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Brisas Renovadoras para Tu Alma |
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Asunto: | [brisasrenovadoras] BAILANDO CON EL UNIVERSO - Deepak Chopra | Fecha: | Viernes, 20 de Marzo, 2009 10:32:59 (-0300) | Autor: | Gladys Enciso <gladysenciso @.........ar>
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BAILANDO CON EL
UNIVERSO por Deepak Chopra
Fragmento
de Poder, Libertad y Gracia:
Vivir en la Fuente de la Felicidad
Perdurable
NUESTRO CUERPO, NUESTRA MENTE,
NUESTRAS emociones, nuestra fisiología entera está cambiando a
cada momento en función de la hora del día, de los ciclos de la
luna, las estaciones e incluso las mareas. Nuestro cuerpo es parte
del universo y, en última instancia, todo lo que sucede en el
universo afecta a su fisiología. Los ritmos biológicos son una
expresión de los ritmos de la Tierra en relación con todo el
cosmos, y sólo cuatro de ellos (los ritmos diarios, mensuales,
mareas y lunares) son la base de todos los demás ritmos de
nuestro cuerpo. La Tierra gira sobre
su eje, por lo que experimentamos un ciclo de 24 horas de día y
noche al que llamamos ritmo circadiano. Dicho ritmo se basa en el
giro de la Tierra y, al formar parte de ella, también todo nuestro
cuerpo gira siguiendo el ritmo de la Tierra. Cuando este ritmo
biológico se ve interrumpido, por ejemplo, por algún viaje de
larga distancia, sentimos jet-lag. También cuando nos quedamos
trabajando toda una noche, aunque descansemos durante el día no
nos sentimos del todo bien, ya que nuestros ritmos biológicos
están desacompasados con los ritmos
cósmicos. Los datos científicos
muestran que si sometemos a un animal a cierta dosis de radiación
una vez al día, éste puede experimentar algún efecto beneficioso.
Pero si le damos la misma dosis de radiación doce horas más tarde,
el animal puede morir. ¿Por qué? Porque su fisiología ha cambiado
por completo en ese periodo de doce horas. Incluso nuestra pequeña
experiencia subjetiva nos dice que a ciertas horas del día tenemos
hambre, mientras que a otras tenemos sueño. Sabemos que tendemos a
sentirnos de una cierta manera a las cuatro de la tarde y de otra
a las cuatro de la mañana. Los ritmos de las
mareas también afectan a nuestra fisiología. Estos ritmos son el
resultado del efecto gravitatorio del sol, la luna y las estrellas
de galaxias distantes sobre los océanos del planeta Tierra. En
nuestro interior nosotros también tenemos un océano similar a los
de nuestro planeta. Más del 60 por ciento de nuestro cuerpo es
agua, y más del 60 por ciento de nuestro planeta es agua. Por lo
tanto, experimentamos en nuestra propia fisiología las pleamares y
las bajamares y los flujos y reflujos de las mareas. Cuando nos
sentimos incómodos es porque nuestro cuerpo está fuera de
sincronía con el cuerpo del universo. Pasar tiempo cerca del mar o
en cualquier sitio natural puede ayudarnos a sincronizar nuestros
ritmos con los de la naturaleza. El ritmo lunar es un
ciclo de veintiocho días que se produce como resultado del
movimiento relativo de la Tierra, el sol y la luna. Dicho ritmo es
evidente considerando el crecimiento y decrecimiento de la luna.
Vemos la luna llena, media luna, dejamos de verla, y el ciclo
vuelve a empezar otra vez. La fertilidad humana y la menstruación
son buenos ejemplos de ritmos lunares, pero hay otros muchos
ciclos de veintiocho días. Cuando trabajaba como medico en una
sala de urgencias, era de esperar que atendiésemos a más pacientes
con determinados tipos de problemas dependiendo de la hora del día
y de los ciclos de la luna. Debido al movimiento
de la Tierra alrededor del sol, experimentamos los ritmos
estacionales en forma de diferentes cambios bioquímicos en nuestro
cuerpo y mente. Por eso somos más propensos a enamorarnos en
primavera o a deprimirnos en invierno. Las personas que padecen un
síndrome conocido como desorden afectivo estacional se deprimen en
invierno pero mejoran al ser expuestos a la luz solar. Los cambios
estacionales no sólo afectan a la bioquímica del cuerpo humano:
afectan a la de los árboles, las flores, las mariposas, las
bacterias y todo lo que está presente en la
naturaleza. La Tierra se inclina
sobre su eje en primavera y brotan las flores, las marmotas salen
de sus madrigueras, migran las aves, los peces regresan a sus
territorios de desove y comienzan los rituales de cortejo. Las
personas se sienten inclinadas a escribir poesía, los amantes
cantan sus canciones y corazones jóvenes y viejos se enamoran. Los
ritmos estacionales nos afectan biológica, mental y
emocionalmente; todos ellos tienen que ver con la relación entre
la Tierra y el sol. Hay otros ritmos y
ciclos que oscilan cada pocos segundos, como las ondas cerebrales
y electrocardiográficas, mientras que otros como los ritmos
ultradianos duran desde treinta minutos a veinticuatro horas. Hay
ciclos dentro de otros ciclos, alcanzándose un elevado nivel de
complejidad que en su conjunto funciona al unísono como una
sinfonía. Todos esos ritmos crean la sinfonía
del universo; cuerpo y mente siempre están intentando sincronizar
sus ritmos con los ritmos universales. Separar el cuerpo y la
mente del resto del cosmos es no ver las cosas como son. El
sistema cuerpo-mente forma parte de una inteligencia superior, es
parte del cosmos, y los ritmos cósmicos generan cambios profundos
en nuestra fisiología. El universo es una verdadera sinfonía de
las estrellas. Y cuando nuestro cuerpo y nuestra mente están
sincronizados con dicha sinfonía, todo se da espontáneamente y sin
esfuerzo, y la exuberancia del universo fluye a través de nosotros
en glorioso éxtasis. Cuando los ritmos de
nuestro cuerpo y mente están sincronizados con los ritmos de la
naturaleza, cuando vivimos en armonía con la vida, vivimos en
estado de gracia. Vivir en gracia es experimentar ese estado de
conciencia en el que las cosas fluyen sin esfuerzo y nuestros
deseos son satisfechos con facilidad. La gracia es mágica y
sincrónica, está llena de coincidencias y es maravillosa. Es ese
factor de la buena suerte. Pero para vivir en la gracia es
necesario que permitamos que la inteligencia de la naturaleza
fluya a través de nosotros sin interferir con
él. Teóricamente, si
estuviésemos totalmente alineados con el cosmos, si estuviésemos
en completa armonía con sus ritmos y si tuviésemos cero estrés,
habría muy poca entropía en nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo no
envejecería si estuviésemos completamente sincronizados con los
ciclos del universo. Si su entropía no se incrementase, estaría
dentro de la escala del universo, que se mide en ciclos cósmicos o
eones de tiempo. Pero nuestro sistema cuerpo-mente no
está perfectamente alineado con los ritmos del universo; ¿por qué
es así? Por el estrés. Ya lo ves, en cuanto tenemos un
pensamiento, cualquier pensamiento, éste interfiere con la
tendencia innata de los ritmos biológicos a sincronizarse con los
universales.
¿Cómo interferimos con la inteligencia de la
naturaleza? En términos espirituales, podemos decir que
interferimos cuando nos identificamos con la imagen que tenemos de
nosotros mismos y perdemos de vista a nuestro ser interior; cuando
perdemos nuestra sensación de conexión con nuestra alma, nuestra
fuente. En términos más comunes, podemos decir que interferimos
cuando empezamos a preocuparnos, cuando empezamos a anticipar
problemas, cuando empezamos a pensar en lo que podría salir mal.
Cuando intentamos controlarlo todo, cuando nos asustamos, cuando
nos sentimos aislados; todas esas cosas interfieren con el flujo
de la inteligencia de la naturaleza. Cada vez que sentimos
resistencia, frustración, que las cosas van mal, que exigen
demasiado esfuerzo, es porque estamos desconectados de nuestra
fuente, el campo de la pura conciencia, que se manifiesta en la
infinita diversidad del universo. El estado de miedo es el estado
de separación; es resistencia hacia lo que es. Cuando no oponemos
resistencia todo es espontáneo y sencillo, no exige
esfuerzo.
Nuestro cuerpo nos está hablando constantemente
mediante señales de comodidad e incomodidad, placer y dolor,
atracción y repulsión. Cuando prestamos atención a las sutiles
indicaciones de nuestras sensaciones corporales, accedemos a la
inteligencia intuitiva. Dicha inteligencia es contextual,
relacional, enriquecedora, holística y sabia. La inteligencia
intuitiva es más detallada y precisa que cualquier otra cosa
existente en el reino del pensamiento racional. La intuición no es
pensamiento; es ese campo cósmico de información no localizado que
nos susurra en el silencio que hay entre nuestros pensamientos.
Por lo tanto, cuando hacemos caso de la inteligencia interior de
nuestro cuerpo, que es el genio supremo y definitivo, nos estamos
introduciendo en el universo y accediendo a una información a la
que no suele tener acceso la mayor parte de la
gente. Cuando hagamos caso de
la sabiduría de nuestro cuerpo, cuando seamos conscientes de las
sensaciones de nuestro cuerpo, conoceremos el cosmos entero, ya
que experimentamos todo el cosmos en nuestro cuerpo en forma de
sensaciones. Cuando no estamos en armonía con los ritmos
universales, la señal que nos llega es de incomodidad, ya sea
física, mental o emocional. Cuando fluimos en armonía con el
universo, la señal que nos llega es una sensación de comodidad, de
alegría, de que todo es fácil. En realidad, esas
sensaciones son la voz del espíritu, que nos habla al nivel de
sentimiento más sintonizado de nuestro cuerpo. Cuando ofrezcamos a
nuestro cuerpo una profunda atención, escucharemos la voz del
espíritu, porque nuestro cuerpo es una bio ordenador
constantemente conectado con la mente cósmica. Nuestro cuerpo
tiene una habilidad informática que lo capacita para reparar
instantáneamente en la infinidad de detalles que crean cada
acontecimiento de nuestra vida. Sabiendo todo esto,
¿por qué no tratas a tu cuerpo con respeto y lo cuidas? Cuida de
él con amorosa atención. Aliméntalo con comida saludable y agua
fresca. Aliméntalo con la frescura de la tierra y con los colores
del arcoiris que la tierra ofrece en forma de frutas y vegetales.
Bebe intensamente las aguas de la Tierra para que ellas puedan
abrir las líneas de comunicación e inteligencia que corren a
través de tus tejidos y de tu torrente sanguíneo. Respira
profundamente para que tus pulmones se expandan por completo con
el aire. Libérate de toda
atadura o constricción consciente para que tu cuerpo pueda
relajarse en los ritmos del universo. Mueve tu cuerpo, ejercítalo
y mantenlo en movimiento. Comprométete a mantenerlo libre de
toxinas, tanto físicas como emocionales. No lo contamines con
bebidas o alimentos muertos, químicos tóxicos, relaciones o
emociones tóxicas en forma de ira, miedo o culpa. Asegúrate de
alimentar tus relaciones saludables y no albergues rencores ni
resentimientos. La salud de cada célula contribuye directamente a
tu estado de bienestar, ya que cada célula es un punto de
conciencia en el campo de conciencia que tú
eres. Cuerpo y mente son la
danza del universo y, cuanto más bailen con el universo, más
alegría, vitalidad, energía, creatividad, sincronicidad y armonía
experimentarás. Puedes permanecer sintonizado a tu cuerpo siendo
consciente de cómo bailas con el universo. Si prestas atención a
los ritmos y ciclos de tu cuerpo y mente y te familiarizas un poco
con los ritmos cósmicos, verás cómo puedes sincronizar los ritmos
de tu cuerpo con los del universo. No tienes que ser ningún
experto, simplemente presta un poco de atención a esto. Observa
cómo te sientes en diferentes momentos del día y del mes
dependiendo del ciclo lunar. Mira al cielo y fíjate en los ciclos
de la luna. Si lees el diario, mira los horarios de la pleamar y
la bajamar. Siente tu cuerpo y observa cómo se relaciona con cada
estación. Entiende que estos ritmos pueden ayudarte de verdad; la
siguiente información es lo único que debes recordar.
Entre
las seis y las diez de la mañana y las seis y las diez de la noche
es cuando tu cuerpo está hipometabólico, en su fase de metabolismo
más baja. Intenta pasar un rato en silencio en torno a las seis de
la mañana y de la tarde. Lo Ideal sería meditar al inicio de esta
fase y hacer ejercicio en la mitad de ella, especialmente si lo
haces para perder peso. Entre las diez de la
mañana y las dos de la tarde es cuando el fuego metabólico se
encuentra al máximo. Es el momento de hacer la comida principal
porque tu cuerpo metabolizará mucho mejor la comida. Entre las dos
y las seis de la tarde es un buen momento para estar activos,
aprender nuevas actividades mentales o emprender actividades
físicas. Entre las dos y las seis de la
mañana es buen momento para soñar. Alrededor de las seis de la tarde,
preferiblemente antes de la puesta del sol, es un buen momento
para cenar. Es mejor cenar algo ligero y dejar al menos dos o tres
horas de intervalo entre la cena y el sueño.
Por lo tanto, intenta
acostarte hacia las diez o diez y media de la noche y tendrás un
descanso ideal con grandiosos sueños. Estas son
recomendaciones muy básicas pero, una vez que empezamos a
sintonizar nuestros ritmos con los ritmos cósmicos, el cuerpo se
siente bastante diferente. Se siente vital; no se cansa.
Subjetivamente nos sentimos más enérgicos. Empezamos a
experimentar ese estado de conciencia en el que todas las cosas de
nuestra vida fluyen con facilidad. Una salud vibrante no es solo
la ausencia de enfermedad; es esa alegría que debería estar en
nuestro interior todo el tiempo. Es un estado de bienestar
positivo no solo físico sino emocional, psicológico y, en última
instancia, incluso espiritual. La tecnología no va a hacernos más
sanos. Lo que va a hacernos más sanos es que estemos alineados con
las fuerzas del universo, que sintamos que nuestro cuerpo es parte
del cuerpo de la naturaleza, comulgar con ella y con nuestra alma
pasando tiempo en soledad y silencio. El poeta hindú
Rabindranath Tagore resume el milagro de la vida de una manera más
hermosa de lo que la ciencia puede hacerlo. Dice: "La misma marea
de la vida que corre por mis venas día y noche corre por el mundo
y baila con métrica cadenciosa. Es la misma vida que se dispara
con alegría por el polvo de la tierra en innumerables briznas de
hierba, rompiendo en olas tumultuosas de hojas y flores. Es la
misma vida a la que mece el mar, cuna de nacimiento y muerte, en
su flujo y reflujo. Siento que la caricia
de este mundo de vida hace gloriosos a mis miembros. Y mi orgullo
viene del latido de eras que baila en este momento en mi
sangre". Los mares y ríos de
esta biosfera son la sangre de la vida que circula por nuestro
corazón y nuestro cuerpo. El aire es el aliento sagrado de vida
que da energía a cada célula de nuestro cuerpo, a fin de que sea
posible vivir, respirar y participar en la danza del cosmos. Tener
la experiencia de "el latido vital de eras que baila en este
momento en nuestra sangre" es vivir la alegría, la conexión con el
cosmos. Esta es la experiencia sanadora; es la experiencia de
estar completo. Y estar completo es vivir en la
gracia. © 2006, Deepak Chopra, Todos los
Derechos Reservados.
Publicado con permiso de Amber-Allen
Publishing, Inc., San Rafael, California.
SOBRE EL
AUTOR Deepak Chopra nació y creció en Nueva Delhi, India. Hijo
de un eminente cardiólogo, asistió al prestigioso All India
Institute of Medical Sciences, emprendiendo su carrera en el campo
de la medicina occidental. Tras graduarse se mudó
a los Estados Unidos, completando sus especialidades de medicina
interna y endocrinología. Enseñó en la Universidad Tufts y en la
Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, alcanzando la
categoría de Jefe de Equipo en el New England Memorial Hospital y
ejerciendo una dilatada práctica privada.
En aquella época,
a pesar de su éxito aparente, el Dr. Chopra sentía una creciente
insatisfacción y la incómoda sensación de que quizás podría estar
haciendo algo más por sus pacientes. Esas dudas le condujeron al
Ayurveda, la antigua ciencia hindú de la sanación. El Dr. Chopra
lo reconoció de inmediato como el sistema de cuidado de la salud
que trata a la persona en su conjunto en lugar de tratar síntomas
individuales. El Ayurveda le enseñó que la mente ejerce una
profunda influencia sobre el cuerpo y que la Buena salud depende
tanto de la consciencia y del equilibrio interior como de llevar
una vida saludable. Gracias al Ayurveda, el Dr. Chopra volvió a
despertar a las antiguas tradiciones espirituales de oriente, y
sus escritos reflejan la influencia de la sabiduría antigua aunada
con lo mejor de la ciencia moderna. Sus precursores trabajos
mezclan la física con la filosofía, lo práctico con lo espiritual
y la venerable sabiduría oriental con la aguda ciencia occidental,
con resultados dinamizadores.
Dr. Chopra es fundador de la
Asociación Americana de Medicina Ayurvédica. En 1992 fue designado
miembro de la comisión de expertos creada ad hoc sobre Medicina
Alternativa por el Instituto Nacional de Salud y miembro del
Comité Científico Asesor de la revista Longevity. En 1993 fue
nombrado Director Ejecutivo del Instituto Sharp para el Potencial
Humano y la Medicina de la Mente y el Cuerpo, así como asesor jefe
del Centro para la Medicina de la Mente y el Cuerpo. En 1995 fundó
el Centro de Bienestar Chopra en La Jolla, California. Se han
vendido millones de ejemplares de sus libros en todo el mundo,
habiendo sido traducido a más de 34 idiomas. Entre sus títulos más
conocidos figuran Las Siete Leyes Espirituales del Éxito, Cuerpos
Sin Edad, Mentes Sin Tiempo y Sanación Cuántica.
*Bailando
con el Universo por Deepak Chopra*
"La imaginación es la transformación de la
experiencia en conocimiento".
Graciela E. Prepelitchi
011 15 6674
8312 |
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Yahoo! Cocina Recetas prácticas y comida
saludable Visitá http://ar.mujer.yahoo.com/cocina/
¿Sabías que el mejor amigo de Hotmail es Messenger? ¡Conocé las razones!
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