Pascua de Resurrección 2005 Boletín
extraordinario.
10 de abril.
Material de Oración y
reflexión
3º
Domingo de Pascua
Jesús es el amigo
cercano que se sitúa en nuestro camino y en nuestra realidad concreta, para
acompañamos e iluminamos como hizo con los discípulos de Emaús cuando iban
desanimados y con sus esperanzas frustradas. Digamos como ellos ¡Quédate con
nosotros, Señor, porque atardece!
¿Qué pasa en nuestro mundo?
Todos
recorremos con frecuencia el camino de Emaús, desanimados y sin esperanzas.
Los jóvenes estamos desencantados. Es fácil soñar despiertos y esperar
realidades ajenas a la vida concreta y real. Es fácil soñar conquistas y
éxitos y cuántas veces las esperanzas se nos vienen abajo y con ellas nos
hundimos nosotros y nuestra fe. Como si la esperanza consistiese en tener
un éxito en los estudios o en el trabajo o un buen resultado en todo lo que
nos sucede.
No nos resulta fácil reconocer a Jesús cuando
estamos encerrados en nuestro pequeño mundo, en sus esquemas y sus sueños.
Pero Él sigue caminando con nosotros, como los discípulos de Emaús y nos
devuelve la esperanza si nos abrimos a su persona.
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¿Qué nos dice la Palabra de Dios?
* Ver Hch. 2; 14-28
Cuando se recibe el Espíritu no se puede dejar de
dar testimonio. Por eso, Pedro levanta la voz ante los judíos para hablar de Jesús
y proclamar que Dios lo ha constituido Señor y Mesías con la Resurrección.
* Ver 1ª Pe. 1; 17-21
Pedro nos recuerda que estamos llamados a la
plenitud y la santidad porque somos hijos de Dios, porque fuimos rescatados
con la sangre de Jesús y porque por su resurrección, ya sólo vivimos en Dios
y para Dios, en Él está nuestra fe y nuestra esperanza.
* Ver Lc 24; 13-35
Dos discípulos tristes y desesperanzados vuelven a
Emaús después de la muerte de Jesús. En el camino recuerdan, estudian,
discuten sobre lo sucedido. Han perdido la esperanza pero no han perdido el
amor.
y Jesús les sale al encuentro en el camino. No lo
conocen pero les regala su presencia y su palabra y les enciende el corazón.
La presencia se hará clara cuando compartan el pan, cuando celebren la
Eucaristía. Aquellos discípulos también resucitaron; enseguida desandaron el
camino llenos de alegría y esperanza, convirtiéndose en testigos de la
Resurrección.
Para la vida:
¿En qué momentos has sentido desilusión y desesperanza?
¿En qué momentos te parece que Jesús está lejos?
¿Encontramos a Jesús en el camino, es decir, en nuestra vida
ordinaria?
¿En qué momentos has sentido desilusión y desesperanza?
¿En qué momentos te
parece que Jesús está lejos?
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Un rato de oración:
Vamos de camino.
Serios; preocupados;
quizá; dando vueltas; cada uno en su cabezal a lo
suyo.
De vez en cuando comentan sus nostalgias... hablan
de Ti;
del hueco que les has dejado; de que te echan en
falta.
Tú; de pronto; caminas a su lado; y te metes en la
conversación
y les resultas extraño; porque les hablas de los
profetas.
¡Cuántas veces andamos así; Señor; por la vida!
Preocupados; incluso buscándote; pero sin
encontrarte.
Haz que nuestras conversaciones sean más profundas;
que no gastemos tanta energía en tener razón sino en
llegar a acuerdos
y; sobre todo; que sepamos mirar al otro a los ojos
y verte; que Tú estás siempre en el hermano...
en el que camina la vida a nuestro lado.
Nos gustan las grandes disertaciones más que los
encuentros.
Compartimos trabajo, comidas, viales
y no nos contamos qué nos pasa.
Estamos cerca, muy cerca, juntos todo el día,
pero no hablamos de nosotros desde el hondón del
alma.
Enséñanos a partir y compartir la vida, de verdad,
no sólo la juerga, el aperitivo y la última noticia,
no, Señor; ayúdanos a mantener conversaciones
íntimas,
de las que ayudan a ser y a vivir,
de las que se parecen a las tuyas,
que al marcharte notaban tu vacío y se sentían
envueltos en Dios.
Quédate con nosotros, para que seamos tu presencia
en nuestro mundo.
Información
procedente de la Delegación Diocesana de Pastoral de Juventud.
Diócesis de Sevilla.
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