con las fuerzas españolas. Mueren catorce
inmigrantes a consecuencia de disparos presuntamente provenientes de fuerzas
marroquíes, realizados al intentar impedir nuevas incursiones sobre territorio
de Ceuta y Melilla. En días sucesivos, las fuerzas policiales marroquíes
despejan de inmigrantes africanos las inmediaciones de las Colonias.
También se detiene a inmigrantes africanos en diversas ciudades
marroquies.
En un ambiente de confusión y secretismo, se envía a
estos detenidos a la frontera septentrional con Argelia, abandonándoles en
terrenos semideserticos. Gobierno y prensa oficiosa marroquí justifican
esta medida aduciendo que los inmigrantes han entrado en Marruecos provenientes
de Argelia. Las fuerzas y tropas argelinas obligan inmediatamente a
retornar a Marruecos a los inmigrantes, donde unos se dispersan y otros son
nuevamente detenidos. Se concentra a los inmigrantes retenidos en infames
condiciones y se forman de forma improvisada convoyes de autobuses que parten
hacia el Sur marroquí en jornadas agotadoras. Entre 600 y 1.000 inmigrantes
africanos -segun las fuente- se amontonan en los autobuses sin agua ni
alimentos. Se agrupa a los inmigrantes provenientes de Senegal, Malí
y Camerún -que tienen acuerdos al respecto con Marruecos- para su
repatriación por vía aérea desde Uxda. La prensa y televisión españolas, a
partir de testimonios de inmigrantes y miembros de ONGs, denuncia las durísimas
condiciones de detención y traslado. Se conoce que inmigrantes africanos
han sido abandonados a su suerte en el desierto en las inmediaciones de las
fronteras meridionales de Marruecos con Mauritania y Argelia; algunos aparecen
en territorios controlados por el Frente Polisario. Se
emprenden obras de despeje en el lado de soberania marroquí de las vallas para
facilitar su vigilancia y control por las fuerzas
españolas.
El Gobierno
español del PSOE avala la actuación del Gobierno marroquí. El PP
denuncia que Marruecos "viola los derechos humanos". La Unión Europea
se compromete a ayudar a España en la preservación de su Frontera
Sur: la que separa las colonias de Ceuta y Melilla del resto de
Marruecos. Se informa de una ayuda especial a Marruecos de 42 millones de euros
a efectos de control fronterizo.
En relación con
esta secuencia, en nuestro anterior Andalucía Libre nş
271 hubimos de limitarnos -por razones de
espacio- a recoger algunas cronicas y reacciones de
especial significación y específicamente a aportar
materiales para conocer y
comprender con mayor detalle el pasado y el reciente presente de ambas
colonias. En este que le continua, añadimos, algunos textos
y enlaces sobre la situación de Africa, la inmigración y las
reacciones de la opinión pública andaluza y estatal ante los
acontecimientos. Incluimos también un breve
texto de opinión de La Plataforma que hemos considerado interesante por
su caracter representativo de un estado de opinión entre un sector
de la izquierda, que además tiene el merito añadido de la concisión y la
claridad. Finalmente, dos comentarios de nuestra cosecha: uno dedicado a
los hechos, vistos desde la perspectiva del pleito colonial que enfrenta a los
regimenes español y majzeniano con la nación marroquí y sus repercusiones
en Andalucía y otro a los problemas que conlleva en la
izquierda la cuestión de la inmigración.
Elementos para el análisis de una crisis
colonial
Andalucía Libre
Al calor de
la utilización española de Andalucía como sede de la Cumbre
hispano-marroquí el pasado septiembre, diversas organizaciones de izquierda
convocaron unitariamente varios actos de protesta. En sus manifiestos se
hacía referencia al acoso de los inmigrantes establecidos en Marruecos
-precisamente en las cercanías de Ceuta y Melilla- en tránsito hacia Europa; a
la cuestión del Sahara y a una genérica preocupación por la situación
de los derechos humanos en Marruecos. Según costumbre, no hubo la menor
referencia a la condición colonial de Ceuta y Melilla. Una omisión errada, no
por habitual menos significativa, teniendo en cuenta que el Estado español
fue potencia colonial en Marruecos y que el estatus de estos enclaves
ha sido permanente referencia central en las relaciones
hispano-marroquíes -al menos desde el lado español- desde la independencia
marroquí en 1956 hasta la fecha. Se perdió nuevamente así una excelente
oportunidad no sólo para sensibilizar al pueblo andaluz sobre esta cuestión
colonial irresuelta -tan similar a la de Gibraltar- sino también para
legitimar por extensión otras demandas que se plantean al Régimen
de Marruecos, singularizando a Andalucía ante la opinión publica
marroquí.
Mohamed ben Abd-el-Krim El
Jatabi,
Patriota marroquí -
Líder de la Resistencia
contra el colonialismo español y el
Majzen
en el Norte de Marruecos entre 1920 y
1926
Un
'olvido' que puede achacarse quizá en unos casos -como el del
PCE/IU- a su complicidad explicita con el colonialismo español, que ahora
se incrementa con la búsqueda desesperada de algún diputado prestado con el que
engordar su menguado grupo parlamentario a obtener en las Plazas mediante
alianzas. En otros, a prejuicios arrastrados que desconocen, por
ejemplo, el alcance y coste de la resistencia marroquí al colonialismo
franco-español (250.000 marroquíes muertos entre 1909 y 1934) o que ignoran que
"los moros" al servicio de Franco, provenían de reclutas en el Rif
pero también en el Sahara y que ambas fueron posibles por el previo y
pertinaz rechazo de la colonialista II Republica española a conceder
la independencia a Marruecos, por temor a ofender a Francia. Quizá operara
en alguno el mirar la denuncia anticolonial en los casos de Ceuta y Melilla
como algo "pasado de moda"; lo que sería buena muestra del
retroceso político habido entre buena parte de la izquierda, incapacitada de
entender y asumir -por encima de los cambios- la persistencia de las
razones estructurales que por origen, historia y función acreditan seguir
considerándolos enclaves coloniales. Quizá, simplemente, no se quiso
provocar airadas reacciones de los medios y sectores colonialistas, tocando
un 'tema sensible'.
A este
respecto procede especificar que el hecho de que ahora los marroquíes con
ciudadanía española de Ceuta y Melilla tengan derecho a voto, habiéndose
superando en ese terreno su apartheid tradicional, no altera en nada la
naturaleza de la situación colonial de los Presidios -como no se modificó
tampoco en Gibraltar después de 1969- que sigue bajo el amparo
incumplido del respeto al principio de integridad territorial. Pronto se
habría olvidado, además, que la conquista de este derecho por los que equivoca y
eufemísticamente se conoce ahora como "musulmanes", fue consecuencia de
una durísima y masiva lucha contra la exclusión y las amenazas de expulsión de
sus propias ciudades que conllevaba la aprobación de la Ley de Extranjería del
PSOE de 1985; un movimiento popular que terminó controlado y
reconducido merced a una alianza entre Madrid y Rabat (en la que el Majzen
aplicó, en otras condiciones, la misma doctrina que le llevó
a traicionar en 1958 al ELN que liberó Ifni y el Sahara del dominio
español). La verdad es que hoy las proclamaciones de "españolidad" de
esos denominados "musulmanes" -descendientes directos de quienes
celebraron en sus calles como propia la independencia marroquí, para verse
al punto defraudados y abandonados- que tanto prodigan los dirigentes de UDCE,
PDSC y CpM, son sólo expresión de los limites impuestos por las condiciones
de actuación política en las Plazas y de los intereses de algunas
elites. Hoy el horizonte dominante en los marroquíes de estas colonias muestra
un nuevo ejemplo del fracaso de la nación marroquí, achacable como
tantos otros, a la trayectoria, actuación y esencia del Régimen monárquico
marroquí. Responde a las mismas causas que hacen añorar a una parte de las masas
marroquíes las condiciones sanitarias y de vida del antiguo Protectorado, por
miserables que fueran, embellecidas en la memoria al compararlas con la rapiña y
el desastre presentes. Aunque haya una distancia sideral entre el primer El Uali
y el actual Aberchan, forzoso es reconocer que entre ambos existe una conexión:
los dos son consecuencia en ultima instancia de un mismo condicionamiento y sus
circunstancias y opciones derivan de un mismo origen: el entreguismo del
Majzen.
La
crisis
Entre todo
lo que se ha escrito a cuenta de la crisis de las Vallas hay una
consideración obvia que no se ha enunciado con el énfasis debido a esta
orilla del Estrecho: ha habido crisis porque había vallas y había vallas
porque había fronteras y había fronteras, porque había colonias. En el
origen de todo está el hecho colonial que es el que precede y explica lo demas.
Si Ceuta y Melilla estuvieran reintegradas a Marruecos no habría lugar allí a
fronteras internas ni vallas que las protegiesen ni consecuentemente se hubiera
dado lugar a estos hechos.
Los
acontecimientos han demostrado nuevamente la unión objetiva indisoluble entre el
destino de Marruecos y el de los enclaves ocupados por España y su estrecha
vinculación a su entorno natural y nacional, pese a los condicionantes del hecho
colonial.
De igual
modo, se ha vuelto a poner de manifiesto que -como ha ocurrido desde 1956- el
mejor y más efectivo protector -no sólo económico sino también político- de
la persistencia del estatus colonial en Ceuta y Melilla es el Régimen
neo-colonial marroquí. Baste imaginar qué habría ocurrido y qué ocurriría si la
Monarquía marroquí en lugar de prestarse a hacer el trabajo sucio
español, actuando como gendarme de unas fronteras que supuestamente ni siquiera
debiera reconocer, se hubiera simplemente desentendido de la cuestión, siendo
coherente con el principio de que entre las Plazas y el resto de Marruecos no
puede haber diferenciaciones internas ni limites. Pero eso hubiera supuesto
negar su presente y su pasado. Lo que ha hecho Mohamed VI en 2005 es
revalidar una tradición majzeniana de colaboracionismo vigente al menos desde
1860, convertida ya al parecer en costumbre familiar y seña de identidad
dinástica. La misma practica contra la que se rebelaron en el Sur
marroquí el fundador de Smara, Ma-el Ainim y su hijo El Hiba en
1910-1912 o en el Norte Mohamed ben Abd-El-Krim El Jatabi, el líder de la
insurrección del Rif y Yebala en 1920-1926, cuando al combatir a los
colonialistas españoles y franceses luchaban también contra el Sultán y el
Majzen que los amparaban. Sólo su extremo racismo y sus intereses
coyunturales pueden explicar que los postfranquistas del PP hagan como que
desconozcan los servicios que Mohamed VI ha prestado y presta a
España.
El Régimen
marroquí ha gestionado la crisis con incompetencia e imprevisión. El
llamado Gobierno marroquí, escondido e inoperante en la crisis, ha
vuelto a demostrar cual es su autentico papel en el Régimen como artificio
accesorio. Esos mismos licenciados francófonos en campus elitistas o
egresados en academias militares de Francia, España o EEUU -hoy a la cabeza
efectiva del Majzen- para los que Andalucía no existe salvo como refugio
turístico o intermediaria fuente de subvenciones oficiales españolas, se
han demostrado en esta coyuntura tan torpes e ignorantes como sus predecesores
de hace doscientos años que entregaron Marruecos al dominio colonial; regresión
característica que, visto lo visto, parece 'marca de reinado'. Es
verdad que la medida de brutalidad del nieto, ejercida contra los africanos en
las formas de su contención, detención y deportación, no tienen comparación con
las masacres ingentes inflingidas al propio pueblo marroquí bajo el mandato
del abuelo, Mohamed V -represión del Rif en 1959- o el padre, Hassan II -Sahara,
1975, por citar uno sólo de los incontables casos- pero denota que sobre los
innegables cambios subyace un hilo de continuidad, mostrando que, aún
'ilustrado', el despotismo sigue siendo la columna vertebral del
Régimen.
La
cobertura mediática ha retrotraído a nivel mundial la imagen marroquí a los
tiempos de Muley Ismail. El autoatribuido protagonismo marroquí en la
crisis puede adjudicarse como resultado añadido la difuminación de las
responsabilidades que también comparte el Régimen militar argelino.
El episodio
de las Vallas también actuará inevitablemente sobre la conciencia de los
"musulmanes" de las colonias, que han tenido la oportunidad de
contemplar en sus mismos limites un nuevo ejemplo de cuales son las prioridades
de la Monarquía marroquí y de las desventajas practicas de la condición
marroquí. No cabe despreciar los efectos de este dato en una ecuación de futuro
que ha de integrar factores como la no demasiado lejana mayoría demográfica
marroquí en las Plazas y el hasta el momento visceral rechazo de la población
colonial española de los enclaves a ser gobernada por "los moros", de
una parte; y de otra, incognitas como los imprevisibles efectos del trabajo
político y social islamista o las consecuencias -en Melilla- de la utilización
deformada de la cuestión amazight o -en Ceuta- del regionalismo norteño,
insertos en un modelo de readecuación colonial para ambos Presidios bajo el
oportuno paraguas multicultural.
El
'agradecimiento' de la Unión Europea en forma de algunas transferencias
va unido a una reafirmación de su parte de la condición 'europea' -y
por tanto 'española'- de los Presidios, ahora estrellas de la
Frontera Sur europea, cualificación que tanto satisface al PCE-IU. Un factor
político que se suma al ominoso silencio cómplice de Rabat ante el retroceso en
las demandas de descolonización que implica el anunciado proyecto del Gobierno
Zapatero de incluir la referencia expresa y nominal a Ceuta y Melilla como
comunidades autónomas en su propuesta de reforma de la Constitución
española, diseñado como recurso para blindar su 'españolidad' y cerrar
vías a su retrocesión, cegando las rendijas a este efecto dejadas exprofeso en
su día en Madrid en el texto constitucional, cuando aún estaba reciente la
desmañada conclusión de los expedientes de los anteriormente
"españolisimos" Ifni y Sahara.
¿Tendrá efectos
políticos en Marruecos la actuación del Majzen?. ¿Y cuando y en qué forma?. No
lo sabemos. Lo que si podemos afirmar es que la izquierda andaluza
consecuente, comprometida con su Independencia y Liberación Nacional, lucha
contra el mismo Estado español que mantiene el colonialismo en Ceuta y Melilla y
es socio del Majzen y que eso implica una coincidencia estratégica con los
intereses profundos de los trabajadores y la nación marroquí en su
batalla por alcanzar la libertad y la dignidad. No es poco.
Andalucía tiene el 10,68% estatal
de extranjeros afiliados a la Seguridad Social MADRID/SEVILLA, 20 octubre EUROPA
PRESS
Andalucía, con un total de 181.712 inmigrantes
ocupados, concentra el 10,68% de los extranjeros
afiliados a la Seguridad Social, según los datos difundidos por el
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales -ver Informe
Completo- que precisa que la cifra de cotizantes se
situó a finales del pasado septiembre en 1.701.634 trabajadores
a nivel estatal. [Los datos sólo tienen en cuenta obviamente a los trabajadores
en situación regularizada]*.
Con estas cifras, Andalucía se sitúa en el
cuarto lugar estatal tras Cataluña, con 383.427 extranjeros
cotizantes, el 22,53%; Madrid, con 376.288, el 22,11%; y Comunidad Valenciana,
con 202.800 afiliados, el 11,92%. Por detrás se sitúan Canarias, con 88.774
(5,22%); Murcia, con 88.433 (5,20%o); Baleares, con 78.570 (4,62%); Castilla-La
Mancha, con 59.775 (3,51%); Aragón, con 52.700 (3,10%); Castilla y León, con
44.782 (2,63%) y País Vasco, con 37.102 (2,18%). Las comunidades con menor
presencia de inmigrantes en alta a la Seguridad Social a 31 de septiembre fueron
Galicia, con 28.170 extranjeros (1,66%); Navarra, con 27.038 (1,59%); La Rioja,
con 16.069 (0,94%); Asturias, con 11.477 (0,67%); Cantabria, con 9.995 (0,59%);
Extremadura, con 9.584 (0,56%); Melilla, con 3.249 (0,19%) y Ceuta, con 1.689
(0,10%).
A nivel estatal, el 82,8% de esos extranjeros afiliados, un
total de 1.409.827 personas, procedían de países no
comunitarios, y de ellos, casi cuatro de cada diez (36,4%) eran de
nacionalidad marroquí y ecuatoriana, países que sumaban entre ambos 513.776
cotizantes. Rumania, con 154.635 trabajadores, se sitúa como tercer país de
procedencia de afiliados, por encima de Colombia, con 137.450 trabajadores. El
resto de afiliados no comunitarios se reparten entre Perú (59.810), Argentina
(54.602), China (50.849), Bulgaria (41.778), Bolivia (41.498), Ucrania (35.978),
y otros países no europeos (319.451). Por su parte, de los que proceden de la
UE-25, británicos, italianos y portugueses son los más numerosos, con 53.821,
51.320 y 50.392 cotizantes, respectivamente. Les siguen alemanes y franceses,
con 39.673 y 34.348, y más lejos, los polacos, con 17.263 afiliados. Las cifras
más bajas corresponden a Chipre, con sólo 46 ocupados, Luxemburgo (102), Estonia
(152) y Malta (183). A finales de septiembre había 674.950 mujeres y 1.026.684
hombres extranjeros inscritos en la Seguridad Social, cifras que representa un
aumento conjunto de 67.723 cotizantes (+4,1%)
respecto al mes de agosto.
Casi siete de cada diez extranjeros cotizantes
a la Seguridad Social (1.147.719) se encuadran en el Régimen General y dentro de
él, más de uno de cada cuatro (26,74%), un total de
306.926 personas, trabaja en la construcción.
Además de en este sector, los inmigrantes afiliados al Régimen General
concentran su presencia en sectores como la hostelería
(18,78%), las actividades inmobiliarias (14,52%), el
comercio (14,32%) y la industria manufacturera (10,54%). Tras el Régimen
General, el 14,46% del total de extranjeros afiliados
(246.012) están inscritos en el Régimen Especial del
Hogar, con un incremento de 16.165 nuevos cotizantes respecto a agosto.
A este régimen le sigue el Régimen Especial Agrario, con un
9,40% de los extranjeros afiliados (159.988). A continuación se sitúa el Régimen
Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), con el 8,40% de los afiliados
(142.895). Sólo el 0,26% se encuadran en el Régimen del Mar y el 0,03% en el del
Carbón.
Segun el Informe Mensual nş
284, sobre Mercado de Trabajo y Coyuntura, del Servicio de
Estudios de La Caixa, el crecimiento de la afiliación entre los
extranjeros supera el 21% frente al 2% registrado por las altas
en la Seguridad Social de ciudadanos del Estado español. De ahí que el
41,6% de los nuevos afiliados entre agosto de
2004 y 2005 sean extranjeros, en torno a 4,6% más que el pasado
año.
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ENCUESTAS - La Opinión
Publica ante La Crisis de las Vallas
SONDEO SIGMA-DOS PARA EL MUNDO 67% considera que actitud del Gobierno
es 'demasiado tolerante' con
Marruecos EL MUNDO
MADRID.-
Que se intente devolver a los inmigrantes a su país de
origen, que se cambie la ley para facilitar las
expulsiones inmediatas y que el Gobierno abandone esa
actitud excesivamente tolerante que mantiene ahora con Marruecos. Esta es
la posición mayoritaria de los españoles cuyas respuestas, recogidas en
el sondeo elaborado por Sigma Dos para EL MUNDO.
A tenor de las respuestas recogidas en el sondeo de
Sigma Dos para EL MUNDO, los electores tienen pocas dudas sobre cómo debería el
Gobierno enfrentarse al drama de los inmigrantes subsaharianos que en estas
últimas semanas han ocupado las portadas de todos los medios de comunicación.
Una mayoría aplastante, el 70,1%, cree que las autoridades españolas no
deberían dejarles entrar pero sí tendrían que esforzarse en tratar de
devolverles a sus países de origen.
Este es un esfuerzo que España lleva haciendo desde hace años
con los inmigrantes a los que se puede identificar y llevan algún tipo de
documentación encima. Pero es imposible hacerlo con quienes no pueden ser
identificados, ni siquiera en su nacionalidad. Sea como sea, la mayoría de los
consultados prefiere la fórmula de la devolución. En este caso, como en la mayor
parte de las respuestas registradas, sucede que la coincidencia de opiniones es
casi absoluta, incluyendo a los votantes de izquierdas.
Si el cómputo general en esta
respuesta arroja ese 70,1% a favor de la devolución del inmigrante a su tierra,
la opinión de los votantes del PSOE en ese sentido es del
65,4% y la de los votantes de IU, de un 77,7%.
Los seguidores del PP, por su parte, comparten ese punto de vista en un
81,7% Es evidente, por lo tanto, que estamos ante un problema
que admite mal la ideologización y reclama imperiosamente respuestas prácticas,
sensatas, humanitarias y, sobre todo, eficaces.
El 67,1% piensa que
la posición del Gobierno español es demasiado tolerante con las autoridades
marroquíes. Pero eso no lo piensan únicamente los muy mayores o los
conservadores. Lo piensan los hombres, las mujeres, los jóvenes, los de edad
mediana y los de la segunda edad (65 y más años). Pero, y esto es lo más
llamativo, lo piensan también los votantes del PSOE en un
59,3%, seguidos a enorme distancia por el 25,1% de los
simpatizantes del PSOE que creen que el Gobierno está actuando correctamente.
Incluso en IU son mayoría (56,1%) quienes consideran que el Gobierno Zapatero
debería apretar las clavijas de los responsables marroquíes en este tema del
control de los inmigrantes.
Consecuencia inmediata de lo anterior es que la mayoría
absolutísima (83,5%) cree que España debería presionar a
Marruecos para que acepte la devolución de los 'sin papeles' que saltan las
vallas que intentan inútilmente proteger Ceuta y de Melilla. Una mayoría que se
mantiene inalterada en todos los segmentos de respuestas.
La mayoría rechaza la política del
Gobierno en Ceuta y Melilla Un 57,7% considera malo o muy malo el
insuficiente control de las fronteras EL PAÍS - 10-10-2005
Una mayoría de ciudadanos
(57,7%) considera mala (31,6%) o muy mala (26,1%) la política
que el Gobierno está aplicando en el control de las fronteras de Ceuta y
Melilla. Casi el mismo porcentaje (58%) aprueba las medidas para frenar
avalanchas, como elevar las vallas y reforzar la vigilancia. Ésos son
algunos de los datos principales de una encuesta de Opina para EL PAÍS sobre la
situación que viven las dos ciudades españolas en el norte de África.
La mayor reprobación a la política de control en Ceuta y
Melilla proviene de quienes se declaran votantes del PP, que en un
81,7% la consideran mala o muy mala. El porcentaje baja entre
los votantes de PSOE (41,3%) e IU (42%). El
reproche es muy alto hacia la actitud de Marruecos y, concretamente, por su
grado de colaboración para hacer frente a la inmigración irregular. Un
87,2% de los españoles cree que no colabora lo
suficiente frente a un 4,5% que manifiesta una opinión satisfactoria.
En este punto, el abanico de votantes de los tres partidos de implantación
estatal se abre muy poco. Los más críticos con el país vecino son los de IU
(90,3%), mientras un 85,5% del PSOE y un 89,4% entre los del PP piensan que
dicha colaboración está siendo insuficiente.
Las opiniones se diversifican, según el voto de los ciudadanos,
respecto a la elevación de las vallas y el refuerzo de la
vigilancia con más guardias civiles. Mientras los votantes del PSOE
(65,5%) y del PP (55,3%) aprueban claramente
estas medidas, los de IU se manifiestan en contra con un 54,8%
y sólo el 25,2% de ellos muestra su conformidad. La misma
disparidad se hace patente a la hora de juzgar si el Ejército debe vigilar las
fronteras de Ceuta y Melilla o si debe ser una medida excepcional. Mientras una
mayoría del 46% considera que la presencia militar debe ser excepcional, entre
los votantes de IU esa opinión la comparte un 67,7%.
Los ciudadanos contestan de forma mayoritaria (un 46,5% frente
al 37%) que las avalanchas no están relacionadas con el denominado efecto
llamada producido por la política de inmigración del Gobierno. Sin embargo,
un 53,2% -frente al 36,5% que lo niega- estima que la
política de inmigración del Gobierno está generando una llegada masiva de
inmigrantes a España. En este punto también son los votantes del PP
(84,1%) los que relacionan la política gubernamental con la afluencia de
inmigrantes. Un 48% de la ciudadanía considera que la llegada de
inmigrantes no es positiva para la economía española, mientras un 37,4%
opina que sí lo es. También son los votantes del PP quienes muy mayoritariamente
(59,8%) se decantan por la respuesta negativa.
La
mayoría devolvería a los inmigrantes a su país de
origen El 65,2% opina que el fondo del problema es la
pobreza de sus naciones EL PERIODICO, Barcelona,
16/10/2005 Una mayoría del 56,2% de
los españoles consultados consideran que lo mejor que se puede hacer
con los inmigrantes que están intentando entrar en Europa por
Ceuta y Melilla es devolverlos a sus países. No
obstante, el 65,2% afirma que en el origen de este grave problema está la
pobreza de la que proceden. Quienes preferirían dejarlos entrar en España
suponen el 15,6% de los encuestados. Otro 20,3% plantea
diversas soluciones, entre ellas, la mayoritaria (con un 4,8% de respuestas),
que se concedan ayudas a esas naciones para mejorar su situación, que la entrada
sea controlada, gradual y regulada (el 3,4%) o que lleguen con papeles (2,5%).
Los menos partidarios de la devolución
de los inmigrantes, por debajo de la media general, son los que tienen de 45 a
59 años, vascos, gallegos y valencianos, de estatus socioeconómico alto
o medio alto y estudios superiores. Según el recuerdo de voto en el
2004, los más partidarios de la expulsión de los inmigrantes son los votantes de
CiU (el 73,9%) y los del PP (el 63,7%). Los
menos, los de ERC (el 21,1%) e IU/ICV-EUiA (el
36,1%). Todos los grupos según el recuerdo de voto consideran
que el origen del problema está en la pobreza. Quienes más se inclinan por esta
opción son los votantes de IU/ICV-EUiA (el 83,3%). Los del PP (el 48,9%) son el
único grupo que cae por debajo de la mayoría absoluta. También son los únicos
que en un porcentaje sustancial (el 17,6%) culpan de la situación al Gobierno.
Documentación África

Opinión
La Valla de la Vergüenza
Que pasen. Que pasen todos. Que salten la valla
de la vergüenza, que la tumben, que la rompan en pedazos. Que vengan todos,
aunque no quepamos. Que colapsen las sociedades occidentales, que cortocircuiten
el sistema. Que el caos ahogue las calles, los centros comerciales, los espacios
de circulación del capital. Que reine la desesperación global. A fin de cuentas,
o jugamos todos o se rompe la baraja. ¿Cuanto peor, mejor? No. Cuanto más justo,
mejor. Cuanto más igualitario, mejor. Cuanto más solidario,
mejor.
Ya lo sabemos. Es muy fácil ver y hablar pero más
fácil es cerrar los ojos y callar. Es mucho más fácil darle la razón a los
poderosos, justificar el genocidio normalizado, defender con uñas y dientes unas
migajas que cualquier día desaparecerán o que nunca podremos disfrutar porque
moriremos enfermos por la comida mercantilizada y el aire intoxicado,
atropellados o empotrados en las carreteras del consumo salvaje, evitablemente
accidentados en el trabajo.
Por qué defender nuestro
precario bienestar cuando en realidad nuestras vidas valen lo mismo que las de
nuestros hermanos ejecutados en las fronteras: cero. Ni muerte en las pateras,
ni europeos con ceguera.
Documentación sobre Inmigración
Datos Población, Inmigración y Economia -
Análisis
Andalucía Libre nş 262, 20 de abril de
2005
Documento a favor de la Libre
Inmigración - Circulo de
Empresarios
Especial - Artículos de denuncia y a favor
de la libre inmigración, desde la
izquierda.
Crónicas en ANDALUCÍA
LIBRE:
Asociaciones de Inmigrantes y a favor de la
Inmigración: Acoge; APDHA, ATIME
El remate,
Izquierda e Inmigración:
Entre el deseo y la
realidad
Andalucía Libre
Entendemos
en Andalucía Libre que es obligación de la izquierda describir la
realidad tal cual es y no tal como le gustaría que fuese. De igual manera que
también consideramos que las gentes de izquierda, al menos en las cuestiones de
entidad, deben expresar sus opiniones tal y como las piensan y no
constreñirse ante otras consideraciones de oportunidad sobre como afrontar los
desafíos de esa realidad. Y que deben hacerlo aun a costa de situarse en
ocasiones a contracorriente y en riesgo de recibir descalificaciones,
incluso de los más afines. La cuestión de la inmigración reúne hoy meritos
sobrados para ser objeto de aplicación de ambos criterios y así lo hemos venido
haciendo en sucesivos análisis. Sabiendo perfectamente que nos leen no
sólo en Andalucía sino también en bastantes de los países emisores de
emigrantes, nos ponemos nuevamente a la faena.
Fotograma del asalto a las
vallas
La crisis de las
Vallas
La crisis
de las Vallas en las colonias de Ceuta y Melilla ha tenido en Andalucía
una sostenida atención mediática. Durante varias semanas, telediarios,
noticiarios radiofónicos y prensa han abierto sus ediciones con noticias y
reportajes dedicados a los sucesivos hechos acaecidos, destinándole minutos y
primeras planas. Aunque hayan adjudicado y
ocultado responsabilidades políticas según sus preferencias partidarias
-PSOE o PP- no por ello han dejado de difundir en detalle los asaltos, las
heridas, las muertes, las detenciones, los traslados... con amplio despliegue.
Se han hecho eco de las convocatorias de protesta con antelación en la mayoría
de las ocasiones y le han dado cobertura, incluso afectuosa, con
una actitud positiva que muy raramente se prodiga de su parte. Aún sin entrar a
fondo en la determinación de las causas y menos aún en la identidad de sus
beneficiarios, la miseria del África Negra ha sido recogida en televisiones y
periódicos, más allá de las imágenes de hambrunas o practicas tribales exóticas
a las que ha estado tradicionalmente limitada.
Internet,
por su lado, ha rebosado en los sitios de izquierda más concurridos y de
referencia de artículos, declaraciones y comunicados, habitualmente
coincidentes cuando no casi idénticos. El discurso y consigna habitualmente
repetidos ha coincidido en unir y vincular la indignación y el rechazo a las
muertes y a las condiciones de deportación con consignas expresivas como
"Tumba la Valla" u otras del estilo, es decir, la
demanda de una apertura libre, total e irrestricta de fronteras a la
inmigración. Del PCE-IU a las organizaciones políticas y sociales a su
izquierda se ha reiterado en extenso esta posición.
A traves de
diversos instrumentos unitarios preexistentes, de plataformas ad-hoc o de
asociaciones presuntamente apartidarías que recibían el apoyo de prácticamente
toda la izquierda política, social y sindical organizada y especialmente de sus
sectores más activos, se han convocado variadas protestas en nuestra Nación. No
ha habido problemas significativos de competencias ni duplicidades. A partir de
los datos de que disponemos, podemos afirmar que la movilización más importante
de las habidas fue la manifestación realizada en Sevilla que
reunió a unas 1.200 personas en una aglomeración metropolitana
que acoge en torno a un millón de habitantes. Dos concentraciones comarcales
celebradas en Jerez y El Puerto de Santa Maria en diversas fechas han declarado
unos 300 asistentes. En Granada,
Jaén, Córdoba, Huelva o
Málaga la prensa ha hablado de acciones en las que han estado
presentes no más de 100 personas y en algunos casos de algunas
decenas menos. Fuera de Andalucía, por ejemplo en Cataluña, la manifestación
realizada al efecto bajo estas demandas en Barcelona ha
congregado entre 1.100 y 3.000 manifestantes,
según las fuentes. En España, el acto más masivo realizado en Madrid
-con el apoyo de multitud de organismos- no ha pasado de reunir a
1.000 y días después la extrema derecha fascista ha
juntado bajo lemas racistas y xenófobos una cantidad similar. Ciertamente,
este resumen no recoge en lo tocante a Andalucía a los asistentes a charlas
u otras actividades preparatorias o complementarias y también es muy posible que
deje en el tintero otras acciones que se nos hayan escapado. Aún así y aún si
para compensar errores u omisiones involuntarias,
duplicamos, triplicamos o quintuplicamos los
datos expuestos no dejan de ser cifras políticamente significativas. Para ver
hasta que punto han de tenerse en cuenta a la hora del análisis, basta hacer una
relación de organizaciones convocantes y relacionar las presencias con
los afiliados o socios que declaran o los votos que reciben. O la
proporción de concentrados en relación con
los habitantes. O comparar asistentes con el numero de
inmigrantes residentes en esas ciudades y zonas, aún restringiéndolo a aquellos
en situación legal regularizada.
¿Quiere esto
decir que el pueblo andaluz o su clase obrera son insensibles al sufrimiento
ajeno?. En absoluto. Las imágenes de los africanos, primero heridos, luego
muertos; luego trasladados por Marruecos hacinados en autobuses en condiciones
infrahumanas y luego deambulantes por el desierto, han impactado socialmente y
provocado indignación y rechazo; aunque sea con el peso de la culpa
endilgado en exclusiva al Gobierno marroquí, olvidando la responsabilidad
española. Los hechos subsiguientes a los asaltos de las vallas han trascendido
el alcance social al que la rutina ha reducido otros como la captura o aún
el hundimiento de pateras en el Estrecho.
¿Porqué entonces
estas modestísimas cifras de participación?. El problema -en nuestra
opinión- ha radicado en la expresa vinculación realizada entre el rechazo a los
hechos de las Vallas y el apoyo a la Libre Inmigración o incluso a la
continuidad de su incremento contingentado. La respuesta obtenida muestra que la
percepción social al respecto en Andalucía ha cambiado sustancialmente en los
últimos cinco años. Entonces, al aprobarse la primera reforma de la Ley de
extranjería por parte del Gobierno del PP se produjeron movilizaciones
muy significativas y generalizadas en solidaridad con los inmigrantes.
Fue cuando nació la consigna "Papeles para Todos",
entonces entendida y apoyada como exigencia de regularización de
todos los inmigrantes ya residentes y de rechazo a su
expulsión. Sin embargo, al producirse sucesivas regularizaciones por parte de PP
y PSOE e incrementarse exponencialmente la inmigración y pese al trabajo de
algunas ONGs y organizaciones de izquierda -o quizá por ello mismo- el
mantenimiento de esa consigna por razones doctrinales cambio su naturaleza y
efectos políticos y sociales. Pasó a definirse y verse como un apoyo a la
entrada e instalación indefinida de inmigrantes y de factor convocante, devino
en repelente. Traducida en esta coyuntura en "Tumba la
Valla", los resultados están a la vista: ha anulado de hecho los
efectos de la solidaridad humana elemental.
Las encuestas
publicadas en los medios, en donde unánimemente se constata un rechazo social
mayoritario y creciente a la instalación de más inmigrantes, son otro
síntoma y exponente de esta situación a valorar aún más sabiendo el peso
coercitivo de lo "políticamente correcto" o la presión del
discurso oficial -especialmente asumido por el PSOE- favorable a una
"inmigración ordenada", presuntamente necesaria. Más significativos
serían aún estos datos si se centraran específicamente en la opinión entre la
clase obrera y particularmente entre sus sectores más pobres y precarios que son
precisamente los que conviven física y cotidianamente con la inmigración en los
barrios y en los trabajos. Así pues, existen elementos suficientes para
preguntarse si en la cuestión de la inmigración existe una ruptura o como mínimo
un distanciamiento notable entre un reducido núcleo activista y lo que en
principio es o debería ser su orla o base social natural.
Problemas de
discurso
Ciertamente, existe desde hace tiempo una
posición extensamente argumentada a favor de la Libre Inmigración -coherente en
explicación, medios y fines- que es la que se recoge en el documento
El Fenómeno de la Inmigración. Aportación a un Debate,
del Circulo de Empresarios; pero tiene el inconveniente de estar hecha desde
posiciones expresamente patronales y ultraliberales y por tanto no puede ser
reivindicada públicamente por quienes se ubican y se reclaman de la izquierda. A
falta de material tan sólido y tal y
como puede comprobarse fácilmente, el discurso de esa izquierda
favorable a la Libre Inmigración puede resumirse argumentalmente
así:
1ş. Sitúa acertadamente el origen ultimo de la
inmigración en la desigualdad y en la explotación imperialista. No obstante,
omite habitualmente que la inmigración se produce factualmente y se orienta
en destinos cuando existe perspectiva de consumarse. Tampoco suele hacerse
mención al hecho de que la inmigración en nada resuelve ni puede resolver la
situación colectiva original que la provoca.
2ş. Se acoge al principio de reciprocidad, recordando
anteriores episodios migratorios de andaluces o europeos. Aquí hace abstracción
de las circunstancias históricas concretas de entonces y de ahora. No hay
referencias comparativas, por ejemplo, entre la expansión económica de la
posguerra en Europa occidental, Cataluña o Euskadi y la tan
distinta situación actual o se ignoran datos tan cruciales del contexto
decimonónico en ultramar como la llamada Conquista sobre el
Desierto o el Far-West que la explican u otros como las ideologías
criollas de base racista, favorables al blanqueamiento de
poblaciones, vía migratoria.
3ş. Suele respaldarse en la cita del Derecho de Transito
de personas recogido en la Declaración de Derechos Humanos aprobada por la ONU.
No obstante, este se encuentra formal y obviamente vinculado y
condicionado al derecho de aceptación de los Estados y naciones receptoras. Una
versión de este argumento hace hincapié con fundamento en la contradicción entre
quienes apoyan la libre circulación de capitales y mercancías y se niegan a
hacer lo propio con las personas, pero resulta inoperante ante quienes se oponen
a someterse a ambas necesidades del capitalismo. Además lleva consigo de rebote
a la enunciación de otra contradicción: no cabe en coherencia apoyar la libre
inmigración y luego oponerse a la libre deslocalización de empresas. Si se
califica de 'egoísta' e 'insolidario' rechazar
competencias sobrevenidas en el mercado de trabajo propio, del mismo modo
habría de calificarse priorizar 'el propio bienestar' -aplicando la
terminología al uso- sobre las mayores necesidades de los trabajadores
que se emplearían en las nuevas ubicaciones.
4ş. Hasta hace algún tiempo se solía hacer referencia al
numero proporcionalmente bajo de la inmigración en Andalucía y el Estado
español. Su incremento continuo, su cuantía y los porcentajes ya alcanzados
en un país sustancialmente retrasado en relación a los que servían de
comparación -incluso superándolos- lo ha dejado en desuso.
5ş. Otro argumento repetido es hacer énfasis en su
'inevitabilidad'. Siendo algo fatalmente incontrolable y
universal, sólo cabría aceptarla como dato estable. Esta idea es
simplemente falsa. Al igual que las deslocalizaciones, se puede controlar e
impedir, si existen las condiciones políticas necesarias y la voluntad
requerida. Negarlo implica perversión, propugnando una parálisis
indefinida justificada por la espera mutua de quien se atreve a empezar a
romper el modelo capitalista y neo-liberal.
6ş. Reproduciendo razonamientos patronales y
neo-liberales se aduce repetidamente que "la inmigración nos es necesaria",
utilizando el plural mayestático. ¿A quien?, cabe preguntarse. No desde
luego a los trabajadores. No discutimos que la fuerza de trabajo adicional
proporcionada por la inmigración le haya resultado muy útil en Andalucía a
constructores y propietarios de invernaderos, hoteles o restaurantes, pero para
mantener salarios bajos y condiciones precarias. Como Nación no ha servido ni
puede servir para que Andalucía salga del subdesarrollo, antes al contrario,
consolida el modelo dependentista. Es falso que los inmigrantes sean
responsables de la precarización -que existía antes de su llegada masiva merced
a la política neo-liberal y a la colaboración de clases de los sindicatos
neoverticales- pero es obvio que su constante incremento favorece su
persistencia. Estas implicaciones reaccionarias se expresan aún más rudamente
cuando se esgrime como refuerzo demográfico para el mantenimiento de la
Seguridad Social -asumiendo así las mentiras patronales sobre sus riesgos de
quiebra y sobre las presuntas soluciones a aplicar- o cuando la justifican
porque gracias a sus bajos salarios y a su sobreexplotación están atendidos
ancianos o enfermos, en una nueva forma de justificar la privatización y
limitación de los Servicios Sociales.
7ş. En complemento, antecedente o desarrollo de
lo anterior también se afirma que la aceptación de la inmigración es una especie
de "obligación moral" de los 'ricos' frente a los
'pobres'. Es evidente que nuestra pobreza no tiene comparación con la
del Tercer Mundo, como tampoco son iguales allí todas las 'pobrezas'.
Aún así, es tremendamente injusto y torpe hacer indistintamente
responsables por igual de la explotación imperialista a burgueses y a
trabajadores; a potencias excoloniales y estados imperialistas y a naciones
dominadas. ¿Qué 'responsabilidad moral' pueden tener en la
hambruna de Níger, en el desastre del Congo o en la corrupción de Nigeria un
trabajador de Astilleros de Puerto Real, una camarera de Cazorla o un
jornalero de Pedrera?. ¿Quizá se les acusa de no haber hecho ya en Andalucía la
'Revolución Socialista' o no haber implantado el 'Comunismo
Libertario' o el 'Reino de dios en la Tierra'?. ¿Acaso tienen sus
sedes centrales en Andalucía la General Motors, el Deustche Bank, Sony,
Telefónica, La Caixa o el BSCH?. ¿Qué culpas puede tener una Nación como
Andalucía que aún sufre de tal dominación que sigue incapaz de
recuperar más de 1.750.000 andaluces que no pueden
siquiera plantearse retornar a su Patria?. Pese a lo que pudiera ser su
pretensión, esta línea argumentativa favorece reactivamente un incremento de la
alienación conformista.
8ş. Siguiendo esta pauta se ubica el ultimatismo
político cargado de condena moral, esgrimido por algunos articulistas. Se viene
a decir que atenerse a cualesquiera consideraciones tácticas, de nivel de
conciencia, de oportunidad o de correlaciones de fuerzas; tener
presentes las limitaciones objetivas de espacio y economía o de preservación de
la cultura e identidad nacional, constituyen -a sus ojos- un
comportamiento obsceno e insolidario. Sólo el abrir vía libre
a todos los necesitados del mundo para instalarse en nuestro país sería así
algo propio de gentes de izquierda. Así pues, por citar sólo un caso,
el Congreso Obrero Anarco-Sindicalista de Castro del Río que defendía -en 1918 y
en pleno Trienio Bolchevique andaluz- la contratación prioritaria de los
trabajadores de sus propios municipios para dificultar el acoso patronal, sería
también tachado en coherencia retrospectiva de 'obsceno' e
'insolidario'.
¿Se aplican a si mismos estos paradigmas todos sus
defensores?. ¿Asumen en su vida la renuncia mística que parecen proclamar?. ¿No
han 'pactado con el mundo' en alguna o muchas ocasiones o no lo hacen
aún a la misma hora en que expelen admoniciones?. ¿No confunden sus
condiciones de vida y sus sueldos como altos funcionarios o profesionales
estables o liberados sindicales con los de la clase obrera y el pueblo al que
condenan, reproduciendo tópicos sobre el consumismo?. ¿Nunca optaron
por determinado director de tesis en lugar de otro para asegurarse una
posterior plaza en su departamento?. ¿Nunca
compatibilizaron sus columnas de izquierda con la venta de su
pluma a la derecha por razones nutricias?. ¿Nunca buscaron la ayuda de un
antiguo camarada, ahora burócrata sindical, para conseguir un puesto de trabajo
en algún aparato anexo?. ¿Nunca priorizaron asegurarse una alcaldía en su
pequeño pueblo sobre lo que ellos mismos saben que son las necesidades del
conjunto de la izquierda, de la clase y de la nación?. Si exigen actuar al margen del tiempo y del espacio, ¿qué
hacen aún, por ejemplo, dentro de IU?. ¿O de CCOO?. ¿O porqué se mantienen
en ONGs subvencionadas que le hacen el trabajo de agitación complementaria al
PSOE y si se da el caso, no tienen escrúpulo en hacerse la foto con la Monarquía
española?. ¿Qué valor tienen las jaculatorias sobre derechos provenientes de
quienes se han demostrado en su modestísimo ámbito de poder como
déspotas o gurus?. Si se apuntan renovadamente al nihilismo, ¿porque
recurren a los tribunales del Estado para reclamar patrimonios o defender
derechos?. ¿Cómo se puede conciliar el defender un día la libre
inmigración con reclamar otro listas de empleo reservadas a residentes?.
¿Porqué es justo defender vías restringidas de acceso a la enseñanza o a la
función publica para los que ya están -por mal que estén- porque, entre otras
razones, estos votan y se afilian sindicalmente, a costa de los que ni
siquiera están -y por tanto ni votan ni se afilian y están peor- y es injusto
priorizar algo lejanamente similar a escala nacional?. ¿Deberían renunciar a sus
cooperativas de tierras en activo los que las tienen porque no haya otros
pueblos andaluces que hayan sido capaces de conseguir con sus luchas conquistas
semejantes?.
Este
apresurado repaso de inconsistencias y de inadecuaciones en relación con la
realidad y las aspiraciones populares quizá expliquen su extremadamente reducido
poder de convocatoria, ilustren sobre la situación y adelanten algunos de los
riesgos que conlleva.
Claves de la
cuestión
Llegados aquí, se
impone situar la cuestión inmigratoria en el ámbito
político -liberándolo de su secuestro por la moralina- lo que
conlleva ubicarlo en el terreno de las opciones, las prioridades y las
consecuencias.
Sería de
imbéciles o malnacidos negar, minusvalorar o despreciar la necesidad de
quienes emigran. Más aún, ha de partirse del dato de que los sufrimientos son
muchísimo más intensos y generalizados de los que superficialmente aparecen
de forma ocasional en los noticiarios y consecuentemente que la presión por
eludirlos individualmente es de amplitud comparable a la miseria de la que
quieren huir y esto se traduce en centenares de miles de candidatos a la
emigración. De igual modo, obligado es afirmar -con similar nitidez y
contundencia- que la supresión de las condiciones de explotación
que motivan la emigración han de resolverse básica y prioritariamente
también en origen, emancipándose de la tutela imperialista; sin ocultar el coste
del empeño, pero sabiendo que no afrontarlo los implica en magnitud
infinitamente mayor. A este objetivo en nada puede ayudar, por la vía de la
inundación inmigratoria, la generación en países como Andalucía de una situación
social que fomente la desorientación de la clase obrera e incrementen su
división.
Se mire como se
mire, es evidente que Andalucía no puede subsistir dejándose en manos del
libre mercado, sea este de capital o de fuerza de trabajo. Defender la libre
inmigración es un absurdo y así lo avala el que nadie se haya tomado la molestia
de argumentarla fuera del terreno de las abstracciones o el
esfuerzo de adelantar sus consecuencias practicas. Tanto si se hace desde
la instalación en la marginalidad por añoranza de un caos que no se estaría en
condiciones políticas de aprovechar; como si se hace desde la hipocresía,
como recurso temporal hasta que las decenas se convirtieran en centenares de
miles, es una irresponsabilidad. La inmigración contingentada, por su
lado, es un eufemismo que sólo sirve a la dualización social.
La aplicación
practica de la política del "Papeles para todos-Salta la valla"
llevaría en Andalucía al colapso social. La
crisis del mercado de trabajo sería inconmensurable. Y
llevaría inevitablemente al enfrentamiento interno en la clase obrera entre
andaluces e inmigrantes y entre estos mismos, para beneficio exclusivo de
la patronal. Ante la incapacidad física y económica de absorción, los menguados
Servicios públicos existentes en Andalucía entrarían en
coma, degradándose en forma terminal y
abriendo paso a su desmantelamiento. Ya resulta notorio hoy que el flujo
persistente de la inmigración dificulta notablemente la integración nacional de
los inmigrantes ya instalados. Apliquemos la hipótesis al caso de Marinaleda:
¿qué podrían hacer sus 2.500 habitantes si un día se presentaran en el pueblo
250 inmigrantes solicitando su admisión como socios de pleno derecho de sus
cooperativas?. ¿Y si a estos les siguieran otros 250?. ¿Y si luego vinieran
otros 250 o 500 o 1.000 más...?. Ni siquiera la República
Socialista de Andalucía -por la que
luchamos- estaría en condiciones de aplicar -aunque quisiera- esta
política.
Conviene subrayar
que el efecto negativo en el terreno político general del "Papeles para
todos-Salta la valla" es ya operativo y lo será aún más si cala socialmente
su identificación con la izquierda. De entrada permite lavar sus culpas en
la generación de la situación actual al binomio PP-PSOE, que son los que
sirviendo los intereses empresariales la han creado y amparado, como muestra la
desenvoltura con la que ahora el PP ha reclamado la devolución
inmediata de los inmigrantes. Además, hasta ahora la desagregación
acumulada de la izquierda y la desarticulación social se han manifestado
preferentemente en forma de pasividad, pero no puede apostarse a que sea siempre
así. Se han perdido cuadros, militantes y organizaciones; se ha generalizado la
precariedad, reducido dramáticamente el poder adquisitivo y la fuerza de
presión. La orfandad global de la clase obrera andaluza es terrible. El
prolongado dominio del social-liberalismo ha sido demoledor en todos los ordenes
imaginables. Es obligado preguntarse qué puede ocurrir socialmente en el momento
que la burbuja inmobiliaria se reduzca y más aún si los frágiles basamentos
del entramado socioeconómico andaluz entran en crisis. En este contexto, la
cuestión de la inmigración puede servir de estribo impulsor para un retroceso
cualitativamente superior. Sería temerario negar que el peligro de secuestro de
sectores obreros y populares por el neo-fascismo es real. La izquierda
andaluza no puede confiar indefinidamente en que la sucesión de coyunturas o las
repetidas torpezas de la extrema derecha españolista -que ni siquiera vamos a
enumerar, por razones obvias- le evite tomar decisiones y afrontar
opciones.
Así pues,
es necesario asumir sin ambigüedades
desde la izquierda andaluza una posición favorable al cierre de la inmigración,
empezando por razones políticas pragmáticas por la extracomunitaria. Esto
implica defender el cierre de las actuales rendijas que mantienen abierto
el flujo y de actuaciones que disuadan ya en origen -desde el respeto a los
derechos humanos básicos- de la inmigración ilegal. Se ha de acompañar esta
línea, entre otras medidas, del impulso al ejercicio activo del
derecho al reagrupamiento familiar de los inmigrantes regulares ya instalados y
de su derecho a una residencia indefinida irrestricta en
Andalucía sin vinculación a su situación laboral. Se ha de asumir como
prioridad nacional la dignificación de las condiciones de vida y trabajo de los
inmigrantes, concretándose específicamente en acción sindical al efecto en ramas
como el campo, la construcción, la hosteleria o el servicio domestico. Y desde
una concepción laicista de la sociedad, se han de combatir con contundencia
todas las manifestaciones de discriminación o de racismo sobre los inmigrantes
para facilitar su integración nacional.
Opinión - Orden cronológico:
Inmigración y deslocalizaciones. Nota
a "Bofetadas europeas, carencias andaluzas",
Andalucía Libre nş 234 - (5/5/2004)
Sugerencias
Materiales andaluces para el Debate del Estatuto de
Cataluña.- Hoy, 2 de Noviembre, una delegación
del Parlamento catalán somete a debate para su aceptación, enmienda y
aprobación en el Parlamento español en Madrid, el proyecto de
Reforma del Estatuto de Autonomía para Cataluña, anteriormente ya
aprobado en Barcelona. No hemos tenido tiempo suficiente para culminar un
comentario al efecto. No obstante, haciendo uso de recurso a la hemeroteca y la
autocita, hemos seleccionado cuatro números de ANDALUCÍA LIBRE en donde, por
orden cronológico, pueden encontrarse elementos de análisis desde una
perspectiva de izquierda independentista andaluza que pueden ser aplicables en
esta coyuntura, que pensamos que pueden ser de alguna utilidad para quienes nos
siguen y que desarrollaremos en su momento. Además -quienes tengan interés en
ampliar análisis o datos- pueden encontrar en ellos enlaces a otros tratamientos
y materiales.
--oOo--
Solidaridad con Palestina y la Nación
Árabe
Enlaces:
Música de fondo: Clandestino, Manu
Chao
PUBLICIDAD DEL SERVIDOR
E-LISTAS: |






 [Adjunto no mostrado: Manu Chao - Clandestino.mid (audio/mid)
]
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