Presentación del Sr. Cardenal de Sevilla Carlos Amigo al nuevo Plan Pastoral Diocesano (2004-2008):

“Por tu Palabra echaré las redes”

Una Iglesia impulsada por el Espíritu

Caminar en la esperanza. Este es nuestro propósito como cris­tianos que miran a Cristo y tratan de cumplir el mandamiento nuevo del amor fraterno. Buscar sinceramente a Dios y servir en la caridad a nuestros hermanos.

Por una parte, no podemos detenemos, pues el misterio de la Encarnación del Señor, al cual nos hemos unido por el bautismo, nos está urgiendo ese avanzar cada día en la realización, personal y en el mundo, del evangelio de Jesucristo. Por otro lado, no son pocas las dificultades y obstáculos que encontramos para poder llevar a cabo nuestros propósitos evangelizadores.

Pero caminaremos en la esperanza, que no es evasión ante la dificultad, ni alejamiento de nuestras responsabilidades en el mundo y con los hombres. La esperanza se apoya en el convencimiento de que el Espíritu del Señor nos acompaña. Él estará siempre con nosotros (Cf in 14, 16).

Y con la seguridad de que este reino de Dios, que ya ha comen­zado, tendrá su consumación en la eternidad.

Nuestro Plan pastoral no puede tener otro objetivo que no sea el de evangelizar. Es decir: "llevar la Buena Nueva a todos los ambien­tes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad (EN 18).

Para realizar tan importante trabajo, hemos de emprender aquellas acciones con las que llevemos a cabo el misterio profético de evangelizar con la palabra, con la catequesis, con el estudio y la reflexión teológica; con todo lo que se refiere a la vida sacramental, en la que celebramos la muerte y resurrección de Cristo; con la caridad fraterna, que es forma de vida y compromiso de ayuda a los demás. Y la misión, como obligación de anunciar y compartir con todas las gentes la vida de Jesucristo que hemos recibido.

Dentro de todas esas acciones y ministerios, habrá algunos que pueden ser más urgentes y necesarios; unos grupos de personas que requerirán particular atención; proyectos a los que se debe prestar un cuidado preferente. Este subrayar ministerios y acciones es lo que constituye nuestro Plan pastoral. Es decir, que dentro de todo el conjunto de la acción evangelizadora y pastoral, queremos prestar una particular atención a unos asuntos, a unos sectores, a unas personas.

Al tratarse de un Plan pastoral elaborado por toda la Diócesis y para toda la Diócesis, es necesario que revista ese interés general. En una diócesis tan extensa y diversa como la nuestra, no caben en el Plan pastoral sino unas líneas generales de acción que sirvan a todos. Después, en la situación de cada sector pastoral, se aplicarán las acciones más convenientes.

Por otra parte, no debemos olvidar, en momento alguno, que vivimos en comunión con la Iglesia universal y que debemos estar atentos al Magisterio pontificio y a las orientaciones de la Conferencia episcopal.

Caminar en la esperanza y con la Iglesia. Siguiendo las pautas marcadas por Juan Pablo II, particularmente en las exhortaciones Nava millennia ineunte y Ecclesia in Europa, podemos decir que, en estos momentos, nuestra esperanza ha de reflejarse en una firme y positiva actitud de confianza en el Espíritu del Señor que alienta y guía la Iglesia.

Si resulta difícil vivir la propia fe en un contexto social y cultural que desdeña y amenaza a lo cristiano, ofreceremos con sencillez y gozo aquello en lo que creemos. Ante la indiferencia religiosa, el comportamiento práctico de una vida conforme al evangelio. Si el relativismo laicista trata de invadirlo todo, hagamos ver el sentido trascendente de la vida, la valoración de las personas, la firmeza de la fe.

Con la gracia del Espíritu Santo y la intercesión de la Virgen María, Madre de la iglesia y de nuestra esperanza, "echaremos de nuevo las redes", pondremos en marcha este nuevo Plan pastoral para los próximos años. Lo nuestro es sembrar, Dios hará que crezca y de fruto el trabajo.

Carlos Amigo Vallejo

Cardenal Arzobispo de Sevilla