Tú
no puedes prescindir de nadie y nadie puede prescindir de tí; tú estás para
todos y todos están para tí; nadie puede sufrir sin que tú sufras; nadie puede
ser feliz sin que tú sientas alegría.
Piensa lo que serías tú si nadie te hiciera bien; y luego piensa lo qué
serían los demás si tú no les haces bien. Hay una intercomunicación entre todos
los hombres: nadie puede prescindir de nadie, nadie es molécula aislada; todos
somos, más bien, miembros de un mismo cuerpo.
Y un
miembro debe vivir con y para los otros miembros; no vivir "con" los otros
miembros es secarse, condenarse a la muerte; no vivir "para" los otros miembros
es ser parásito, es vivir "de" ellos, sin devolverles algo al menos de lo que de
ellos recibimos; es ser egoístas, y tú no puedes permitirte descender tan
bajo.
-ALFONSO MILAGRO.
-recibido de Felipe de
Urca-