EL TERRIBLE CASTIGO
por Ray C. Stedman
Marcos 15 nos trae al relato de la crucifixión. Debido a lo sagrado de este
incidente, detengámonos por un momento y orar juntos antes de examinar este
pasaje.
Oración
Padre nuestro, te pedimos que tu Espíritu Santo tome
esta escena, que vamos a examinar esta mañana, y que la
grabe profundamente en nuestros corazones y en nuestras
mentes, y que podamos entender algo acerca de las
maravillosas implicaciones que tiene. Sabemos que no
estamos examinando sencillamente el martirio de un hombre
de elevados ideales, sino que estamos ante el pago de un
rescate por el pecado. Te pedimos en oración que lo podamos entender y que los
ojos del corazón puedan iluminarse a fin de que podamos
captar la verdad tal y como se aplica a cada uno de
nosotros. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, amen.
El relato de Marcos sobre la crucifixión es ligeramente diferente al de los
otros escritores de los evangelios. Marcos se deja algunas cosas que los
otros escritores incluyen. Por ejemplo, incluye solo una frase pronunciada
por Jesús de las siete palabras que pronunció estando en la cruz. De hecho,
la descripción en sí de las acciones y las palabras de Jesús, que nos
cuenta Marcos se limitan a tres breves pasajes en este relato. La primera de
ellas la encontramos en el versículo 22:
"Y le llevaron al lugar llamado Gólgota, que traducido
es lugar de la calavera."
Muchos de nosotros que hemos estado en Jerusalén sabemos que justo fuera de
la puerta de Damasco, en la muralla norte de la ciudad, se encuentra un
montículo que tiene el aspecto de una calavera y muchos creen que ese es el
lugar donde fue crucificado Jesús. Tiene el aspecto de una calavera y, por lo
tanto, en hebreo se le llamaba "golgota, que quiere decir calavera. Entonces
Marcos nos dice:
"Le dieron vino mezclado con mirra, pero él no lo
tomó."
Ese es el débil esfuerzo realizado por el hombre por aliviar el sufrimiento
de la cruz, "pero él no lo tomó. Entonces Marcos nos dice con unas breves
palabras, "y le crucificaron.
Los escritores del evangelio muestran una gran reserva en lo que se refiere
a describir la crucifixión. Ninguno de ellos describe cómo le clavan o la
agonía que debió mostrar Jesús en aquellos momentos, sencillamente lo
expresan mediante palabras muy escuetas diciendo "y le crucificaron. Marcos
se salta prácticamente las tres primeras horas que estuvo clavado en la cruz
hasta la hora novena en la que Jesús grita (versículo 33):
"Cuando llegó la hora sexta, descendió oscuridad sobre
toda la tierra, hasta la hora novena. Y en la hora novena
Jesús exclamó a gran voz: --¡Eloi, Eloi! ¿Lama sabactani?,
que traducido quiere decir, Dios mìo, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado?"
El tercer y final pasaje que describe Marcos es el que se encuentra en el
versículo 37:
"Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró. Y el velo
del templo se rasgó en dos, de arriba abajo."
El resto de la historia que cuenta Marcos se centra en las personas que se
reunieron alrededor de la cruz. La visión que nos ofrece Marcos no es la de
las personas que estaban allí reunidas mirando a Jesús, sino mas bien la
vista desde la cruz misma, contemplando a la multitud. Reunidos al pie de la
cruz había un gran número de personas, o grupos de personas, que trae ante
nosotros para que podamos ver la reacción de estas personas ante la crucifixión
de nuestro Señor.
Está perfectamente claro que Marcos lo que pretende es presentar un
contraste entre la obra inescrutable de Dios y las maneras de hacer las cosas
y de pensar de los hombres. Lo que nos está diciendo claramente es que este
acontecimiento es infinito. Si a Jesús le crucificasen hoy en Palo Alto
(California), las mismas personas estarían reunidas alrededor de la cruz;
los personajes permanecerían los mismos. Poco importa el tiempo o la época de
la escena del Calvario representada para nosotros, siempre nos encontraríamos
con estas actitudes. Creo que ese es el propósito con que Marcos describe con
todo cuidado a los que estaban reunidos alrededor de la cruz.
La primera descripción de uno de estos personajes es la que nos encontramos
en el versículo 21, donde Marcos describe un incidente que sucedió cuando
Jesús iba de camino a la cruz. A los soldados romanos les han dado orden de
que se lleven a Jesús y le crucifiquen. De camino desde donde tenía su sala
de juicios Pilato, al pasar por la Via Dolorosa, el "camino del sufrimiento,
pasando por las calles de Jerusalén, Jesús tropieza y se cae. La segunda vez
que tropieza, los soldados romanos agarran a un extraño de entre la multitud
y le obligan a llevar la cruz de Jesús. El versículo 21 dice:
"Obligaron a uno que pasaba viniendo del campo, a un
cierto Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, a
que cargara la cruz de Jesús."
Si tiene usted la más mínima imaginación, podrá imaginarse fácilmente los
sentimientos y las actitudes de Simón al verse tan groseramente interrumpido
en lo que tenía planeado hacer aquel día. Era de la región de Cirene, del
norte de Africa, y había venido a Jerusalén para celebrar la fiesta de la
pascua. Venía de su alojamiento en las afueras de la ciudad y no tenía ni idea
de que iba a suceder aquel extraño acontecimiento, pero al observar a Jesús
dar un traspie bajo el peso de la cruz, Simón fue de repente agarrado por los
soldados y obligado a llevar la cruz. Es evidente que debió de sentirse
enfadado por semejante interrupción. Sin duda, su actitud debió de ser una de
participación forzada. Marcos nos indica que esa es una actitud corriente
que muestran muchos actualmente con respecto a Dios y las cosas de Dios y
especialmente en relación con la cruz.
Hay muchas personas en la actualdiad que se sienten resentidas con Dios por
cambiar sus planes, por interrumpir lo que ellos habían planeado llevar a
cabo. Yo mismo me he sentido de esa manera y usted también. Nos molesta
cuando alguna circunstancia sobre la que no tenemos ningún control de repente
cambia nuestros planes, en especial si implica dolor y sufrimiento. Esa fue
la actitud de Simón de Cirene al llevar la cruz de Jesús.
Existe en las Escrituras mucha evidencia en el sentido de que este suceso
tuvo un gran efecto en la vida de Simón. En el libro de Hechos hay una
insinuación de que estaba allí en el Día de Pentecostés y que es muy posible
que se hiciese cristiano como resultado de aquella repentina interrupción de
sus planes. Marcos nos indica claramente que Simón era el padre de
Alejandro y de Rufo, que son bien conocidos para los creyentes gentiles a los
que les está escribiendo Marcos. Si lee usted lo que dice en la epístola de
Pablo a los romanos, el capítulo 16, verá usted que menciona a un tal Rufo,
con el cual estaba intimamente relacionado y cuya madre había sido muy amable
con Pablo. Es evidente que se trata del mismo Rufo. Pero en este caso, Marcos
se limita a destacar la actitud de Simón, que tiene que participar
involuntariamente en la crucifixión de Jesús.
Reunidos al pie de la cruz estaban los soldados que habían crucificado a
Jesús, aquellos duros soldados romanos que posiblemente habrían crucificado
ya a montones de personas. Aquella era una época de gran inquietud y de
desasosiego en la tierra de Israel y durante esa misma época hubo otros que
fueron crucificados y sin duda aquellos soldados debían de tener
mucha experiencia en lo que se refiere a crucificar porque cuando acabaron su
trabajo y Jesús colgaba de la cruz, estos soldados endurecidos sacaron unos
dados y comenzaron a jugar a los dados al pie de la cruz. A nosotros nos
resulta extraño que ningun hombre pudiera contemplar a Jesús muriéndose y que
se portase de ese modo, pero se trata de hombres que estaban mas
interesados en ganarse un dinero de lo que lo estaban en la sangre de Jesús.
Marcos nos indica que en todas las época ha habido personas a las que no les
ha importado para nada el significado de la muerte de Cristo y a las que lo
único que les interesa es ganarse rápidamente un dinero. estos soldados serán
siempre un ejemplo de las personas endurecidas e insensibles que no tienen
el más mínimo interés en la historia de la cruz, que se encogen de hombros
con una gran indiferencia ante cualquier persona que quiera llamar su
atención a lo que realmente estaba sucediendo en aquella escena y vuelven
sencillamente a su costumbre de aferrarse al dinero.
También están relacionados con la cruz los ladrones que estraban
crucificados junto a Jesús (versículo 27):
"Y con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha
y el otro a su izquierda."
Y mas adelante, Marcos añade en el versículo 32:
También los que estaban crucificados con él le injuriaban.
Aquí tenemos el caso de dos hombres que habían sido arrestados por su
campaña de terror y de violencia y que eran revolucionarios profesionales.
Eran jóvenes que estaban furiosos, que vivían practicando la filosofía
"conseguir lo que uno quiera de cualquier forma que se pueda lograr, sin
importar quién salga perjudicado en el proceso. Estos dos consideraban a
Jesús como si hubiera sido la misma clase de hombre y pagaron sus
frustraciones con él, injuriándole porque no les podía ayudar más de lo que
ellos le podían ayudar a él.
Hace solo una semana estaba leyendo una entrevista que le han hecho a
Lynette Fromme, la muchacha que intentó dispararle al Presidente Ford en
Sacramento hace algunas semanas y que ha sido miembro de la familia Manson.
Le dijo a la persona que la estaba entrevistando que lo que la atrajo de
Charles Manson fue que cuando vino a hablarle, le dijo que su
filosofía consistía en "conseguir lo que uno quiere cuando lo desea porque
ese es un derecho inspirado por Dios.Esa es una filosofía que está
actualmente muy extendida y no hay duda alguna de que si Jesús volviese a ser
crucificado de nuevo aquí en Palo Alto, habría representantes de
esta filosofía alrededor, que se burlarían de él y le injuriarían como lo
hicieron los dos ladrones.
Marcos no nos dice lo que le sucedió a uno de estos dos hombres. Otros
escritores de los evangelios nos informan que el otro estaba contemplando
todo lo que sucedía y que se arrepintió del abuso que había cometido con
Jesús. Dijo: "nosotros a la verdad padecemos con razón, porque estamos
recibiendo lo que merecieron nuestros hechos, pero éste no hizo ningún mal.
Una de las cosas más hermosas acerca del relato de la crucifixión es que antes
de que Jesús emitiese su último aliento, este hombre, viendo todo lo que
había sucedido, se dio cuenta de repente, en un momento de verdad, que Jesús
era realmente un rey que estaba entrando en un reino en el que tenía un gran
poder y autoridad. Este hombre, que había sido un ladrón, se colocó bajo la
misericordia de Jesús y clamó con una gran voz, cuyo eco se ha
venido escuchando a lo largo de los siglos: "Jesús, acuérdate de mi cuando
vengas en tu reino.
En el versículo 29, Marcos que hubo algunos viandantes que se detuvieron
junto a la cruz mientras Jesús estaba colgado de ella:
"Y los que pasaban le insultaban, meneando sus cabezas y
diciendo: --¡Ah! Tú que derribas el templo y lo edificas
en tres días, ¡sálvate a ti mismo y desciende de la
cruz!"
No eran más que espectadores, pero al ver a Jesús se acordaron de que él
había sido el que había hecho aquellas grandes declaraciones y le dijeron:
"oye, te han cogido ¿verdad? Has ido demasiado lejos. Te iba viendo enseñando
a las gentes, pero cuando empezaste a hacer esas ridículas declaraciones,
diciendo que podías derrumbar el templo y reconstruirlo de nuevo
has conseguido que hiciesen contigo lo que te merecías. Fíjese que Marcos
muestra la burla por medio de esta frase "meneando sus cabezas y diciendo:
--¡Ah! Te han cogido. Encima le insultaron.
En nuestros días hay muchas personas que sienten de la misma manera; aquí
mismo, en Palo Alto, hay un grupo de personas que le dan una gran importancia
a las enseñanzas de Jesús. Hacen propaganda acerca de sí mismos como personas
que siguen a un gran maestro y dirigente moral y están extendiendo la idea de
que las enseñanzas de Jesús tienen como fin bendecir al hombre, pero cuando
estas personas leen en las Escrituras las afirmaciones hechas por Jesús,
en el sentido de que es mucho mas que un hombre, cuando ven que afirmó ser
sobrenatural o que dijo "soy el Hijo de Dios o "soy el único camino al Padre
no lo pueden aceptar. No pueden realmente aceptar esa clase de afirmación y
la arrancan de sus Biblias. Marcos deja perfectamente claro que considerar a
Jesús de ese modo es algo totalmente equivocado y se queda corto en cuanto a
reconocer y aceptar lo que Dios quiere que vean en él.
En los versículos 31 y 32, Marcos describe también a los sacerdotes que se
encontraban junto a la cruz.
"De igual manera, burlándose de él entre ellos mismos,
los principales sacerdotes junto con los escribas decían:
--A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. ¡Que el
Cristo, el rey de Israel, descienda ahora de la cruz para que veamos y
creamos!"
Estos sumo sacerdotes se habían mostrado con anterioridad muy asustados de
Jesús, pero en esos momentos se mostraban arrogantes. Antes se habían sentido
amenazados por él, dándose cuenta de que podía guiar y dirigir a las
multitudes y bendecirlas de maneras que los propios sacerdotes eran incapaces
de hacer, por lo que tenían celos de Jesús y estaban furiosos con él
y consiguieron que fuese condenado a muerte. Había llegado el momento de
aquellos hombres y estaban alrededor de la cruz, burlándose de él y mostrando
su satisfacción por la impotencia del Señor, arremetiendo contra él con estas
palabras "desciende ahora de la cruz, sálvate a ti mismo como salvastes a
otros, pero a ti mismo no te puedes salvar. Si tan solo desciendes de
la cruz, veremos y creeremos. En la actualidad hay muchos dirigentes
religiosos que usan el nombre del Cristianismo, pero dicen que pueden aceptar
todo acerca del cristianismo menos la cruz. Si tan solo Jesús abandonase la
cruz, se tragarían el resto. No les gusta la cruz por causa de la violencia y
la sangre. Si alguna vez escucha usted la predicación de un evangelio que
no tenga como tema central la cruz de Jesucristo, estará usted escuchando a
lo que Pablo llamó "otro evangelio, que es anatema a Dios. La cruz es el
corazón mismo de las buenas nuevas de Jesucristo.
Había otro individuo junto a la cruz interesado en todo lo que estaba
sucediendo. No se nos dice cómo se llamaba, solo que era uno de los
espectadores, pero aparece en escena cuando Jesús clama a Dios en los
versículos 35 y 36.
"Al oírle, algunos de los que estaban allí decían: --He
aquí, llama a Elías. Corrió uno y empapó una esponja en
vinagre, la puso en una caña y le dio a beber diciendo:
--Dejad, veamos si viene Elías a bajarle."
A primera vista, da la impresión de que aquel hombre se había sentido
movido por la misericordia que sentía por Jesús. Corre a buscar el vinagre,
una anestesia que adormece el dolor causado por el sufrimiento, y empapa una
esponja con él, acercándoselo a los labios de Jesús. Parece como si intentase
aliviar su sufrimiento y ofrecerle un poco de alivio a su dolor, pero si nos
fijamos detenidamente en el relato de Marcos, nos damos cuenta de que ese no
fue ni mucho menos el motivo. Lo hizo para ver si sucedía algo emocionante y
no es la compasión lo que le motiva, sino la curiosidad.
En ocasiones leemos en los períodicos acerca de algún hombre que se ha
arrastrado por una cornisa de un edificio, sobre una de las calles de la
ciudad, y está a punto de suicidarse. Abajo se reune una multitud para
observarle. Tal vez se quede allí sentado, indeciso durante unos momentos,
incluso durante horas, pero la multitud se queda allí parada con la intención de
ver cuándo saltará. Al demorar su decisión, la multitud se muestra impaciente
y hasta algunos le gritan: "salta, ¿qué te pasa? Eso indica el deseo que
sienten actualmente las personas de buscar algo emocionante, intentando ver
sus propias pasiones momentaneas satisfechas al precio de una vida humana. El
hombre que está junto a la cruz está diciendo "demoremos esta muerte. Le dio
a Jesús la esponja para que no se muriese tan rápidamente. "Esperad dice,
"veamos si viene Elías a bajarle.Creo que de entre todos los que estaban
reunidos alrededor de la cruz de Cristo, no hay incidente más característico
de nuestra propia época que el de aquel hombre, que lo que busca es la
emoción y su propio placer.
En ese momento, Jesús muere. Clama con una gran voz y exhala su última
aliento. Marcos nos ofrece aún tres relatos mas acerca de las personas que
están reunidas alrededor de la cruz, pero estas personas son de una
naturaleza diferente. Después de la muerte de Jesús, no se menciona para nada
que hubiera personas que se siguiesen burlando de él, que le vituperasen o que
se metiesen con él. Las personas a las que se describe a continuación son
personas que le querían y que le admiraban. La primera, se encuentra en el
versículo 39 y es el centurión que era responsable del equipo de la
crucifixión.
"El centurión que estaba de pie delante de él, cuando
vio que había muerto de esta manera, dijo:
--¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!"
El centurión era un pagano, un hombre que seguramente creería en muchos
dioses, pero la cruz le hace sentir la sobriedad de la realidad que estaba
contemplando, dándose cuenta de que no se trataba de ninguna broma después de
todo, que se había cometido una espantosa equivocación al crucificar a aquel
hombre. Ve que Jesús es verdaderamente un personaje real, el Hijo de Dios, y
este centurión, posiblemente acostumbrado a hacer acto de presencia ante la
realeza, de repente se da cuenta de la verdadera personalidad de Jesús.
Fíjese que habla en pasado, este hombre era Hijo de Dios. No hay esperanza
alguna aquí, no entiende que puede haber ayuda para él en el proceso. Creo
que esto es representativo de muchas personas en nuestros días. Muchas
personas entienden que Dios está obrando por medio de la muerte de Jesús,
entienden que se están poniendo en movimiento extrañas y poderosas fuerzas en
este acontecimiento totalmente extraordinario. Entienden que era algo mas que
un hombre, pero no llegan más allá de esto. Se sienten impresionados por la
cruz y por la personalidad de Jesús, pero nunca se convierte en algo personal
y no llegan nunca al fondo del valor que tiene esa muerte.
En el versículo 40, Marcos describe a una gran multitud de mujeres que
están reunidas alrededor de la cruz.
"También estaban allí algunas mujeres, mirando desde
lejos. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María
la madre de Jacobo el Menor y de José y Salomé. Cuando
Jesús estaba en Galilea, estas le seguían y le servían. También
había muchas otras que habían subido con él a
Jerusalén."
¿No resulta extraño que se reuniese esa multitud de mujeres alrededor de la
cruz? ¿Dónde estaban los hombres? ¿Dónde estaban Jacobo, Juan y Pedro, con
toda su bravuconería en aquella hora? El Evangelio de Juan nos dice que Juan
estuvo allí, había estado allí con María, la madre de Jesús, y estuvieron al
pie de la cruz. Durante aquellas primeras tres horas, Jesús había encontrado
tiempo en medio de su sufrimiento para entregar a su madre al cuidado
de Juan, el discípulo, pero es evidente que Juan se ha marchado ya. Se había
llevado a María, y todo lo que quedaba alrededor de la cruz era la multitud
de mujeres. Las mujeres habían sido las primeras en amar a Jesús y habían
sido las últimas en dejar de amarle. Eso nos dice algo precioso que creo que
es verdaderamente característico de las mujeres.
¿Son los hombres y las mujeres sencillamente seres humanos que se parecen
mucho en el fondo, pero que sencillamente vienen en dos modelos diferentes?
Esa es una importante pregunta en la actualidad y creo que la escena
alrededor de la cruz nos ofrece una respuesta parcial. Sí, existe una
diferencia. La rigurosa revelación de la luz diáfana de la cruz pone de
manifiesto exactamente lo que está sucediendo en los corazones humanos.
Revela que las mujeres, que son las primeras en amar, que reaccionan
fácilmente desde el punto de vista emocional, también son capaces de
conseguir que su amor dure mas. Este es un maravilloso tributo a la feminidad.
Aquellas mujeres no se reunen alrededor de la cruz con esperanza, sino que
lo hacen con una total falta de esperanza. Es una escena de una entrega
totalmente carente de esperanza. Fueron las mujeres las que permanecieron con
Jesús y las que habían intentado atender a las necesidades de su cuerpo ya
muerto, trayendo las especias para ungirle. Los hombres se habían marchado.
Hay muchos hoy en día que creen en Dios, creen en lo que dicen las Escrituras,
creen que Dios está ahí y que está obrando, hasta que llega el momento de la
crisis en su propia vida y entonces desaparece su esperanza. Realmente no
tienen la menor esperanza de que Dios pueda obrar en su momento de
desesperación. Mientras permanece su amor, se han desvanecido su esperanza y
su fe. Su fe sigue siendo fuerte mientras todo sale bien, pero cuando todo se
viene abajo, siguen amando, pero su fe ha desaparecido.
Marcos nos cuenta una escena final en los versículos 42 a 47:
"Cuando ya atardecía, siendo el día de la Preparación,
es decir, la víspera del sábado, llegó José de Arimatea,
miembro ilustre del concilio, quien también esperaba el
reino de Dios, y entró osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato
se sorprendió de que ya hubiese muerto. Y llamando al
centurión, le preguntó si ya había muerto. Una vez
informado por el centurión, concedió el cuerpo a José.
Comprando una sábana y bajándole de la cruz, José lo
envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que había
sido cavado en una peña. Luego hizo rodar una piedra a la
entrada del sepulcro. María Magdalena y María la madre de
José miraban dónde le ponían."
Aquí tenemos a José de Arimatea, un discípulo secreto, un miembro rico del
Sanhedrín de Jerusalén, que estaba buscando el reino de Dios. Se sentía
atraido por Jesús, pero le daba miedo hacerlo abiertamente. En todo el relato
que tenemos acerca del juicio de Jesús, no hay el menor rastro de la
existencia de José. No levanta su voz en el tribunal en el que hizo acto
de presencia Jesús ante el Sanhedrín. Pero después de la muerte del Señor,
cuando el cuerpo colgaba muerto del madero, Marcos dice que José se armó de
valor y finalmente se puso en pie para ser contado.
Muchos de nosotros somos así. Estamos dispuestos a seguir con nuestro
cristianismo hasta que nos mete en problemas o hasta que se convierte en una
amenaza. Entonces nos resistimos y nos escondemos durante mucho tiempo, pero
cuando ha pasado el peligro, nos ponemos en pie y decimos: "sí, yo también
estoy con él. Gracias a Dios por José, que por fin encontró el
valor necesario como para defender aquello en lo que creía.
Ahí tenemos los corazones de las personas alrededor de la cruz,
descubiertos de toda pretensión y encubrimiento. La cruz sirve siempre para
eliminar cualquier hipocresía y nos deja completamente desnudos ante Dios. En
medio de todo esto, Marcos hace una lista de estos destacados
acontecimientos. En primer lugar, la ciudad aclama a nuestro Señor durante las
tres últimas horas, cuando una misteriosa y extraña oscuridad cubre toda la
faz de la tierra. De esa oscuridad surgió lo que se ha denominado "el grito
de orfandad de Emmanuel: "¿Eloi, Eloi, lama sabactani, Dios mío, Dios mío,
por qué me has desamparado? En segundo lugar, casi inmediatamente después de
clamar Jesús a gran voz, Jesús entrega su espíritu, no se muere, sino que
entrega su espíritu. No fue muerto, entregó su espíritu, siendo obediente hasta
la muerte. Finalmente, a una media milla de distancia del patio del templo,
dentro del recinto sagrado del lugar santo, el enorme velo, que separa el
lugar santísimo en el cual solo le estaba permitida la entrada una vez al año
al sumo sacerdote, ese gran velo se rasga de arriba abajo. Una mano invisible
lo ha partido y lo ha abierto de par en par, dejando al descubierto el lugar
santísimo a la vista de los sacerdotes.
Tal vez uno de los sacerdotes le contó a Marcos lo que pasó con el velo,
pero en lo que se refiere a una escena dramática en la historia no hay otra
igual. El grito que retumbó en la oscuridad de la cruz, el que Jesús entregue
su espíritu, y el que se rasguase el velo del templo, son cosas que Marcos
menciona en orden, a fin de que podamos entender lo que significaron aquellos
sucesos. Al escucharse el grito de Jesús "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado? muchos entre la multitud debieron de reconocer que eran las
palabras con las que comenzaba el salmo 22. Si quiere usted tener una idea
más exacta de los antecedentes y del ambiente lease el salmo entero. No hay
explicación adecuada en cuanto a la pregunta que hace Jesús, solamente decir
lo que nos dicen exactamente las Escrituras, especialmente en 2ª de Corintios
5:21 donde Pablo nos dice:
"Al que no conoció pecado, por nosotros Dios le hizo
pecado, para que nosotros fuesemos hechos justicia de Dios
en él. No creo que sea posible que ninguno de nosotros
podamos ni siquiera remotamente empezar a comprender la agonía que
hizo que se arrancase de labios de Jesús aquel terrible
grito. Si nos podemos imaginar a una muchacha joven y
preciosa, a una vírgen inocente, que está siendo violada por
un hombre de horrible aspecto, violento y el horror que
debe de sentir la muchacha en ese momento, ni siquiera nos
acercamos a lo que debió de pasar por el alma de Jesús al
hacerse pecado por nosotros. Usted dirá: "no lo entiendo. Pues, somos muchos
los que sentimos lo mismo. Yo no puedo explicarle nada mas
acerca de estos acontecimientos.
Entonces se oye el grito cuando entrega el espíritu y se rasga el velo.
¿Por qué se rasgó el velo en dos? Era la manera dramática de decir Dios que a
lo largo de todos los tiempos y para todas las gentes el corazón de Dios está
totalmente abierto. Dios no está planeando una venganza. Todos aquellos que
se reunieron alrededor de la cruz con odio y malicia en contra de Jesús,
a cada uno de ellos se les da la bienvenida para que regresen. Eso es lo que
significa el velo rasgado. El precio ha sido pagado a favor de las personas
llenas de odio, de crueldad, de ignorancia, de egoismo, de los que solo
buscan insensatamente una emoción. El camino ha quedado despejado y Dios está
esperando restaurar a los que carecen de esperanza, a los impotentes, a los
temerosos.
Cuando yo no era mas que un cristiano joven, de poco mas de veinte años,
leí un mensaje de D.L. Moody que no he olvidado jamás. Era la descripción
imaginativa del gran evangelista sobre lo que sucedió después de que Jesús se
levantase de los muertos. Moody dice que reunió a sus discípulos en Jerusalén
y les dijo: "Hombres, quiero que vayais y que busqueis a los sacerdotes que
se burlaron de mi, que me dijeron en la cara "a otros salvo, a sí mismo no
puede salvarse., Explicadles que si yo me hubiera salvado a mi mismo, ellos
serían hombres condenados, pero decidles que ahora el camino está abierto por
completo. El libro de los Hechos dice que al predicar Pedro y los otros
discípulos en Jerusalén "inclusive un gran número de sacerdotes obedecía a la
fe.
Moody dice que Jesús les dijo a los discípulos: "id y buscad a los soldados
que echaron suertes sobre mis ropas, por mi túnica sin costuras y decidles
que les espera un mayor tesoro si vienen a mi. No tendrán una túnica sin
costuras, pero sí un corazón sin mancha y toda su culpa será lavada, toda su
insensible crueldad será perdonada si vienen. Hallad al centurión que metió
su espada en mi costado y decidle que hay una manera mejor de acercarse a mi
corazón si viene, como un pecador que necesita recibir perdón.
En esta preciosa escena del velo que se rasga en el momento de la muerte de
Jesús, Dios nos está diciendo que el camino hacia él ha quedado despejado, a
pesar de las actitudes que con tanta frecuencia tenemos con respecto a él.
Como expresó Charles Wesley en su himno:
¡Todo ello es un misterio! ¡Muere el inmortal! ¿Quién podrá investigar sus
extraños designios? ¡En vano intenta el primer serafin nacido hallar las
profundidades del amor divino! ¡Todo es misericordia! Adore la tierra que la
mente de los ángeles cese de inquirir. ¡Qué amor tan maravilloso! Cómo
pudiste, tú, mi Dios morir por mi.
Oración
Padre nuestro, al haber contemplado esta maravillosa
escena de la cruz de Jesús, muchos de nosotros nos hemos
encontrado allí. Nos hemos reconocido a nosotros mismos en
esas actitudes tan corrientes alrededor de la cruz; nos hemos
identificado con ellos. Te damos gracias por la maravilla
de tu gracia, por tu amor insondable, que llega a nosotros
cuando ninguna otra cosa puede hacerlo. Pedimos que cada
una de las personas que esta mañana se encuentra aquí
llegue al punto en su vida en que se apropie personalmente
del valor de la muerte de Jesús en la cruz a su favor. Te
pedimos que hagan suyas esas maravillosas palabras, de manera individual
y personal, "hizo pecado al que no conoció pecado para que
nosotros fuesemos hechos justicia de Dios en él. No
conocemos mayor misterio, ni mayor maravilla en el
universo que ésta. Al contemplar este acto supremo en toda la historia de
la humanidad, pedimos en oración que nunca más volvamos a
ser iguales. Pero tú, Señor Jesús, reinarás supremo como
rey de nuestras vidas y nosotros estaremos dispuestos a
ponernos en pie y a ser contados. Lo pedimos en su nombre, amen.
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