Mi día está
terminando...
Yo respondo
al Señor...
Sé tú mi
amigo
en la
oscuridad de esta noche.
Borra el
miedo
que me
produce el saber
que por mí
mismo,
ni siquiera
existiría.
Fortaléceme
interiormente
con la
humildad
que nace de
admitir esto,
que es la
base de la caridad
y de todas
las virtudes.
Sin admitir
esta sabiduría,
mi alma no
tiene vida.
Tú me has
amado
aun antes
de que existiera,
y sabiendo
esto,
pongo mi
confianza en tu amor
y dejo de
lado
todos los
miedos.
Amén.
Buenas
noches, dulces y felices sueños,
reparador
descanso, agradeciendo a
Nuestro
Señor los dones recibidos
durante el
día y no olvidar las
oraciones
por nuestros enfermos, para
que
recuperen la salud perdida, por
nuestros
amigos afligidos que necesitan
de consuelo
y fortaleza, y en especial
pido por mi
familia, mis amigos,
compañeros,
cirbernautas, hermanos y
amigos del
alma, por mi país y el mundo
entero,
amén.
Con el amor
de siempre,
Gladys
Ag. 28,
2007
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