Para
que sigas soñando...
En el camino aprendí, que llegar a alto no es
crecer, que mirar no siempre es ver, ni escuchar es oír. Ni lamentarse es
sentir, ni acostumbrarse es querer. En el camino aprendí, que andar solo no
es soledad, que cobardía no es paz, ni ser feliz sonreír. Y que peor
que mentir, es silenciar la verdad.
En el
camino aprendí, que puede un sueño de amor abrirse como una flor, y como esa
flor morir, pero en su breve existir, es todo aroma y color. En el camino
aprendí que la humildad no es sumisión, la humildad es ese Don que suele
confundir: no es lo mismo ser servil que ser un
buen servidor.
Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir, cuando tengas poco haber pero mucho que pagar, y
precises sonreír aún teniendo que llorar. Cuando el dolor te agobie y no
puedas ya sufrir... Descansar acaso debas, pero nunca desistir... Y así,
después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí
triunfar.
Decidí no esperar las oportunidades sino salir a buscarlas. Decidí leer cada
problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada
desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche
como un misterio a resolver y cada día como una nueva oportunidad de ser
feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no era más que mis
propias debilidades... Aquel día comencé a ser fuerte, feliz de verdad,
gracioso.
Aquel día dejé de temer por cada vez que perdía y sentí que para vencer no es
necesario ganar. Ví que dar lo mejor de mí me hacía feliz, así no fuera el
primero, así no me coronaran o me aplaudieran. Sentí nuevamente que el único
rival es uno mismo.
Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de
importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente sentirme mejor
que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de
subir. Pero también vi que a veces se cae y que el único camino es pararse y
seguir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo adquirír es tener el derecho
de llamarle a alguien "amigo". Descubrí que el amor es más que un simple
estado de enamoramiento, el amor es una filosofía de vida.
Aquel día dejé de ser un
reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé aser mi propia tenue luz de
este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el
camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas..., aquel día
aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día
ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para
soñar...
|