Haz lo antes posible lo que tienes que hacer. No
dilates el cumplimiento del deber; dilatarlo ya es no cumplirlo como se
debe. Si lo tienes que hacer, mientras no lo realices ese deber estará
grabado en tu conciencia, y por más que luego lo realices, siempre
quedarás con la amargura de no haberlo cumplido a su debido tiempo. O al menos
con suficiente generosidad, ya que hacer las cosas bien, pero tarde, hasta los
menos dotados las hacen; pero hacerlas pronto y bien, eso es propio de las almas
generosas. Si el deber es amargo y lo realizas pronto, antes pasará la
amargura y te quedará la satisfacción de haber cumplido; si es amargo y dilatas
el cumplirlo, no harás sino aumentar la amargura y , por ello, sufrir sin
mérito.
ALFONSO MILAGRO
recibido de Felipe de
Urca |