SUPLENCIA
Un buen hombre
comunicaba a un amigo suyo su decisión de casarse.
-¿Y cómo es tu
novia? -preguntó el amigo- ¿Es muy inteligente?
- Mucho; es
una superdotada -respondió, eufórico, el futuro esposo- Es una persona con una
inteligencia como para dos.
- Estupendo,
cásate. Esa es la mujer que a tí te hace falta
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Prescindiendo de
la ironía del amigo, el cónyuge que a cada uno le conviene, le hace falta, será
el que pueda aportar al matrimonio lo que el otro cónyuge no tiene.
En una pareja es
muy importante la ley de la complementariedad:
la media
naranja.
Las dos mitades de
la naranja parecen iguales.
Sin embargo, lo
característico y específico de cada una es tener,
precisamente,
lo que a la
otra mitad le falta para estar completa.
Ocurre en el
matrimonio algo así como en la electricidad:
cargas de distinto
signo se atraen;
cargas del mismo
signo se repelen
-Agustín
Filgueiras-
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A.Quintana