Diálogo con
Dios

Ya no sé qué
decirte, Señor: lo he dicho todo;
mis lamentos se
apagan en el labio callado,
no doy con la
manera, ni acierto con el modo
de dirigirme a Ti
como en tiempo pasado.
No puedo ni rezar,
las palabras no encuentro
de aquellas viejas
preces de los años de infancia;
me ahoga como un
algo que se enraíza adentro
y me torna impotente
para expresar mi ansia.
Mas se opera el
prodigio: sin rezo ni plegaria
me dirijo al Señor
lo más sencillamente.
Le cuento que estoy
triste, que estoy sola Le digo,
que no tengo en la
vida la fuerza necesaria
y Le oigo a mi lado
contestar dulcemente:
¡Con sólo el corazón
se conversa Conmigo!
Marilina Rébora
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aporte de Felipe de Urca (A.Quintana)