Ascensión del Señor 2005 Boletín
extraordinario.
8 de mayo.
Material de Oración y
reflexión
¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? No tanto
mirar al cielo. Es misión nuestra mirar a la tierra para que se vaya
convirtiendo en un “cielo”. La hora del compromiso. Quiere decir
que Cristo se ha marchado, nosotros lo tenemos que hacer presente. Es la hora
del testimonio. Jesús mismo nos envía "Id y haced discípulos".
¿Qué pasa en nuestro mundo?
"Id y haced discípulos mío". A veces los cristianos nos
hemos quedado mirando al cielo y entretenido en las nubes, vivimos muy al
interior de los templos, protegidos por nuestros grupos y sin complicamos
la vida. Miramos alrededor y nos encontramos situaciones de injusticias que
necesitan respuestas proféticas.
¿No es misión fundamental de la Iglesia la evangelización?
¿No es este el
mandato de Jesús?
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¿Qué nos dice la Palabra de Dios?
* Ver Hch. 1; 1-11
Jesús ya ha hecho todo lo que podría. Ahora el
Espíritu Santo se encargará de rematar la obra. El enseñará a los discípulos,
para que no se hagan preguntas tontas; les inundará de luz y de fuerza para
que puedan ser testigos de Cristo en el mundo.
* Ver Ef. 1; 17-23
La Ascensión de Cristo supone el dominio definitivo
sobre todo lo que amenaza la existencia humana. Si, pues, Cristo tiene a la
Iglesia como su brazo derecho y su complemento ¿por qué los cristianos se
inhiben tan frecuentemente en las luchas contra todos los que intentan frenar
el proceso de liberación?
* Ver Mt 28; 16-20
Jesús está a punto de marchar; por eso, en primer
lugar, envía a sus discípulos para que continúen su obra. La Misión
"id". Después les hace una promesa maravillosa: "Yo estoy con
vosotros todos los días"
Para la vida:
- ¿Seguimos mirando el cielo? ¿Dónde se nota actitudes de escapar
de la realidad y de vivir de la nostalgia?
- ¿Dónde está el infierno? ¿Te has acercado alguna vez a
situaciones de infierno?
- ¿Cómo respondes,
respondemos al mandato de Jesús de: "Id y haced discípulos?
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Un rato de oración:
Padre, te ruego por los
que me has confiado.
Jesús, Tú nos pones a todos en las manos del Padre,
Tú le hablas a Él de nosotros, de nuestras cosas, de
nuestra vida,
Tú nos pones en las mejores manos, que son las del
buen Padre Dios.
Eso es lo mejor que podemos hacer nosotros también
por todos nuestros hermanos.
Que no dejemos de recurrir a ti cuando no puedes
dormir,
preocupada porque tu hijo está de marcha.
Que pongamos en tus manos el resultado de esos
análisis,
que nos llena de miedo ante la enfermedad y el
sufrimiento,
no porque nos vayas a curar sino porque contigo la
enfermedad es más llevadera.
Que compartamos contigo los malos tragos, los
cansancios, las dificultades,
las dudas y los agobios del camino, la vida contigo
se ve mucho más clara.
Que nos pongamos en tu presencia cuando estamos
enfadados,
para pedirte amnesia, para que nos recuerdes una vez
más lo de perdonar setenta veces siete.
Que nos paremos a acariciar nuestra historia
contigo,
para auto perdonamos, para queremos más,
para desarrollar contigo lo mejor de nosotros
mismos.
Que las noches de insomnio las aprovechemos para
hablar contigo de los otros hermanos,
de los que no tienen tiempo ni para rezar,
de los que no han descubierto el gozo de saborear tu
compañía.
Que trabajemos poniendo nuestro mejor esfuerzo y
empeño,
pero que luego sepamos descansar dejando todo en tus
manos.
Porque los de Jesús somos tuyos, Padre, y lo mío es
tuyo
y lo tuyo mío, y todos somos uno en Ti.
Amén.
Piensa en esta semana:
"Nuestra primera
tarea al acercamos a otros pueblos, a otra cultura, a otra religión, será
quitamos las sandalias, porque el lugar al que nos acercamos es Santo. Si no
lo hacemos así, puede que pisemos los suelos de la gente, y más grave, puede
que olvidemos que Dios estuvo antes de nuestra llegada"
( Hermanita Madeleine de Jesús)
Información
procedente de la Delegación Diocesana de Pastoral de Juventud.
Diócesis de Sevilla.
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