Discurso de Nelson Mandela (1994)
Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos Inconmensurablemente
poderosos. Lo que nos asusta es nuestra luz, no nuestra oscuridad.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante,
encantador, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no
serlo?
Eres una criatura de Dios. Jugar a ser insignificante
no le sirve al mundo. No hay nada inspirador en encogerse para que los
demás no se sientan inseguros a tu alrededor. Hemos nacido para
dejar de manifiesto la gloria de Dios que hay dentro de nosotros.
Que no está sólo en algunos, sino en cada uno de nosotros.
Y,
al dejar que nuestra propia luz brille, inconscientemente, le damos
permiso a otros para que hagan lo mismo.
Al liberarnos de
nuestro propio miedo, nuestra presencia, automáticamente, libera a
otros.
Nelson Mandela Discurso inaugural, 1994
|