Aceptarse para cambiar
Estamos acostumbrados a mostrar una imagen idealizada
de nosotros mismos y a ocultar lo que consideramos
defectos. El camino hacia la autoestima comienza cuando
admitimos todo lo que somos.
Cuál esla diferencia entre las personas con una buena
autoestima y las demás??
¿Son más inteligentes, más lindas, más
talentosas?
¿Tuvieron una infancia más feliz?? En realidad, las
personas con una alta autoestima también tienen dudas y
defectos, no sólo cosechan éxitos sino también fracasos y a
veces también abrigan sentimientos de vulnerabilidad. Pero,
sencillamente, se aceptan.
Los sujetos con una buena autoestima son capaces de
tolerar y aceptar sus imperfecciones porque han construido y
asumido buena imagen global de sí mismos y suponen que sus
interlocutores serán más sensibles a esa imagen global que
al detalle que señala una imperfección, y que otras personas
tratarían de negar.
Aceptarse para cambiar:
Aceptar es reconocer que, de momento, las cosas son
como son y no como querríamos que fueran. Consiste en mirar
el problema de frente y decirse: si, el problema existe. El
hecho de aceptarse propicia el cambio. Para curarse hay que
reconocerse enfermo: "Si no aceptas tu enfermedad, añades
angustia a tus síntomas y te conviertes en un enfermo del
alma"
Y
para progresar hay que reconocerse imperfecto.
¡
No culpable u odioso, sino imperfecto!
Sencillamente.
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Pasos para aceptarse:
1)Ser Conscientes:
A
menudo, ni siquiera nos damos cuenta de nuestras reticencias
a la hora de aceptarnos: nuestras reacciones de irritación u
ocultamiento nos parecen normales y acabamos por dejar de
prestarles atención. La primera etapa consiste en tomar
conciencia de lo que ocurre en nosotros cada vez que nos
hiere un contratiempo, cada vez que nos justificamos ante un
comentario, cada vez que nos enerva un fracaso.
2) Decir sí a la realidad:
Acostumbramos a reconocer que las cosas no suceden
como deseamos, y aceptarlas como son. Decirse: "Sí, es así
aunque me moleste". No tratar de evadirnos, no negar,
minimizar o justificar. Los filósofos estoicos, como Marco
Aurelio, se obligaban a cultivar una cierta distancia con
los estados de su alma:"Si una idea te molesta, reconócela y
disponte a examinarla".
3) Permanecer en el presente:
No abandonarse a rumiar la injusticia o los
perjuicios. No ahogarse en uno mismo. No exagerar ni
dramatizar, limitarse al contexto de la situación y
desprenderse del temor a los propios límites o al fracaso.
La finalidad de la aceptación consiste en permitirnos volver
a la realidad de la situación y continuar actuando. Para
ayudarnos, podemops utilizar frases protectoras: "Cuídate",
"No multipliques tu dolor", "Acepta y actúa".
4) Aceptar la idea de lo peor:
Si es necesario, ir hasta el extremo, desarrollar el
escenario completo de nuestros temores: fracaso total,
rechazo absoluto...Como en los trastornos ansiosos severos,
el interés de los ejercicios de contemplación de "lo peor
que puede pasar" es grande: ¿ de ´qué tengo miedo? ¿Cuál es
el riesgo? ¿ Y lo peor? Esto nos permitirá no temblar frente
a las eventualidades. La meditación es una buena herramienta
para ayudarnos en estos ejercicios.
5) Acepta también el pasado:
Conviene "limpiar" los recuerdos dolorosos de su
carga emocional, trabajando en ellos del mismo modo que con
nuestros temores, como hemos dicho anteriormente:
observarlos y percibir su imapacto en nosotros hasta la
extinción del exceso de emociones desagradables. El perdón
es la mayor llave para liberarse del pasado y descansa
fundamentalmente en la aceptación de lo que hemos sido:
renunciar a juzgar o a odiar, aceptar y comenzar a
vivir.
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