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Asunto: | [BoletinAndaluciaLibre] nº 82 - Cañamero - andalusies - Ley estabilidad - Bosn ia - Inmigración - Albarracin | Fecha: | Miercoles, 14 de Marzo, 2001 01:33:12 (+0100) | Autor: | Andalucía Libre <andalucialibre @.......es>
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Andalucía Libre
Independencia República Socialismo
nº 82
Cita
Nacional:
Granada, 2 de Enero
de 2002
Toma
NO; Viva Andalucía
Libre
En este Correo:
* VIII Congreso
Nacional del SOC: Cañamero,
secretario general.
Opinión,
Diego Cañamero.
* Granada
reclama la devolución de los
libros andalusies.
* Jornadas sobre
Palestina en Córdoba
* Opinión:
Antoni Castells,
Fundamentalismo
presupuestario.
* Opinión, La
inmigración y la cuestión
nacional
* Protectorado de
Bosnia, Los croatas
quieren separarse
Opinión:
La trinidad bosnia, un
proyecto
artificial
* Yugoslavia,
La tragedia de los refugiados
serbios.
Opinión:
Injusticias sobre
injusticias.
* Euskadi,
Tasio, La conexión
panadera de Otegi
* Javier
González Pulido, Jesus
Albarracín, camarada y
amigo
* Sugerencias,
Avisos, enlaces,
directorio, música
--oOo--
ANDALUCÍA
VIII Congreso Nacional del
SOC
Diego Cañamero, elegido secretario general en el congreso del
SOC
El sindicato suprime la dirección colegiada
EL PAÍS | Málaga
El alcalde de la
localidad sevillana de El Coronil, Diego
Cañamero, fue elegido el 4 de Marzo secretario general del Sindicato de Obreros
del Campo (SOC), al término del VIII Congreso de esta organización, que se ha
celebrado durante en Mollina (Málaga). El SOC ha suprimido la dirección
colegiada que implantó hace cuatro años. Cañamero destacó la apuesta del
sindicato por 'el cuidado de la ecología, la creación de empleo y la calidad de
vida'.
El alcalde de El
Coronil era el único candidato al cargo y obtuvo 129 votos favorables, seis en
contra y ocho abstenciones, informa Efe. Su elección estuvo precedida de un
debate mantenido por los opositores a que un cargo público ostentara la máxima
responsabilidad de la organización. La mayoría defendió la posición contraria:
que el sindicato funciona mejor en las localidades en donde está dirigido por un
cargo público.
Cañamero afirmó que
basará su mandato en 'la lucha por una reforma agraria que no prostituya la
naturaleza, respete los recursos de la tierra y que el SOC se convierta en punto
de referencia para todos los problemas del mundo rural'. También criticó la
actual Política Agraria Común (PAC), de la que precisó que afecta 'tanto a los
ganaderos como al mundo rural' e insistió en la apuesta necesaria por el cuidado
de la ecología, la creación de empleo y la calidad de vida.
Este congreso ha
suprimido la secretaría colegiada que se instituyó hace cuatro años. De sus
cuatro miembros sólo dos, José Fernández y María del Carmen García, han
terminado el mandato. Cañamero defendió ayer el cambio de sistema: 'Es más
conveniente para el sindicato tener un solo portavoz, porque se visualiza mejor
ante la sociedad'.
José Fernández, de la
dirección colegiada saliente, destacó el apoyo decidido de su organización a los
inmigrantes. 'El SOC está abierto a todos los inmigrantes, con papeles o sin
ellos y también estamos dispuestos a ayudarles para que monten sus propias
organizaciones', declaró a la Cadena SER. Según los datos que ofreció Fernández,
'hay más de 50.000 inmigrantes trabajando en el campo andaluz, de ellos unos
25.000 sin documentación'. Algunos de estos trabajadores, 'de Senegal,
Marruecos, Ecuador o Mali', ya son miembros del SOC. Este dirigente sindical
sostiene que, ahora, las campañas de la fresa o el olivar duran menos tiempo
'cuando los empresarios consiguen mejores precios para sus productos'. En Jaén,
para la aceituna, 'antes se trabajaba durante de tres meses y medio y ahora si
los precios están altos la campaña puede durar mes y medio'. En estos casos,
Fernández apuntó que 'hace falta más mano de obra' y hay necesidad de los
inmigrantes.
Sobre los jornales, el
dirigente sindical afirmó que hay discriminación: 'El convenio de Almería fija
en 4.494 pesetas (27€; 24,7$) las ocho horas; el de Huelva de la fresa,
4.458 pesetas por seis horas (26,8€; 24,49$), y un inmigrante puede trabajar más
horas y cobrar de 3.500 (21€; 19,23$)a 4.000 (24€; 22$)'.

Opinión
Diego
Cañamero
Diego Cañamero
ya forma parte hace tiempo, por meritos propios, de la historia del
movimiento obrero andaluz. Tiene sobradamente probada su militancia
sindicalista tras años de duras luchas; su honestidad ética como alcalde de su
pueblo de El Coronil es proverbial. Cañamero encarna como pocos, con sus luces
y sus sombras, la tradición combativa y las limitaciones políticas de una
corriente que tiene al SOC como sigla y referente.
Cañamero perdió el
anterior Congreso del SOC. Desde entonces acá,
el sindicato ha ampliado su actuación (menos su organización) a nuevas
comarcas en donde, merced a los cambios económicos y sociales, tienden a
concentrarse la conflictividad en sustitución de las comarcas originales donde
nació y conserva su mayor implantación como movimiento sociopolítico y
sindical. Los efectos de las derrotas históricas del movimiento jornalero y la
izquierda andaluza sufridas en la Transición y los primeros años del Gobierno
del PSOE (la frustración de la reforma agraria; la secuencia que lleva del
Comunitario al Subsidio) no han dejado de afectar también de forma inevitable
al escenario social donde el SOC nació y se desarrolló. Hoy, el SOC sigue
siendo más un movimiento y una referencia que una organización sindical al
uso. Sigue siendo cualitativamente distinto a las estructuras burocráticas y
clientelistas en que se han convertido particularmente las federaciones
agrarias de CCOO y UGT; sigue siendo depositario de otra tradición y otras
aspiraciones. Pero no por ello deja de resentir tanto los cambios generales
sufridos por el campo andaluz, como la presión conservadora que estos
conllevan y que no dejan de afectar a sus cuadros tradicionales, militantes y
simpatizantes.
Cañamero ha ganado
este Congreso. No sin cierta oposición, como evidencian las notas de prensa
para quien conozca las tradiciones de funcionamiento del SOC y cómo se
plantean sus debates, pero sí con holgura. Este dato tiene obvias
repercusiones políticas.
De entrada, fortalece
la posición de Cañamero y lo que representa en el ámbito político. En la
organización hermana, la CUT-BAI -surgida históricamente como expresión
política del SOC- consolida su mayoría frente a Juan Manuel Sánchez Gordillo.
Para el PCE-IU es una buena noticia, ya que Cañamero no comparte ni las
veleidades criticas de Gordillo y sus desmarques del PCE, que aunque
medidos y ocasionales no dejan por ello de resultarle especialmente molestos a
la dirección de IU; ni mucho menos las posturas nacionalistas de Gordillo, que
le hacen suspirar de vez en cuando en voz alta por sacudirse la bota de IU y
contribuir a la configuración de un Bloque Nacionalista Andaluz, aunque luego
del desahogo no haya actos que concreten y desarrollen las
palabras. Cañamero es estratégicamente leal a IU -haga lo que haga IU- y
si tiene a alguien como referencia y norte político este es Julio Anguita. De
hecho, Cañamero tuvo mucho que ver -en combinación con el propio Anguita- en
la inclusión de la CUT en el bloque pro Llamazares en Andalucía; formando
extraña y contradictoria comandita con personajes tan derechistas como Rosa
Aguilar.
Sindicalmente, el SOC
lleva años arrastrando una coordinación lánguida con otras organizaciones
sindicales (USTEA, SUAT, SU) que configuran la Mesa por la Intersindical
Andaluza. Un proyecto necesario que no acaba de cuajar, por la resistencia de
unos y otros a dar los pasos necesarios para afirmar de una vez una
alternativa sindical nacionalista, lo que requiere la configuración de una
confederación sindical nacional dispuesta a implantarse en todas las ramas de
la producción y con personalidad politicosindical propia. En ese terreno, el
conservadurismo o la prudencia de Cañamero -según se mire- no es precisamente
un dato que invite al optimismo. Poco dado a trascender lo cercano y conocido,
el desarrollo de un Sindicato Nacionalista Unificado es un proyecto que supera
las perspectivas vitales y políticas del alcalde de El Coronil y que, además,
no despierta precisamente simpatías en un PCE-IU con relaciones en trance de
plena normalización con CCOO, que lógicamente presionará en lo que pueda para
congelar aún más el proyecto.
No hay que dudar que,
en lo que le permitan sus otras obligaciones, Cañamero aportará al SOC de
nuevo su voz sincera, su capacidad de conexión telúrica, su olfato e intuición
políticas en el regate corto, su imagen de honradez impecable; pero también,
que con ellas, irán unidas indisolublemente las limitaciones de visión y de
ambición que han llevado al estancamiento político y geográfico al proyecto
que desde este Congreso lidera, ya no sólo simbólica sino también formalmente,
un jornalero ejemplar y una persona de bien como es Diego
Cañamero.
Granada
pide la devolución a la ciudad de los libros andalusíes

J. A. | Granada
Varios colectivos granadinos y más de
150 firmas, entre las que se encuentran las de profesores y catedráticos
universitarios, se han adherido a la petición de una asociación, Garnata 2000, para que sean devueltos a
Granada todos los libros escritos en árabe que se salvaron de las quemas a que
fueron sometidos por parte de los cristianos a partir del año 1499. Los libros
se encuentran actualmente en la biblioteca del Escorial.
En un escrito que ya ha sido entregada
a la consejera de Cultura, Carmen Calvo, el colectivo Garnata 2000 reivindica la
'absoluta necesidad de que Andalucía vaya recuperando su memoria histórica' y
vuelva a poseer su 'bagaje cultural perdido'. La asociación pide que se tomen
las medidas pertinentes para que los 'cuatro mil manuscritos granadinos que
forman hoy la mejor colección de Europa con la que empezó Felipe II la
biblioteca del Escorial, sean devueltos a Granada y custodiados en la Biblioteca
de Andalucía.
La historia se remonta al año 1499, en
que toma las riendas religiosas de la recién conquistada Granada el cardenal
Cisneros. Al contrario que había hecho su predecesor, que había respectado las
Capitulaciones de los Reyes Católicos con Boabdil, en las que se comprometían a
respetar la fe musulmana de los granadinos, Cisneros ordenó una conversión
forzosa y el requisamiento de todos los ejemplares del Corán que pudieran
encontrarse. Los soldados, al desconocer el árabe, requisaron todos los libros,
fuesen religiosos o no. Los traductores cristianos de la época decidieron cuáles
tenían interés, y cuales no.
Criba
Las decenas de miles que no pasaron la
criba fueron amontonados en la Plaza Bib-Rambla y quemados públicamente ante la
desesperación de los granadinos. Aquel fue el origen de la primera de las
guerras civiles de Granada que se sucederían a lo largo de todo el siglo
XVI.
Los libros que se salvaron de la quema
fueron destinados, en primer lugar, a Alcalá de Henares, para el uso privado del
cardenal Cisneros, y posteriormente pasarían a la biblioteca de El Escorial.
Garnata 2000 reclama que, al igual que
ha sucedido con los Libros plúmbeos del Sacromonte, que han vuelto a la ciudad
después de estar durante siglos en el Vaticano, los manuscritos árabes, unos
4.000, regresen a la ciudad. Entre los firmantes de la petición hay
catedráticos de las universidades de Sevilla, Barcelona, y Granada, arabistas,
empresarios y escritores. El Ayuntamiento de Granada ha facilitado sus
dependencias a la asociación Garnata para que el lunes expliquen a los medios de
comunicación los detalles más pormenorizados de su petición, con la que
reivindican el regreso a la ciudad de unos documentos de enorme valor histórico
y científico. Las obras que se salvaron eran, en su mayoría, tratados de
ciencia.
Jornadas "PALESTINA, ¿Es posible la
paz?"
MARZO-ABRIL
2001, CORDOBA.

Organiza:
Programa:
Martes, 20 de marzo –
Hora 19:30
CONFERENCIA: " BASES HISTÓRICAS DE LA
SITUACIÓN PALESTINA"
A cargo de: ESTEBAN PEREZ
LACORT. Profesor de Historia de EEMM.
Lugar: Salón de actos, Escuela Universitaria de Relaciones
Laborales:
(Junto a la torre de la Malmuerta)
Lunes, 26 de marzo – Hora
19:30
CONFERENCIA: "ANÁLISIS DE LOS TEMAS
PENDIENTES DE LAS NEGOCIACIONES ENTRE PALESTINOS E
ISRAELÍES"
A cargo de: JESUS NUÑEZ
VILLAVERDE.
Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y Director del ICAH
(Instituto de estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria).
Lugar: Salón de actos, Escuela Universitaria de Relaciones
Laborales
(Junto a la torre de la Malmuerta)
Martes, 27 de Marzo -
Hora 19:30
CONFERENCIA: " BASES ECONÓMICAS DEL
CONFLICTO PALESTINO"
A cargo de: GABRIEL PEREZ
ALCALA
Profesor de Economía. E.T.E.A. Universidad de Córdoba.
Lugar: Salón de actos, Escuela Universitaria de Relaciones
Laborales
(Junto a la torre de la Malmuerta)
Miércoles, 28 de Marzo –
Hora 20:30
PROYECCIÓN DE
DOCUMENTALES:
1 – LA ESPERANZA
CON VELO, 1994, de Norma Marcos, 55
minutos.
2 – ZEITUNAT ( El Olivo), 2000, de Liana Badr, 36
minutos
Lugar: Filmoteca de Andalucía, Medina y Corella, 5
Viernes, 30 de Marzo –
Hora 19:30
CONFERENCIA: " LA MUJER
PALESTINA"
A cargo de: JEANNE D’ ARC
MANNEH
Profesora y colaboradora de ASPA.
Lugar: Centro cívico de Lepanto. Casa Ciudadana . Ronda del Marrubial
s/n.
Martes, 3 de abril – Hora
19:30
CONFERENCIA : "¿ES POSIBLE LA PAZ EN
PALESTINA?"
A cargo de MAHMUD SOBH.
Catedrático de filología árabe y poeta palestino.
Lugar: Salón de actos, Escuela Universitaria de Relaciones
Laborales
(Junto a la torre de la Malmuerta)
Miércoles, 4 de Abril –
Hora 20:30
PROYECCIÓN DE LARGOMETRAJE:
"EL CUENTO DE
LOS TRES DIAMANTES",
1994, de Michel Khleifi, 106 minutos
Lugar: Filmoteca de Andalucía, Medina y Corella
5
Opinión
Fundamentalismo
presupuestario
ANTONI
CASTELLS, El País
Como una
apisonadora, el Gobierno del PP está dispuesto a hacer aprobar la denominada Ley
de Estabilidad Presupuestaria. El Gobierno se propone autoimponerse a sí mismo e
imponer por ley a las CC AA y a los municipios un presupuesto equilibrado.
Constituye una iniciativa sin precedentes que debería ser objeto, a mi entender,
de un rechazo político frontal por parte de todos aquellos que tengan algo que
decir, fuerza para hacerlo e independencia de criterio para poder criticar al PP
(condiciones que, me temo, excluyen por el momento al Gobierno de Pujol y a su
flamante conseller en cap y candidato a sucesor, Mas, que deberían ser los
primeros en saltar a la arena, como han hecho en muchas otras ocasiones por
cuestiones mucho más nimias, y que ahora parecen dispuestos a tragar lo que sea
con tal de seguir contando con los votos del PP en el Parlamento de
Cataluña).
Esta ley es
objetable, ciertamente, porque el Gobierno central impone a los gobiernos
autonómicos unas obligaciones que cercenan su autonomía. Y sus consecuencias
serán sin duda negativas porque una vez más, en lugar de reconocer la autonomía
de estos gobiernos para tomar decisiones y hacer que se responsabilicen
realmente de ellas ante sus ciudadanos, el Gobierno central opta por la vía de
la imposición y la tutela. El Gobierno del PP tiene una curiosa concepción de la
autonomía y el autogobierno, más enraizada en la derecha centralista española
que en una visión moderna y liberal. También tiene una idea peculiar del papel
respectivo del Gobierno y de la sociedad. Por lo visto, piensa que es el
Gobierno central, y no los ciudadanos de cada territorio, el más bien emplazado
para fiscalizar, y corregir si hay que hacerlo, la actuación del Gobierno
autonómico. En realidad, la derecha española, por mucho que diga, nunca ha
confiado en la sociedad. Sólo en el Estado. Y no precisamente en un Estado
descentralizado.
Nadie discute
que la autonomía tiene unos límites. En cuestiones como el déficit público y el
endeudamiento, es imposible realizar previsiones realistas si los gobiernos
autonómicos (y a otro nivel los gobiernos locales) no están implicados. Y
tampoco se puede negar que actualmente hay comunidades autónomas con volúmenes
de endeudamiento excesivos. Pero esto no se resuelve con el ordeno y mando
tradicional de la derecha centralista, mediante normas de dudosa
constitucionalidad, sino con una política de dos direcciones. Por una parte,
estableciendo mecanismos institucionales de coordinación, entendiendo que
coordinar no es imponer, sino articular las actuaciones de cada una de las
partes desde el respeto de sus respectivos ámbitos de autonomía. Por otra parte,
introduciendo auténtica responsabilidad fiscal en el sistema de financiación, de
manera que los gobiernos autonómicos se vean confrontados a tener que pedir a
sus ciudadanos que paguen más impuestos (y no, como ocurre ahora, a demandar más
subvenciones al Gobierno central) cuando quieran financiar mayores gastos o
deban amortizar la deuda que, a veces con excesiva generosidad, han contraído
para financiarlos.
Prohibir por ley
la posibilidad de financiar la inversión mediante endeudamiento es, además,
ineficiente, injusto y contraproducente. Porque hace recaer sobre las
generaciones presentes el coste total de unos bienes que en parte serán
consumidos en el futuro, y porque ello acabará conduciendo a realizar menos
inversión pública de la necesaria. Cuando en España, como es sabido, las
dotaciones de capital público están todavía claramente por debajo de las de
otros países europeos.
Pero esta
iniciativa es también negativa por las limitaciones que se pretende autoimponer
por vía de ley el propio Gobierno central. El Gobierno del PP ha convertido esta
historia del déficit cero no en un razonable objetivo político, sino en una
especie de dogma. Y los dogmas, ya se sabe, llevan a las guerras de religión, en
las que lo importante no son las razones y los argumentos, sino la adhesión a
las banderas. El PP ha pensado que enarbolando esta bandera, y dejando las cosas
atadas y bien atadas para el futuro mediante una ley, podrá pasar a la historia.
Para ello cuenta con una corriente de fondo que más bien simpatiza con la idea
de que el Estado gasta demasiado y gasta mal y trata de hacer callar a la
oposición con descalificaciones, acusándola de manirrota, partidaria del déficit
y de la presión fiscal a la menor señal de crítica y discrepancia.
Autoimponerse
por vía de ley una obligación de presupuesto equilibrado es una grave torpeza
que no ha cometido ningún gobierno europeo. En Europa existe el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento, que establece determinadas obligaciones de
estabilidad presupuestaria (un déficit máximo del 3% del PIB, salvo en periodos
de recesión, y sanciones y políticas correctoras en caso de incumplimiento).
Respetando estas restricciones, los gobiernos nacionales deben reservarse un
cierto margen de maniobra, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones a las
que aún deben hacer frente las instituciones comunitarias para llevar a cabo una
auténtica política económica europea. Este margen es estrecho, porque hay que
cumplir el Pacto de Estabilidad, pero no debe ser inexistente. Dentro de este
margen, la decisión de cuál es el saldo presupuestario más adecuado es una
cuestión que compete al Gobierno, que debe ser adoptada atendiendo a un criterio
de oportunidad, y pretender limitarla por la vía legal reduce de forma gratuita
y perjudicial las atribuciones del Ejecutivo.
Los promotores
de esta iniciativa podrán decir tal vez que algunos Estados americanos también
se han autoimpuesto esta restricción. Y ciertamente es así. Pero también esta
afirmación es objetable. Por cierto, la primera objeción es que habría que
retener este mismo argumento (la restricción se la han autoimpuesto,
recordémoslo, no se la ha impuesto el Gobierno federal; ¡pobre de él si lo
intentara!) cuando hablamos de lo que supone esta disposición en cuanto a
intromisión en el ámbito autonómico. La segunda es que, en Estados Unidos, el
Gobierno federal (es decir, el Gobierno central) no se ha impuesto ninguna
restricción semejante; el plan Clinton de reducción del déficit tuvo un carácter
completamente distinto.
De momento, en
Europa los gobiernos nacionales siguen siendo el Gobierno central, y mientras
ello sea así deberán seguir teniendo un cierto margen de maniobra para ajustar
la política presupuestaria según las necesidades de sus economías, especialmente
tras haber perdido cualquier margen de actuación en política monetaria, que es
ejercida en exclusiva por el BCE. El día que el gobierno europeo sea el gobierno
central ya hablaremos, pero de momento las cosas son como son. Lo que no puede
ser es que el Gobierno español restrinja las facultades y atribuciones que debe
tener todo gobierno sin que todavía las haya asumido el gobierno europeo. Porque
ello es una torpeza en términos económicos y porque con toda seguridad es lesivo
para los intereses de los ciudadanos españoles, que tienen derecho a exigir de
sus poderes públicos que actúen en función del interés general.
Y que no nos
vengan con las consabidas descalificaciones, pretendiendo que los que critican
esta medida es porque están a favor del déficit público, el despilfarro y de
subir los impuestos. No es descalificando los argumentos de los otros como se
defienden las propias ideas. Y, además, los que lo hacen corren el riesgo de que
se les acuse ya no de caer en el dogmatismo y el doctrinarismo más estrechos,
sino de hacer dejación de sus responsabilidades y de ignorar los intereses de
los ciudadanos. Y a lo mejor nos harán sospechar que en realidad tanto
fundamentalismo ideológico no es más que una pantalla, y que lo que se esconde
de verdad detrás de la misma es una preocupación prioritaria por potenciar los
intereses privados y dejar el campo de juego lo más expedito posible para que
éstos puedan actuar con total impunidad, sin el contrapeso de unos poderes
públicos preocupados por velar realmente por el interés general.
Antoni Castells es catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de
Barcelona.
Opinión.
La inmigración y la cuestión nacional.
La
coyuntura
En el Andalucia
Libre nº 79 ya planteamos algunas opiniones al respecto de la actitud
a mantener sobre la inmigración desde la izquierda nacionalista andaluza.
Nuevos acontecimientos motivan una
actualización de esa reflexión a la luz de la coyuntura.
De una parte,
el encierro de los inmigrantes en Barcelona ha concluido con un acuerdo que
recoge buena parte de sus reivindicaciones y fundamentalmente sus aspiraciones
a obtener la regularización. De hecho, su lucha ha obligado al Gobierno
español del PP a incumplir su propia ley, tolerando, obligado por la fuerza de
las circunstancias y la presión popular, que los inmigrantes ejerzan con toda
contundencia los derechos democráticos que la Ley les niega y ha tenido que
acceder a una negociación en toda regla con quienes en principio sólo
consideraba objetos sufrientes y nunca sujetos de decisión. En nuestro país
continúan encierros en Lepe y Almería, con un desarrollo tan extremadamente
complejo y accidentado (tanto desde el punto de vista de su gestión interna,
como de las reacciones externas) que hoy nos limitamos a constatar su
existencia y continuidad.
Además, el PSOE
sigue negándose a presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley
de Extranjería que cuestione su legitimidad para no dificultar su aspiración a
formalizar un pacto al respecto con el PP. Esta actitud lo ha puesto en
evidencia, particularmente cuando el Parlamento vascongado, gracias a los
votos del PNV, EA y EB-IU, ya ha decidido
recurrir la Ley. El PSOE vasco ha tenido que abstenerse sin atreverse a votar
a favor para no molestar demasiado al PP, su aliado españolista en
Euskadi. Simultáneamente, el PSOE catalán votaba junto a ERC e IC a favor de
una propuesta de inconstitucionalidad en el Parlamento catalán, condenada
aritméticamente de antemano a perder por la alianza entre CiU y PP. En
Baleares, los socios del PSOE en su Gobierno, PSM e IU también se han
manifestado favorables a ejercer el recurso. Igual ocurre en Aragón. En
Andalucía, PA e IU ya han propuesto que el Parlamento andaluz
recurra la ley mientras el PSOE duda. Por su lado, el
ultrareaccionario españolista Múgica, militante del PSOE y Defensor del
Pueblo por voluntad del PP, mantenía su renuncia a ejercer su posibilidad de
recurrir, demostrando de nuevo por enésima vez cuan baja es su catadura
política y moral. El Gobierno español del PP, por su parte, ha tenido que
reconocer el fiasco de su proyecto de retorno pagado ida y vuelta a
Ecuador; desbordado por el coste económico de lo que en principio creía que
iba a reducirse a una simple operación de imagen y que se ha convertido en un
desplazamiento másivo.
Es conveniente
recordar que la inmigración en el Estado español dista aún mucho de los
niveles de otros estados europeos y que actúa sobre realidades nacionales y
económicas muy distintas. El Gobierno del PP ha optado por favorecer una
estabilización de la marginación de los inmigrantes, dificultando su
integración por la vía del recorte de derechos y de la dificultad para
acceder a una residencia estable y al acceso al disfrute de plenitud de
derechos de ciudadanía. La derecha españolista (con el apoyo de CiU y
Coalición Canaria) ha apostado por consolidar una bolsa de fuerza de trabajo
en condiciones de sobreexplotación, que coadyuve a la degradación de las
condiciones generales del mercado de trabajo. Es lógico que ello haya
provocado rechazo, aunque este haya tendido a expresarse más en términos
humanitarios que de clase; entre otras razones por la complicidad de las
burocracias sindicales de CCOO y UGT en el establecimiento de unas condiciones
generales de precariedad laboral (en las que se inserta la
inmigración) que lógicamente las inhabilitan y deslegitiman para abordar
esta cuestión.
Públicamente,
el debate está de momento restringido a la inmigración extracomunitaria,
obviando las otras inmigraciones:
europea o peninsular; de particular importancia y repercusión en países
como Canarias, en determinadas comarcas andaluzas, en Mallorca o en sectores
sensibles como la función pública, especialmente la
enseñanza.
El debate
catalán
Cabe
preguntarse porqué en este contexto tan agitado han obtenido tan gran atención
durante semanas y hasta hoy, dentro y fuera de Cataluña, las sucesivas
declaraciones racistas y xenófobas de Ferrusola, consorte del Presidente Pujol
y de Heribert Barrera, expresidente del Parlamento catalán de
84 áños y militante histórico de ERC. La respuesta es evidente: en el Estado español en general y en Cataluña en particular, toda
cuestión social y política de entidad está irremisiblemente atravesada por el
problema nacional. Mientras no se destruya España, este fenómeno insoslayable
volverá una y otra vez a manifestarse, para tormento de cosmopolitas o españolistas de izquierda, a quienes les
encantaría vivir en un país normal, sin estas
distorsiones que reiteradamente alteran sus esquemas preconcebidos.
También ocurre en la cuestión de la inmigración.
Veamoslo.
La
esposa del presidente de la Generalitat catalana, Pujol, hizo unas
declaraciones claramente xenófobas y, añadimos nosotros, manifiestamente
estúpidas, en relación a la inmigración magrebí en Cataluña. La sra.
Ferrusola llegaba a inquietarse porque las iglesias románicas catalanas
pudieran terminar siendo reconvertidas en mezquitas. Alucinante. El
desmarque de CDC fue en principio suave. Las declaraciones comprensivas de Pujol y Mas sobre la esposa
presidencial evidenciaron los limites del pujolismo. Cuando quiso
arreglarlo reintegrando la cuestión a los términos de lo "políticamente
correcto", volvió a recuperar el mismo discurso paralizante que ha usado
desde los 60, que es el que ha servido de cobertura a una situación en la que
las tensiones no desaparecen sino que sólo se contienen y camuflan, esperando
el momento de emerger.
A continuación, el expresidente del Parlamento
catalán, Heribert Barrera, dirigente histórico de ERC, exponía públicamente
una amplia relación de topicos xenófobos y reaccionarios, entre los que
incluia la defensa de la pena de muerte y la comprensión a los becerros
racistas de El Ejido, en una entrevista periodistica destinada a promocionar
un libro autobiográfico que, en principio a ser presentado por el
Presidente Pujol. Finalmente la presentación hubo de suspenderse ante una
concentración de protesta de inmigrantes y catalanes. Estas declaraciones,
reiteradas en varias ocasiones a varios medios, llevaron a las Juventudes
de ERC y a varias organizaciones locales de ERC, a exigir su expulsión.
La dirección de ERC, a traves de su secretario general Carod-Rovira, se
desmarcó claramente de Barrera con el comunicado que reproducimos en nuestro
numero anterior (ver aqui)
aunque sin atreverse a hacer lo que correspondia, dadas la
naturaleza politica del posicionamiento de Barrera y sus consecuencias:
expulsarlo. Una reacción insuficiente que sólo se explica -que no
justifica- por la cercanía de su Congreso Nacional. Además, un sector
minoritario del independentismo catalán embarcado en una deriva
confusionista extrema encarnado en UNC,
sostenía públicamente a Barrera convirtiendolo en la veu del català del
carrer (la voz del catalán de la calle); mientras otras
organizaciones socialistas de izquierda nacionalista independentista (Endavant,
Maulets, PSAN ...)
lo condenaban y rechazaban con contundencia.
El punto que unía a ambos, la presidenta
consorte y el anciano exparlamentario, era la consideración de la inmigración
extracomunitaria como un peligro para el mantenimiento de la identidad y la
lengua catalanas y una actitud favorable hacia la Ley de extranjería del PP
(apoyada por CDC y rechazada por ERC) como presunta protección ante esa
pretendida amenaza.
Lo aparentemente
sorprendente del caso y lo que confirma nuestra primera apreciación, son las
reacciones de las fuerzas nacionalistas españolistas. El PP no le agradeció a
Barrera el apoyo a su Ley, (recordémoslo, a SU Ley) en un
momento de aislamiento político; antes bien lo condenó y lo elevó a la
categoría de exponente de la intrínseca naturaleza impositiva y excluyente de
todos los nacionalismos (que no sean el español, claro, que como tiene un
Estado detrás no necesita reconocerse nacionalista). Para colmo de cinismo, el
PP a los dos días
presentaba en el Parlamento catalán una proposición no de ley para que
otras confesiones religiosas "no desplacen a la católica" en la
enseñanza y más recientemente, a traves de Fernández Miranda,
delegado del Gobierno para la Inmigración, se permitía con toda
desfachatez incluir el catolicismo como elemento de preferencia o
discriminación en cuanto al origen de los inmigrantes a acoger.
El PSOE, por su parte, también echo leña al fuego, olvidando que la Ley
de Extranjería de 1985 que aprobó cuando contaba con mayoría absoluta era
aún más reaccionaria y policíaca que la ultima del PP y si no despertó tanta
oposición entonces era, por un lado, por el contexto político y por otro
porque había muchos menos inmigrantes que ahora. A ello se han dedicado
figuras tan impresentables como Bono o el consejero andaluz Zarrias,
miembro de un Gobierno y un partido que han sido políticamente incapaces de
generar un cambio en Andalucía que permitiera facilitar el retorno a su Nación
de quienes fueron obligados a abandonarla hace veinte o treinta años, si
ese es su deseo. Llama poderosamente la atención que las criticas
más exaltadas a Barrera provengan del binomio PP-PSOE, cuando son precisamente
PP-PSOE los responsables -por acción u omisión- del más grave progrom racista
ocurrido en Europa desde 1945 que, para nuestra vergüenza nacional, tuvo lugar
en El Ejido el año pasado sin que, hasta la fecha, ni la Junta de Andalucía ni
los Ayuntamientos de la comarca que ambos controlan hayan cumplido sus
compromisos y mientras -ambos- mandan delegaciones por Europa para mentir
sobre la degradante realidad del Poniente y evitar riesgos de boicot a los
productos hortofruticolas. Y tras ellos, fuerzas menores como IC o EUiA (que,
por su parte, no tiene el menor inconveniente en tolerar que un militante
suyo, Vicente Serrano, encabece una plataforma españolista reaccionaria como
es el Foro Babel). De parte del PP-PSOE era nítido el intento de
aprovechar la ocasión para eludir responsabilidades propias y favorecer una
idea de presunta oposición ineluctable entre derechos de los
inmigrantes y reivindicaciones y derechos nacionales que cuestionen el marco
político constitucional y la estabilidad del regimen. Lo paradójico del caso
es que la paternidad de la legislación discriminatoria es de las fuerzas
españolistas y que las competencias fundamentales al respecto,
desgraciadamente, también le pertenecen. Pero la realidad y las
responsabilidades reales no importan mucho en este asunto.
De resultas de todo ello, se desprende
también la urgencia de una reflexión, al menos a nivel de actitudes
públicas, por parte de los colectivos organizados de inmigrantes y de sus
movimientos de apoyo sobre el problema nacional en el Estado español y sobre
todo lingüístico, allí donde existe. Ciertamente, no es sensato exigirles
posicionamientos expresos sobre cuestiones políticas pero tampoco cabe
instalarse en la ambigüedad o reiterar errores pasados, sea consciente o
incoscientemente. Los inmigrantes extracomunitarios no pueden dejarse
instrumentalizar por el españolismo, convirtiéndose en carne de cañón para sus
operaciones mediaticas. La reivindicación de derechos sociales, civiles
y políticos, de medidas e inversiones que hagan factible la integración
cultural y educativa, han de ser acompañadas de gestos que los inserten
explícitamente en el proyecto nacional de sus sociedades de acogida y ello
significa, por ejemplo, la opción consciente por utilizar en su discurso y
propaganda, junto a sus lenguas y banderas respectivas cuando así lo estimen
conveniente u oportuno, sólo la lengua nacional propia del país en donde
aspiran a establecerse (es decir, en Cataluña, sólo el catalán) y sus banderas
(la senyera, la ikurriña, la verdiblanca...). En Cataluña, por ejemplo,
mientras esta no sea nacionalmente libre siempre será políticamente
mejor maltratar la lengua de Espriu -por un insuficiente
conocimiento, pongamos por caso- usandola que recurrir a la de Cervantes, por
bien que pudiera dominarse esta ultima.
Al día de hoy, resulta
claro que la inmigración extrapeninsular no es un peligro ni cuantitativo ni
cualitativo para la identidad catalana ni para la de ninguna de las
naciones del Estado y si pudiera contribuir a ello en un futuro no es ni
será por si misma, sino por el contexto de ausencia de Soberanía Nacional, el
bilingüismo oficial favorable al castellano, el control español de la
educación, etc; hechos políticos que están presentes en la
Constitución que tanto defienden PP, PSOE e IU. De hecho, lo absurdo del
episodio deriva en buena parte de que, hablando formalmente sobre la
inmigración exterior, lo que realmente se estaba constatando era el fracaso
del modelo constitucional y estatutario y del discurso y las practicas
pujolistas en Cataluña. El discurso xenófobo de Barrera-Ferrusola,
primero, desviaba contra inocentes, frustraciones que nacen de sus
propias responsabilidades políticas en el establecimiento y mantenimiento de
una situación que sigue impidiendo la normalización política, cultural y
lingüística catalana. Segundo, reiteraba como la cobardía nacional y la
primacía de los intereses de clase que los vinculan a España no era obstáculo
para ser simultaneada, como en el caso de Barrera y su rechazo al baile
de las sevillanas en Cataluña, con la forma menos hábil que pudiera darse
para plantear la relación entre la inmigración andaluza y la normalización
política y cultural catalana; en lugar de situar la cuestión en términos
positivos, combinando integración, respeto y apertura a las aportaciones
foráneas y defensa de mecanismos políticos, culturales y lingüísticos de
normalización efectiva, desde el reconocimiento de la singularidad y la
entidad nacional de Cataluña.
Inmigración y proyecto
nacional
Ahora mismo, la
posición inteligente y coherente desde la izquierda nacionalista, tanto
desde el punto de vista de clase, humanista y nacional, es apoyar y
participar en la lucha contra la Ley de Extranjería del PP, reclamar el
fin de la economía sumergida que sostiene a la inmigración etc; a la vez que
exigir que las decisiones sobre ciudadanía y residencia sean competencia
política de las respectivas naciones, de tal forma que, 1º. Se eliminen
discriminaciones que cristalicen guetos e impidan la integración; 2º. Cada
nación pueda establecer su propio régimen de entradas, en función de su
realidad y sus decisiones soberanas. La integración como objetivo, no
implica olvido o menosprecio de la cultura o lengua original ni renuncia a
impregnar la cultura del nuevo país con las propias aportaciones pero si
significa asunción de la incorporación a un marco social cultural,
linguistico e histórico dado a respetar, al tiempo que se contribuye a su
evolución, construyendo las condiciones políticas, educativas, económicas,
culturales y sociales que lo hagan posible.
Obviamente
no es sensato ni justo plantear posiciones del tipo "puerta abierta estable
sin limites" (que suelen ir acompañadas de un discurso liberal demagógico)
porque ninguna sociedad viva y sana admite ni admitirá minorizarse en su
propio territorio (y quienes lo han sufrido como los kanakos, los
palestinos o los estonios, lo han hecho como consecuencia de su falta de
libertad), ni siquiera acercarse remotamente a una situación que lo convierta
en una perspectiva creíble. Pero la forma de hacerlo no es desviando
la cuestión hacia una falsa contraposición autóctonos-inmigrantes sino
abordando los problemas de fondo que están, de un lado, en el marco
político constitucional y estatutario y de otro en el sistema capitalista. La
solidaridad y el internacionalismo no se manifiestan generando una situación
que haga seguro el conflicto e imposible la integración, sino, de una
parte, combatiendo las causas de la emigración: reclamando la anulación
de la deuda externa, apoyando a los movimientos populares de los países de
origen, por ejemplo; de otro, exigiendo recursos que faciliten el acceso a la
vivienda, a la educación, en condiciones dignas y que tampoco creen perjuicios
a los más débiles de entre los nacionales de la sociedad receptora y luchando
conjuntamente por eliminar los salarios de miseria y las condiciones
esclavistas de trabajo.
Andalucía tiene un 25% de desempleo; no ha
sido potencia colonial; no hay multinacionales andaluzas, no tiene desarrollo
económico que necesite fuerza de trabajo ajena, al margen del modelo perverso
instalado en algunas comarcas, sostenido en la economía sumergida y en la
sobreexplotación, a extirpar a poco que sea posible. Incluso, en estas
circunstancias, hoy Andalucía puede asimilar todavía mas inmigración. Está
claro que todas las personas que residen y trabajan en Andalucía han de tener
derechos civiles, laborales y sociales iguales; que al tiempo de vivir en
Andalucía han de tener también derechos políticos a participar, por ejemplo,
en las elecciones municipales (sean o no originarios de la UE) y
facilidad para que, si esa es su voluntad, pasado un tiempo adicional que
asegure su arraigo, puedan acceder a la plena ciudadanía andaluza. Pero ha de
ser el pueblo andaluz, la nación andaluza, y no el Gobierno español o la
dinámica del mercado mundial, quienes establezcan la cantidad y los requisitos
para fijar cada una de estas circunstancias.
Protectorado de Bosnia
Los
croatas de Bosnia quieren separarse de los bosniacos
J. M. | Belgrado EL PAIS
Los croatas de Bosnia abrieron
ayer un nuevo frente secesionista en los Balcanes con la aprobación por
unanimidad de una petición de autonomía separada de la entidad musulmana con la
que forman una federación y la declaración unilateral de que la autoridad del
Gobierno de la Federación croata-musulmana 'no será reconocida en las zonas
habitadas por los croatas de Bosnia'.
La rebelión está capitaneada por
Ante Jelavic, que es miembro de la presidencia colegiada de Bosnia-Herzegovina,
Estado formado por dos entidades: la serbia y la croata-musulmana. Jelavic
consiguió que los 538 miembros del Parlamento de los croatas de Bosnia (Zavor)
votaran a favor de una resolución que declara 'la autonomía temporal en el seno
de Bosnia-Herzegovina hasta que se garantice una auténtica igualdad
constitucional para los croatas'. En las calles de Mostar, sede del Parlamento
croata, cientos de manifestantes aclamaron la decisión.
El alto representante de Naciones
Unidas en Bosnia-Herzegovina, Wolfgang Petritsch, se opone a la resolución.
Aunque el país está dotado de órganos de Gobierno propios, el representante de
la ONU tiene poder para destituir a cualquier cargo o prohibir cualquier acción
cuando lo considere necesario. Esta prerrogativa ya fue empleada por su
antecesor, el español Carlos Westdendorp.
Opinión
La trinidad bosnia, un proyecto artificial
La Bosnia trinacional, una y
trina como la Trinidad católica, es un proyecto artificial que sólo
puede sostenerse bajo tutela exterior, en régimen de protectorado y con la
permanente amenaza de intervención imperialista. La reciente petición de
separación de los croatas de Bosnia de sus conflictivos aliados
bosniacos, así lo vuelve a evidenciar.
Años después del cese de las hostilidades,
el protectorado bosnio sigue requiriendo para sostenerse de una presencia
militar extranjera omnipresente y de la injerencia política
permanente de los representantes del imperialismo europeo. La
persistencia de la ficticia entidad semiestatal bosnia no ha facilitado en
nada el restablecimiento de relaciones soportables entre las tres
nacionalidades bosnias, sólo ha congelado el conflicto. Las
tensiones persisten comprimidas; esperando tan sólo la coyuntura apropiada
para manifestarse con renovado vigor. Ni todas las presiones y manipulaciones
de las potencias protectoras han conseguido ganar sostén
electoral y no digamos social para las fuerzas comprometidas con el
Protectorado y consiguientemente con el mantenimiento de la ficción
bosnia.
La Bosnia del protectorado tiene un irreparable
déficit de legitimidad porque su nacimiento y continuidad es resultado, no de
un acuerdo libre de sus nacionalidades sino de la imposición extranjera,
empeñada en preservar la conversión de lo que eran fronteras administrativas
dentro de una federación plurinacional en limites entre nuevos estados
nacionales, ignorando la voluntad de sus habitantes.
Bosnia como entidad administrativa sólo tenia
sentido y justificación en tanto se mantuviera la federación yugoslava. Una
vez rota, por la combinación del neoliberalismo federal y el chauvinismo
serbio, el ejercicio del derecho a la autodeterminación conducía
inexorablemente a la partición de Bosnia en dos o en tres (dependiendo
de si la nacionalidad bosniaca, de matriz cultural musulmana, optaba, bien por
formar su Estado, bien por unirse a Croacia o a Serbia). A la
posición bosniaca de independencia con negación a la partición, se le
respondió con una guerra salvaje desde la parte serbia (y en menor medida,
también croata) en la que las hipotéticas fronteras quisieron establecerse
mediante el terror. Esta circunstancia confirió un legitimo derecho de
autodefensa a los bosniacos que, a continuación y bajo el amparo
internacional, establecieron una alianza de intereses con Croacia. A cambio
del aplazamiento de la incorporación de las zonas croatas de Bosnia, Croacia
obtuvo el hipócrita asentimiento internacional para expulsar a su minoría
serbia y anexionar sus territorios en la Krajina.
En el momento presente y en una coyuntura
distinta, vuelve a plantearse el núcleo del problema. El derecho de
autodeterminación de los bosniacos no puede sobreponerse al derecho a la
autodeterminación de croatas y serbios, negándoles la opción de fusionarse con
sus respectivas naciones. Como resultaba previsible dados los acontecimientos
precedentes, no existe sostén social significativo para el mantenimiento de la
Bosnia trina. Bosnia sigue en situación de provisionalidad, con los
consiguientes perjuicios para bosniacos, serbios y croatas.
Así pues, si se quiere conseguir un marco de
relaciones sano y estable entre las distintas nacionalidades, los
elementos a debatir son dos: 1º. El futuro nacional de los bosniacos y si
estos continúan optando por un Estado propio o bien asumen levantar una
federación o confederación con las debidas garantías, con alguno de sus
dos vecinos. 2º. Como realizar la partición a partir de las líneas de
armisticio, estableciendo, en una primera fase, mecanismos pactados de
compensación e intercambio territorial, de asistencia para desplazados y
de protección para quienes, por cualesquiera circunstancias, decidan a pesar
de todo mantenerse en territorios bajo soberanía de otra nacionalidad, y
en una segunda, instrumentos de coordinación y cooperación mutuas, cuyo mero
planteamiento exige como precondición el reconocimiento reciproco de la plena
libertad y soberanía.
Los pueblos de Bosnia no pueden ser condenados
a seguir sufriendo indefinidamente las consecuencias de sus propios errores y
de los intereses imperialistas; por mucho que ello conlleve que algunos
occidentales, más o menos bienintencionados, hayan de revisar sus
esquemas o sus posiciones doctrinarias; o en el caso de Andalucía y del Estado
español, además, hayan de cesar de proyectar sobre Bosnia sus propios y bien
distintos problemas nacionales, distorsionando la específica, a la vez
que bien compleja, realidad balcánica.
Yugoslavia
600.000 refugiados serbios viven diseminados por Yugoslavia a la espera
de ayuda urgente
Procedentes
de Bosnia, Croacia y Kosovo, se hallan en una situación de pobreza
absoluta
JORGE MARIRRODRIGA | Belgrado EL
PAIS,
Unos 600.000 serbios refugiados
de las diferentes guerras libradas y perdidas por el régimen de Slobodan
Milosevic durante la pasada década se encuentran en una situación desesperada y
necesitan ayuda urgente. De ellos, unos 200.000 proceden de Kosovo y habitan en
campos de refugiados diseminados por el sur y el centro del país. Apenas cuentan
con la ayuda de algunas organizaciones y de la empobrecida Cruz Roja local. En
condiciones de pobreza extrema y sin empleo, se ven obligados a vivir con poco
más de 6.000 pesetas al mes.
En Zemun, barrio de Belgrado, se
encuentra un pabellón de deportes llamado Hala Pinki. El edificio sigue
utilizando sus instalaciones deportivas, pero en los locales donde había
oficinas y tiendas han sido alojadas unas 400 personas procedentes de Kosovo.
Han llegado hace un par de meses y desde entonces sólo disponen de unos pocos
metros cuadrados que se han repartido en habitaciones hechas con mantas
suspendidas de cuerdas. En el piso de arriba están los serbios y en el de abajo
los gitanos. Allí los ha colocado el Comisariado Yugoslavo para los Refugiados
(un organismo gubernamental) y, al estilo de los tiempos de Milosevic, les ha
prohibido hablar con nadie bajo la amenaza de desposeerles del techo que les
cobija.
'Nosotros tuvimos más suerte',
reconoce Zoran en el apartamento que comparte con unos familiares en el centro
de Belgrado. Él y su mujer llegaron en 1992 desde Croacia y fueron acogidos por
unos parientes cercanos. Su historia es calcada de la escuchada durante meses a
los refugiados albanokosovares, 'pero nosotros estábamos en el bando equivocado
y en 10 años nadie nos ha prestado atención', se queja. Ahora, los problemas de
Zoran son los mismos que los del resto de los yugoslavos, un país con un 25%
oficial de paro -el real se sitúa en torno al 40%- y una inflación galopante.
'Tuvimos que dejar casi todas nuestras pertenencias en casa. Salimos a toda
velocidad, de noche y muertos de miedo. Vale, no duermo bajo una tienda de
campaña, pero me considero un refugiado'.
Según Patricia van Nispen,
directora de la organización holandesa Alliance International, el régimen de
Milosevic encajó mal, desde el primer momento, el problema de los refugiados
porque se empeñó en que pronto volverían a sus casas. 'Eso provocó una situación
de provisionalidad que a la larga es insostenible y, además, muchos ya no
querían volver y preferían rehacer sus vidas'. A unos pocos les permitió
convertirse en ciudadanos de la nueva Yugoslavia, pero la mayoría se han visto
obligados a sobrevivir como ciudadanos de segunda categoría en un país que
consideran propio. 'Reciben una comida diaria y los médicos los visitan con
frecuencia, pero, por ejemplo, sus hijos no pueden ir al colegio', señala una
fuente de un organismo internacional.
Las organizaciones que ayudan a
los refugiados subrayan que la guerra y las teorías racistas han desequilibrado
las relaciones sociales de estos grupos y las relaciones humanas están reguladas
sobre la dominación y no en el respeto a la ley y el consenso. 'Lo peor de todo
es cuando ves a personas que llevan casi diez años viviendo en campos de
refugiados. Han caído en la apatía y la desesperanza y son incapaces de seguir
adelante', explica Van Nispen.
En algunos lugares, el
desequilibrio social creado por los refugiados es tal que amenaza con ser la
chispa que haga estallar una situación que ya de por sí es explosiva. Es el caso
de la región de Vojvodina, al norte de país, donde está casi el 50% de los
refugiados serbios, lo que supone que un 20% de los habitantes de Vojvodina son
refugiados que apenas tienen lo mínimo para vivir. La apatía mostrada por
Belgrado para afrontar el problema es uno de los factores que ha disparado las
reclamaciones autonomistas de la región.
Los refugiados serbios en
ocasiones han sido víctimas de dos conflictos. Cuando 300.000 serbios llegaron
prácticamente con lo puesto desde Croacia a principios de los noventa, Milosevic
maquinó el plan de alterar el equilibrio demográfico de Kosovo -con un 90% de
población albanesa- mediante el traslado masivo de los recién llegados. Muchos
se negaron, pero los más pobres y los más desesperados por rehacer sus vidas
aceptaron el traslado. En verano de 1999 tuvieron que repetir la experiencia y
huir de Kosovo junto a los restos del Ejército yugoslavo. Los campamentos en los
que fueron alojados, al sur de Serbia, eran casi inhabitables y -tras una década
de guerras y sanciones- Serbia no podía prestarles la ayuda que necesitaban. Un
miembro de una ONG occidental resume así la política que durante una década tuvo
Yugoslavia con sus propios refugiados: 'A Milosevic no le importaban los
refugiados. Jamás los visitó; sólo los utilizó'.
Opinión
Injusticias sobre injusticias
El chauvinismo serbio se nutrio de su
pretensión de establecer su dominación sobre el conjunto de Kosovo, a
costa de su mayoría albanesa. Su practica opresiva en el sur, alimentó la
desconfianza en Eslovenia y Croacia. La crisis del régimen burocrático
postitista y la deriva neoliberal del Gobierno federal, acabaron por hacer
inviable políticamente la continuidad de la II Yugoslavia.
El comportamiento del Gobierno serbio de
Milosevic en Kosovo deslegetimó sus declaraciones en las que
justificaba su actuación en los territorios de las antiguas republicas
yugoslavas de Croacia y Bosnia por su pretensión de proteger allí los
derechos nacionales de los serbios. No eran creíbles sus argumentos de que
defendía el derecho a la autodeterminación de los serbios de Krajina, Bosnia y
Eslavonia cuando resultaba evidente que por la fuerza de las armas lo negaba a
los albaneses de Kosovo. La total ausencia de principios de Milosevic y su
miopía política, condujeron a la nación serbia al desastre. En una cruel
paradoja, los serbios de Krajina, Eslavonia, Bosnia y Kosovo pagaron las
culpas de su pretendido protector de Belgrado.
Aun hoy -cuando rebrotan combates en Presevo- y
con un nuevo Gobierno surgido tras el derrocamiento de Milosevic, sigue sin
reconocerse en Belgrado el derecho a la independencia de Kosovo (y a su
eventual reunión con Albania), cuando resulta del todo evidente que el
legitimo objetivo de la recuperación de las comarcas serbias de
Kosovo exigen este reconocimiento expreso como precondición indispensable
e inexcusable. No es ni justo ni sensato mantener desde Belgrado la
aspiración a recuperar algún día, mediante la colaboración occidental, la
totalidad de Kosovo. Este proyecto, si de una parte requiere una Serbia
títere de Occidente, de otra la encamina hacia una meta sin sentido. Kosovo ha
de dividirse respetando sus mayorías y la parte albanesa obtener la plena
soberanía, librándose de la ocupación imperialista. Solventar este expediente
es imprescindible para afrontar el asunto bosnio, fijar un marco
aceptable para Montenegro y Vojvodina en una renovada federación y plantear
cara al futuro una negociación que resuelva de forma definitiva la cuestión de
la Krajina, de tal forma que se consiga un marco estable de relación entre
Croacia y Serbia; clave para la región.
Pese a lo que pudiera parecer, los intereses
reales albaneses y serbios coinciden, pues ambos sufren de las limitaciones
que las potencias occidentales han fijado al ejercicio de su derecho a la
autodeterminación. De un lado y de otro resultaría muy conveniente que cuanto
antes se constatará esta realidad y se extrajeran la debidas
conclusiones.
Quizá sea posible convivir un tiempo con estos
problemas heredados, pero hasta que no se resuelvan, los agravios y temores
seguirán latentes, esperando una ocasión para emerger. La generación de un
nuevo escenario que haga posible una convivencia y una cooperación renovadas
en los Balcanes -no digamos pretensiones o proyectos más
ambiciosos- demanda que no se cierren en falso. De lo contrario, las
declaraciones de fraternidad sonaran siempre a falsas, mientras la
espiral de odios y cuentas pendientes continuará
agrandandose.
Euskadi
Jesus Albarracín, camarada y amigo.
Javier González
Pulido.
Conocí a Jesús en la Liga. Era uno de esos
militantes veteranos que nos daban charlas de formación en las escuelas del
partido. Formaba parte de ese escogido grupo de personas capaces de hacer fácil
lo difícil, de transmitir conocimientos con rigor y con pasión. Gracias a gente
como Jesús algunos aprendimos buena parte de lo que sabemos y además aprendimos
a aprender; gracias a gente como Jesús algunos nos hicimos militantes para toda
la vida.
Cada cierto tiempo, leíamos también en
COMBATE sus artículos, habitualmente fruto de su
colaboración con Pedro Montes. Análisis de la situación del movimiento obrero y
de la coyuntura económica, en los que datos y elementos aparentemente inconexos,
tomaban coherencia. Cada entrega nos aportaba argumentos para entender la
realidad y para armarnos en la polémica. Más tarde supe de sus
responsabilidades en la dirección del trabajo sindical de la LCR. Para nosotros,
jóvenes estudiantes sin muchos recursos económicos dedicados de lleno a
reconstruir la organización en Andalucía en los 80, Albarra -que era como le
llamábamos- era también conocido por ser de aquellos que pagaban más alta cuota
en la Liga. Albarra contribuía mensualmente con un alto porcentaje de su sueldo
como profesional para sostener el funcionamiento del partido. En aquella época
nos parecía algo normal; más tarde la experiencia nos haría comprender que lo
que entonces veíamos normal sólo lo era para quienes eran, sentían y actuaban
como militantes revolucionarios.
Luego vino la desastrosa unificación con el MC y
la destrucción de la LCR. Nos equivocamos juntos. Por entonces algunos,
intentamos salvar la situación y el futuro organizando una Tendencia. Luego
vinieron, entre conflictos, la separación del MC a cachos, el desanimo y el
abandono de muchos. En esa época Albarra nos comprendía, pero seguía intentando
mantener la conexión y el ritmo con quienes habían estado con él dirigiendo la
LCR durante años. Después, algunos también, nos vimos obligados a constatar
que se habían roto demasiadas cosas y demasiadas personas y consideramos
que la continuidad en las ideas básicas no implicaba mantener una relación
política ficticia y que era el momento de extraer conclusiones políticas de lo
acontecido. Albarra siguió intentandolo. Pero cuando la realidad impuso
inapelablemente sus condiciones, no tuvo dudas. Al tener que optar entre
participar de lo que el entendió con razón como una posibilidad de articulación
de una oposición sindical de izquierdas en su sindicato, CCOO, o el
mantenimiento de amistades y relaciones de años a costa de la coherencia con sus
principios, escogió lo que correspondía escoger en un militante comunista
revolucionario: el compromiso con su clase. No lo hizo sin sentir un profundo
dolor y una honda decepción que le acompañaron el resto de su vida.
Fueron en sus últimos años cuando realmente trate
con mayor intimidad y conocí de verdad a Albarra; cuando por ello llegue a
apreciarle, a admirarle y a quererle como un amigo entrañable. El seguía
implicado hasta las cejas en la dirección del sector critico de CCOO, intentando
y muchas veces consiguiendo gracias a su capacidad y a su entrega, superar las
limitaciones propias de no contar detrás con un soporte organizativo
estructurado, para empujar al sector critico adelante, para consolidar y ampliar
sus posiciones de izquierda en ruptura con la tradición burocrática y reformista
del sindicato. Los textos de las enmiendas y documentos alternativos son reflejo
de su esfuerzo; la practica contradictoria, constatación de sus limites. La
pasión con que se daba a su trabajo le hacia a veces en publico subrayar los
elementos positivos pero ello no le impedía reconocer entre camaradas de la
Internacional lo complicado del empeño.
Se ha dicho de Albarra que era intransigente. Y
era verdad en relación a los principios, a la coherencia política y ética, a la
exigencia del rigor intelectual. Pero siempre modulaba esa intransigencia
-aunque no la anulaba- una profunda comprensión de las debilidades humanas y de
las presiones del sistema. La intransigencia de Albarra no le impidió
relacionarse y colaborar políticamente con destacados socialdemócratas en
conflicto con el social-liberalismo del PSOE; o trabajar de la mano en pos de
objetivos comunes que hicieran avanzar a la izquierda política y social con
militantes del PCE o de otras organizaciones en el seno del sector critico de
CCOO o de IU; a la que se incorporó sabiendo siempre perfectamente donde se
metía y para qué se metia. Y a la vez, mantener relaciones con dirigentes de LAB
y de otros sindicatos; trabajar con compañeros de profesión críticos;
colaborar con los teólogos de la liberación... Porque Albarra si era
intransigente nunca fue sectario. Albarra admitía las diferencias políticas
entre revolucionarios como hechos naturales consecuencia de los diversos
contextos nacionales, de las amplias incógnitas, de las diferentes
circunstancias... Albarra sabía distinguir lo fundamental de lo
accesorio. Lo que Albarra no toleraba era la duplicidad, la hipocresía, el
compadreo entre presuntos revolucionarios. Albarra quería las cosas claras y a
cada cual en su sitio.
Siendo una figura intelectual por meritos propios,
Albarra siempre se vio a si mismo como un militante implicado en un proyecto
colectivo. Quizá sin sigla pero siempre con partido. Y como militante,
llegado el caso, nunca tuvo inconveniente en someterse a las reglas del trabajo
colectivo, sin vedettismos ni egos. Doy fe de ello.
Permítaseme una ultima referencia personal.
Durante mi etapa en la dirección estatal de IU en representación de la CUT-BAI
(donde confluimos quienes formamos Andalucía Libre, provenientes de la LCR), mi
trato con Albarra se hizo mas estrecho si cabe. Los viajes continuos a Madrid
desde Andalucía se hicieron para mi soportables en buena parte, porque tras la
reunión, estaba casi siempre la perspectiva de compartir con Albarra (y muchas
veces con sus hijos) un almuerzo, una cena, un rato de charla entre camaradas y
entre amigos. Siempre cordial, siempre atento, siempre interesado por discutir,
por compartir ideas, proyectos... No me extraña que entre todos los que tuvimos
la fortuna de conocerle y de disfrutar de su amistad sea un lugar común afirmar
que nunca podrán olvidarle. Hay muchas razones para ello.
Hasta siempre, Albarra. Camarada y amigo.
Sugerencias
3ª. Otra visión de Euskadi, Argitan, revista de debate y
pensamiento.
4ª. Cuatro paginas nacionalistas. Centro de
Estudios Historicos de
Andalucia, un instrumento de recuperación y debate
historico para nuestra Nación. Revolucionarios
de Andalucía, una pagina personal hecha en Dos Hermanas al
servicio del movimiento de liberación nacional andaluz. Su sección
Comentarios Andalucistas recoge variados documentos y textos polémicos
del nacionalismo andaluz. En el sitio de Nación
Andaluza, ya está asequible el
Independencia nº 36. Y el de Jaleo!, por su
parte, sigue ampliandose, incorporando articulos de
Armando Bulla, nuevos textos
históricos, comentarios de actualidad, etc
Aviso.
Reenviamos el
nº 81 porque algunas direcciones suscritas nos escribieron informandonos que
habían tenido problemas de recepción (superposición de textos, en un caso;
dificultades de descarga en otros) e inferimos que podían haber más casos. En
la web, sin embargo, el numero estaba sin mayor problema. Nos parecio menor el
coste de repetir excepcionalmente el mensaje que enviar un aviso tecnico a
toda la lista y a continuación, en su caso, tener que enviar uno a uno, segun
fueran llegando las respuestas. En adelante,
rogamos que de reproducirse problemas tecnicos de recepción se nos comunique
con la mayor rapidez posible para proceder al reenvio individualizado y
para ponernos, en su caso, en contacto con el servidor a fin de resolverlos.
Gracias.


Música: Layla, Layla
Mardd
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Directorio de Andalucía
en Internet:
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