“Así como el árbol se fertiliza con sus propias
ramas
y hojas caídas y luego brota en sus viejos
troncos;
Los hombres y las naciones mejoran y se perfeccionan
con la desgracia
y se purifican con los deseos rotos y
las esperanzas marchitas”...
¡Qué bella lección nos
da la naturaleza, que es obra de Dios!
¿Cómo no creer en sus
designios?
“Los hombres (y las mujeres también) se
perfeccionan
con las propias desgracias y se purifican con
los deseos rotos
y las esperanzas
marchitas”...
Este es un mensaje muy sabio que el
Señor nos envía
a través de la pródiga naturaleza, que Él
creó
con sus propias manos, y solo nos resta
decirle,
con mucho amor y gratitud:
Gracias
Señor, por el maravilloso don de entender tus mensajes
y por
la sabiduría de tu divina
creación.
Oración
Señor: Toma mis
desgracias, mis deseos rotos y mis esperanzas
marchitas;
purifícalas con las aguas del más puro
manantial y
la sal de mil lágrimas derramadas en
solitario,
y condúceme por el camino recto que lleva
hacia
la perfección
humana!
Grace
|