Por qué
te portas como si tuviera que prevalecer tu criterio?
¿Por qué te portas
como si fueras infalible?
¿Por qué te portas como si fueras el único dueño
de la verdad?
Hay que dar alternativas, no decisiones.
Dar ideas, no
soluciones.
Dar otra visión, pero sin llevar de la mano a los demás.
Marcar el camino, sin atrapar la voluntad.
Sugerir, sin presionar.
Aconsejar, sin obligar.
Proponer, sin forzar.
Advertir, sin
censurar.
Reflexionar, sin imponer.
Hay que "mostrar",
pero sin
quitarle al otro su derecho de escoger.
Pues a cada uno le gusta realizarse
por su propia voluntad
y enmendar los errores por su propia experiencia.
Hay que respetar la libertad de cada uno para hacer su trabajo,
trazar
su dirección, sembrar su tierra,
adornar sus sueños, desarrollar sus
facultades y ¡terminar su obra!
A ver si al final puede llenarse las manos
con ella
Zenaida Bacardi de Argamasilla.