El Poder de
Tomarse las Manos
Sentado
en la playa un día de verano observaba cómo unos niños
jugaban en la arena. Estaban trabajando con
esmero cerca del agua, en la construcción de un elaborado
castillo con portones, torres, y pasajes
internos. Cuando estaban acabando con el proyecto, una
gran ola vino y les derrumbó la construcción, reduciéndola a
un montículo de arena
mojada.
Pensé que estallaría el llanto, agobiados por lo que
acababa de suceder en la obra que tanto trabajo les había
costado. Pero me sorprendieron: En vez de
eso, alejándose del agua salieron corriendo, riendo tomados
de la mano y volvieron a sentarse a construir otro
castillo...
Me di cuenta que me habían enseñado una gran
lección.
Todas las cosas de nuestra vida, todas las
estructuras complicadas sobre las que gastamos tanta energía y tiempo,
estan construídas sobre arena. Sólo nuestra relación con Dios y con
otras personas perdurarán.
Tarde o temprano una ola puede llegar y tirar abajo
lo que nos ha costado tanto construir.
Cuando eso suceda s ólo los que tienen una Mano a la
que aferrarse serán capaces de
reír.
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