Andalucía Libre
Independencia República
Socialismo
nº 70
Cita Nacional:
Granada, 2 de Enero de 2002
Toma NO; Viva
Andalucía Libre
En este Correo:
* Euskadi
Opinión, IU y el problema
vasco
* Restricciones autonómicas:
Déficit Cero
* Palestina,
Edward W.
Said, Intentarlo una y
otra vez
*
Enlaces-Supersorpresa
--oOo--
Euskadi
Gaspar
Llamazares
Opinión
A propósito de los últimos documentos de PCE-IU
sobre el conflicto vasco.
IU y el problema
vasco
La Presidencia Federal
de IU acaba de aprobar, sin ningún voto en contra, su documento de referencia
sobre el conflicto vasco. Hace pocas semanas, el CF del PCE hacía lo propio
fijando posición al respecto. En los días precedentes al conclave de IU, su
coordinador estatal Llamazares llamaba públicamente al orden a Javier Madrazo,
coordinador de su federación vascongada (EB), afirmando que en adelante ninguna
decisión política de importancia en Euskadi habría de tomarse sin previo
conocimiento y acuerdo de la dirección estatal de IU. Frutos, secretario general
del PCE, calificaba por su parte a Madrazo de "agujero negro"
y confesaba que se sentía en las "antipodas ideológicas" de su camarada
vasco. Madrazo, que apoyó al primero frente al segundo en la reciente Asamblea
estatal de IU, asentía sumisamente a la reconvención de Llamazares a la vez que
respondía de forma más airada a las descalificaciones de Frutos. Al poco, se
permitía declarar que la política vasca de IU la seguiría haciendo autónomamente
EB (!?).
Este es el contexto
interno de este proceso. El externo, está marcado, de un lado, por la firma del
Pacto españolista PP/PSOE -apoyado por CCOO-UGT y la gran patronal española- y
de otro, por el goteo persistente de atentados irracionales de ETA al que el
Estado español responde con un radical endurecimiento legislativo de corte
represivo y un encadenamiento de detenciones arbitrarias que toman como objetivo
no a ETA sino a la izquierda abertzale civil, buscando su parálisis política y
su criminalización social global e indiscriminada.
El documento de IU
participa de los elementos esenciales de la posición españolista previamente
aprobada por el PCE, mejorando su redacción -lo que no es precisamente difícil-
atenuando por vía de eufemismos y circunloquios, sus expresiones más hirientes y
despojándolo de sus transparentes referencias criticas hacia la dirección
Madrazo de EB. Excesos innecesarios una vez asumida y reafirmada su línea
política y contraproducente para preservar los equilibrios internos entre las
dos fracciones de la Mayoría y en el seno de cada una de ellas. El objetivo del
texto es cohesionar a IU de forma que permita la habitual duplicidad de su
discurso: mientras sus portavoces destacarán y desarrollarán sus elementos más
nítidamente españolistas para el gran público; la letra del papel en algunas de
sus frases servirán, amen de autojustificador de conciencias intranquilas, como
argumento de referencia más presentable en la defensa de la posición de IU
frente a los sectores a su izquierda, en ámbito más reducidos.
Los
principios...
IU condena de forma
inequívoca y contundente a ETA. Como IU es una organización reformista "cuyo
objetivo es transformar gradualmente el sistema económico,
social y político en un sistema socialista democrático"(1) su crítica a ETA la realiza, coherentemente,
desde los parámetros ideológicos que sustentan una estrategia de este tipo. Está
de más recordar que se puede y se debe criticar y reprobar las acciones de ETA
desde otros presupuestos políticos e. Pero IU es como es y junto a las razones
de utilidad, IU aprovecha la ocasión para reiterar, en forma de sentencias de
alcance global y general, los presuntos fundamentos de una estrategia de corte
reformista. Lógicamente, quienes no comparten esa estrategia tienen que rechazar
esta mercancía averiada.
Pero además, IU recurre
directamente a la calumnia. Acusa a EH-HB de defender propuestas políticas
"que cuestionan los derechos democráticos de miles de vascos", sin
detenerse siquiera a detallar o ejemplificar esas pretendidas posiciones. ¿A que
se refiere IU?. Si es a las propuestas de transición que ha publicado EH (la
autoinscripción en un censo nacional vasco) lo justo sería, en todo
caso, calificarlas de propagandistas e inoperantes por excesivamente
formales y optimistas dado el contexto político y social actual, no de
antidemocráticas; pues se inscriben en un proyecto de movilización social y
configuración de una dualidad de legitimación política e institucional. Si es a
la propuesta de que en el hipotético momento de la autodeterminación participen
todas las personas residentes en Euskadi que quieran, excluyendo a los policías
españoles allí instalados, tampoco hay razón para esa acusación. Más adelante IU
afirma su oposición a "cualquier intento de establecer categorías de
derechos que discriminen a la ciudadanía en función de su origen". ¿A qué
fantasma pretender responder IU?. ¿Quien y cuando ha afirmado en Euskadi que
quiere discriminar ahora o en el futuro a residentes en Euskadi por su
origen?. ¿Quiere quizá IU iniciar un debate sobre las
semejanzas y diferencias entre Euskadi y Estonia o Kanaky?.
¿Qué entiende IU por discriminación?. ¿Quizá exigir ya el
conocimiento de la lengua vasca para todo acceso a la función publica, por
ejemplo?. A IU le molesta que la izquierda abertzale tenga una agenda
política y unas prioridades contrapuestas a las suyas pero basar en esto una
descalificación de esta naturaleza sólo evidencia la deshonestidad política e
intelectual de IU y sus esfuerzos titánicos por justificar su presunta
equidistancia entre quienes luchan de forma efectiva por un principio
democrático básico como es la autodeterminación y quienes se oponen radicalmente
a él.
IU manipula la realidad
cuando se postula como abanderada de un tercer espacio por la mediación
de su propuesta federal española. Esa propuesta no es una tercera
opción sino una versión edulcorada del proyecto español. IU puede defender
lo que le parezca oportuno, pero para tener legitimidad democrática habría de
destacar -lo que en absoluto hace- que su posición particular sólo tendría
sentido una vez obtenida la soberanía nacional y en el momento de ejercer la
autodeterminación -no antes- y que hasta ese momento su ubicación habría de
situarse sin reservas entre las fuerzas que defienden el ejercicio democrático y
contra las que lo niegan y no en un pretendido espacio intermedio, destinado a
ejercer de cobertura legitimadora de los francamente españolistas.
A IU no se le olvida
citar la multitud de elecciones habidas en Euskadi para recordar su pluralidad
política y social y de rondon, hacer una referencia cobarde sin explicitarla a
la tesis de que el pueblo vasco ha tenido ya oportunidad de manifestarse sobre
sus opciones nacionales. Pero lo hace no para constatar un hecho dinámico sino
para relativizar el alcance autoritario de la negación por parte del Estado
español al cuestionamiento democrático de la soberanía española sobre Euskadi.
Quizá IU no sea consciente de que, algún día, pueda ser necesario utilizar
contra ella y sus aliados por la via de la practica ese mismo argumento que
ahora legitima, dándole la vuelta como a un calcetín. En todo caso, hoy IU
utiliza el hecho de la pluralidad no como dato sino como argumento para una
presunta neutralidad que favorece de su parte a las fuerzas dominantes opresivas
y le confiere a los españolistas un derecho de veto permanente interno sobre el
futuro vasco, al que hay que sumar el veto externo del Estado. La cuestión
que IU distorsiona es cómo alcanzar la mayoría social para los proyectos
emancipadores democráticos y/o socialistas. La pluralidad electoral o de
identidades nacionales, como la pluralidad social, son hechos que expresan la
contraposición de proyectos políticos y sociales -o la lucha de clases- y ante
ellos hay que tomar partido. Y con la misma claridad que la CEOE (con la
colaboración de las burocracias de CCOO-UGT) opta por un marco español, la
izquierda que merezca ese nombre, ha de optar por un marco vasco (o andaluz, o
catalán, o canario...). Claro que hay que ser consciente de la coyuntura para
articular los procesos concretos pero no para eludir el posicionamiento y
esto vale tanto para defender el socialismo o el feminismo frente a la
ideologia capitalista o patriarcal como para promover la identidad vasca en
Vascongadas, Navarra o Iparralde. Cuando IU condena "el extrañamiento entre
lo vasco y lo español" no está haciendo internacionalismo sino vendiendo
una concreta forma de ideología españolista que considera compatibles una
identidad nacional mutilada, supeditada a otra trasplantada y fomentada desde el
poder estatal burgués, actuando en la cuestión nacional de la misma manera
que cuando afirma que es posible construir el socialismo aceptando las reglas
capitalistas y en pequeñas dosis. Que a renglón seguido cite en su apoyo el
mestizaje y la contaminación cultural, como si quienes
rechazan por alienante y usurpadora a la identidad española fueran unos racistas
aldeanos, es sólo un ejemplo más de desvergüenza y deshonestidad intelectual y
política. En el concreto caso vasco, esta argucia, pretendidamente astuta, busca
asimilar las posiciones actuales del nacionalismo vasco a los delirios de Sabino
Arana -un lugar común de los españolistas- en lugar de hacer referencia a sus
posturas de hoy en su pluralidad política y es hecha además desde una fuerza
como IU que nunca ha cuestionado su participación, por ejemplo, en la
fiesta nacional de la España Constitucional -el 12 de octubre- nacida como
Día de la Raza y preñada de contenidos imperialistas.
El informe aprobado por
el CF del PCE tenía la virtud de expresar con mayor claridad el núcleo político
que motiva todas estas amalgamas:
"La actitud pusilánime ante estos
temas, estableciendo una equidistancia entre ETA, el PP y el PSOE, es además
de errónea, suicida. Declarando verbalmente contra el terrorismo y
actuando como elementos seguidistas y secundarios de una estrategia
soberanista o independentista, nos anula como impulsores de una solución
política desde nuestras convicciones de clase, democráticas y
comunistas"(2).
Antes y ahora había que
ser muy fanático para ver en EB una actitud pusilánime contra ETA pero la
ineptitud del redactor colocaba inmediato el nudo de la cuestión: su rechazo
(con ETA y sin ETA) a cualquier estrategia soberanista o independentista; un
rechazo tan visceral que colocaba a EB no donde está sino donde debería estar y
en la que los gestos ineludibles de EB para mantener una imagen autónoma frente
al abrazo del oso del bloque españolista se convertían en seguidismo del
soberanismo. Cabe preguntarse, ¿qué hay de clase en defender un
Estado capitalista?; ¿qué hay de democrático en una Constitución que
niega la autodeterminación?; ¿qué hay de comunista en esa preocupación
enfermiza por el orden y la estabilidad?.
... y sus
consecuencias.
IU puede condenar a ETA,
lo hemos dicho, aunque lo haga desde un punto de vista ghandiano o liberal. De
hecho, desde una perspectiva nacionalista y socialista ETA merece una durísima
reprobación por su actuación. Nadie minimamente serío podría plantear que ni IU
ni nadie se sumara a la acartonada respuesta estandar que hasta hoy
mantiene oficialmente EH ante los atentados de ETA, que viene a
considerarlos casi como una fatalidad natural. Pero ¿qué impide a IU, aunque sea
en otro plano menos elevado, acompañar esa condena de una igualmente
dura critica política al bloque PP-PSOE por su responsabilidad política en la
ruptura de la tregua y una denuncia de su carácter antidemocrático por su
negativa a asumir el derecho a la autodeterminación?. ¿Que le impide condenar a
ETA de forma independiente, sin sumarse sistemáticamente a las convocatorias y
contenidos auspiciados por PP-PSOE?. ¿Porque lo más que llega IU a criticar al
PP es por su electoralismo o por sus indiscretos excesos antinacionalistas?.
¿Porque, por ejemplo, ni el PCE ni IU han criticado las redadas vascas del
juez Garzón?. La omisión en ocasiones es una forma de afirmación y de igual
forma que en el informe del PCE, la ausencia de critica alguna a CCOO-UGT
ejemplifica su apoyo a sus direcciones, en el documento de IU la ausencia de
estos contenidos evidencia que IU no quiere deslindarse efectivamente de lo
que PP-PSOE representan políticamente.
IU sigue defendiendo a
la Constitución española de una presunta "relectura regresiva
centralista y conservadora por parte del PP" y la sigue considerando "marco
de convivencia", aunque adelanta que no la ve como "limite
infranqueable". Lo que IU sigue sin aclarar es cómo combinar esa valoración
positiva de la Constitución española -a la que hay que salvar de los perversos
descarados del PP- con la salida de esta situación y a qué se refiere con los
limites constitucionales. En esto, el PCE, nuevamente, es más claro. Afirma que
defienden "la Constitución y el estatuto de Gernika como marco democrático para
debatir los problemas y encontrarles solución (...), instrumentos utiles e
imprescindibles para seguir avanzando(...)que deben modificarse cuando las
circunstancias lo exijan", es decir, consideran el problema como parte de la
solución. La autodeterminación y la soberanía nacional no pueden ni depender ni
obtenerse por la vía de las relecturas o las reformas constitucionales
sino a través de un proceso nacional constituyente de ámbito vasco. ¿Cómo pedir
este planteamiento cuando el PCE considera incluso que su falsa
autodeterminación -un derecho formalmente asumido pero en condiciones imposibles
de ser ejercido con efectividad- ya es muy difícil de defender y de
ejercicio imposible sin cese previo de ETA?. ¿Como tomar en serio a quienes
(IU) en un documento(3) proponen que es necesario
reformar el Titulo Preliminar, el III, el VII, el VIII, el IX y el X, o lo que
es lo mismo, dos tercios de la Constitución española y aún siguen defendiéndola
pese a ello y considerándola "marco de convivencia"?. ¿Como calificar a quienes
(PCE) llegan a reconocer el deficit de legitimidad democratica de la
Constitución española porque "se elaboró y aprobó en una situación de
presión reaccionaria y de amenazas de golpe de estado(...)lo que tuvo un peso
fundamental en la conciencia de quienes aprobaron la Constitución" para a
continuación repetir por enésima vez un llamamiento a
defenderla?.
El discurso y las ansias
de IU pasan por la recuperación de la unidad de las fuerzas
democráticas, es decir, la resurrección del pacto de Ajuria-Enea,
o lo que es lo mismo, la reincorporación plena del PNV al marco autonómico de
tal manera que le devuelva legitimidad y estabilidad, acompañado de la exclusión
del MLNV. Una situación en la que, dentro de lo admisible por el bloque PP-PSOE,
el PNV pueda gestionar y a IU se le devuelva en el reparto su papel de actor
secundario y no como ahora en que el pacto españolista la reduce a la función de
meritorio o mero espectador. De ahi sus criticas a las derivas
soberanistas del PNV; su manipulación reinterpretativa de lo que fue el
Pacto de Lizarra-Garazi. De ahí su enfoque que intenta deslindar
paz de más democracia y reintroduce el viejo esquema
Sharon paz por paz, que, al margen de lo que pueda desearse
sobre el cese de la actuación de ETA, es evidente que lo que hace es contribuir
a su enrocamiento y a la degeneración de la situación. En términos de Gobierno,
la línea de IU trabajaría básicamente por un Ejecutivo PNV-PSOE-IU aunque, fruto
del compromiso interno para satisfacer a Madrazo, no desautorice tampoco la
combinación PNV-EA-IU. Todo su planteamiento sobre el dialogo es deudor de esta
orientación cuando los dialogos realmente utiles son el que habría que realizar
entre las fuerzas que están por la autodeterminación efectiva y el dialogo
interno en el MLNV para conseguir que ETA parase, bien por el camino del acuerdo
bien por un pronunciamiento unilateral de EH-HB. Ambos diálogos están
intercomunicados e interrelacionados de forma objetiva y si
fructificaran darían lugar a un nuevo escenario político e institucional
que sería el que tendría que negociar, en su caso, con la parte
española.
Pero IU lo que
precisamente excluye es un Gobierno PNV-EH-EA-IU, o lo que es lo mismo,
la formula política que -acompañada o precedida de una tregua indefinida de ETA-
podría abrir vías efectivas a una solución democrática del problema
vasco.
En resumen, IU no es equidistante. Está
del lado español.
Sin
oposición.
Esto es lo que ha aprobado, sin
oposición, la Presidencia federal de IU. Para quien conoce la trayectoria de IU
no resulta extraño que Espacio Alternativo sólo haya llegado a abstenerse. No es
sorprendente dada su historia de alianzas y posicionamientos en IU. Si resulta
más decepcionante que la Plataforma Critica no haya estado ni un palmo más allá
y también se haya abstenido. Se sabe que en el seno de la Plataforma el
componente autodefinido nacionalista que hay es la CUT-BAI - de limites
políticos sobradamente conocidos en Andalucía- pero se presumía que,
además, también había comunistas de diversas corrientes que entendían esta
adscripción como algo más que una etiqueta sin contenido. Según parece, hace más
tiempo del conveniente que no leen ni siquiera a Lenin sobre estos temas.
Notas:
(1): Art. 1º. Estatutos
federales de Izquierda Unida. La negrita es nuestra
(2): La negrita es
nuestra.
(3): Un Estado
Federal, Plurinacional, Democrático y Solidario-Modelo de estado de IU
Federal, Madrid, septiembre, 1998
Enlaces:
Documento de la Presidencia Federal de IU,
en
IU contra el terrorismo,
Pincha
AQUI
Informe del
Comité
Federal del PCE,
Pincha
AQUI
Documento Rejón-Modelo estado IU federal,
Pincha
AQUI
Restricciones autonómicas: Déficit
Cero
El Gobierno aprueba un proyecto de ley que impone un 'corsé'
presupuestario a las autonomías
El ministro de Hacienda arremete contra los despilfarros de los
ejecutivos regionales del PSOE
JAVIER CASQUEIRO, Madrid EL
PAIS
El Consejo de Ministros aprobó ayer un anteproyecto de ley de
Estabilidad presupuestaria, que será desde el año que viene de obligado
cumplimiento para todas las administraciones, en el que se impone la necesidad
de cuadrar las cuentas públicas sin déficit. Esta ley, que se remitirá ahora al
Consejo de Estado y luego al Parlamento, persigue cumplir un mandato europeo
para equilibrar los ingresos con los gastos. El ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro, arremetió ayer contra los despilfarros presupuestarios de los Gobiernos
socialistas y contra la falta de corresponsabilidad de los nacionalistas.
Antes de detallar las bondades de la futura
ley General de Estabilidad Presupuestaria para todas las administraciones
públicas del Estado, el propio Montoro y el ministro portavoz del Gobierno, Pío
Cabanillas, se entretuvieron ayer un rato en ilustrar los parámetros económicos
alcanzados por España en este último ejercicio: 670.000 nuevos empleos; 15,7
millones de afiliados a la Seguridad Social; tasa de paro sobre el 9%; y cuarto
año consecutivo de crecimiento por encima del 4%. Éxitos que les sirvieron para
mostrar el camino a seguir y para presumir de los primeros presupuestos del
Estado en democracia con déficit cero, "sin números rojos". Lo que Montoro
tradujo más tarde como "menos grasa en las Administraciones y más músculo".
El ministro de Hacienda justificó la
necesidad de esta ley de Estabilidad especialmente durante un periodo de
expansión de la economía. Y recordó que España se convertía con la extensión de
ese rigor a todas las administraciones (estatal, autonómica y local, así como
sus empresas públicas e instrumentales) en un país "avanzadilla" y pionero en la
Unión Europea, como recomendó el Consejo de Santa María de Feira.
Aunque Montoro estaba ayer especialmente
interesado por mostrar los aspectos optimistas de esa ley garantista, la mayoría
de las preguntas que recibió tras el Consejo de Ministros se dirigieron a
conocer cómo pensaba asumir las duras críticas del PSOE y de responsables de
algunas comunidades autónomas, que temen una injerencia del Gobierno central en
sus competencias, sobre todo si no cumplen esos criterios de equilibrio
presupuestario.
Ante esos supuestos negativos, que Montoro
calificó como "excepcionales" y siempre bajo justificación, las comunidades
afectadas deberán presentar en 20 días un plan corrector de saneamiento. El
Consejo de Política Fiscal y Financiera, organismo formado por representantes
del Ministerio y de las consejerías de Hacienda de las autonomías, determinará
los objetivos de estabilidad individuales de cada autonomía y vigilará su
cumplimiento. El ministerio, bajo la supervisión del Banco de España, tendrá en
cuenta esta situación económica para permitir operaciones de crédito y de
endeudamiento. Si una autonomía persistiese en su déficit y España fuese
sancionada por la Unión Europea por ese desfase, el Estado y la comunidad
implicada se harían corresponsables.
Montoro precisó, ante estos resquemores,
que alguna sugerencia autonómica se había incorporado desde que se presentó este
anteproyecto en octubre. El Gobierno ha enviado ahora el texto al Consejo de
Estado y continuará su negociación en su trámite parlamentario, desde febrero.
Más competencias
Como ejemplos de esas modificaciones,
Montoro señaló que a partir de ahora el Consejo de Política Fiscal y Financiera
será reformado para ganar más competencias políticas y técnicas.
El ministro no pudo contenerse fue cuando
se le preguntó por el rechazo del PSOE al proyecto de Ley. Montoro replicó: "Lo
que el PSOE no quiere es el equilibrio presupuestario, porque su historia es la
del déficit público, el endeundamiento constante y la subida de impuestos".
Montoro lamentó esa actitud, que no le extrañó, y que interpretó de nuevo "en su
historia y su experiencia de gobierno, porque lo que les gustaría es tener las
manos libres allí donde gobiernan para endeudarse". El ministro obvió que alguna
de las comunidades más endeudadas están gobernadas por el PP.
Montoro incluyó por su cuenta en ese
capítulo de autonomías que gastan sin control a algunas gobernadas por partidos
nacionalistas y las llamó a incorporarse al equilibrio presupuestario "porque su
experiencia no ha sido de especial compromiso con la estabilidad". Luego remachó
que ya se había acabado el tiempo de la "vindicación" de competencias, de "pedir
y lamentar", para pasar ahora a asumir la buena gestión de los recursos
adquiridos y al ahorro. El ministro añadió que sus previsiones para el futuro no
son cómo resolverá esta ley una hipotética recesión económica, algo que no se
contempla, sino el debate de qué hacer con el superávit que generará. Y apuntó
que en los próximos 10 años se podrían liberar 700.000 millones de pesetas al
reducirse la deuda de las administraciones a la mitad.
Luego echó otro jarro de agua fría a
determinadas autonomías cuando avanzó que el criterio del Gobierno sobre el
nuevo sistema de financiación autonómica no diferirá mucho del método vigente,
porque ha funcionado bien. Algo que Jordi Pujol no aceptará.

EL ENFADO DE
PUJOL
PERE
RUSIÑOL, Barcelona
El
presidente del Gobierno catalán y líder de Convergència i Unió (CiU), Jordi
Pujol, mostró ayer su enfado por la iniciativa de ley de estabilidad
presupuestaria y la inscribió en un contexto más amplio según el cual el
Gobierno de José María Aznar pretende laminar las competencias de las
autonomías. "Según cómo la hagan nos atarán de manos y pies", lamentó Pujol.
En el reciente debate parlamentario que
abordó los presupuestos de la Generalitat para el año 2001, el PP catalán ya
impuso el déficit cero como condición para apoyar las cuentas. Además, los
populares obligaron a la coalición nacionalista a votar una enmienda instando al
Gobierno de la Generalitat a presentar una ley de estabilidad presupuestaria
propia para Cataluña "en el marco de la normativa aprobada por el Estado".
En opinión de Pujol, la iniciativa del
Gobierno central es un ejemplo más que demuestra el supuesto interés del PP por
descafeinar el componente político de las autonomías: "Hay una tendencia a
retroceder, a convertir la Generalitat en una especie de Diputación, en un ente
local grande, pero sin poder político", aseguró Pujol, quien subrayó que la
Generalitat aspira a tener "poderes de Estado" dentro del actual marco
constitucional.
El portavoz socialista en el Parlament, Joaquim Nadal, consideró
un contrasentido que el presidente catalán arremeta contra su "socio más
estable".
Palestina
Refugiada
palestina
Foto: Munir
Nasr
Intentarlo una y otra vez
EDWARD W. SAID
/ EL PAIS
El esfuerzo final estadounidense para hacer que
Yasir Arafat acabe con la existencia soberana de su pueblo lleva la pesada
impronta no sólo del grupo de presión israelí de EE UU, sino también del estilo
político de Bill Clinton. Decir de las propuestas "para tender puentes" de
Clinton, como se las ha denominado eufemísticamente, que son una especie de paz
cocinada como la comida rápida es escatimar, e incluso infravalorar, su mala y
malévola presentación. A lo que más se parecen, con su capciosidad de todo uso,
su fanfarronería antihistórica y la urgencia egoísta de su estilo, es a Clinton
sentado en su escritorio, con una mano sujetando el teléfono contra la oreja y
con la otra aferrando un trozo de pizza que engulle a mordiscos, incluso
mientras sus distintos empleados, recaudadores de fondos, sobornadores,
compinches y amiguetes del golf revolotean a su alrededor concediendo (y
recibiendo) favores, préstamos, becas, tratos, hipotecas y cotilleos.
Por consiguiente, difícilmente será éste un final
adecuado para una lucha que ha costado cientos de miles de vidas y riquezas
incalculables durante más de cien años. Presentándolo con un lenguaje que
destila (hablo como maestro de los usos y abusos del lenguaje) una considerable
cantidad de necedad desdeñosa combinada con una falta de precisión, Clinton
propone lo que, a todos los efectos, es un refrito de la intención israelí de
perpetuar su control sobre las vidas y la tierra de los palestinos durante todo
el futuro previsible. La premisa que subyace es que Israel necesita que lo
protejan de los palestinos, y no viceversa. Y hay un fallo en todo el asunto:
que a Israel no sólo se le están perdonando sus 33 años de ocupación, sus 52
años de oprimir y desposeer a todo el pueblo palestino y sus innumerables
brutalidades y actos inhumanos con los palestinos, como individuos y como
colectivo, sino que se le premia con cosas como la anexión de la mejor tierra de
Cisjordania
y Gaza, un arrendamiento largo (y sin duda barato) del valle del Jordán, y
la anexión de la mayor parte del Este de Jerusalén
para remate, además de puestos de alarma temprana en los territorios palestinos,
más control de todas las fronteras palestinas (que sólo podrán ser con Israel,
no con ningún otro Estado), más todas las carreteras y el suministro de agua,
más la cancelación de todos los derechos de retorno e indemnización de los refugiados,
excepto si Israel lo considera oportuno. En cuanto al famoso intercambio de
tierras por el que Israel renuncia magnánimamente a un trocito del desierto del
Negev a cambio de los más selectos pedazos de Cisjordania y Gaza, Clinton hace
la vista gorda ante el hecho de que, casualmente, esa zona en particular del
desierto de Negev asignada por Israel ha sido utilizada como vertedero de
residuos tóxicos. Además, teniendo en cuenta las peculiares divisiones que
seccionan el este de Jerusalén -y que de todas formas son todas territorio
anexionado ilegalmente- y los tres (en lugar de cuatro) cantones en los que se
dividirán los territorios ocupados cedidos con condiciones por Israel, todo lo
que se ha descrito como una propuesta decisiva de Estados Unidos prácticamente
se evapora en el aire. Lo que les queda a los palestinos son unos sacrificios
materiales que hacen que las "concesiones" israelíes parezcan un juego de
niños.
Los sacrificios exigidos por Clinton son, por
supuesto, una cancelación del derecho palestino al retorno de los refugiados e,
igual de estupendo, una declaración palestina del final del conflicto con
Israel. Para empezar, el derecho al retorno de los refugiados (el derecho a una
vida segura en el lugar que uno elija) es un derecho garantizado no sólo por las
resoluciones de Naciones Unidas, sino también por la Carta de la ONU y la
Declaración Universal de Derechos Humanos. La fórmula de Clinton para obviar
este pequeño inconveniente revela la visión del mundo que tiene este hombre:
"Creo que tendremos que adoptar una formulación del derecho de retorno que
aclare que no hay en sí un derecho específico de retorno a Israel, pero que no
niegue la aspiración de los palestinos a volver a la zona". ¿A qué zona? Irak,
Jordania y Siria, por ejemplo, se podrían describir fácilmente como
pertenecientes "a la zona". ¿A quién cree Clinton que está engañando? ¿Por qué
pretender confundir a los palestinos de forma transparente e intencionada con
los términos "la zona", si lo que se quiere decir en realidad es que no se les
permite el derecho a volver al país del que fueron expulsados de
hecho?
Como Clinton sabe muy bien (es abogado de
profesión), no puede haber ningún tipo de negociación en lo que respecta a los
derechos humanos; según las mismísimas leyes que EE UU pretende proteger cuando
bombardea algún país indefenso como Sudán o el Irak de después de la guerra del
Golfo, nadie puede modificar o negar ninguno de los derechos esenciales del
hombre. Más aún, es imposible, por ejemplo, defender en unos casos los derechos
contra la discriminación, o el derecho a trabajar, y en otros no. Los derechos
humanos básicos no son elementos de un menú, que pueden ser elegidos o
rechazados a voluntad; están pensados para que tengan la estabilidad que les da
la aceptación universal, especialmente la de los miembros de la Carta de
Naciones Unidas. Es cierto que el ponerlos en práctica siempre supone un gran
problema, pero eso no tiene nada que ver con el hecho de que existen como
derechos tanto si se ponen en práctica como si no, y por tanto, no pueden ser
abrogados, modificados o, como Clinton parece creer, formulados de
nuevo.
Del mismo modo, el derecho del refugiado a elegir
el lugar de residencia también es inalienable e innegociable. Ni Arafat, ni
Clinton, ni, desde luego, Barak tienen el menor derecho a trapichear con él, ni
a intentar con embustes descarados "volver a definirlo" de una manera que
convenga a Israel, o repudiarlo en modo alguno. ¿Por qué siempre tiene que ser
Israel una excepción y por qué se les pide siempre a los palestinos que acepten
cosas que nunca antes se han pedido a ningún pueblo que aceptara? Me parece una
indecencia que Clinton, que fue a la guerra arrastrando con él a toda la OTAN, y
que destruyó Serbia en el proceso, en nombre del derecho al retorno de los
albanokosovares, pida después a los palestinos que renuncien al suyo.
El segundo tema es recordar que Israel, que con
incansable obstinación sigue negando cualquier responsabilidad por la
expropiación de los palestinos, mantiene una Ley del Retorno indiscutida para
cualquier judío en cualquier lugar del mundo. Cómo puede seguir haciendo esto y
negarse con chulería de rufián a discutir siquiera un derecho palestino similar
es algo que desafía a la lógica, por no hablar de un elemental juego limpio.
También está el asunto de la indemnización, no sólo por las enormes pérdidas de
1948,
sino por los 33 años de expoliación y explotación que trajo la sempiterna
ocupación militar. Bill Clinton quiere que todo esto se omita, como si por no
decir una palabra acerca de la reparación todo el asunto fuera a desaparecer.
Suena muy condescendiente decirle a los palestinos que Israel farfullará algunas
palabras acerca de que comprende, o incluso reconoce, sus sufrimientos, y se
largará sin mencionar siquiera la responsabilidad. ¿A quién se supone que
aplacará esta fórmula propagandística típica de los años cincuenta? ¿A Israel o
a la Agencia Judía?
Pero Arafat fue, de hecho, a Washington en
respuesta a la convocatoria de Clinton, y siendo como es, probablemente no
aceptará ni negará nada de plano: se deshará en palabrería, maniobrará, irá y
vendrá, y aceptará con condiciones, mientras más y más palestinos sacrifican su
vida y, lo que es casi igual de importante, su sustento, para nada.
Durante las últimas semanas he intentado de todas
las formas a mi alcance que Arafat, por una vez en su larga hegemonía sobre los
asuntos palestinos, se dirija a su pueblo con honestidad, directamente, de una
forma franca. Pero persiste en su silencio, y sus asesores y asociados también
revolotean a su alrededor, impotentes para influir en él o para pensar en algo
que suponga una alternativa. Pero yo quiero decir una vez más que necesitamos
una nueva clase de liderazgo, uno capaz de movilizar e inspirar a toda la nación
palestina; ya estamos hartos de visitas fugaces a El Cairo, Rabat y Washington,
hartos de mentiras y retórica engañosa, hartos de corrupción y de incompetencia,
hartos de seguir tirando a expensas del pueblo, hartos de servilismo ante los
estadounidenses, hartos de decisiones estúpidas y de vacilación e incompetencia
criminales. Está claro que, independientemente de lo que suceda ahora, se
achacará la culpa a los palestinos: profetas sionistas descarados como Thomas
Friedman, de The New York
Times, que no tiene una sola palabra de crítica para la
brutalidad israelí y sigue reclamando que los árabes reconozcan su conexión
"orgánica" a Palestina como judío, sin reconocer jamás que ese derecho entró en
vigor con la conquista y la expropiación al por mayor de los palestinos;
reprenderán a los palestinos por destruir la paz y seguirán transmitiendo sus
verdades a medias en los medios de comunicación estadounidenses, pero todo ello
será en vano. Tanto si les gusta a él y a sus asociados como si no, Israel sólo
tendrá paz cuando se reconozca por primera vez que se ha violado el derecho
palestino, y cuando haya remordimiento y contrición donde ahora sólo hay
arrogancia y bravatas retóricas.
Nuestro primer deber como palestinos es cerrar
este capítulo de Oslo de la
forma más expeditiva posible y volver a nuestro principal cometido, que consiste
en elaborar una estrategia de liberación que tenga sus metas claras y esté bien
definida en la práctica. Para esto tendremos que asociarnos en algún momento con
israelíes y judíos de la diáspora que piensan como nosotros y que entienden que
no se puede tener paz con el pueblo palestino y al mismo tiempo ocupación y
expropiación. El apartheid en Suráfrica fue derrotado sólo porque tanto negros
como blancos lucharon contra él. El que la OLP haya pensado durante mucho tiempo
que podía lograr la paz con Israel y de alguna manera tolerar la ocupación es
sólo uno de sus muchos errores tácticos y estratégicos. Ahora está surgiendo una
nueva generación que ya no respeta los viejos tabúes y que no tolerará la
lamentable "flexibilidad" que ha dado a la liberación palestina la categoría de
un signo de interrogación en vez de la de un faro de esperanza.
Sobre el terreno se dan dos realidades
contradictorias, en las que fracasarán las charlas del Washington de Clinton.
Una es que no hay ninguna forma fácil de contener la energía liberada por la
Intifada en un futuro previsible: la protesta palestina ante lo que se forjó en
Oslo es una protesta contra todos los aspectos del statu quo. La segunda
realidad es que, tanto si nos gusta como si no, la Palestina histórica es ahora
una realidad binacional que sufre la devastación del apartheid. Eso tiene que
acabar y debe comenzar pronto una era de libertad para árabes y judíos. Nos
corresponde a nosotros proporcionar la señalización para una nueva era porque si
no, es fácil prever más y más años de lucha costosa y estéril.
Edward W. Said es ensayista palestino, autor, entre otros libros, de
Orientalismo y profesor de la Universidad de Columbia,
EEUU
Enlaces-SuperSorpresa
Tres Encuestas
Abiertas:
1ª Preferencias en
Frecuencia de envíos; 2ª ¿Adonde llega Andalucía Libre? 3ª¿"Enlaces-Sorpresa" o
"Sugerencias"?.-
Vota desde la pagina
principal-Encuestas o envía un correo en blanco a tus
opciones