LA VENTANA Y EL
ESPEJO
Un joven muy rico fue a ver
a un rabino y le pidió consejo para orientar su vida. Este lo
condujo hacia la ventana y le preguntó:
- ¿Qué ves a través de los
vidrios?
- Veo hombres que van y vienen
y un ciego que pide limosna en la calle.
Entonces el rabino le mostró
un gran espejo y nuevamente lo interrogó:
- ¿Mira este espejo y dime
ahora qué ves?
- Me
veo a mí mismo.
-
¡Y ya no ves a los
otros!
Date cuenta que
la ventana y el espejo,
están hechos de
la misma materia prima, el vidrio.
Pero en el
espejo, no ves más que tu persona,
porque tiene una fina
lámina de plata pegada al vidrio.
Debes compararte con
estas dos especies de vidrio.
Pobre, veías a los
otros y sentías compasión por ellos.
Cubierto de plata
-rico-, apenas te ves a ti mismo.
Sólo valdrás algo
cuando tengas el coraje,
de arrancar el
revestimiento de plata que te cubre los ojos
y puedas nuevamente
ver y amar a los demás.
Paulo Coelho
LOS DOS
AMORES
Si tu amor se centra en
el dinero,
será muy difícil que logres
distinguir a aquellos que te necesitan,
y que te piden una ayuda
oportuna.
Si tu amor se reduce a
los bienes materiales,
te
quedarás ciego ante la dura realidad
que les
toca vivir a los que nada
poseen.
Si tu amor se encierra
en un automóvil,
jamás podrás contemplar a aquellos hermanos tuyos
que se arrastran por las calles,
apoyados en muletas o en carritos de
madera.
Si tu amor está
lleno de intereses mezquinos,
de nada te sirve;
porque será como una simple campana
que resuena,
sin dar ningún fruto.
Cuando se aman otras
cosas,
en lugar de entregarse
a Dios,
se comprueba que no se
puede servir a dos señores.
Servir al amor, es
ponerse a la disposición de Dios.
Autor
Desconocido