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Asunto: | [AndaluciaLibre] nº 306 - Venezuela: Votar a Chávez - México - Jale o 4D | Fecha: | Viernes, 1 de Diciembre, 2006 17:45:05 (+0100) | Autor: | Andalucia Libre <andalucialibre @.......es>
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Porque el Estatuto reformado es neoliberal
y españolista. Sólo cabe VOTAR
NO
Por la Independencia
Nacional de Andalucía: No a otro Estatuto
de Dependencia
nº 306 - Urgente
En este
Correo:
*Andalucía - Avisos y
Convocatorias:
- Actos de Jaleo por el 4D, Dia Nacional de
Andalucía
- Foro de Pensamiento Andaluz
*Venezuela - Elecciones 3 de
Diciembre
*Llamamiento
Internacional: ¡Si fueramos venezolanos, votariamos
Chavez!
*Documento - ¡Hay
que profundizar la revolución! ¡Vota Chávez!, IV
Internacional
*México
Dossier
*Manifiesto a la Nación, Unidad contra
el
Usurpador, ONPP, PCM-ML, FPR, PPS-M, PRT
*Subcomandante Marcos (EZLN): López
Obrador y el PRD van a vender la movilización
*México: Diez tesis
sobre la situación política, Manuel Aguilar Mora
*Oaxaca: se realizó el
congreso constitutivo de la APPO, Hernan Ouviña
*Las guerrillas
mexicanas, Luis Hernández Navarro
*Oaxaca, soledad en
llamas, Adolfo Gilly
* Andalucía Libre es Andalucía
Laica
* Directorio de Andalucía en
Internet
--oOo--
Avisos y Convocatorias
Actos de Jaleo -
Sevilla por el 4 de Diciembre
Por
el 4 de Diciembre, día nacional de Andalucía, la Asamblea Local de
Jaleo!!! en
Sevilla organiza los siguientes actos:
Viernes 1 de
diciembre Presentación del libro Andalucía como matria, fundamentos de la nación
andaluza de Francisco Gamboa. Presentación del libro 30 años del SOC de Luís Ocaña.
Sábado 2 de
diciembre Charla "10 años
de jaleo!!!" Videofórum "Andalucía 28-F" de Nonio Parejo
Los actos
del día 1 y 2 serán en el Ateneo Andaluz 'Tierra y Libertad',
c/ Miguel Cid, n° 45
Lunes 4 de diciembre
Mesa informativa en el Parlamento de
Andalucía
Martes 5 de diciembre Concierto de Vikingo MD + Falso Dogma + Herejes Sala
Malandar c/ Torneo, 43.- 20:30 - 5 Euros la entrada (precio único de
taquilla)
Contacto con Jaleo:
Foro de Pensamiento Andaluz
Tomás Gutier nos informa del proceso
de formación del Foro
de pensamiento andaluz y de la reunión constituyente que se celebrará el proximo Sábado
2 de diciembre, a las 10 de la mañana, en el Museo de
la Ciudad de Carmona. En su sitio en Internet puede encontrarse
amplia información detallada de los propositos e impulsores de esta
iniciativa.
Venezuela
Andalucia Libre adhiere LLAMAMIENTO INTERNACIONAL
¡Si fuéremos venezolanos votaríamos
Chávez!
Venezuela vuelve a tener una cita con las
urnas el próximo 3 de Diciembre. Por doce veces consecutivas, el pueblo
venezolano tiene el reto de derrotar a la derecha de su país, que actúa como
brazo electoral del imperialismo y pretende debilitar el proceso en curso. A
pesar del mantenimiento de una estructura estatal surgida de la democracia
burguesa, Hugo Chávez sigue representando un factor decisivo para el triunfo de
este proceso revolucionario.
Manuel
Rosales, gobernador de Zulia, es el candidato genuino de una derecha obcecada en
destruir todo aquello que el proceso revolucionario, a pesar de sus límites y
contradicciones, ha ido levantando desde 1998. Para esta derecha, las conquistas
democráticas que el pueblo venezolano ha obtenido a través de su lucha -
derrotando el golpe de estado de 2002, el boicot patronal del invierno
2002-2003, las múltiples tentativas de desestabilización armada y económica -
deberían ser inmediatamente barridas para volver a una situación en que el
Estado se encontraría estrictamente al servicio de las clases
poseedoras.
Las tomas de
posición del gobierno venezolano, su línea de oposición sin concesiones al
gobierno de los Estados Unidos, la reiterada oposición a las guerras
imperialistas, la retirada del embajador venezolano en Israel para protestar
contra la guerra las clases poseedoras en el Líbano, la denuncia de la
intervención armada en Haití, la condena sin paliativos de la política de Tony
Blair en Oriente Medio, el apoyo abierto a la izquierda latinoamericana, el
activismo diplomático desplegado en África, han hecho de Chávez una de las
figuras más destacadas de la lucha antiimperialista a nivel mundial, a pesar de
los límites y contradicciones que pueda tener la política de su gobierno. Una
amplia victoria de Chávez y el pueblo venezolano supondrá un llamamiento a la
lucha en todo el continente y constituirá un nuevo motivo de esperanza para la
clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo entero.
Estamos
seguros de que el 3 de diciembre, el pueblo venezolano celebrará una nueva
victoria que les permitirá continuar construyendo una sociedad más libre y más
justa, asi como profundizar en el proceso revolucionario. Es por esto que
nosotros reafirmamos que:
SI FUÉRAMOS VENEZOLANOS,
VOTARÍAMOS POR HUGO CHÁVEZ EL 3 DE DICIEMBRE
Para adherirse al llamamiento escribir a:
Información
Venezuela
Elecciones
Presidenciales del 3 de Diciembre -
Documento:
¡Hay que profundizar la revolución!
¡Vota Chávez!
Declaración del Buró Internacional de la IV
Internacional
Por doceava ocasión desde 1998, el pueblo de
Venezuela tiene una cita con las urnas el próximo 3 de
Diciembre. Por doceava vez, el pueblo venezolano tiene el reto de
derrotar a la derecha de su país, que actúa como brazo electoral del
imperialismo y pretende debilitar el proceso en curso. He aquí pues una nueva
oportunidad para poner de manifiesto que, a pesar de los límites de la acción
del gobierno a favor de los trabajadores y trabajadoras y de la gente más pobre
de Venezuela, a pesar del mantenimiento de una estructura estatal surgida de la
democracia burguesa, Hugo Chávez sigue representando un puntal decisivo para el
triunfo de este proceso revolucionario.
Vencer a
la derecha imperialista
Zulia es la provincia que cuenta con los mayores
recursos petrolíferos, está influenciada por los sectores separatistas y se ve
cortejada por todas las fuerzas de la derecha venezolana y por el Departamento
de Estado americano. Manuel Rosales, gobernador de dicha provincia, es el
candidato genuino de una derecha obcecada en destruir todo aquello que el
proceso revolucionario ha ido levantando desde 1998. Para esta derecha, las
conquistas democráticas que el pueblo venezolano ha obtenido a través de su
lucha - derrotando el golpe de estado de 2002, el boicot patronal del invierno
2002-2003, las múltiples tentativas de desestabilización armada y económica -
deberían ser inmediatamente barridas para volver a una situación en que el
Estado se encontraría estrictamente al servicio de las clases
poseedoras.
No siempre hemos estado de acuerdo con Hugo Chávez
en cuanto a determinadas opciones en materia de política internacional, donde se
confundía a veces internacionalismo y diplomacia. Es el caso de los cheques en
blanco firmados al gobierno de Bielorrusia, al gobierno iraní o al Partido
Comunista chino. Desafiar al poder de los Estados Unidos no debería implicar que
se presentara como progresistas a determinados gobiernos que actúan contra sus
propios pueblos, aunque sea en el marco de una política internacional orientada
a favorecer las exportaciones petrolíferas de Venezuela.
Sin embargo, esos desacuerdos no cuestionan en
absoluto nuestro más decidido apoyo a numerosas tomas de posición del gobierno
venezolano y a su línea de oposición sin concesiones al gobierno de los Estados
Unidos. La reiterada oposición a las guerras imperialistas, la retirada del
embajador venezolano en Israel para protestar contra la guerra en el Líbano, la
denuncia de la intervención armada en Haití, la condena sin paliativos de la
política de Tony Blair en Oriente Medio, el apoyo abierto a la izquierda
latinoamericana, el activismo diplomático desplegado en África (Venezuela se ha
convertido, junto a Cuba, en el país latinoamericano con mayor presencia en el
continente africano) y en Oriente Medio han hecho de Chávez una de las figuras
más destacadas de la lucha antiimperialista a nivel mundial. Una amplia victoria
de Chávez supondría un llamamiento a las luchas en todo el continente. Sería,
una vez más, la demostración fehaciente de que se pueden mantener posiciones
intransigentes incluso desde la presidencia de un Estado.
Hacia
una Venezuela socialista: favorecer la autoorganización, romper con el modelo
capitalista.
En Venezuela, la situación sigue estando marcada por
el desarrollo de un proceso revolucionario. Está planteada una batalla abierta
entre dos corrientes. Por un lado, la de aquellos que consideran que lo más
importante ya se hizo y que, de ahora en adelante, se trataría de gestionar el
día a día de la mejor manera posible en el marco del capitalismo mundial
realmente existente, buscando en él un hueco para Venezuela. Por otra parte,
están los partidarios de una aceleración, de una profundización del proceso, que
se ven apoyados muchas veces por el propio Chávez y que probablemente son
mayoritarios en el país. Éstos consideran, por el contrario, que las conquistas
democráticas y sociales alcanzadas constituyen tan sólo un primer paso hacia la
consecución de ese objetivo designado como "el socialismo del siglo
XXI". Una meta que la central sindical UNT explicita como "un
socialismo sin burócratas, amos, ni latifundistas".
Los trabajadores y trabajadoras organizados en el
seno de sus empresas desempeñan un papel cada vez más relevante en el proceso
venezolano, uniéndose a la vanguardia que se organizó de forma autónoma en los
barrios populares para resistir a la policía de la derecha, mejorar las
condiciones de vida de la gente humilde e incluso gestionar directamente
aquellos suburbios. La revuelta contra los burócratas incrustados en el aparato
del Estado, tanto si proceden del régimen anterior como si se han instalado bajo
el poder del bloque bolivariano, choca con numerosos obstáculos. Sin embargo,
sigue avanzando bajo el empuje del movimiento sindical, del campesinado, de las
comunidades populares, e incluso a través de las mismas contiendas electorales.
Esa rebelión constituye un elemento esencial para el avance del proceso
bolivariano.
Las luchas por la tierra, las movilizaciones cada
vez más importantes de la gente pobre para obtener nuevos y mejores servicios
públicos, para acceder a la sanidad, a la educación o, sencillamente, para
disponer de un suministro de agua corriente; la aspiración a aproximar cuanto
más mejor el poder respecto al pueblo… demuestran el alcance del proceso
revolucionario y la disponibilidad de este pueblo para seguir peleando.
Los sectores más
combativos, agrupados en torno a la Unión
Nacional de Trabajadores, de la central
campesina Frente Ezequiel
Zamora, de la Asociación Nacional de medios comunitarios
libres… o a través de fuerzas políticas como el Partido Revolución y
Socialismo, el Proyecto Nuestra
América o la asociación estudiantil
Utopía, así como esos millares de militantes no afiliados a
ninguna formación -pero decisivos en el proceso de autoorganización popular-,
vienen diciéndolo desde hace años ya: es necesario enfrentarse a las estructuras
políticas del país, hay que acabar con el aparato estatal que reproduce la
burocracia, con sus conocidas secuelas de clientelismo y corrupción; hay que
enfrentarse a los grandes propietarios de la tierra, la banca y la siderurgia;
hay que abrir el debate nacional que están esperando los trabajadores de la
industria petrolera acerca de la dirección de su empresa - PDVSA - y ponerla
finalmente bajo un régimen de cogestión por parte de estos
trabajadores.
He aquí el sentido del apoyo que brindamos a todas
estas fuerzas políticas y de nuestro compromiso de secundar sus luchas en
nuestros propios países, pues sólo sus luchas y las nuestras nos permitirán
avanzar en la construcción de una sociedad desembarazada del capitalismo. Una
vez reelegido Chávez, los trabajadores y los pobres de Venezuela tendrán que
emprender nuevos combates. Cada victoria del pueblo venezolano constituirá un
nuevo motivo de esperanza para la clase trabajadora y los pueblos oprimidos del
mundo entero.
¿Qué organización
política al servicio de la revolución bolivariana?
El prestigio de la forma organizativa del partido
político ha sufrido un desgaste terrible a lo largo de medio siglo de
clientelismo, corrupción generalizada y gestión del país por cuenta de los
intereses de una burguesía pro-imperialista. Ahora bien, después de estos ocho
años de proceso, la cuestión que hoy se plantea es la siguiente: ¿qué partido es
necesario organizar y qué formas debería adoptar para seguir profundizando en la
revolución bolivariana?
Apoyamos todas las tentativas de crear una
organización política que permita la confluencia de los sectores radicalizados a
que nos referíamos antes. La alianza entre la Unión
Popular de Venezuela, la tendencia clasista de
la UNT y el PRS, o bien la propuesta de la Liga
Socialista de preparar un Congreso de Organización de los
socialistas, demuestran que hay importantes sectores conscientes de la necesidad
de una organización revolucionaria.
A una escala mucho más amplia, Chávez ha propuesto
la creación de un partido capaz de federar a todas las organizaciones que apoyan
el proceso bolivariano, precisando que deseaba el surgimiento de un partido "no
reformista". La propuesta es sin duda interesante. No obstante, esa organización
no podría construirse de la mano de esas mismas fuerzas políticas que las
organizaciones populares están combatiendo día a día cuando se enfrentan con la
burocracia, cuando luchan por avanzar en la reforma agraria o por extender el
papel de los trabajadores y las trabajadoras en la gestión de la economía. El
surgimiento de esa organización resolvería por los menos dos importantes
problemas a los que se ve confrontado en estos momentos el proceso bolivariano:
la centralidad de la figura de Chávez -aspecto que debilita el papel de las
propias masas venezolanas- y la confusión entre diplomacia y política
internacionalista. Por lo tanto, este proceso de construcción debería permitir
que se desarrollasen las discusiones estratégicas sobre el camino a seguir para
vencer al capitalismo y sentar las bases de una sociedad
socialista.
París, 22 de Octubre de
2006
México Dossier
Manifiesto a la Nación
*
Unidad contra
el usurpador
México, 29-11-06
El próximo Primero de Diciembre, Felipe Calderón
pretenderá consumar el oprobioso fraude electoral que las "instituciones"
judiciales y el IFE han convalidado o incluso ayudado a perpetrar, en contra de
la voluntad popular.
La intención de la clase dominante y
sus representantes en el gobierno es darle continuidad al proyecto neoliberal
que desde hace ya más de dos décadas se ha impuesto en nuestro país, con su
catastrófico saldo en el terreno social. Las administraciones neoliberales
subastan el patrimonio natural, energético, cultural, económico y humano
nacional al mejor postor, sin importarles la pérdida de la independencia y la
soberanía nacionales. Para los neoliberales, el país es una mercancía de la cual
desean obtener la mayor ganancia para ellos y sus aliados.
Los resultados
del periodo neoliberal son claros para todos: una iglesia católica pederasta y
cómplice de narcotraficantes, una autoridad financiera para legitimar la usura
de los bancos extranjeros y nacionales, un Congreso de la Unión que avala los
intereses rapaces de los monopolios de la televisión y la radio, una autoridad
educativa que estrangula la escuela pública y subsidia a la privada, una
política de desempleo que expulsa del país a medio millón de trabajadores
hambrientos cada año hacia Estados Unidos, una política que destruye la
naturaleza para beneficiar a los empresarios del turismo, una actitud soberbia y
de exterminio de los pueblos indios, una justicia que criminaliza la pobreza, el
hambre y la desocupación, una autoridad laboral que impone representantes
sindicales a los trabajadores, una policía y fuerzas armadas represoras del
pueblo, una política exterior subordinada al gobierno estadounidense, contraria
a la autodeterminación de los pueblos.
Sin embargo, el sexenio foxista
está llegando a su fin con una amplia movilización popular que cruza el país
todo. La lucha contra el fraude electoral y de rechazo al usurpador ha
congregado a millones en varias movilizaciones en la Ciudad de México; en
Oaxaca, cientos de miles de personas han construido su propia organización, la
Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), como respuesta a un gobierno
ilegítimo y represor, enfrentando una de las más feroces represiones de que haya
memoria en nuestro país en los últimos tiempos; y ahora en el norte del país,
la Otra Campaña convocada inicialmente por el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) en torno a la Sexta Declaración de la Selva
Lacandona, es otra expresión de contingentes que buscan una alternativa para
enfrentar al mal gobierno, y en San Salvador Atenco, a seis meses de haber
enfrentado una violenta represión, que se ensañó con mujeres que fueron violadas
a manos de miembros de la PFP, el Frente de Lucha de los Pueblos por la Tierra
mantiene la resistencia y se moviliza demandando la liberación de los presos
injustamente detenidos.
Estamos en un momento crítico de nuestro destino.
Por millones, trabajadores, campesinos, indios, habitantes de colonias
populares, jóvenes y mujeres nos estamos movilizando levantando banderas
propias; es tiempo de juntar fuerzas contra el enemigo común, los grandes
empresarios y su gobierno, que pretenden imponer a como de lugar su política y a
su lacayo Calderón. Los abajo firmantes convocamos a todas las organizaciones
sociales, políticas y al pueblo en general a unirnos en una lucha común
contra las pretensiones del usurpador de tomar posesión como presidente este 1
de diciembre y a redoblar esfuerzos para sacar a Ulises Ruiz y al ejército de
Oaxaca, y exigimos la liberación de los presos políticos y la presentación con
vida de los desaparecidos. ¡Todos al Zócalo de la Ciudad de México! ¡Unamos
nuestras voces y acciones para impedir que el usurpador se imponga!
*Organización Nacional del Poder
Popular (ONPP), Partido Comunista de México-Marxista Leninista (PCM-ML), Frente
Popular Revolucionario (FPR), Partido Popular Socialista de México (PPS-M),
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
Entrevista al subcomandante
Marcos
López Obrador y
el PRD van a vender la movilización a la primera,
si
no es que ya la vendieron Zósimo Camacho
y Nancy Flores
En entrevista con Contralínea en
Torreón, Coah., el jefe guerrillero del EZLN
agrega que el presidente electo, resultado de “un fraude tan evidente”, llegará
a la titularidad del Poder Ejecutivo con menos legitimidad que Carlos Salinas de
Gortari y sólo tan espurio como Porfirio Díaz, quien intentó mantenerse en el
poder mediante el fraude electoral que detonó la Revolución de 1910. Asegura que
los únicos asideros en México de Calderón Hinojosa serán “los medios masivos de
comunicación y las bayonetas”, pues “ni a su partido
controla”.
—Dabas por hecho que el próximo
presidente de la República sería López Obrador porque, decías, garantizaba la
continuidad del capitalismo con una supuesta redistribución de la riqueza. Sin
embargo, quien está a punto de asumir es Felipe Calderón. ¿Te equivocaste al
señalar que ambas opciones representaban lo mismo?
—No son iguales. Era mejor para el
capitalismo salvaje la opción de López Obrador, porque significaba mantener la
política económica, lo que él llamaba “mantener las variables macroeconómicas”,
con control social. Nos equivocamos en asegurar que el capital mexicano y el
norteamericano eran más inteligentes de lo que son; que iban a entender lo que
López Obrador les estuvo diciendo una y otra vez: que no iba a haber ningún daño
para ellos; que se iban a respetar sus ganancias; simplemente se iba a
redistribuir la riqueza que se estaba atorando en el sistema político. Él nunca
ofreció reducir ni la tasa de ganancia ni las políticas de despojo que hay
actualmente.
—¿Por qué entonces finalmente
los grandes empresarios y las instituciones del sistema político mexicano se
decidieron por Felipe Calderón?
—Lo que ocurrió fue que tenían miedo de que
López Obrador fuera a despertar algo que no pudiera controlar y que fuera
rebasado. Cuando ellos hacían la semejanza entre López Obrador y Chávez no se
estaban refiriendo a que hubiera alguien con las poses de Chávez sino a que se
generara un movimiento y una confrontación social que no la iba a poder
controlar López Obrador ni nadie. Y ellos optaron por la línea más rápida o
expedita a la destrucción de las bases materiales de la nación. O sea: las
grandes reformas que están pendientes, dicen ellos, y que son la de los
energéticos, la fiscal y la de la tierra, que me refiero no sólo a la tierra
sino al agua, aire y recursos naturales.
Eso es lo que se necesita para acabar de
destruir al país y convertirlo en un páramo sin gente y sin ninguna capacidad
productiva. Lo que ellos hicieron a la hora de elegir a Calderón es elegir la
forma más rápida de llevar a este país a la destrucción, suponiendo que basta
con la acción represiva para controlar las cosas. A grandes rasgos, el gran
capital mexicano y norteamericano optó por la vía más rápida para una revuelta
nacional.
—Pero qué intereses está
representando Calderón. ¿Será un gobierno más represor del que sería uno
encabezado por López Obrador?
—Calderón tiene una dificultad que López
Obrador no hubiera tenido: la ilegitimidad. Desde la reelección de Porfirio Díaz
en 1910 ningún otro presidente, ni siquiera Carlos Salinas de Gortari, había
llegado tan ilegítimo, con un fraude tan evidente. Prácticamente lo único que le
queda a Calderón para empezar apenas a gobernar es, por un lado, el pie de los
medios masivos de comunicación y, por otro, el de las bayonetas. Pero los
propietarios de los medios masivos de comunicación tienen un problema que no
alcanzan a ver, que es el de la credibilidad.
A la hora de que los grandes medios como
la televisión, la radio y las grandes empresas editoriales abrazan a la clase
política, abrazan también su descrédito. El repudio cada vez más grande que hay
para los trabajadores de las dos más grandes televisoras, lo hace cada vez más
patente. Y el hecho de que tengan que recurrir en forma lastimera a programas
que son cada vez más ridículos para llamar la atención, es otro síntoma. Los
ratings de los noticiarios van para abajo. Y en la mayoría de la gente está el
descrédito de que lo poco que se ve, no se cree. Y todo esto ha sido compartido
por los grandes periódicos y también por las revistas.
—El pasado proceso electoral,
que has calificado como fraudulento, ha generado un movimiento social de apoyo a
López Obrador. Sus simpatizantes lo han nombrado presidente legítimo y él ha
convocado a una Convención Nacional Democrática (CND). El 20 de noviembre
iniciará su gobierno en resistencia. ¿Qué podemos esperar de este movimiento que
ha tenido la capacidad de convocar a millones de personas?
—Que va a ser vendido. El problema del
movimiento que respalda a López Obrador en contra del fraude electoral es la
dirección. Y es un ejemplo de lo que López Obrador iba a ofrecer en caso de
llegar a la presidencia. Esta mentira de una nueva forma de hacer política con
los viejos políticos de siempre, los que estuvieron brincando de un lado para
otro. El símbolo de ese supuesto cambio que ofrecía López Obrador es Muñoz Ledo,
que ya no le falta ningún partido al cual brincar, tal vez el Panal con Elba
Esther Gordillo.
Y la dirección y la elite política del
PRD, los dirigentes y los que tienen cargos populares, lo van a vender a la
primera, si no es que ya lo vendieron. Y buena parte de la movilización social
que se despertó después del fraude del 2 de julio estuvo manejada por estas
personas, dejando de lado que había gente honesta y creía en lo que creía y que
estaba dispuesta a todo. Y esa presión social está siendo usada por esa
dirección del PRD y esos viejos políticos para negociar con el gobierno.
Y ahora también está la cabeza de López
Obrador sobre la mesa de negociación, así como todo el movimiento social que
estaba respaldándolo. Conforme ha avanzado el tiempo ellos han visto con
beneplácito el desgaste de la parte mediática de la figura de López Obrador. El
hecho de que cada vez que se presenta haya menos gente y sea menos beligerante y
combativa es para ellos una ventaja, porque López Obrador se estaba convirtiendo
como en Cárdenas en su tiempo, en una sombra para sus intereses. El destino del
movimiento opositor que encabeza López Obrador es la venta. Van a ser vendidos.
El cálculo que hacen allá arriba los del PRD, los diputados y senadores, es que
pase de moda. Le van a dar la salida que le dieron a Cárdenas en su tiempo, un
instituto o algo o que se pasee por el país como presidente legítimo pero que no
produzca ningún efecto.
—¿Y la opción del gobierno en
resistencia?
—El problema de un gobierno alternativo es
que tiene que gobernar; si no, es una declaración. Y un gobierno que realmente
gobierne tiene que dictar leyes y contar con la capacidad de hacerlas cumplir.
Tiene que hacer un nuevo pacto social, una nueva forma de convivir. Y en el caso
de López Obrador, hasta a hora, no existe eso, incluso ha dicho que no se trata
de dejar de pagar impuestos o de establecer otra justicia. Ahorita el problema
de la tierra es el artículo 27. Un gobierno que se plantee como opositor al
gobierno de arriba tiene que definirse respecto al artículo 27, o sea tiene que
darle marcha atrás [a la reforma salinista]. Si el gobierno de López Obrador
planteara eso, su movimiento, que ahorita fundamentalmente es urbano y de clase
media, se convertiría en un movimiento campesino; y, como ya hemos visto, el
campesino ya no tiene más que irse al otro lado o luchar por la tierra. No hay
una definición sobre ese punto.
En el caso de la pequeña y mediana
industrias tanto agrícola como urbana, el Tratado de Libre Comercio la ha
liquidado. Y no se plantea nada radical frente al TLC, que lo fundamental sería
desconocerlo, que no valga unilateralmente. Eso significaría volver a proteger
el mercado interno, que está completamente minado. Su única definición más o
menos de izquierda era la del cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, que
era algo que no le tocaba, que necesitaba enarbolar el partido, los diputados y
senadores porque corresponde a ellos esa modificación constitucional. Y a
nuestra manera de ver, tenía que ver nada más con que de los movimientos que hay
en México el que tiene impacto mediático es el zapatista y era la forma de
montarse en eso.
Un gobierno alternativo debía de tomar
la tierra, repartirla, dictar leyes de comercio, como hacen las juntas de buen
gobierno en Chiapas o como hacen los municipios autónomos indígenas en otras
partes del país. Esos sí son gobiernos alternos. En algunas partes entra en
tratos mutuos de gobierno a gobierno con los gobiernos estatales o municipales,
pero en su estructura interna no se modifica.
El cambio fundamental que habría en
estas declaraciones de López Obrador es que se planteara la tarea de gobernar en
resistencia como lo hizo Juárez. Ahí sí. Porque usa mucho la imagen de Juárez,
pero Juárez sí se enfrentó al imperio de Maximiliano —y de Carlota, porque
sabemos que desde entonces está la moda ésta de las parejas presidenciales—;
gobernó, dictaba leyes, y sí era un gobierno itinerante que iba de un lado para
otro pero estaba gobernando en resistencia y sin recursos, pero estaba dictando
leyes, llamando a la gente que las hiciera cumplir, completamente en
contraposición al otro.
El problema que vemos es que vaya a
pasar lo mismo que pasó con la movilización postelectoral en el plantón de
Reforma y el Zócalo, y es que no se genere organización, que es la diferencia
con Oaxaca, que es un movimiento que sí está generando autoorganización en la
gente. Y que dependa tanto del líder, de lo que él diga o deje de
decir.
En el caso de nosotros como indígenas,
los que asisten como representantes del movimiento indígena en la CND son los
empleados de Fox. Es Marcos Matías, ahora diputado por el PRD, pero estuvo de
empleado de Xóchitl Gálvez en el INI y luego desapareció y durante mucho tiempo
estuvo como funcionario. Ése es el movimiento que simplemente les está dando una
apariencia de imagen, de legitimidad; pero que no representan absolutamente
nada. Y la parte fuerte del movimiento indígena en México ni siquiera es el
EZLN. Es el Congreso Nacional Indígena. Y juegan con esto de las siglas y le
ponen Convención Nacional Indígena y llama CNI, sin aclarar que es la Convención
y no el Congreso para empezar a jalar esto.
El tabaco comienza a arder en la pipa y
el humo constantemente envuelve la cabeza del guerrillero. Con excepción del
pasamontañas, el resto de su uniforme tiene remedos sobre remedos. La gorra
beige conserva, al frente, las tres estrellas que alguna vez fueron rojas; el
paliacate no es más que jirones de tela anudada que casi se deshace al tacto, y
las botas, cosidas hasta lo imposible, parecen agrietarse y abrirse más con cada
movimiento del guerrillero.
—Hemos estado observando la
lucha de la Asamblea de Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en demanda de la
salida del gobernador Ulises Ruiz. Y también hemos visto la respuesta de los
gobiernos federal y estatal que tratan de mantener al mandatario a toda costa.
¿Qué lecciones puede obtener el EZLN y La Otra Campaña de estos hechos, tanto
desde el punto de vista de la organización de la APPO como de la respuesta de
los gobiernos?
—La primera gran lección: es un movimiento
donde no hay un líder identificado, que sea salvable, porque hay unos que se
identifican y dan pena ajena. El caso del movimiento de la APPO se trata de un
movimiento donde sí manda la gente, por decirlo de alguna forma, y empieza a
suplir con éxito las labores del gobierno. En el caso de la respuesta del
gobierno federal, como siempre, es que calcula mal la respuesta de la
gente.
Nos están platicando que cuando la
[Policía] Federal Preventiva [PFP] tira gases, son de color amarillo. Es un
químico que se supone se pega a la piel y te da pa’ bajo, o sea que te pone como
si estuvieras tomando Diazepan. Y se supone que todos se deberían de ponerse
tranquilos y dóciles. Por supuesto, no está funcionando. Los gringos ya lo
habían probado en Irak y no funcionó. Y lo probaron en Afganistán y no funcionó.
Nunca les ha funcionado. Se lo pasan a los del gobierno mexicano, que compran
cualquier pendejada. Y calculan que una acción represiva va a provocar
inhibición del movimiento y va implicar retroceso. Y lo que ha demostrado el
movimiento de la APPO es que ocurre lo contrario.
El movimiento se empieza a desgastar y
se empieza a reducir y viene un hecho represivo y la gente los apoya. Oaxaca es
un punto tan sensible casi como Chiapas. Y la lección que está dando el gobierno
es que en lugar de optar por el diálogo está optando por la represión. Qué
mensaje le estás dando a la gente en un lugar en donde hay movimientos armados.
Así los movimientos armados no necesitan reclutar a nadie. El gobierno les está
haciendo el trabajo de reclutamiento: a toda esa gente golpeada y gaseada le
está diciendo: ’no te queda otra opción más que alzarte’.
Nos parece absurdo, pero todo el sexenio
de Fox ha sido absurdo, que el Estado mexicano apueste tanto por un criminal,
que no lo quiere nadie, que es Ulises Ruiz. Ya hasta el sector empresarial dijo
que se vaya; el Senado dijo que se vaya; los diputados… Entonces nada más está
sostenido por la Policía Federal Preventiva y, según nos dicen, está entrando la
Policía Militar y la Armada de México. Y no tiene ningún sentido a no ser que
empiece a cundir el ejemplo de la APPO en el resto de los estados. Y sí. Porque
ese problema se pudo haber resuelto desde meses antes con la salida de Ulises
Ruiz y un gobierno de mediación. Y ahora Fox va a terminar su sexenio con ese
problema y Calderón va a comenzar el suyo con ese problema, además de la falta
de legitimidad, además de La Otra Campaña.
La gran lección de la APPO y del pueblo
de Oaxaca es que es posible hacer esto y que es necesario que La Otra Campaña
acabe ya de tejer la red porque estamos reaccionando a lo de Oaxaca, ahora sí
que sobre las rodillas, ya cuando nos están golpeando. Debíamos ya de tener la
capacidad en todo el país para acompañar todas sus demandas. Lo que sigue es que
caiga Ulises Ruiz y que la APPO y el pueblo de Oaxaca empiecen a plantear otras
cosas. Pueden reprimir, pero la organización ahí va a quedar. Aun así, aunque
salga en la televisión que los están golpeando y que tomen muchos presos, el
proceso de autoorganización que generó en grupos y colectivos es invaluable, y
eso no va a tener vuelta de hoja.
—Flavio Sosa, uno de los líderes
de la APPO, ha comentado que están en contacto con Andrés Manuel López Obrador y
contigo. Que hay negociaciones para que La Otra Campaña y el movimiento de López
Obrador se unieran con la APPO para derrocar al gobierno de Felipe Calderón.
Cuál es tu opinión al respecto.
—No, no hay nada de eso. Lo único que
sabemos que hay en La Otra Campaña es el apoyo a la APPO, incondicional, para la
caída de Ulises Ruiz. Hasta ahí. En el caso del EZLN, también. Y lo que podamos
hacer para frenar la represión. Pero para nosotros y el EZLN no valen ni el
presidente oficial ni el legítimo. Nosotros no pensamos que arriba se vayan a
resolver las cosas. Y estamos dispuestos a derrocar al oficial y al
legítimo.
—Está el asunto de la APPO, de
La Otra Campaña, la gente está descontenta, el narcotráfico ha sobrepasado la
capacidad de las autoridades. ¿Consideras que hay gobernabilidad en
México?
—No hay. Pero lo del narcotráfico es en
realidad una escenografía. Es para vender que el principal problema de México es
el de la seguridad. Entonces se hace mucho hincapié en el narcotráfico, los
índices de criminalidad, los asaltos y la inseguridad; cuando, como hemos visto,
los principales problemas son el despojo, la precariedad en el trabajo, los
bajos salarios, la privatización de la educación, la destrucción del sistema de
seguridad social, incluyendo todo el sistema de salud, y que se mantengan
políticas de desprecio respecto a los pueblos indios.
Entonces lo que se hace es magnificar un
problema que sí existe, pero no es tan grande como se está presentando si se
compara con los otros, de tal forma que la opción sea para resolver el problema
del país, es un aparato represivo más ostentoso, o más modernizado, dicen ellos.
Quieren justificar que se arme mejor a la policía, al Ejército Federal Mexicano
y que empiece a asumir labores de policía interna. Entonces mientras se planteen
en ese terreno las cuestiones, la oferta que gana es la que ofrezca más mano
dura. En ese sentido, Calderón es lo que está ofreciendo.
Dicen: si se desestabiliza el país, que
haya mucha inseguridad, le cargamos la mano por el lado del narcotráfico y los
criminales, y en esa criminalización de la sociedad metemos al movimiento
social. Y entonces así ofreciendo mano dura voy a tener el respaldo de la gente.
En donde se está equivocando Calderón es: primero, que no entra con el respaldo
que entró Fox y ni quiera con el que tuvo Zedillo o Salinas de Gortari. Ni
siquiera tiene el control del Partido Acción Nacional, porque hay ahí una
fricción muy dura respecto a la cuota de poder que le reclama el yunque y la que
le reclama el panismo tradicional, que es la que está representada por
Calderón.
El yunque está representado por Espino.
En esa disputa ni siquiera puede controlar a su partido. Es de esperar que ni
siquiera pueda controlar a Congreso; ya no se diga a resto de los gobernadores y
todo eso. Hay un clima de desestabilidad y desgobernabilidad —no sólo
ingobernabilidad, pues ya no sólo es la incapacidad para gobernar sino la
capacidad para provocar crisis de gobierno, que ése es el ejemplo de Oaxaca—. Y
muchos piensan que la gente de abajo no se da cuenta. No. Lo que la gente de
abajo piensa es que está sola. O que eso que le está pasando sólo le está
pasando a ella. Lo que está haciendo La Otra Campaña es demostrando que está
pasando en todo el país. En esta segunda parte, que estamos recorriendo, en el
norte, La Otra Campaña acabó con el mito entre el norte y sur de
México.
Se derrumbó completamente. Si agarras un
campesino de norte, de Sonora, de Baja California, de Chihuahua o de la región
lagunera, lo puedes ubicar en cualquier parte del centro o del sur de México y
son los mismos problemas, la misma rabia y la misma indignación. Ese mito creado
por los medios de comunicación que están clavados en la cuestión electoral y
sólo ven arriba y al ver los índices de votación dicen que el norte es azul y el
sur es amarillo, se derrumbó ahorita. Las bases fundamentales están tan
destruidas que se necesita hacer una cosa más radical, que es la que estamos
proponiendo en La Otra Campaña.
Acostumbrado a expresar alegría o enojo
sólo con la mirada, deja de lado el talante jocoso y habla más pausadamente para
referirse a los objetivos de La Otra Campaña.
—Has mencionado que el objetivo
de La Otra Campaña es derrocar al gobierno. Constantemente has dicho que sólo
traes una única promesa y es para los de arriba: que los van a tirar. Pero
también has dicho que se trata de un movimiento pacífico. Cómo se logrará esto.
¿Acaso los de arriba se van a quedar con los brazos cruzados y no van a defender
sus latifundios, sus fábricas?
—Lo que hemos visto en nuestra experiencia
en América Latina y aquí, con la excepción de Cuba, es que los movimientos
armados que llegan al poder y que desde arriba empiezan a tratar de solucionara
la cosas fracasan. Dejan muchos pendientes y se crea como una elite, nada más
que con bandera de izquierda, que empieza a decidir y a suplantar decisiones. En
lugar de la masa, el partido; en lugar del partido, el Comité Central; en lugar
del Comité Central, el secretario general y así, para usar una figura de
izquierda.
Nosotros decimos que si se construye
desde abajo, no importa qué pase arriba [la dirección] queda sujetada,
controlada. Y las lecciones de los movimientos indígenas en Ecuador, en Bolivia
y en otras partes y no sólo de indígenas es que sí es posible poner en crisis
con una movilización pacífica, civil, masiva y que da buenos resultados porque
genera organización abajo y el gobierno entra en otro tipo de relación con la
gente que se insubordinó o que se hizo insumisa o que se rebeló. Lo que pasa es
que lo que todavía está pendiente en La Otra Campaña es qué sigue. Eso que sigue
debe ser el producto de una discusión muy amplia en donde estamos incorporados
nosotros.
Hay una consigna que se repite mucho:
“por un gobierno obrero, campesino y popular”; pero no dicen indígena. Incluso
en esa propuesta de la izquierda ortodoxa, que nosotros respetamos porque tiene
tiempo que está ahí y no se ha rendido, a pesar de que ha pasado lo que ha
pasado sigue sin ver a los pueblos indios como pueblos indios: o somos
campesinos o somos obreros, pero no somos indígenas.
—En la UNAM dijiste que ya no
iba a haber sistema político mexicano para 2012. Qué es lo que va a haber
entonces.
—Mira, Calderón no termina. Eso sí. No
termina por los de abajo, por el descontento social que se provoque y que esté
organizado. O no termina por los de arriba, porque el afán de conquista que
tienen las grandes trasnacionales no se va detener ni siquiera con esta especie
de cortina muy tenue que son aún las leyes mexicanas de protección. O sea, van
por todo. Y lo que eso va a provocar son rebeliones espontáneas, aisladas, que
van a terminar en derrotas si no nos organizamos.
Pero la derrota no es sólo que el
movimiento fracase. La derrota es que esto se convierta en una guerra civil, de
sálvese quien pueda. Cerrada la frontera como la están cerrando, a dónde van a
ir los campesinos despojados, los estudiantes egresados de las universidades sin
trabajo, la gente que se desplazada de las fábricas, todos los cinturones de
miseria, que ya están tratando de disputarles a las urbes el espacio urbano, el
que esté creciendo cada vez más el ambulantaje y por otro lado esté creciendo al
represión para darles más espacio a los centros comerciales. Calderón no
termina.
Lo que falta por definir es si a la
caída de Calderón sigue otro país o sigue otro remedo de tránsito. Nosotros
decimos: las crisis fundamentales no se resuelven necesariamente con un cambio,
porque el de arriba tiene la capacidad de regeneración. Entonces si no hay una
alternativa sí es posible que en lugar de Calderón entre otro y que haga lo
mismo y trate de administrar a mediano plazo lo que es inevitable, que es la
destrucción de las bases fundamentales de la nación. Lo que nosotros decimos es
que cuando ese momento llegue tiene que haber una alternativa de izquierda que
ponga el dedo en el punto central: lo que está aquí mal es el sistema económico
y sobre él el sistema político, jurídico, ideológico, cultural que se mantiene
con base en eso.
Nosotros decimos, destruyendo uno, para
qué nos vamos a detener: destruyamos todo. Nosotros empezamos a plantear esto
cuando se gesta la Sexta Declaración como un mecanismo de resistencia, que es
nuestra especialidad. Nosotros decimos: lo que necesitamos es organizarnos para
resistir el embate neoliberal. Pero para resistir el embate neoliberal
necesitamos una fuerza muy grande. Si la organizamos, por qué detenernos en la
resistencia. En lugar de hacer una cerca para que el lobo no robe muchas ovejas,
mejor vamos por él y liquidémoslo.
Información
México
Orozco:
Zapatistas
1) Estamos en un periodo de
grandes y acelerados cambios políticos. El 2 de julio culminó un periodo de
agitación y movilizaciones que el fraude electoral de ese día ha catapultado
como consecuencia de la abierta ruptura producida en las cúpulas burguesas. Se
abrió un periodo de movilizaciones sin precedente en la historia contemporánea
del país. La situación de Oaxaca es ejemplar al respecto. De hecho, la APPO
surgió antes del 2 de julio, pero la fecha electoral eclipsó del todo la
importancia colosal que ha significado su surgimiento para la lucha de clases.
Incluso los acontecimientos de Atenco de mayo parecieron revestir una
importancia mayor que lo que sucedía en Oaxaca. Cierto es que la represión
salvaje de los policías en Atenco horrorizó a todo el país, sin embargo la
importancia política de lo que sucedía en Oaxaca aparecía en el trasfondo y no
en el centro de la escena política nacional. Después del 2 de julio, en especial
después del 16 de septiembre, el meridiano de la lucha en Oaxaca comenzó a
marcar la hora de la lucha de clases en el
país. 2) La ruptura burguesa entre el PRI-PAN y
amplios sectores del PRD tiene por supuesto muchas causas. Pero sin duda la
decisiva es el enorme descontento popular que se ha canalizado,
fundamentalmente, tras la dirección de AMLO. Casi veinte años de dominio del
reformismo perredista en la oposición de la izquierda de masas, en especial de
los sindicatos y sectores de trabajadores que luchan contra los charros, no
serán superados de un plumazo. La popularidad de AMLO, en muchos aspectos
superior a la que logró Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, se explica por eso. La
devastación económica del neoliberalismo llegó a niveles intolerables en el
sexenio foxista, lo cual ha radicalizado fuertemente a amplios sectores de las
masas. Las alternativas a esta situación lógicamnete pasarán para éstos por la
CND y, en menor medida, por el PRD, ambos encabezados hoy por hoy por
AMLO. 3) La Otra Campaña es la otra
alternativa que ha prendido ante todo entre sectores de vanguardia y en menor
medida entre sectores masivos campesinos e indígenas. El discurso sectario y
ultimatista de Marcos ha sido desastrozo para su causa y se ha ganado la
hostilidad de millones de hombres y mujeres que luchan contra el foxismo y sus
políticas. En especial su actitud ante AMLO es la clásica de una corriente que
ve amenazada su posición política. La posición de Marcos es la de un bandazo:
después de confiar durante años en el PRD, al romper lo hace sin matizaciones y
alejándose de amplios sectores que simpatizaban tanto con este partido como con
el EZLN. 4) El surgimiento de la APPO es la
verdadera síntesis dialéctica superadora de las alternativas de AMLO
(reformista) y de Marcos (sectaria). Su convocatoria de unidad e inteligente
postura ante los dos segmentos de la oposición anteriormente citados es de
admirarse viniendo de un movimiento sin una dirección política socialista. La
dirección de la Sección XXII del SNTE-CNTE que fungió en una primera etapa como
la dirección de la APPO pronto fue rebasada por el reto de ésta, un reto de
carácter político y no meramente sindical ante el gobierno de URO. La división
de la Sección XXII ha sido la expresión de la política general de la CNTE,
dirigida por grupos de origen maoísta, estalinista o simplemente populista que
hasta hoy se han resistido a comprender que esta organización sindical debía
plantearse la organización de un partido de los trabajadores. La abrumadora
mayoría de los dirigentes de la CNTE están vinculados al PRD e incluso algunos
al PRI y hasta al PAN, siendo insignificante la minoría de dirigentes
independientes o ligados a posiciones marxistas
revolucionarias. 5) La APPO es una expresión
notable del empuje y fuerza de la espontaneidad de las masas populares, producto
de décadas de opresión del caciquismo ancestral y de la corrupción y explotación
priista. Es una experiencia precursora de lo que serán las luchas de las masas
populares, vinculándose con la mejor tradición de los precedentes
revolucionarios internacionales (Comuna, soviets, etc.). La APPO se ha
constituido como el núcleo embrionario de un poder dual revolucionario y su
ejemplo, sea cual sea su próximo futuro, constituye un verdadero hito de la
historia de la lucha de clases en México. Es evidente que su surgimiento
demuestra que los sectores masivos de vanguardia no esperarán la conformación de
un partido de los trabajadores marxista revolucionario para dar sus combates y
lograr sus objetivos. Desgraciadamente también es una expresión fehaciente de
las limitaciones de tal espontaneidad que no logra superar el regionalismo, ni
asumir todavía audazmente las tareas de un auténtico poder dual frente al del
PRIAN. La dirección de la APPO incluye personajes que anteriormente estuvieron
con el foxismo ente otros muchos grupos y personas del más distinto origen
político. Sólo una minoría muy reducida tiene experiencia de lucha socialista
proletaria. Esta heterogeneidad será típica de las futuras APPOs que seguramente
irán surgiendo en el futuro en la República. Es una característica
necesariamente explicable pero que de ningún modo garantiza la dirección que
requiere la lucha por la transformación profunda que explica en última análisis
el surgimiento y la existencia de estos organismos populares. Esta es una prueba
concreta e irrefutable de la necesidad urgente de la organización marxista
revolucionaria absolutamente indispensable para enfrentar con éxito los
difíciles desafíos de la lucha popular en el próximo
futuro. 6) La división existente entre las fuerzas
populares de oposición al foxismo y, a partir del 1° de diciembre, al
calderonismo es la principal razón que explica el margen de maniobra que dispone
la burguesía y en especial el estado del PRIAN para sortear la situación. De
nuevo Oaxaca es el ejemplo característico: URO este provocador siniestro sigue
encabezando el gobierno del estado, burlándose incluso de quienes son sus apoyos
fundamentales, es decir las autoridades federales
panistas. 7) La política de AMLO ha consistido en
mantenerse en los límites de una pugna interburguesa, sin cruzarlos. Pero la
experiecia decepcionante de su antecesor Cuauhtémoc Cárdenas es la sombra que se
yergue ante él y que le impide repetir crudamente una capitulación. Sin embargo,
su respeto al espacio parlamentario fue remarcado claramente en la ceremonia de
asunción como "presidente legítimo" del 20 de noviembre. El marco de su
oposición será el que le proporcione a sus iniciativas el grupo parlamentario
del Frente Amplio Progresista, integrado por el PRD, el PT y Convergencia. Estos
partidos burgueses no tienen ningún interés de rebasar esos límites. Así para
AMLO se abre un panorama contradictorio pues si su intención es mantenerse como
candidato presidencial permanente durante los próximos seis años, la larga
trayectoria que eso implica lo desgastará irremisiblemente. Su amplia base
popular, por tanto, se erosionará rápidamente ante una situación que se agravará
con la llegada de Calderón. La CND así está inmersa de una contradicción
imposible de resolverse sin el rompimiento con el FAP o, por lo contrario, sin
su absorción (y muerte) por éste. Sea cual sea el caso, se trata de la suerte de
cientos de miles, incluso millones, de mexicanos y mexicanas que ya han
despertado a la vida política y cuya situación los empujará a definiciones más
radicales y cuya evolución no se detendrá fácilmente. Nuestra intervención en
este campo es fundamental para fortalecer nuestras filas y presentar nuestra
alternativa socialista, democrática, independiente e
internacionalista. 8) Nuestra crítica al
sectarismo de la Otra Campaña es más evidente y fácil de comprender
ante los sectores que se radicalizan. Más difícil es nuestra intervención en los
movimientos de masas influenciados por AMLO y que integran la CND. Sin embargo,
el carácter masivo de esta corriente de oposición nos permitirá ir encontrando
nichos para influir con nuestra crítica al caudillismo de AMLO, sus métodos
absolutamente antidemocráticos de dirección y su decisión de permanecer fiel a
las instituciones parlamentarias, denunciadas por él mismo innumerables veces.
El enorme río humano que ha convocado, dada la situación de deterioro social que
se agravará más que aliviarse ante las sombrías perspectivas económicas que se
vislumbran en la etapa actual de la globalización, apuntan a que el freno que
constituye la estrategia reformista perredista y/o cenedista será desbordado
tarde que temprano. Más que nunca debemos ser firmes en nuestro enarbolamiento
del programa socialista y al mismo tiempo flexible en nuestra aproximación
táctica con los cientos y miles de trabajadores y pueblo espeso y municipal que
viene de un pasado de ignorancia y prejuicios contra nuestras ideas y
objetivos. 9) La propaganda infatigable por el
programa socialista revolucionaria que hemos venido forjando en los diez años de
movilizaciones con los sectores de vanguardia de masas, que culmina con nuestra
lucha por un gobierno obrero, campesino, indígena y popular, debe añadir la otra
consigna, agitativa y propagandística, clave del momento actual: la de un paro
nacional, que en el proceso deberá convertirse en la de una HUELGA NACIONAL. El
paro nacional (la huelga nacional) será el acto fundacional de la real y
decisiva lucha contra el poder capitalista-imperialista en nuestro país, el acta
de bautizo de millones de trabajadores en su combate por un México nuevo.
Debemos convertirnos en los agitadores y propagandistas infatigables de la
huelga nacional como el instrumento que reclama la orden del día de la lucha de
clases en México. 10) La LUS es un embrión del
partido socialista revolucionario que es necesario construir para garantizar el
triunfo socialista de los grandes combates que están gestándose en las
profundidades de las masas trabajadoras y populares en general. Como un
destacamento conciente y responsable de esta tarea, nuestra vocación unitaria es
fundamental en la construcción de la propia LUS, pero sobre todo de ese partido
que no podrá surgir por la mera agregación de individuos a nuestra organización.
La política de alianzas y posibles unificaciones con otras organizaciones
socialistas, trotskistas o no, debe seguir siendo para nosotros una prioridad
para avanzar en este objetivo esencial. México, 23 de
noviembre de 2006
* Director de la
revista marxista "Umbral", militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS).
Autor de numerosas obras, entre ellas: El bonapartismo mexicano (Juan
Pablos Editor); La Crisis de la izquierda en México (Juan Pablos
Editor); La revolución mexicana contra el PRI (Fontamara). Las
"Diez tesis..." fueron presentadas al Comité Central de la LUS.
Oaxaca: se realizó el congreso constitutivo de la APPO
Hernan Ouviña
(Argentina)
"En esta nueva representación no hay
jerarquías: todos tenemos las mismas obligaciones y derechos, y en todo caso,
para garantizar un mejor cumplimiento de las tareas que le son necesarias al
movimiento, se crearan comisiones internas para cumplir con los objetivos de la
dirección colectiva"
Bajo la consigna "¡todo el poder al
pueblo!", y con la asistencia de más de un millar de delegados de colonias,
comunidades, sindicatos, barricadas, centros de trabajo y de estudio, ejidos, y
organizaciones de base, en el Auditorio del Hotel del Sindicato de Maestros se
llevó a cabo el Congreso Constitutivo de la Asamblea Popular de los Pueblos
(APPO) de Oaxaca. Del 10 al 12 de noviembre, representantes de las siete
regiones que componen el Estado (Valles Centrales, Costa, Cañada, Sierra, Istmo,
Tuxtepec y Mixteca) debatieron en torno a tres ejes de trabajo colectivo:
análisis del contexto internacional, nacional y estatal; crisis de las
instituciones; y la Asamblea Popular de los Pueblos.
Con algunas críticas respecto de la
escasa representación tenida por los jóvenes y activistas de las barricadas, y
teniendo como antecedente la 1ª Asamblea Estatal de los Pueblos de Oaxaca
(celebrada los días 27, 28 y 29 de septiembre de este año), el Congreso tuvo
como uno de sus objetivos prioritarios elaborar una declaración de principios y
dotar de estatutos y de una dirección permanente a la APPO. Marcos Leiva,
integrante de la coordinación colectiva provisional de la Asamblea, expresó en
la inauguración de las mesas de debate: "Hoy el pueblo oaxaqueño nos ha
demostrado que no sólo puede luchar en las barricadas contra las fuerzas
federales. Nos ha enseñado que también puede luchar con pensamiento, con
propuestas, y con un ideario político. Y este congreso es la mejor muestra de
ello: hoy el pueblo de Oaxaca demuestra su capacidad no sólo en la resistencia,
sino también en la creación de un mundo diferente".
El primer día del Congreso, además de
escuchar atentamente los emotivos saludos y mensajes dados por las
organizaciones fraternas, los asistentes recibieron de la comisión provisional
de la APPO un auto-crítico Informe Político sobre lo actuado hasta ese entonces.
Ya por la noche, se destacó la presencia de 250 indígenas chiapanecos
pertenecientes a la Asociación Civil "Las Abejas" (de las comunidades en
resistencia de Acteal), que arribaron en caravana a la ciudad de Oaxaca para
solidarizarse con la causa del pueblo oaxaqueño, exigiendo una paz "justa y
digna".
Durante el segunda día se llevaron a
cabo prolongadas discusiones en el marco de las tres mesas de debate
mencionadas, mientras que en el transcurso de la tercera jornada se generó un
acalorado debate en torno a ciertos puntos controvertidos, que dieron cuenta de
la heterogénea composición de la APPO: frente al intento por parte de algunos
coordinadores de presentar como resumen de la mesa 2 una relatoría que
consideraba "importante que la APPO negocie y vaya ocupando espacios de decisión
y de poder en las instituciones vigentes", afirmando incluso que el ocupar
espacios en el Gobierno estatal y negociar con el Gobierno Federal no implicaba
"una oposición a la búsqueda de transformación profunda", el grueso de los
delegados terminó chiflando y repudiando la propuesta, lo que obligó -tras un
confuso receso- a modificar sustancialmente el documento final, omitiendo la
negociación por puestos gubernamentales y subrayando el carácter irrenunciable
de la salida de Ulises Ruiz Ortiz. Luego de consensuar el resumen general de las
tres mesas de trabajo, que sirvió de base para el documento final del Congreso,
se pasó a discutir los pormenores de la forma de elección y composición del
Consejo Estatal de los Pueblos de Oaxaca, eligiendo por regiones y sectores a
los integrantes de esta nueva instancia de decisión colectiva, bajo el
compromiso de "mandar obedeciendo", y sujetos a la revocabilidad en el cargo
cuando no cumplan con las tareas encomendadas. Nuevas polémicas surgieron
durante las conclusiones, en particular alrededor de si debía aceptarse o no la
militancia partidaria dentro de la APPO. Más allá de ciertos puntos
discordantes, hubo un acuerdo unánime en retomar la experiencia ancestral de los
pueblos indígenas, basada en asambleas comunitarias.
Ya de madrugada, el Congreso resolvió
continuar la resistencia a través de un Plan de Acción a corto, mediano y largo
plazo, que contempla -entre otras formas de presión- el levantamiento de
barricadas y la toma de palacios municipales. El inicio del plan se produjo este
mismo lunes, con una masiva movilización desde la Procuraduría de la Justicia
hacia la Plaza de Santo Domingo, donde integrantes de la APPO realizan desde
hace semanas un "plantón" (acampe).
Al culminar la marcha, Zenón Bravo
Castellanos, miembro del flamante Consejo Estatal, manifestó que "el Consejo
Estatal de la APPO estará compuesto por 260 compañeros y compañeras que
representan a todas y cada una de las regiones. Estamos considerando un esquema
de representación tanto territorial como sectorial. En el están representados
pequeños comerciantes, integrantes del sector estudiantil, trabajadores
transportistas, mujeres, entidades no gubernamentales, comunidades indígenas,
sindicatos, así como organizaciones sociales y políticas". Zenón aclaro que "en
esta nueva representación no hay jerarquías: todos tenemos las mismas
obligaciones y derechos, y en todo caso, para garantizar un mejor cumplimiento
de las tareas que le son necesarias al movimiento, se crearan comisiones
internas para cumplir con los objetivos de la dirección colectiva".
Cabe destacar que, de manera
complementaria al Congreso, durante los días 11 y 12 de noviembre cientos de
estudiantes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca realizaron el
Segundo Encuentro Nacional Juvenil. Distribuidos en talleres, jóvenes de
diferentes estados mexicanos debatieron sobre su situación tanto en las
instituciones educativas como en otros ámbitos de sus vidas, generando un
documento y un plan de lucha que -según manifestaron- llevarán a cabo en las
próximas semanas.
Las guerrillas
mexicanas
Luis Hernández Navarro La Jornada, México,
14-11-06
Los bombazos del 6 de noviembre reabrieron
el debate sobre la existencia de organizaciones armadas en México. La pregunta
central que anima esta discusión es: ¿existen realmente esos grupos o son un
instrumento del gobierno para descalificar movilizaciones sociales legítimas y
justificar una política de mano dura?
El debate deja fuera al Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN), que ha ganado una legitimidad y un estatus legal que no poseen
las otras fuerzas. Se discute, fundamentalmente, sobre las organizaciones menos
conocidas.
Las guerrillas son una realidad en la vida política
nacional. Existen y actúan. Cuentan con armas, campos de entrenamiento,
campamentos y casas de seguridad. Realizan trabajo de masas, y activistas
cercanos a ellas actúan dentro de movimientos sociales. Algunas, incluso, no se
oponen a la participación electoral, sino que, en ciertas circunstancias, la
estimulan.
Las organizaciones armadas de izquierda tienen una larga
historia, anterior aun al movimiento estudiantil-popular de 1968. De su larga
marcha han obtenido una importante experiencia. Sus dirigentes distan de ser
bisoños. El levantamiento zapatista de 1994 les dio aire. Han sobrevivido a las
embestidas de los aparatos represivos del Estado en su contra y a la acción de
los órganos de inteligencia. Saben moverse en la clandestinidad. Algunos de sus
integrantes participaron en antiguos movimientos insurreccionales en América
Latina.
Varias de ellas, con implantación fundamentalmente rural,
han hecho de la autodefensa el centro de su acción. Otras, con mayor
implantación nacional, han efectuado acciones de propaganda armada, explotando
bombas y petardos o bloqueando carreteras.
Las guerrillas mexicanas no practican el terrorismo. El
terrorismo busca inducir el terror en la población civil a través de una serie
de actos violentos para obtener algún fin político o religioso. Las
organizaciones político-militares que actúan en el país no atacan a la población
civil. Enfrentan objetivos militares y destruyen bienes materiales, no atentan
contra la vida de ciudadanos de a pie. Son, sí, grupos subversivos en la medida
en que promueven el derrocamiento del gobierno por medio de la fuerza y la
violencia.
El archipiélago guerrillero mexicano dista de ser
homogéneo. Las distintas islas que lo integran tienen diferencias importantes
entre sí, tanto por los objetivos que buscan como por los medios para
alcanzarlos. Su relación dista de ser pacífica. En los últimos años se han
producido fuertes choques entre algunas de ellas. El asesinato de Miguel Angel
Mesino Mesino, integrante de la Organización Campesina de la Sierra Sur, es
apenas un botón de muestra de la forma en que han enfrentado sus
desavenencias.
El hecho de que las guerrillas hayan sobrevivido más de
40 años en nuestro país es un hecho que no puede soslayarse. Por un lado muestra
cierta ineficiencia de los servicios de inteligencia. Por otro, evidencia que en
la vida política y en la cultura nacional existen causas objetivas que permiten
su reproducción.
¿Cuáles son esas causas? Una enorme franja de la
población mexicana ha sido excluida de los beneficios del desarrollo y no cuenta
con representación política real. Los agravios del poder hacia la gente sencilla
son mucho más profundos e hirientes de lo que los medios electrónicos difunden.
Las genuinas aspiraciones de movilidad social y de transformación de las
instituciones se encuentran mucho más bloqueadas de lo que las elites reconocen.
Los fraudes electorales son más recurrentes de lo que se acepta. La violencia y
corrupción con la que se comportan los cuerpos policiacos y el sistema de
procuración de justicia crean para quienes las padecen situaciones exasperantes
y de enorme escepticismo hacia la ley.
La existencia de guerrillas no supone un desafío
constante al Estado mexicano, de manera que no son pocos los gobernadores que
encontraron en el pasado la forma de coexistir con ellas sin excesivos
sobresaltos. Sin embargo, su capacidad para descarrilar procesos políticos no
puede ser puesta en duda.
Esas organizaciones político-militares nada tienen que
ver con la revolución bolivariana ni con Hugo Chávez ni con otros gobiernos de
América Latina. Responden a la realidad del país, no a los intereses
diplomáticos de otras naciones. Son resultado de procesos endógenos.
En contra de lo que usualmente se cree, conocer los
hechos centrales sobre ellas no es labor imposible. El investigador Jorge
Lofredo ha efectuado un minucioso trabajo de reporteo, análisis, documentación y
difusión de sus actividades. Sus escritos muestran qué tan trasnochados andan
algunos funcionarios públicos al hacer declaraciones sobre estos grupos.
Desde la izquierda se ha optado por descalificar las
acciones guerrilleras presentándolas como actos de provocación efectuados por
agentes gubernamentales. En lugar de explicar lo contraproducente que para el
movimiento transformador del país resulta el uso de la violencia armada en
momentos en que hay un extraordinario proceso de resistencias sociales, se le
quiere desautorizar haciéndolos pasar como infiltrados.
Es evidente que los bombazos del 6 de noviembre no
sirvieron en nada al movimiento oaxaqueño y, por el contrario, lo perjudicaron.
Fueron una acción vanguardista, autoritaria y provocadora. No educaron a nadie
en las supuestas virtudes de la violencia revolucionaria. Tampoco abrieron
espacios a la lucha democrática. Sin embargo, quienes pusieron los explosivos no
son guerrilleros manipulados por el Estado.
Las guerrillas están aquí. No se han ido nunca a lo largo
de nuestra historia reciente. Sin embargo, la represión gubernamental en Lázaro
Cárdenas-Las Truchas, Atenco y Oaxaca, y el fraude electoral contra Andrés
Manuel López Obrador, les han dado un aire y un impulso insospechado. Más vale
que nos acostumbremos a oír de ellas.
Oaxaca,
soledad en llamas
Adolfo Gilly
La Jornada, México, 30-10-06
El conjunto de organizaciones políticas y sindicales
institucionales, pese a sus diferencias entre sí, en la hora de la prueba están
dejando a Oaxaca en la soledad. Nada de las grandes manifestaciones que salieron
a detener la guerra contra el zapatismo en 1994, ni siquiera de las que se
alzaron contra la masacre de Acteal. La rutina electoral, es decir, la lógica de
las instituciones existentes, así sea para vituperarlas de labios para afuera,
los ha ganado a todos. Declaraciones hay, protestas también, pero de movilizar
fuerzas como pudieron hacer muy poco ha en la disputa electoral, nada.
El PRD está absorbido por la disputa parlamentaria. En el
Congreso pidió desaparición de poderes y juicio político. Si no se pudo, ni
modo, ya salvamos nuestro honor y nos vamos de puente. Los gobernadores elegidos
por el PRD, todos, incluido el del Distrito Federal, firmaron en la Conago junto
a Ulises Ruiz. La CND, motivo de tantas ilusiones y encandilamientos, ha
demostrado su inexistencia a todos los efectos prácticos, salvo la recolección
de votos y la disputa por ellos.
El viejo pacto entre el PAN y el PRI, movilizado ahora en
defensa de Ulises Ruiz y contra el pueblo oaxaqueño, ya lleva 15 muertos en
Oaxaca para sostener a un gobernador repudiado y oponerse a un legítimo
movimiento social del pueblo oaxaqueño. Ahora han metido a la PFP y a elementos
militares disfrazados de PFP, una muestra más de su impotencia y descrédito para
alcanzar soluciones políticas, como en cambio solían lograrlo en el pasado.
El pacto PRI-PAN no es una novedad. Viene desde la
fundación del PAN en 1939, como heredero legal del sinarquismo y voz política de
la jerarquía eclesiástica y de los conservadores mexicanos. Nunca dejó de
funcionar en los momentos cruciales: en la represión a la huelga ferrocarrilera
de 1959, el movimiento estudiantil popular de 1968, la guerra sucia de los años
70, la restructuración neoliberal desde 1982, el fraude de 1988 (con su secuela
de cientos de muertos del PRD y otros, porque la resistencia entonces no fue
juego), la quema de las actas en 1991, la liquidación de los artículos 27 y 130
constitucionales, la firma del TLCAN, la represión en Chiapas desde 1994, la
ruptura de los acuerdos de San Andrés y el voto contra la ley Cocopa, el
Fobaproa, el pacto de bufones donde 360 diputados de ambos partidos votaron
unidos el imposible desafuero de López Obrador, la negativa a que se verificara
el resultado electoral de 2006 en un nuevo conteo de los votos. La lista es
interminable y no registra fallas importantes.
Hoy el PRD con sus dos máscaras, la institucional llamada
Frente Amplio Progresista y la parainstitucional llamada Convención Nacional
Democrática, no quiere ni puede movilizar, en defensa de Oaxaca y contra la
represión del gobierno federal, a las fuerzas populares que apenas en septiembre
reunió en el Zócalo contra el fraude electoral. Por fortuna La Jornada y varios
otros medios (uno de ellos, Indymedia, ya pagó con la vida de uno de sus
reporteros), así como incontables voces individuales, mantienen la información,
la protesta y la indignación (¡salud, Blanche, siempre en el lugar!). Pero su
tarea no es, no puede ser, organizar la movilización. Ella corresponde a quienes
tuvieron en julio 15 millones de votos y cuentan, como entonces se vio, con el
aparato adecuado. Pero por este lado, nada. Repiten con Oaxaca lo mismo que
hicieron con la represión sobre Atenco, que ya anunciaba cuáles serían los
métodos en adelante.
La carta de Andrés Manuel López Obrador, publicada el
domingo 29 de octubre en La Jornada, no es aceptable. Se limita a denunciar la
acción policial, el pacto entre el PAN y el PRI y el gobierno "siniestro y
represor" de Ulises Ruiz. Declara que la renuncia de éste es la única solución
posible y recuerda que en la elección de julio pasado la mayoría de los
oaxaqueños votó por su candidatura. Es todo.
La secuela de estas constataciones puede suponerse que
sería llamar a una gran movilización en el Distrito Federal y en otros lugares
de la República en defensa del movimiento oaxaqueño, contra los asesinatos de
los paramilitares de Ulises Ruiz y contra la represión del gobierno federal. Un
llamado así, viniendo de quien tuvo 15 millones de votos, llenaría a desbordar
el Zócalo y otras muchas plazas de la República. Una mera denuncia tardía y nada
más, como es el contenido de aquella carta, no sirve para nada.
Cuando escribo estas líneas, Oaxaca está siendo ocupada
por las fuerzas federales que el gobierno del PAN ha lanzado en defensa de un
gobernador asesino del PRI. Hoy hay dos muertos más. No pido a los dirigentes de
la CND que movilicen sus fuerzas en las plazas y los centros de trabajo y
estudio de la República, primero porque no lo harán, segundo porque tampoco
disponen de ellas. Tampoco lo pido al jefe de la oposición, Andrés Manuel López
Obrador, porque su carta dice que tampoco tiene intención de hacerlo.
Ante la indignación y el pasmo del pueblo mexicano, que
contempla atónito como una vez más las fuerzas represivas del gobierno federal
atacan a un movimiento popular masivo y legítimo y tratan de acorralarlo y
empujarlo a los extremos y a los desmanes; y ante la protesta, las denuncias y
las movilizaciones de organizaciones populares, de derechos humanos y otras, que
hoy por hoy no disponen de fuerzas mayores, el silencio y la pasividad de las
grandes organizaciones deja a Oaxaca librada a sus propias fuerzas, a su coraje,
a su capacidad de maniobra y a su propio y antiguo entramado organizativo.
Como en el verso inolvidable del poeta de Muerte sin fin,
Oaxaca es hoy la "soledad en llamas". El pueblo-pueblo de Oaxaca podrá salir de
esta prueba golpeado, pero posiblemente más organizado. Los recolectores de
votos, por su parte, ya tendrán ocasión de recordar otros versos: "Arrieros
somos y en el camino andamos / y cada quien tendrá su merecido".
--oOo--
Andalucia Libre es Andalucia
Laica
POR UN SISTEMA ANDALUZ DE ENSEÑANZA , LAICO,
PUBLICO, NACIONAL.
NINGÚN PRIVILEGIO LEGAL NI FISCAL PARA LAS ENTIDADES
RELIGIOSAS.
POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES Y LOS HOMOSEXUALES:
TOLERANCIA CERO A TODAS LAS INTROMISIONES
CLERICALES
¿Inquisiciones,
Teocracias, Integrismos...?. NUNCA MÁS
Música de
fondo: Canción con todos, Mercedes
Sosa
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