¡Vive con
alegría!
Ha llegado el tiempo de la
alegría.
¡Sonríe que pronto verás la
luz salir de ti mismo!
No busques más por afuera lo que tienes
dentro de tu ser: tu espíritu.
Mira el Universo con los “ojos”
del espíritu y verás que todo está preparado para el momento culminante en la
historia de este mundo.
¿Serás un mero observador o un actor de
este acontecimiento?
Lo que tu libre albedrío te
indique, eso serás.
Los espacios de tu plano ya están
en plena acción. La atmósfera de la tierra “vuelve” sobre los habitantes de este
mundo para mostrarles y hacerles sentir en “carne propia” el fruto de lo que
ellos mismos sembraron.
Tú también contribuyes a formar la
atmósfera de este mundo y en ese aporte radica tu
responsabilidad.
¿Cuál es la calidad del aporte espiritual
que has realizado?
En todo instante tienes la
respuesta a este interrogante. Si aún no te lo has preguntado o todavía no lo
has descubierto, pronto sentirás sobre ti el “peso” de tu
cosecha.
Ante tus ojos materiales podrás
observar cuál ha sido la relación causa-efecto de lo que
sembraste.
¡Sonríe! … Cualquiera sea tu
cosecha piensa que es tuya. Piensa
que tú la disfrutarás o la lamentarás. Pero de todas formas es tu propia cosecha
y de ella, hoy, mañana o con el devenir de la vida eterna y continuada, podrás
sacar la experiencia y el aprendizaje que te permita descubrir tu luz
interior.
Pronto este mundo te mostrará cuál
es la cosecha que le corresponde a la familia humana. Seguramente ya lo estás
viendo y pronto todos lo verán.
Mira como “bullen” los átomos del
éter a tu alrededor. Percibe como esta revolución invisible para las materias es
captada totalmente por los
espíritus.
La gran fiesta se está
preparando. En ella descubrirás que
te alumbrará un nuevo sol, en el mundo que
quede serás vecino de otros hombres de otras razas que los que ahora
conviven contigo, también tendrás nuevas tierras y tus vecinos del espacio
también cambiarán.
Pero alguien permanecerá inmutable
en su esencia; hay alguien que subsistirá eternamente a pesar de todas las
evoluciones que se produzcan en tu mundo y en el Universo, ese alguien ERES
TÚ.
Tus ojos materiales verán “nuevos
cielos y nuevas tierras”, pero tus “ojos” espirituales tendrán que ver, algún
día, un nuevo “cielo” y una nueva “tierra”
interior.
Tu nuevo cielo interior será
diáfano y despejado, cuando descubras el sol espiritual que llevas dentro de ti.
Tu nueva tierra será fértil y fecunda cuando hayas aprendido en materia que en ella vive la sabiduría de
la naturaleza de este mundo y de todos aquellos mundos que son parte de tu
historia.
Si descubres tu “nuevo cielo” y
cultivas tu “nueva tierra” conseguirás que tu espíritu, tu alma y tu materia se
constituyan en tu sol, tu atmósfera y tu naturaleza. Ese mundo interior que
construyas pasará a ser el nuevo mundo individual que, por Amor, puedes
disfrutar con tus semejantes.
¿Sonríe que ya la aurora está
cercana! ¿Qué importa todo lo que
tengas que pasar? ¿Qué relevancia tienen las sensaciones que experimente tu
materia, si lo que acontezca en este mundo te servirá para mirar de frente el
Sol de la espiritualidad?
Este mundo espera de ti, tú debes
jugar el papel que tu progreso te señale, pero cualquiera que sea ese papel,
trata de desempeñarlo en todo momento con la máxima dignidad y con la mejor de
tus entregas.
Entrégate a ti mismo, que en cada
entrega estarás brindando el amor del Creador que vive en ti.
Alégrate, ya puedes presentir los
“nuevos cielos”, no seguirás viendo en materia los mundos luminosos que hoy ves
cuando alzas tu mirada hacia el firmamento, pero verás otros mundos más
luminosos aún y cuando quieras recordar éstos que ya no verá tu materia, sólo
tienes que recrearlos en el álbum viviente de tu
alma-archivo.
Las distintas vibraciones que
imperan en los espacios que conforman el sistema solar al que pertenece tu
mundo, están intercambiando las
cargas electromagnéticas que cada espacio tiene de acuerdo a su propia
densidad, peso específico y velocidad.
Son como inmensas “olas” que se
desplazan buscando el acople o complementación de vibraciones que permita el
paso de este “nuevo” mundo transformado
desplazándose hacia su nuevo punto de
gravitación.
En la placenta del Universo se
está gestando este alumbramiento. Nacimiento que te permitirá comprender que la
muerte no existe, todo es vida y todo es nuevo en la forma pero infinitamente
antiguo en la esencia como el Creador y la Creación
misma.
Para tu materia todo este proceso
será “nuevo”, más para tu espíritu seguirá siendo el eterno presente y la eterna
transformación de la sustancia única en sus continuadas
evoluciones.
Tu materia se impresiona, se
estremece, se sensibiliza ante estas imágenes que te he bosquejado de tu nuevo
mundo, tu nuevo cielo y tu nueva tierra. Aquella quedará impactada por lo que
sus ojos verán, pero tú, guerrero de tremendas luchas ya conoces la nueva luz
que bañará este mundo.
Amigo, llena tus vacíos de obras,
mira el futuro de tu existencia sin miedos, temores o angustias. No seas un ser humano más de los que
corren desesperadamente detrás de
“nada”.
Detente en tu espacio interior,
tómate tu tiempo de reflexión profunda, y muévete de acuerdo con “tu propio”
tiempo y espacio.
Se acerca el momento de disfrutar
de la gran fiesta de la transformación que se prepara en tu plano; todos estamos
deseosos de verte saborear el fruto de tantas vicisitudes. Como es natural, para
participar de ese festejo, cada uno tendrá que pagar el costo, el “precio de la entrada” al concierto
universal.
Trae tus obras contigo y con ellas
pagarás la “entrada” al banquete que hemos preparado para homenajear a los
VENCEDORES DE SI MISMOS.
Reflexiona:
¿Cuál es el resultado de tu evolución
espiritual?
¿Tienes obras suficientes como para pagar
tu “entrada”? … ¡yo espero que
sí!
Marcelo
Mza.,
29/7/1995.