Andalucía
Libre
Independencia República Socialismo
nº 87
En este
correo:
* Granada Resiste:
Movilización okupa
* Córcega, convergencia
nacionalista.
* Conflicto en Macedonia:
nuevo Gobierno
* ESPECIAL ELECCIONES
VASCAS
--oOo--
Andalucía
Granada Resiste: Movilización
okupa
Protesta
en la Plaza del Carmen
Guerra Okupa
Un grupo de jóvenes alternativos inicia en
Granada una campaña para recuperar un inmueble abandonado
CSO 190 no es el nombre de un submarino de guerra
sino el distintivo de unas instalaciones abandonadas en Granada que un grupo de
okupas ha convertido en un centro dedicado a reuniones y otro tipo de
actividades lúdicas y culturales. El Centro Social Okupado 190 ha funcionado
como tal desde hace tres años, pero el pasado 5 de mayo fue el escenario de un
altercado entre un grupo de jóvenes y la Policía Local, lo que ha provocado las
protestas de los okupas, que han emprendido una campaña de difusión, para
explicar su posición y 'exigir responsabilidades a los políticos'. Comenzaron el
pasado viernes con la concentración de un centenar de personas a las puertas del
Ayuntamiento.
En los incidentes del 5 de mayo dos agentes
municipales y varios jóvenes resultaron lesionados. También se produjeron dos
detenciones: la de Luis María S. H., de 26 años, y la de Miguel M. A., de 25.
Los okupas consideran 'desproporcionada' la actuación policial, que acudió al
lugar con una treintena de agentes. En su manifestación frente al Ayuntamiento,
los jóvenes mostraban pancartas donde se leía: 'Agresión policial, pedimos
explicaciones' y 'Cuando los espacios se pierden, nosotros los
rehabilitamos'.
La Policía Local sostiene que su intervención
estuvo motivada por las protestas vecinales a causa del ruido que se producía en
el centro. Una patrulla de agentes se desplazó hasta el CSO 190 para identificar
a las personas que estaban en el local. Los agentes locales aseguran que, una
vez allí, recibieron empujones hasta caer al suelo, por lo que decidieron pedir
refuerzos. Unos minutos después acudieron alrededor de 30 policías, que
desalojaron el recinto, donde había un centenar de personas celebrando una
fiesta cubana.
Esta versión de los hechos no coincide con la de
los okupas, quienes dudan en primer lugar de la denuncia de los vecinos a causa
de las molestias por el alto volumen de la música. La actitud de los miembros de
la primera patrulla policial fue 'sistemáticamente violenta', afirmaron los
jóvenes, quienes agregaron que, ante esa situación, decidieron cerrar la puerta
del centro 'para hablar con ellos fuera'. Los okupas exigían a la policía una
orden para entrar en el lugar abandonado. Su postura provocó la llegada 'masiva
y desproporcionada' de refuerzos policiales y la detención 'sin motivo alguno'
de 'dos compañeros'.
En su campaña reivindicativa, los okupas animan a
la gente a acudir al centro, porque afirman que 'no es verdad que esté
desalojado', a pesar de que ellos mismos aseguraron que la policía cerró el
portón de entrada con un candado e 'impidió el acceso al interior'. Los jóvenes que normalmente acceden al recinto explicaron que las
actividades que se realizan en este lugar son positivas, pues suponen 'una
alternativa al botellón'. Su decisión de ocupar estas naves hace tres años se
debió a la necesidad de un espacio para celebrar reuniones y desarrollar una
serie de proyectos políticos, sociales y culturales, además de 'reivindicar el
uso social de los inmuebles'.
Los okupas aseguran que han hecho una labor de
rehabilitación en un lugar que se encontraba en ruinas, sucio y donde no había
luz eléctrica, agua o puertas. 'Ha dejado de ser un vertedero y un campo de
jeringuillas para convertirse en un sitio cuidado', aseguraron en un comunicado
'oficial', pues prefieren no hacer declaraciones directas a los medios de
comunicación al considerar que éstos forman parte del entramado social
'manipulador'.
El CSO está ubicado en el nº 190 del Camino de Ronda
Córcega
Convergencia nacionalista
Cuatro formaciones políticas corsas crean un partido
independentista unitario
Cuatro formaciones nacionalistas corsas, incluida la más
importante, A Cuncolta, han decidido fusionarse en un partido unitario
independentista, Indipendenza, en vísperas del debate parlamentario sobre el
proyecto de ley de autonomía limitada para Corsica. El nombre del nuevo partido
fue dado a conocer ayer en una asamblea en Corte.
Dicho acto consagra la fusión, que se perfila como una oportunidad
para el movimiento nacionalista de reforzar sus posiciones frente al Gobierno y
reafirmar sus prioridades. «Enviaremos una señal importante al pueblo corso y al
Estado. Los corsos deben tomar su destino en sus manos. Sólo la independencia
puede permitir al pueblo corso constituir un Estado moderno», dijo el secretario
general de A Cuncolta, François Sargentini, al anunciar hace unos días el plan
de fusión.
Mañana, la cámara gala de diputados inicia el examen del proyecto
de ley para Corsica, fruto del proceso de Matignon, el diálogo emprendido en
1999 por el Gobierno con la Asamblea nacional corsa. Este diálogo culminó con un
acuerdo en julio de 2000 sobre un plan de autonomía.
Los independentistas corsos están «muy inquietos» por los retoques
que la Comisión de leyes del Parlamento ha hecho en el texto acordado en julio
para evitar escollos constitucionales. «Estoy
preocupado. El proceso de Matignon es objeto de resistencias muy fuertes por
parte de ciertos parlamentarios que manifiestan un sesgo anticorso», dijo
Jean-Yves Talamoni, dirigente de Corsica Nazione.
Los independentistas ya han advertido de que si se reniega del
acuerdo de julio, los corsos actuarán en consecuencia. Desde París, interpretan
estas palabras como la posible ruptura de la tregua decretada por las
organizaciones armadas tras la apertura del diálogo. «Después
de un año y medio de alto el fuego, no hay ninguna señal de buena voluntad de
París en el asunto de los prisioneros políticos y las redadas continúan», dijo
Talamoni.
Enlaces Corsos:
Macedonia
Los partidos macedonios
aprueban la creación de un Gobierno de unidad
Ataques de la guerrilla albanesa al sur de
Serbia
AGENCIAS |
Bujanovac
Después de
varios intentos fallidos, el Parlamento de Macedonia, reunido en sesión
extraordinaria, aprobó ayer finalmente un nuevo Gobierno de concertación
integrado por partidos macedonios eslavos y albaneses, con el fin de enfrentar
la crisis desatada por el conflicto que mantiene con la guerrilla albanesa. De
hecho, el nuevo Gobierno se ha formado bajo presiones de la comunidad
internacional ante el recrudecimiento de los combates.
El Parlamento
aprobó el nuevo Gabinete con 104 votos a favor y uno en contra, más cuatro
abstenciones, después de una jornada en la que surgieron dificultades dados los
reparos del albanés Partido de la Prosperidad Democrática (PDP).
El Gabinete
estará encabezado por Liubcho Gueorguievski, de la conservadora Organización
Revolucionaria Macedonia del Interior (VMRO). Las principales formaciones que
participan en el nuevo Gobierno son la VMRO, eslava; la Unión Socialdemócrata
(SDSM, eslava); el Partido Democrático de los Albaneses (DPA, albanés), y el
también albanés PDP.
El primer
ministro se fijó ayer ante el Parlamento como prioridades la seguridad y la
estabilización del país y la marginación de los "grupos armados terroristas".
"Haremos todos los preparativos políticos, organizativos, militares y materiales
para poner fin a las actividades de ese cruel enemigo", manifestó Gueorguievski.
Anunció que se reequipará a las modestas fuerzas armadas de 20.000 hombres y que
se formarán unidades antiterroristas especiales.
Por otra
parte, la situación en el sur de Serbia parece deteriorarse por momentos tras
los últimos enfrentamientos del pasado fin de semana cerca de Presevo entre la
guerrilla albanesa y las fuerzas gubernamentales a pesar de las conversaciones
mantenidas entre los extremistas y las autoridades de Belgrado. Los combatientes
del Ejército de Liberación de Presevo, Bujanovac y Medvedja (UCPBM) lanzaron el
pasado sábado un violento ataque sobre Bujanovac. La guerrilla albanesa del sur de Serbia disparó "más de cien
obuses de mortero" contra posiciones de las fuerzas yugoslavas en los pueblos
situados en el norte de Presevo (sureste de Serbia), según declaró el coronel
del Ejército yugoslavo Velizar Jovanovic.
ESPECIAL ELECCIONES
VASCAS
Ayer, 13 de Mayo de
2001, se celebraron en los territorios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya que
forman parte de la Comunidad Autónoma Vasca en el Estado español, elecciones
parlamentarias.
Estos comicios en esta
parte de Euskadi han sido reiteradamente valorados por los medios de
desinformación españoles como "tan importantes políticamente como unas
elecciones generales".
Desde
Andalucía Libre creemos apropiado
dedicarles un numero Especial de Urgencia.
Antecedentes
Elecciones -
1994 |
VOTOS |
ESCAÑOS |
Nº (*) |
% |
Nº |
% |
EAJ-PNV |
304.346 |
29,32 |
22 |
29,3 |
PP |
146.960 |
14,16 |
11 |
14,6 |
HB |
166.147 |
16,01 |
11 |
14,6 |
PSE-EE/PSOE |
174.682 |
16,83 |
12 |
16 |
EA |
105.136 |
10,13 |
8 |
10,6 |
IU-EB |
93.291 |
8,99 |
6 |
8 |
Unidad
Alavesa |
27.797 |
2,68 |
5 |
6,6 |
Fuente: Anuario EL PAIS. |
Elecciones -
1998 |
VOTOS |
ESCAÑOS |
Nº (*) |
% |
Nº |
% |
EAJ-PNV |
350.322 |
28,01 |
21 |
28 |
PP |
251.743 |
20,13 |
16 |
21,3 |
EH* |
224.001 |
17,91 |
14 |
18,6 |
PSE-EE/PSOE |
220.052 |
17,60 |
14 |
18,6 |
EA |
108.635 |
8,69 |
6 |
8 |
IU-EB |
71.064 |
5,68 |
2 |
2,6 |
Unidad
Alavesa |
15.738 |
1,26 |
2 |
2,6 |
*En 1994 Herri Batasuna
(HB). |
Las elecciones en
la CAV en 1998 se celebraron en plena vigencia de la tregua de ETA y mientras
PNV, EA, EH y EB-IU formaban parte operativa del Foro de
Lizarra, un acuerdo de base democrática que diagnosticaba
la naturaleza política del conflicto vasco, apostaba por el dialogo y la
negociación política sin vetos ni exclusiones como única vía eficaz de
resolución en condiciones de ausencia de acciones de ETA y que condicionaba el
marco político resultante exclusivamente a la voluntad democrática de la
ciudadanía vasca sin corsés previos.
ETA rompió su tregua a
los 14 meses, abriendo con esa decisión una nueva etapa en la situación política
vasca. El anuncio del reinicio de sus acciones tuvo como primera consecuencia
política, tras varias vicisitudes, el abandono del Foro de Lizarra por parte de
EB-IU.
La ruptura de la tregua
se debió a varios factores interrelacionados.
A saber,
1º. La negativa desde el Estado español a admitir cualquier
perspectiva de avance hacia el reconocimiento de la Soberanía Nacional vasca y
su derecho a la autodeterminación. Esta posición fue compartida y
apoyada tanto por el PP como por el PSOE. Más aún, el Gobierno español
del PP abundó en gestos (declaraciones, dilaciones, detenciones,
incumplimientos, mantenimiento de la dispersión de presos...) destinados a
dificultar el mantenimiento de esa situación que valoraba como políticamente
perjudicial. 2º. La timidez y renuencia por parte del Gobierno
PNV-EA, formado con el apoyo de EH, a plasmar en hechos sus compromisos de
impulsar un proceso soberanista. 3º. La impaciencia de los
sectores hegemónicos en el MLNV por ver concretados esos compromisos. Esta
postura de la izquierda abertzale era sustentada en una
evaluación erróneamente optimista sobre las bases reales de la recuperación
electoral de HB-EH, acompañada de una estrategia voluntarista sobre la
articulación entre proceso soberanista y plasmación de la territorialidad para
superar la división de Euskadi entre la CAV, Navarra (en el Estado español) más
Iparralde (en el Estado francés). 4º. El rechazo de ETA a
admitir el final definitivo de su papel como agente político sobre la situación
vasca.
A partir de ahí la
situación política inicio una paulatina degradación.
La patronal vasca
Confebask reafirmó su sostén al marco estatutario y
constitucional. Las organizaciones sindicales nacionalistas ELA y LAB (que
juntas disponen de la mayoría sindical en Euskadi), por su
parte, terminaron rompiendo su acuerdo de unidad de acción.
El Estado español -a
través de las iniciativas del juez Baltasar Garzón- desarrollo una escalada
represiva de criminalización progresiva del conjunto de la izquierda abertzale,
cambiando el principio de castigo por responsabilidad penal por el de
persecución por afinidad política o ideologica. Consecuencias de está política
-que enlaza con anteriores hechos como el cierre del diario EGIN o el
encarcelamiento de la Mesa Nacional de HB- fueron la ilegalización de Xaxi y
Ekin; las detenciones de militantes abertzales comprometidos con la
desobediencia civil como Sabino Ormazabal, entre otros; las diligencias contra
la coordinadora de alfabetización en euskera; el encarcelamiento del
periodista Pepe Rei y el cierre de la revista Ardi
Beltza y recientemente la ilegalización de la
organización juvenil Haika. Su tesis central es que ETA no es sólo la
organización que planea, prepara y ejecuta atentados sino un entramado que
engloba a quienes trabajan en cualquier ámbito social con principios y objetivos
que, a su criterio, coinciden con los de ETA. Este criterio permite la
modulación de la ampliación e intensidad de la represión según las necesidades
de la coyuntura política.
ETA, por su
parte, desarrolló una irracional escalada de atentados con tiros y bombas;
buscando afirmar su pretendida fortaleza operativa y manifestar así su
capacidad de condicionar el curso político vasco. Entre la decepción, el
hastió y el rechazo crecientes de la población, ETA atentó contra
representantes del PP y del PSOE, entre otros, tanto en Euskadi como en
otras naciones del Estado español, buscando contribuir a tensar la
situación entre el bloque españolista y el nacionalista y dificultar sobre
todo el restablecimiento de un marco político similar al que en su día definió
el Pacto de Ajuria Enea: acuerdo estatutista del conjunto del mapa político
vasco (con la excepción de la izquierda abertzale); sostenido y vertebrado en un
pacto de gobierno conformado a partir del eje PNV-PSOE. Ante las acciones de
ETA, EH fue incapaz de ir más allá de lamentar las muertes y el sufrimiento
que provocaba; tratándola como una especie de expresión presuntamente
inevitable y fatal de la situación.
A lo largo de estos
meses, mientras PP y PSOE desarrollaban una estrategia de acoso y derribo contra
el Gobierno PNV-EA, la totalidad de los medios de comunicación españoles
(prensa, radio y TV) desarrollaban un discurso uniforme virulento y beligerante
de condena al conjunto del nacionalismo vasco (asimilándolo en bloque a
ETA, directamente o como cómplices o beneficiarios); de afirmación
españolista y propaganda proconstitucional y estatutaria. A ello dedicaron horas
y horas de emisión en informativos y programas especiales e incontables
paginas, tanto de presuntas noticias como de opinión.
Realizamos ahora un
repaso de la actuación y objetivos de las diferentes fuerzas
politicas.
Fuerzas de
referencia española
El Partido
Popular, partido de la derecha españolista postfranquista,
encabezo la ofensiva. Su eje político era considerar condición necesaria para la
normalización española en Euskadi la salida del Gobierno del PNV. El PNV, a sus
ojos, se había demostrado un aliado desleal del Régimen español por haber
llegado a plasmar políticamente su viejo ideario soberanista en forma de
acuerdos con ETA y rubrica del Pacto de Lizarra. La tranquilidad española, según
su análisis, exigía el desalojo del PNV y con él la destrucción
de todos aquellos elementos materiales e ideológicos que, consecuencia de su
ocupación ininterrumpida del Gobierno autónomo, a su entender, habían
contribuido a afirmar una identidad vasca contrapuesta a la española o no
suficientemente supeditada a ella, de la que ETA y la izquierda abertzale
extraían también legitimidad. Acusando al PNV de racista y
nazi -a través de su cohorte mediática-, tachándolo de colaborador y
cómplice de ETA, afirmando que la única vía de eliminación del terrorismo era la
policial y rechazando que existiera ningún contencioso político nacional
pendiente, el PP creía llegado el momento de "tirar al niño (el nacionalismo
vasco en su conjunto) con el agua sucia (ETA)". Su objetivo era ejecutar un
salto cualitativo en la españolización de Euskadi -vieja aspiración de la
derecha postfranquista española- a la vez que ganar una posición inatacable en
el resto del Estado español como abanderado de un españolismo compartido
por el resto de fuerzas políticas estatales.
En esa estrategia usó
hasta la saturación a plataformas presuntamente cívicas pretendidamente
independientes constituidas al efecto -Foro Ermua, Basta Ya, Plataforma
Libertad, Movimiento contra la Intolerancia, etc- tras la que parapetarse y
resguardarse; dejándoles buena parte del protagonismo en su propaganda contra el
derecho a la autodeterminación, a favor de la Constitución española, contra el
PNV definido como "cómplice de ETA" y por supuesto de apoyo a las
acciones punitivas contra ETA y lo que también es importante, contra la
izquierda abertzale. El discurso de estas pantallas evidenció hasta que punto
puede ser reaccionario y antidemocrático un discurso apologético de un Estado
burgués democraticoparlamentario en circunstancias de opresión nacional. Estos
montajes, que recibieron cuidadoso, amable e intenso seguimiento mediático,
estuvieron encabezados por algunos intelectuales neoliberales como Savater, a
proa de una plantilla que mezclaba afines con PP y con PSOE. Es conveniente
anotar la circunstancia de que buena parte de sus figuras destacadas comparten
un origen político estalinista (habiendo roto con el PCE en diversos
momentos) lo que evidencia hasta que punto el españolismo impregnó al
estalinismo español en general y al vasco en particular. Es el caso
de sujetos como Ibarrola, Vidal de Nicolás, López de la Calle -asesinado
por ETA-, Elorza,...; unos integrados formalmente y otros asimilados a través de
trabajo como columnistas: Jiménez Losantos, Pradera, etc.
El antiguo delegado del
Gobierno español de UCD, Mayor
Oreja, Ministro del Interior del Gobierno Aznar,
encarnó este proyecto en sintonía con el propio Aznar. Su objetivo:
un Gobierno PP-PSOE en la CAV.
El PSOE es un partido social-liberal
españolista, que tiene sobradamente acreditado su compromiso con el Régimen
monárquico-constitucional español. Si en etapas precedentes, el Estado
español recurrió a la guerra sucia a través de siglas como el BVE o la Triple A,
durante los gobiernos del PSOE tuvo lugar la actuación de los GAL, a
consecuencia de lo que un exministro del Interior del PSOE y un exsecretario de
estado -entre otros altos cargos políticos y policiales- fueron condenados (y
luego indultados por el PP) en alguna de sus causas abiertas sin que, por
supuesto, se desentrañaran ni purgaran todas las altas responsabilidades
implicadas.
La etapa de tregua
evidenció hasta que punto es esencial en la identidad del PSOE el españolismo,
tanto en Euskadi como fuera de allí. El pretendido sector vasquista del
PSOE no pasó de los susurros, en tanto el partido aparecía como tal intensamente
implicado en evitar cualquier atisbo de reconocimiento del derecho a la
soberanía vasca, en buena medida, preocupado porque Euskadi ejerciera el papel
de primera pieza en una teoría del dominó que condujera a la
desintegración de España, dada su naturaleza plurinacional.
La dinámica política
lógica y coherente a sus pronunciamientos públicos lo fue acercando
paulatinamente al PP, preocupado porque este le arrebatara la bandera
españolista en su totalidad, tanto dentro como fuera de Euskadi. Durante cierto
tiempo, su dirección de Madrid vio con preocupación que este proceso condujera a
una difuminación definitiva de sus ya de por sí muy finos y débiles perfiles
diferenciados en relación al PP, pero finalmente primó el temor a ser acusados
de traidores a España si mantenían abiertas puertas explicitas a un
nuevo acuerdo con el PNV. Por ello, el PSOE propuso y consiguió del PP, la firma
de un Pacto españolista -autodefinido como Acuerdo por las Libertades- que,
aunque incluía una condena explicita al PNV, significaba de hecho que las
temidas acusaciones de tibieza patriótica española desde el PP no acabarán de
consumarse. Prácticamente, sólo Odón Elorza, alcalde de Donosti, siguió
apostando públicamente por no cerrar los puentes con el PNV. Nicolás Redondo,
acompañado de su antigua rival, la histéricamente españolista Rosa Diez, por el
contrario, apostaron claramente por un Gobierno PSOE-PP/PP-PSOE.
Aún así, de forma
discreta, el PSOE en Madrid ha seguido manteniendo contactos con el PNV y
no es casualidad que paralelamente, en estos últimos meses y aún en medio del
fragor de la batalla, periódicos, radios y tv locales vinculados al PNV han
llegado a acuerdos de colaboración y coparticipación con el Grupo PRISA (editor
de EL PAÍS) y soporte mediático-orientador político del PSOE; negocios en si
mismos que no dejan de ser significativos.
Izquierda
Unida-Esker Batua, la
federación vascongada de IU, ocupa un lugar político singular en el escenario
vasco, trabajosamente adquirido en los últimos años. Muy condicionada por la
posición estatal de IU, aprovechando su fragmentación interna y utilizando a
tope el doble discurso convertido en regla y arte, ha sabido crearse una imagen
propia en Euskadi, beneficiándose asimismo de las incontables torpezas del
discurso acartonado y berroqueño de EH, de una parte y de la benevolencia desde
el PNV, de otra.
IU-EB forma parte de IU.
IU, formalmente, está por el derecho a la autodeterminación (tanto para
Euskadi... como para Madrid o Murcia), que destaca en su discurso en Euskadi en
la misma proporción que lo difumina fuera, aunque subraya que su proyecto
es un Estado español federal, lo que si es convenientemente publicitado fuera.
Su modelo de proceso de cambio se atiene rigurosa y estrictamente a la
propia normativa constitucional, que lo hace dependiente del acuerdo de fuerzas
como PP-PSOE y por tanto objetivamente inviable e impracticable. Otro elemento
de su discurso es el sonsonete que pretende escindir reivindicaciones sociales
(o confrontación derecha/izquierda) de proyecto nacional (democrático o
reaccionario) como si no estuvieran íntimamente unidos en cuanto a escenarios y
enemigos: el Estado burgués español (aunque eso quizá suene excesivamente
leninista en estos tiempos).
IU-EB formó parte del
acuerdo de Lizarra y resistió incluso un cierto tiempo dentro de él después de
que unilateralmente la dirección estatal de IU decidiera abandonarlo e instar a
su organización vasca a hacer lo propio. Consiguió del PNV una reforma
democrática de la ley electoral que bajaba el umbral para obtener representación
del 5% al 3% (con la oposición antidemocrática de PP-PSOE). A lo largo de este
periodo, no participó en Euskadi del discurso fanáticamente españolista del
PP-PSOE, sin por ello atenuar su clara condena de las acciones de ETA. El tufo
reaccionario postfranquista del PP facilitó su denuncia nítida contra Mayor
Oreja y sus criticas al entreguismo del PSOE hacia el PP.
Internamente dividida
crónicamente entre un 55-60% afín a Madrazo y un 40-45% articulado en torno al
PCE (que mantiene, aún actualizada, su vieja tradición españolista que tan
caracterizadamente encarnaron en su día estalinistas ilustres como
Ibarruri, Uribe, Hernández, Ormazabal o Tueros), ha tenido que defenderse y
soportar los ataques de la fracción Frutos (algunos de cuyos adlateres como
Marset han firmado textos de Basta Ya) predispuesta a sacrificar la implantación
electoral de su federación vasca a cambio de asumir sin ambigüedades ni
contradicciones un españolismo sin mácula.
Realmente, la posición
de IU-EB nunca ha podido tacharse objetivamente de radical y mucho menos de
nacionalista vasca. Su propuesta gubernamental básica, reiteradamente defendida
tanto por Madrazo como por Llamazares, así lo define y acredita. IU-EB ha
defendido hasta la saciedad un Gobierno PNV-PSOE-IU que, bajo la excusa del
no frentismo, partía de reconocer de hecho, el veto españolista interno
en Euskadi y apuesta por una normalización política estatutaria. Aún así, los
mentideros políticos contemplaban la hipótesis de que, en caso de ser necesarios
sus escaños, para configurar mayoría suficiente, IU-EB hubiera estado dispuesta
a conformar un Gobierno PNV-EA-IU -de contenidos también estatutistas- aún a
costa de graves conflictos con IU. Para prepararse a esta hipótesis, que incluso
conllevaba el riesgo de escisión interna y separación de IU, Madrazo habría
copado con sus fieles todos los puestos de salida en las listas de
IU-EB.
Fuerzas de referencia
vasca
El Partido Nacionalista
Vasco, partido nacionalista burgués de tradición
social-cristiana e implantación interclasista, ha gobernado la CAV
ininterrumpidamente, en solitario o en coalición con EA o con el PSOE, desde su
constitución. En su practica siempre supo conciliar sus hechos
autonomistas y hacerlos convivir con sus aspiraciones ideológicas
independentistas; reafirmadas siempre al mismo tiempo que postergadas a un
futuro indeterminado. Con el Concierto Económico (y unas cuantificaciones
favorables en el cupo) en una mano y su permanente ambición de representar al
conjunto del país en la otra, ha ido tejiendo una especie de "Estado de
bienestar" vasco; acompañando al neoliberalismo pero sin distinguirse ni
señalarse por ello, como ocurre con su referente catalán, CiU. Sus posiciones
sociales no son perceptiblemente diferentes, por ejemplo, a las del PSOE (y por
extensión a de quienes a la primera oportunidad pactan con el PSOE para defender
y hacer su política). No es el partido de la gran burguesía vasca,
como tienen querencia a retratarlo desde quienes quieren justificar su
españolismo con análisis clasistas que nunca usan en su propio país. Es
el partido de la burguesía nacionalista (media y pequeña) a las que suma hondas
raíces populares, en tanto las grandes corporaciones con matriz vasca mantienen
su tradición de afinidad con la derecha españolista. Aunque
PP-PSOE han intentado reiteradamente retrotraerlo a las ideas racistas
decimonónicas de su fundador Sabino Arana, el PNV ni como fuerza ni como sector
social es ni más ni menos chauvinista que otras formaciones vascas, catalanas,
andaluzas o españolas; más aún, recientemente voto contra la reforma regresiva
de la Ley de Extranjería propuesta por el PP (con una coherencia que no pudo
verse, por ejemplo, en el PSOE). Incluso en el terreno democrático, para
mantener su capacidad de representación social y como elemento de su permanente
juego de presión/negociación con Madrid, mantiene una tradición de memoria y
denuncia democráticas frente al origen del Régimen español vigente y sus
actividades, singularmente favorable si la comparamos con la del resto de
fuerzas políticas (izquierda parlamentaria española incluida). En resumen,
es la derecha nacionalista con ambición y practica hegemónicas de un país
con un alto nivel de desarrollo económico y una trayectoria acrisolada de
combatividad social.
La marea levantada tras
el asesinato del concejal del PP de Ermua, Miguel Ángel Blanco y los
acontecimientos posteriores (junto a otros elementos como el proceso de
construcción europea) hicieron al PNV reflexionar sobre el interés de tomar
iniciativas de pacificación que sabía vinculadas a acuerdos sobre principios,
métodos y objetivos soberanistas. De ahí sus acuerdos con ETA y su participación
en el Foro de Lizarra. Una vez alcanzada la tregua, sin embargo, las dos
almas del PNV -autonomista e independentista- entraron en conflicto
conduciéndole a la dilación y a la paralisis. El tipo de propuestas recibidas
desde ETA y desde EH ayudaron a que cristalizara esa situación, permitiendo al
PNV reafirmarse en sus objetivos mientras mantenía la indefinición y la
ambigüedad en las vías, los plazos, los metodos. Instalado en ese espacio
intermedio, la ruptura de la tregua lo colocó en una posición política difícil y
con una situación parlamentaria de minoría mayoritaria tras el abandono del
Parlamento por EH y la ruptura de sus acuerdos con la izquierda
abertzale.
El PNV optó por ganar
tiempo, soportando el ataque furibundo mediático y político del bloque
españolista. Tras reafirmar socialente su imagen institucional de continuidad y
centralidad, atendió la exigencia de adelanto electoral y a renglón seguido
formalizó coalición con Eusko Alkartasuna a costa de aceptar en su manifiesto
programático un recordatorio genérico del derecho a la autodeterminación del
pueblo vasco. El acuerdo con EA era imprescindible para culminar su apuesta. Una
comparecencia separada entre PNV y EA hubiera obligado a ambas partes a
explicitar sus proyectos de futuro. La previa ofensiva y acoso españolista, sin
embargo, justifico la alianza por razones de salvación nacional frente
a la amenaza de desembarco españolista.
Resguardado el flanco
soberanista y la unidad nacionalista con el acuerdo con EA, el escenario
quedó dispuesto para un discurso político de la coalición PNV-EA asentado en
tres ejes: a. Una afirmación
identitaria nacional vasca, amenazada por el españolismo. b. Una reivindicación del marco
estatutario, eso sí sólo bajo gobierno nacionalista (la imagen de
"Euskadi gobernada desde Euskadi"), como instrumento comprobado
eficaz para preservar y defender esa identidad vasca y el bienestar de los
vascos. c. Una alerta intensa
sobre las consecuencias regresivas que podría reportar la perdida del gobierno y
su pase a control por parte de las fuerzas españolistas. El miedo real a la
posibilidad de que ganara Mayor Oreja (provocado por sus mismas
declaraciones) y el desencanto y el desacuerdo con la línea de EH,
generarían las condiciones para la movilización electoral masiva y su
concentración de voto nacionalista en las candidaturas de
PNV-EA.
En resumen, un discurso nacionalista autonomista.
No habían de aparecer en su campaña, no ya los medios o pasos para avanzar hacia
la Soberanía Nacional sino ni siquiera la Soberanía como objetivo político (como
afirmación de derecho se considera implícita en la identidad vasca, aún estando
destinada a no ejercerse). Por su parte, el dialogo se presentó como vía hacia
la paz no hacia la soberanía; como elemento diferenciador frente a la
exclusión, la vía exclusivamente policial o la revancha que acompañaban el
discurso de las fuerzas españolistas y como justificación de la pasada
trayectoria (PNV-EA dialogaron con ETA, cierto; pero también dialogó el
PSOE en Argel o el PP en Suiza etc). En otras palabras, fue el PP-PSOE
el que dijo que el PNV estaba por la soberanía vasca, no el propio PNV al que no
le hacía falta. La coalición PNV-EA se presentó
a si misma como conservadora de lo existente (la autonomía nacionalista) y
central, en el sentido de equidistante frente a los dos
extremos: "regresivos" revanchistas (PP-PSOE)
o "aventureros"(EH); aspecto este que remacho el propio Ibarretxe
al explicitar a los dos días de concluir la campaña que excluía de antemano
gobernar con los votos de EH, directa o indirectamente.
Este discurso suponía de entrada una victoria política
del bloque PP-PSOE porque, de hecho, el debate electoral se situaba entre dos
formas de gestionar el mismo marco político: la nacionalista y la españolista
(cuando Lizarra, por ejemplo, en lo que hacia hincapié era en el cuestionamiento
de ese mismo marco como suficiente para resolver las reivindicaciones y
carencias de la identidad y la sociedad vascas) mientras el rechazo explicito a
ese marco quedaba restringido a EH que quedaba políticamente aislada
(obviamente, por responsabilidades políticas propias y también por opciones
ajenas).
Eusko
Alkartasuna, nació como
consecuencia de la ruptura del PNV. Definida como una fuerza de izquierda
nacionalista socialdemócrata explícitamente independentista y contraria a las
acciones de ETA, desde su formación ha estado permanentemente atrapada entre la
tentación del retorno a la vieja casa peneuvista o la consolidación de
un proyecto y una identidad políticas específicas.
Acompañó al PNV en la
gestación de la tregua y en los hechos que siguieron a su ruptura por ETA. Con
un discurso más nítidamente soberanista, planteo propuestas articuladas
propias a las que no acompañaron iniciativas políticas que confirmaran su
autonomización en relación al PNV.
Planteada la
convocatoria electoral, el PNV volvió a colocarla en la tesitura de optar bien
por plegarse al PNV al amparo de una coalición que subrayara la bipolaridad y la
situación de emergencia nacional, asegurándose a cambio su
presencia parlamentaria con grupo propio; bien por arriesgarse a una comparencia
separada asentada en sus perfiles políticos específicos más coherentemente
nacionalistas y socialmente progresivos que situara el debate electoral en clave
multipolar y como confrontación de propuestas definidas de salida a la
situación, buscando y pudiendo atraer a los sectores críticos de EH, aún a costa
de jugarse el todo por el todo.
EA escogió formalizar
alianza con el PNV; sabiendo que ello implicaba que su discurso iba ser
sepultado por la pragmática línea electoral del PNV (descrita más
arriba).
Euskal Herritarrok,
formación heredera de Herri Batasuna,
expresión política de lo que se conoce como Movimiento de Liberación Nacional
Vasco (MLNV), nació encarnando un momento de auge e iniciativa políticas del
MLNV como consecuencia de la tregua de ETA y de la formalización del acuerdo de
Lizarra para ir deslizándose paulatinamente hacia la parálisis política y la
amplia decepción de las expectativas e ilusiones que acompañaron a su nacimiento
en el seno de la izquierda y la sociedad vascas.
Durante la tregua no fue
capaz de plasmar iniciativas políticas y proponer proyectos de avance
soberanista susceptibles de colocar en posición incomoda al PNV e ir ganando
espacios y afianzando la nueva situación. No se generó movilización social ni se
explicitaron consecuencias del proyecto soberanista en aspectos concretos o
sectoriales que motivaran la incorporación de nuevos sectores y el desgajamiento
de nuevas áreas sociales del ámbito de influencia españolista. Por contra, las
propuestas de ETA de construcción nacional, ideológicas y leguleyas,
obsesionadas por implicar formalmente a toda Euskadi y por negar la realidad
política y social derivadas de la división institucional y territorial,
facilitaron al PNV su repliegue y parálisis, calificando de absurdas y
frívolas a las propuestas provenientes de la izquierda
abertzale.
La ruptura de la tregua
fue una decisión unilateral de ETA en un acto de soberbia que, ante su falta de
reacción, dejó desairada y en ridículo a la dirección de EH. Era previsible
que, tras lo ocurrido, la pelea entre PNV y EH por la adjudicación de
responsabilidades en la frustración de las ilusiones de cambio abiertas con la
tregua, haría caer socialmente la mayoría del peso de la culpa sobre las
espaldas de EH.
A partir de ahí, EH tuvo
que actuar a la sombra y bajo la carga de las acciones de ETA. EH, ni por
razones penales ni por razones políticas, defiende o justifica ninguna de
las acciones de ETA; tampoco las critica o rechaza políticamente; las
lamenta humanamente, las considera un hecho fatal reiterado que, no se
sabe por qué mecanismos, deriva de forma mecánica y cuasiobjetiva -como si no
interviniese en ello unas decisiones políticas libres- de la existencia de un
conflicto político nacional entre Euskadi y España. ETA, además, desarrollaba
una línea de actuaciones, entre otras múltiples consideraciones
adjudicables, cargadas de nihilismo ciego.
Todo ello condujo al
aislamiento político y social paulatino de EH y al desgajamiento de sectores que
se aglutinaron inicialmente en su torno como
Zutik-Batzarre. Mientras tanto, EH se veía
forzada a ejercer el autismo político y sumergir su retroceso en declaraciones
triunfalistas sin base y en una reafirmación voluntarista tanto en la acción
(convocatoria de Huelga General en solitario) como en la propuesta política,
concretada en las sucesivas versiones de sus modelos soberanistas
construidos siempre en torno a Udaltbiltza (la asamblea de
representantes municipales nacionalistas), despreciando las potencialidades de
una utilización rupturista y nacional del Parlamento vascongado en una
estrategia de construcción nacional y confrontación con el Estado español
orientada a iniciar un proceso nacional constituyente por encima y al margen de
la Constitución española
En las cercanías
electorales, EH jugo primero con la incógnita sobre si daría o no, gratis o no,
sus votos al PNV para frenar a Mayor Oreja en caso de ser necesario como
llave para finalmente ser desairado por el rechazo previo a usar sus
votos desde la coalición PNV-EA. Ciertamente, compareció en campaña como la
única candidatura clara, nítida y coherentemente soberanista, pero perdida la
credibilidad política, esto ya era irrelevante.
Resultados y
Perspectivas
PNV-EA
celebran su victoria
Resultados Globales
2001
PAÍS
VASCO |
2001 |
1998 |
|
Nº
VOTOS |
% |
ESCAÑOS |
Nº
VOTOS |
% |
ESCAÑOS |
EAJ-PNV/EA |
599.746 |
42.7 |
33 |
458.957 |
36.7 |
27 |
PP |
323.918 |
23.0 |
19 |
267.481 |
21.3 |
18 |
PSE-EE/PSOE |
250.919 |
17.8 |
13 |
220.052 |
17.6 |
14 |
EH |
142.784 |
10.1 |
7 |
224.001 |
17.3 |
14 |
EB-IU |
78.448 |
5.5 |
3 |
71.064 |
5.6 |
2 |
% Abstención |
20.1 % |
% Escrutado |
100.0 % |
Actualizado a las: 23:20:12 - Fuente: Gobierno
Vasco. |
Datos detallados y comparados
en enlace "Resultados Elecciones" y
"Graficos Elecciones"
Las elecciones vascas de
2001 consiguieron un altísimo nivel de participación (80%), movilizando al
conjunto de la sociedad y ofreciendo una imagen de su
realidad.
La coalición PNV-EA
obtuvo una gran victoria política, sus mejores resultados en escaños (33), votos
(600.000) y porcentajes (42,6%), siendo la primera fuerza en los tres
territorios. El bloque españolista PP-PSOE fracasó y vio frustradas sus
expectativas, siendo y sintiéndose derrotado. EH sufrió una gran derrota
política, perdiendo votos y porcentajes en proporción abrumadora no sólo en
relación a 1998 sino a 1994, evidenciando que su suelo ha estallado al obtener
la izquierda abertzale sus peores resultados desde 1980. EB-IU subió un escaño y
7.000 votos más obteniendo un buen resultado en relación a sus
aspiraciones.
PNV-EA confirma su
centralidad política. Se encuentra en disposición de optar por un Gobierno en
solitario o de pactar bien con EB-IU en una primera fase o con el PSOE, una vez
digieran su derrota.
Resulta triste
comprobar, por cierto, como rabiosos comentaristas españolistas de diversos
medios, creyéndose su propia propaganda, daban -a la luz de los resultados- como
cosa hecha la independencia de Euskadi a pocos años vista.
También procede recordar
que de los 33 diputados de la coalición PNV-EA, siete
pertenecen a Eusko Alkartasuna, que tendrá grupo parlamentario propio y gana un
escaño en comparación a los que tenía en la anterior legislatura. EA ya se
manifestó internamente en desacuerdo con cogobernar con el PSOE. EA tendrá
ocasiones sobradas y pronto para ir teniendo que plasmar su definición
soberanista. Los sectores más moderados del PNV -Ibarretxe, Atutxa, Ezkuna,
Anasagasti...- ya se pronuncian por consolidar una resurrección estatutista,
abandonando cualquier perspectiva soberanista, orientándose estratégicamente
hacia el PSOE bajo la argucia de reconocerle el derecho de veto político al
sector españolista.
La derrota política de
Aznar y el PP, indiscutible y notoria, no ha de evitar anotar que veinte
años de autonomía constitucional han reducido el diferencial entre partidos de
referencia vasca y española a sólo un 6,1% (incluyendo en los partidos
españoles a IU-EB que tuvo un 5,6%); en 1986 fue de un 36,9%. Si es su techo o
no está por ver.
El PSOE, el equipo
político B del españolismo, también ha fracasado. Tras tan alto esfuerzo
con tan menguados resultados políticos se han dado tiempo para hacer
mudanza, ubicándose en una oposición constructiva.
En EB-IU, Madrazo ha
consolidado su posición interna. Con una prisa vomitiva Llamazares ya ha pedido
cambiar el pacto españolista de manera que IU pueda entrar. EB-IU también se
declara compatible gubernamentalmente a toda marcha con la "derecha
nacionalista", el PNV, más el PSOE. Habrá que recordarlo
cuando desde IU se acuse propagandisticamente a la izquierda
nacionalista de ser proclive a entregarse a las derechas
nacionalistas.
El MLNV tiene pendiente
de forma inexcusable un debate estratégico, táctico, ideológico, organizativo.
Los porcentajes previos del proceso Batasuna no valen para nada. No hay suelos
en política; tampoco techos ciertamente. El desastre electoral de EH supera
todos los parámetros previsibles en todos los ordenes comparativos planteables.
Es obvio que la izquierda abertzale civil queda debilitada ante las posibles
nuevas medidas represivas que pueda tomar el Estado español, en la linea de sus
ultimas actuaciones.
De entrada, si a ETA le
quedara un resto de racionalidad y coherencia políticas y de capacidad de
superar el mesianismo militarista, declararía una tregua inmediata, cuanto antes
mejor.
De entrada, también, EH
debería revisar sus propuestas estratégicas de construcción nacional y archivar
sus elucubraciones sobre el papel de Udaltbiltza, los atajos para implantar la
territorialidad nacional, etc, con la honestidad política y la capacidad
autocríticas imprescindibles en este momento para tampoco caer en una
deformación pendular.
Dos notas finales anexas.
1ª. Con
todas las reservas que imponen los resultados y sobre todo lo que políticamente
puedan aportar en el futuro, lo que subjetivamente nadie nos podrá quitar son
los momentos de profunda satisfacción y regodeo que nos han regalado estos datos
al comprobar las reacciones, al ver las caras, al oír las frases atribuladas y
las maldiciones de todos esos -políticos del PP, del PSOE; portavoces o
firmantes del Foro Ermua, Basta Ya, Plataforma Libertad...; y plumíferos varios-
que constituyen la larguísima lista de quienes han disfrutado del monopolio
mediático, particularmente en Andalucía, hasta niveles de manipulación y
bombardeo intoxicador españolista que, dudamos, hayan sido superados ni en
pleno vigor de regímenes como el de Milosevic.
2ª.
Para Andalucía, obviamente, los resultados vascos no pueden
sustituir el trabajo pendiente del MLNA. Más aún, si se confirmara la hipótesis
de una gestión estatutista, habría que recordar que la usual contraprestación
que suele aportarse desde Madrid para facilitar esas circunstancias suele
costearse a las espaldas de quienes, como Andalucía, andan huérfanas de
protección política nacional y proyecto nacional propio implantado socialmente.
Por supuesto, como siempre ocurre, de nuestras derrotas y carencias como nación
sólo seremos responsables por acción u omisión los propios
andaluces.
Enlaces para ampliar
Información sobre Euskadi:
Prensa Vasca: