Salvar y
Salvarse
En cierta
ocasión un hombre que viajaba en un día invernal por sobre una capa de nieve
profunda que se había acumulado, llegó a entumecerse por el frío, el cual estaba
quitándole casi imperceptiblemente sus facultades vitales.
Cuando estaba
a punto de perecer congelado, y dispuesto a abandonar la lucha por la vida,
escuchó los lamentos de un compañero que también viajaba con él, y que se estaba
muriendo de frío, tal como le acontecia a él.
Se despertó en él el deseo
de rescatarlo. Comenzó a frotar los helados miembros de aquel hombre
infortunado, y después de un considerable esfuerzo, consiguió que se mantuviera
en pie; pero como no podía permanecer de pie, lo tuvo con simpatía en sus brazos
al recorrer el camino que él pensó que no lograría hacer solo.
Y cuando
condujo a su hermano viajero hasta un lugar seguro, se le hizo clara la verdad
de que al salvar a su semejante se había salvado también a sí
mismo.
REFLEXION
Es posible salvarse cuando dejamos atrás nuestro
egoismo.
Muchas veces miramos sólo nuestra vida, sólo lo que nos ocurre o lo
que sentimos. No miramos a nuestro alrededor. Parecemos por momentos tan
egoistas aunque luego tratamos de llevar el mensaje al mundo de lo contrario.
Tenemos que darnos cuenta que ayudando, nuestros problemas se minimizan, que
no somos los únicos que pasamos por situaciones difíciles a veces, que hay
otras personas en este mundo, cerca o lejos, amigos o no, parientes o no que
tambien sufren, que padecen, que se sienten ahogadas en su dolor y que están a
la espera de que alguien los cargue en los brazos y los ayude a sobrellevar ese
problema.
Si logramos ser "esa persona", "ese salvador"...si logramos
rescatar a otro ser, y si podemos cargar sus problemas en nuestros brazos y
conducirlos a un camino mejor, más luminoso, no sólo los ayudamos a vivir y a
tener esperanza:
"... Por
sobre todo nos estamos ayudando a nosotros mismos ya que sentiremos que nuestra
vida a partir de ese momento tiene sentido y que nosotros tambien estamos a
salvo..."