REFLEXIONES PARA
LAS ROZADURAS
Las personas sobresalientes
desarrollan una particular conciencia de sí que los hace ser aceptados por los
demás. Para ejercer sobre la gente una influencia positiva debemos desarrollar
ese tipo de conciencia en nosotros mismos.
Debes amarte a ti mismo antes de
poder amar a otros. Debes creer lo anterior si deseas mejorar como persona.
Cuando nos criticamos en exceso, tendemos a envidiar a quienes desarrollan un
mejor papel que el nuestro. Si nos fijamos solamente en nuestras fallas,
supondremos que los demás también se fijan sólo en nuestros errores y siempre
estaremos esperando ser rechazados.
El mundo es como un espejo. La
mayoría de los problemas que tenemos con la gente son un reflejo de los
problemas que enfrentamos en nuestro interior. No se trata de cambiar a todos
los demás. Cuando cambiamos nuestras ideas, nuestras relaciones mejoran
automáticamente.
Los demás pueden contribuir a
nuestra felicidad, pero antes debemos tener el control de nuestra vida. Cuando
esperamos que alguien «llegue» a arreglar todo, estamos coqueteando con la
desilusión. Las personas que disfrutan relaciones satisfactorias y estables son
seres equilibrados. No andan en busca de alguien que «llene un hueco». Reconocen
su propia valía.
Algunas personas corresponderán a
tu cariño y atenciones y otras no lo harán. Si te preocupas por los demás porque
así lo deseas, no te afectará el que no te devuelvan el afecto o el favor. El
Universo es justo. Si brindas amor y abnegación, cosecharás buenas cosas, aunque
no necesariamente cuando las esperas o de donde las esperas.
La alegría de la vida nace de
correr riesgos, de aventurarnos. No todo el mundo te amará, pero tú si puedes
amar a quien desees. Los únicos que sufren son aquellos que saben que
las cosas pudieron haber sido mejores, mucho más emocionantes, mucho más bellas;
pero no pelearon por conseguirlas.
Desconozco el autor.
saludos, armando
"No se comienza a ser amigo hasta
que se comienza a amar"
(San Agustín)