Seamos creyentes o no, la Navidad tiene un significado histórico cristiano, que para nada se parece al consumismo y derroche. La Navidad nos trae en forma humana el rostro de Dios que se hace presente en la historia: en una familia, en la pobreza, en medio de la gente, caminando al lado de los demás, con su carácter prudente y  a un tiempo fuerte, animando y advirtiendo. Como uno más, que nos viene a decir que Dios no anda en las nubes, y que trabajar por la paz, la justicia, la libertad de las personas y los pueblos, la fraternidad entre todos, la igualdad de los seres humanos es hacer posible la Navidad. Por eso, mi deseo de que la hagamos presente y se nos haga presente para nosotros y para todos los pueblos de la tierra, especialmente los más pobres, en este 2009 cuyas puertas están a punto de abrirse. Impresiona en este sentido uno de los párrafos de una carta de Nietzche en 1861 en el que dice: “¡No te imaginas con que ansias espero la Navidad, esa maravillosa Navidad! La Navidad transforma siempre todo en algo bueno!”*Que esa Navidad venga para todos, para cada persona y para cada pueblo. Y desde este sentimiento: FELIZ NAVIDAD

 Armando Quintana