Queridos Argentinos...
Cuentan que una vez, en Inglaterra, se registró un
accidente ferroviario.
La policía encontró el cadáver de un hombre, horriblemente
mutilado, y era imposible obtener las impresiones digitales.
Investigaron si
había una denuncia por alguna persona desaparecida, sin resultado. Indagaron en
la zona y nada, dijeron, tal vez se trate de algún indigente sin familia.
La
solución la aportó un médico forense, cuando luego de realizar la autopsia del
occiso, le comentó a la policía: "Seguramente era un turista o algún comerciante
en viaje de negocios, de lo que estoy absolutamente seguro, que era argentino".
El policía encargado de la investigación, muy sorprendido le
pregunto:
"¿Dr. con hacerle la autopsia, cómo puede asegurar eso, en qué se
basa?."
"Muy simple, respondió el facultativo."
Cuando abrimos el pecho,
vimos que su corazón, tenía una herida sangrante, aparentemente de vieja data y,
que era provocada por lo que en un primer momento me pareció un cuerpo extraño,
pero, al observar detalladamente, no tuve dudas y me dije "Es argentino".
El
policía, ahora -impaciente- volvió a preguntar, pero "Dr. ¿Qué es lo que lo
lleva a pensar eso?" "¿Qué es lo que encontró?", y el médico forense colocó en
la mano del policía, lo que había hallado en el corazón del fallecido.
Eran
como dos trocitos de roca de extraña forma y le entregó una lupa para que las
observara mejor, "¿Las reconoce?" preguntó. "No", contestó el oficial; para mí
son sólo unos pedazos de piedra, claro, respondió el galeno, eso son para
nosotros, pero en realidad son "Las Islas Malvinas". Todos los argentinos las
llevan muy dentro de su corazón y provocan una herida, que no ha cicatrizado en
más de un siglo y medio.
A. O. Lombas