El destino real de toda persona es convertirse en un verdadero ser> humano, en un ser sin oscuridad en la mente y esto puede tardar tanto tiempo como nosotros queramos, desde una vida, hasta inclusive, miles de años o más.

 

 La mente no educada, nos induce a una vasta serie de errores y nos acarrea una extensa variedad de malos karmas.

 

 Podemos estar seguros de que es extremadamente doloroso, el sufrimiento que nos causamos, cuando nuestra mente es oscura, porque no esta adiestrada en la practica de la virtud y los buenos hábitos.

 

 La mente mal educada reacciona siempre sin luz, sin virtud, sin conciencia de la relación causa – efecto de su proceder y esto es lo

 que los resplandecientes budas llaman 'ignorancia', la raíz de todas las malas acciones, la raíz de todo sufrimiento, la raíz de la maldad personal, la raíz de la maldad de todas las sociedades.

 

 La mente no educada en la virtud, nunca ve las cosas como son, siempre interpreta mal, aconseja mal, comete errores y es la causa de todos nuestros sufrimientos, aflicciones, padecimientos, sinsabores, desdichas, penas.

 

 Cualquiera puede decir: 'no cambio ahora, cambiaré después'. No hacer nada por nosotros mismos, aplazar el asunto, postergar el cambio, es seguir siendo oscuro, es multiplicar nuestros sufrimientos y es generar más desgracias y lamentos.

 

 La vida de todos nosotros, no es más que unos pocos aciertos, en medio de una sucesión de errores, fantasías, autoengaños, ilusiones, desilusiones y contradicciones provocadas, promovidas y nacidas de nuestra mente.

 

 La mente no cultivada, no adiestrada, no entrenada, no ejercitada en la virtud es mente no amansada, es oscuridad, es la maldad de la que hablan todos los místicos de todos los lenguajes espirituales del mundo de todos los tiempos.

 

 Vale la pena dar significado a nuestra vida cultivando las más bellas virtudes y extirpando las oscuridades mentales.