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Asunto: | [brisasrenovadoras] Cuanto pesa la religion de cada uno en las decisiones eticas ? | Fecha: | Jueves, 17 de Mayo, 2007 18:13:34 (-0300) | Autor: | marias carla sobral <mariascarlas @.........ar>
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¿ Pesa la religión de cada uno en las decisiones éticas?
Peter
Singer. PROFESOR DE BIOETICA, UNIVERSIDAD DE PRINCETON
Es
necesaria la religión para la moralidad? Muchas personas consideran escandaloso,
blasfemo incluso, negar el origen divino de la moralidad. O bien un ser divino
creó nuestro sentido moral o bien lo adquirimos a partir de las enseñanzas de la
religión organizada.
En cualquiera de los dos casos, necesitamos la religión
para poner coto a los vicios de la naturaleza. Parafraseando a Katherine Hepburn
en la película "La reina africana", la religión nos permite elevarnos por encima
de la perversa madre
naturaleza, al brindarnos una moral.
Sin embargo, abundan los problemas que se
les plantean a los que opinan que la moralidad procede de Dios. Uno es el de que
no podemos decir simultáneamente, sin caer en la tautología, que Dios es bueno y
que nos dio la capacidad para discernir entre el bien y el mal, pues en ese caso
lo único que decimos es que Dios cumple sus normas.
Un segundo problema es el de
que no hay principios morales que compartan todas las personas religiosas,
independientemente de sus creencias concretas, pero no los agnósticos y los
ateos. De hecho, los ateos y los agnósticos no actúan menos moralmente que los
creyentes religiosos, aun cuando sus actos virtuosos se basen en principios
diferentes.
Con frecuencia los no creyentes tienen un discernimiento tan
intenso y correcto del bien y del mal como cualquiera y han trabajado, por
ejemplo, en pro de la abolición de la esclavitud y han contribuido a otros
esfuerzos para aliviar el
sufrimiento humano.
Lo opuesto también es cierto. La religión ha incitado a
personas a la comisión de una larga letanía de crímenes horrendos: desde el
mandato de Dios a Moisés hasta la matanza de midianitas —hombres, mujeres,
muchachos y muchachas no vírgenes— pasando por las Cruzadas, la Inquisición, los
innumerables conflictos entre musulmanes suníes y chiíes y quienes cometen
atentados suicidas con bombas, convencidos de que el martirio los conducirá al
Paraíso.
La tercera dificultad para los que opinan que la raíz de la moralidad
es la religión es la de que algunos de sus elementos parecen universales, pese a
las profundas diferencias doctrinales entre las más importantes religiones del
mundo. De hecho, esos elementos se dan incluso en culturas como la de China, en
la que la religión es menos importante que las concepciones filosóficas, como la
de Confucio.
Tal vez un creador divino nos brindara esos elementos universales
en el momento de la
creación, pero una explicación diferente y coherente con los datos de la
biología y la geología es la de que a lo largo de millones de años hemos obtenido
mediante la evolución una facultad moral que infunde intuiciones sobre el bien y
el mal.
Por primera vez, las investigaciones en materia de ciencias del
conocimiento, partiendo de argumentos teóricos procedentes de la filosofía moral,
han permitido resolver la antigua controversia sobre el origen y la naturaleza de
la moralidad.
Examine el lector los tres casos hipotéticos siguientes. En cada
uno de ellos, rellene el espacio en blanco con "obligatorio", "permisible" o
"prohibido".
Un vagón de carga descontrolado está a punto de atropellar a
cinco personas que caminan por la vía. Un trabajador ferroviario está junto a un
cambio de vías que puede desviar el vagón a otra vía, en la que matará a una
persona, pero las otras cinco sobrevivirán. Accionar
el cambio de vías es...
Pasa usted junto a una niña pequeña que está
ahogándose en un estanque poco profundo y es usted la única persona en los
alrededores. Si saca a la niña, ésta sobrevivirá y sus pantalones se estropearán.
Sacar a la niña es...
Cinco personas acaban de ser llevadas a toda prisa al
hospital en estado crítico y cada uno de ellos necesita un órgano para
sobrevivir. No hay tiempo suficiente para pedir órganos de fuera del hospital,
pero hay una persona sana en la sala de espera. Si el cirujano obtiene los cinco
órganos de esa persona, ésta morirá, pero las cinco que están en estado crítico
sobrevivirán. Obtener los órganos de la persona sana es(tá)...
Si el lector ha
considerado el caso 1 permisible, el caso 2 obligatorio y el caso 3 prohibido, ha
hecho lo mismo que las 1.500 personas del mundo entero que respondieron a esos
dilemas planteados
en nuestros tests sobre el sentido moral que figuran en una página web (http://moral.wjh.harvard.edu/). Si la moralidad es palabra de Dios, los
ateos deberían juzgar esos casos de forma diferente a la de las personas
religiosas y sus respuestas deberían deberse a justificaciones diferentes.
Por
ejemplo, como los ateos carecen supuestamente de una brújula moral, deberían
guiarse por el puro y simple interés personal y pasar de largo ante la niña que
está ahogándose, pero no había diferencias estadísticas significativas entre los
sujetos con una formación religiosa y los carentes de ella, pues el 90 por
ciento, aproximadamente, dijeron que es permisible accionar el cambio de vías, el
97 por ciento que es obligatorio rescatar a
la niña y el 97 por ciento que está prohibido obtener los órganos de la persona
sana.
Cuando se les pide que justifiquen por qué algunos casos son permisibles y
otros están prohibidos, los sujetos no saben hacerlo u ofrecen explicaciones que
no dan cuenta de las diferencias pertinentes. Es importante que entre los que
tienen una formación religiosa haya tantos que no responden o dan explicaciones
incoherentes como entre los ateos.
Esos estudios dan soporte empírico a la idea
de que, como otras facultades psicológicas de la mente, incluidos el lenguaje y
las matemáticas, estamos dotados de una facultad moral que guía nuestros juicios
intuitivos sobre el bien y el mal. Esas intuiciones reflejan el resultado de
millones de años en los que nuestros antecesores vivieron como mamíferos sociales
y forman parte de nuestro patrimonio común.
Nuestras intuiciones resultantes de
la evolución no nos brindan necesariamente las respuestas correctas o coherentes
para
los dilemas morales. Lo que fue bueno para nuestros antepasados puede no serlo
hoy, pero las apreciaciones sobre el paisaje moral en transformación, en el que
cuestiones como las de los derechos de los animales, el aborto, la eutanasia y la
ayuda internacional han pasado a primer plano, no procedían de la religión, sino
de la reflexión profunda sobre la humanidad y lo que consideramos una vida
apropiada.
A ese respecto, es importante que conozcamos el conjunto universal de
intuiciones morales para que podamos reflexionar sobre ellas y, si así lo
decidimos, no respetarlas. Podemos hacerlo sin blasfemar, porque es nuestra
propia naturaleza, no la de Dios, la que es el origen de la
moralidad.
Texto escrita en colaboración con Marc Hauser, profesor de
Psicología y director del Laboratorio de Neurociencias del Conocimiento de los
Primates de la Universidad de Harvard.
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