Yo quería cantar.
Tenía una calandria en la garganta;
mi
corazón era el de un pájaro,
y mi voz en la sangre
se poblaba de
trinos.
Yo quería volar.
Mi pecho era la
quilla de una garza,
y con plumas doradas en las manos,
medía con los
ojos el espacio,
mi otro cielo.
Yo quería soñar.
Busqué en el
Sueño prodigiosas alas,
la fugitiva luz del arco-iris
para inventar
espectros desvelados
en mi oscura galaxia.
Yo quería
cantar.
Volar.
Soñar.
Hartarme de
Infinito,
para ser libre de distinto modo.
Pero el necio animal
que
me subyace,
Se empecinó
en ser hombre.
Juan Ricardo Nervi