Un esposo fue a visitar a un sabio consejero y
le comentó que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.
El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y tan sólo le dijo una
palabra:
“ÁMALA". Luego se calló.
Pero es
que ya no siento nada por ella. -Replicó el esposo.
“AMALA",
repuso el sabio. Y ante el desconcierto del señor, después de un
breve silencio, agregó lo siguiente:
Amar es una
decisión, no es un sentimiento. Amar es dedicación y entrega.
Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El
amor es un ejercicio de jardinería: Arranca lo que hace daño,
prepara el terreno, siembra, se paciente, riega y cuida.
Prepárate porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, pero
no por eso abandones tu jardín.
Ama a tu pareja, es decir:
acéptala, valórala, respétala, dále afecto y ternura, admirala y
compréndela.
Eso es todo, Ámala Y recuerda:
La
inteligencia sin amor..........te hace perverso La justicia sin
amor.................te hace implacable La diplomacia sin
amor...........te hace hipócrita El éxito sin
amor.....................te hace arrogante La riqueza sin
amor...............te hace avaro La docilidad sin
amor.............te hace servil La pobreza sin
amor..............te hace orgulloso La belleza sin
amor...............te hace ridículo La verdad sin
amor................te hace hiriente La autoridad sin
amor............te hace tirano El trabajo sin
amor.................te hace esclavo La sencillez sin
amor.............te envilece La ley sin
amor......................te esclaviza La fe sin
amor........................te hace fanático La oración sin
amor...............no da frutos Y, la vida sin
amor.................no tiene sentido
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