5/3/2008 Un
reto que cambiará tu vida...
Por
Gaby Vargas
Te
propongo un reto de 21 días. Se trata de algo que, de lograrlo, haría de
nuestra vida algo mejor. Tendríamos mejor salud, menos enfermedades, mejor
ánimo, menos dolores, más autoestima, relaciones más satisfactorias:
seríamos personas más felices y serenas. No, no consiste en ejercicio, una
dieta o dejar de fumar.
Tampoco
se trata de una promesa barata. En verdad, créeme que si alcanzamos el
objetivo, nuestra vida cambia.
Seis
millones de personas en el mundo ya lo han logrado, aunque suene a frase
de 'infomercial'.Es un plan muy simple creado por la organización llamada
A Complain Free World, fundada por el pastor Will Bowen, quien, en el
sermón matutino de un domingo, invitó a su congregación a iniciar este
reto de tres semanas.
Es
algo muy simple: No quejarse, no criticar y no contar chismes de nadie.
¡¿¿Te
imaginas??!!Para probar que hablaba en serio, Bowen les repartió a todos
una pulsera morada para que, en el momento que se sorprendieran en la
queja, en la crítica o en el chisme, se cambiaran la pulsera de muñeca
-para hacerlo consciente- e iniciaran otra vez el conteo.
Varias
de las personas que participaban del reto, y que decían no quejarse mucho,
se dieron cuenta de que lo hacían un promedio de ¡20 veces al día!
Contaminación
auditiva pura. Quejarnos se ha convertido en una epidemia.
¿Has
notado cómo, cuando nos quejamos del clima, de la seguridad, de nuestro
cuerpo, de la gripa que tenemos, de que el dinero ya no alcanza, y
demás, lo único que logramos es sentirnos peor? Y si al menos sirviera
para solucionar algo... pero todo lo contrario. Significa enfocar nuestra
atención y energía en las cosas que NO queremos, y no en las que SÍ
queremos.
¿Por
qué 21 días? Porque así como un huevo de gallina tarda 21 días en
formarse, también se requiere lo mismo para formar una nueva conducta o un
hábito en el hombre. ¿Y si la critica la pienso pero no la digo,
cuenta?.No, gracias a Dios no cuenta. Sólo si sale de nuestra linda
boquita.
Quienes
lo han logrado, reconocen que fácil no es, sin embargo, comentan que
después de las tres semanas o más que necesitaron, dejas incluso de
criticar con la mente... ¿Será?
La
clave es no darnos por vencidos. Te invito a que empecemos ahora. No
necesitamos tener una pulsera, cualquier objeto es bueno: el reloj, poner
una piedrita o una moneda en la bolsa del pantalón, cambiar un pisapapeles
de lugar, lo que sea... Lo que importa es darnos cuenta. Nuestras
actitudes y nuestras palabras sólo reflejan lo que pensamos. Así que, ¿qué
vida queremos?
Nos
quejamos por la misma razón por la que hacemos cualquier cosa: recibimos
un beneficio a cambio. Creemos conseguir atención, justificación,
aprobación o la simpatía del otro. Como cuando, de chicos, nos hacíamos
los enfermos para no ir al colegio el día del examen (que, por cierto, la
salud es un tema taquillero en la lista de quejas). Pero, ¿a qué costo?
Los doctores estiman que dos terceras partes de las enfermedades se
generan ¡en la mente!
Te
invito a que cambiemos lo que decimos. Dejemos de quejarnos, de criticar y
de propagar chismes, que lo único que hacen es dañar a otros y a nosotros
mismos. Modifiquemos lo que pensamos, para no atraer más de lo que no
queremos.
Dicen
que, para lograr una meta, es importante hacer el compromiso con alguien,
así que en el momento en que escribo esta columna comienza mi reto y me
comprometo contigo, querido lector, lectora, a lograrlo. Si quieres
enviarme el tuyo, bienvenido. Intentemos hacer de este mundo algo mejor.
Gentileza,
Regina Cardona
(Mexico) |