Hubo una vez un hombre que pensaba en como sacar
un clavo de una tabla gruesa de madera, pues no tenía tenazas, solo un
mazo y unos clavos. Pasó mucho rato tratando de pensar la manera de
sacarlo y cuando iba a desistir se le ocurrió una idea.
Tomó otro
clavo y la clavó sobre la cabeza del que quería sacar y de esta forma el
primer clavo salió del otro lado de la tabla.
A veces tenemos
un odio, un dolor, un resentimiento que hemos estado tratando de sacar de
nuestros corazones y no hemos podido por lo arraigado que se encuentra.
Existen otros clavos que podemos usar para sacar esos primeros que
nos lastiman tanto, puedes sacar:
El Rencor con el Perdón El
Odio con el Amor La Tristeza con la Alegría La Inseguridad con la
Confianza La Ira con la Paz La Autolástima con la
Aceptación
¿Cuál es el ese "clavo" que no has podido sacar? No
importa cual sea, debes saber que tu no tienes por que tenerlo
clavado!...pues ya hubo alguien que los recibió por tí en una
cruz.
"El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia,
afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales
cosas no hay ley." -Gálatas 5:22-23
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