CARTA ABIERTA A LA
ESPERANZA

Nana Mouskuri - The
lonely Sheperd.wav
Si ayudo a una sola
persona a tener esperanza,
no habré vivido en
vano.
Luther King,
Martin
Lo primero que hice fue
ir al diccionario y buscar la palabra:
"esperanza",
dos
puntos.
Dícese de la confianza
que se tiene de recibir una cosa,
punto.
Una de las tres
virtudes teologales,
punto.
Pero ese "dícese" no
nos dijo nada.
Solo recordamos a la
abuela que se sentía muy sabia al decir:
"lo ultimo que se
pierde es la esperanza"
Y de oírlo tantas veces
nos hemos cansado o acostumbrado.
Total
que,
en el
fondo,
no hemos pensado lo
mucho que puede significar.
Ahora sabemos que hasta
hoy nos hemos perdido de la magia de la palabra
¡
esperanza!.
Tantos años
perdidos…
Creyendo solo en lo que
se ve,
tanto
tiempo…
sin mirar más
allá…
¡que
desperdicio!
Para venir a saber o
mejor dicho a entender
que esa sola palabra es
dueña del infinito.
Y uno que cree que se
las sabe todas…
¡que
va!,
Y uno que creyó que la
esperanza era para guardarla…
Que gran
equivocación!
A la esperanza hay que
sacarla,
mantenerla a flor de
piel.
Tratarla como las
caricias,
como a las
sonrisas,
como a la
ilusión,
como a las
ganas,
como a los
besos,
como a todas esas cosas
que mantiene alerta tu corazón,
que mantiene encendida
tu alma,
como todas esas cosas
que usas para embolatar la rigidez del cerebro,
olvidar la pesadez de
la rutina,
el dolor de la
vida,
los fracasos y el
malestar.
A la esperanza hay que
tenerla ahí como una sombra para continuar bien que
mal,
mal que bien y a veces
igual.
Hay que tenerla como
motor
dispuesto a
encenderse,
dispuesto a recorrer
lugares donde la vida no duela tanto.
Sintiendo con su abrazo
que van para afuera el dolor y el llanto,
sintiendo que le ocupa
entero su risa victoriosa,
ese oasis que todos
necesitamos tanto,
tanto.
Esperanza:
Llévanos por la noche
oscura,
enfréntanos a los más
temidos dragones,
sabe que con vos no
existe el miedo.
Todo este cuento
nuestro va para vos:
Háste el
perfecto,
aguanta tus penas hasta
que te sacuda el cansancio.
La
esperanza,
ahora lo
sabemos,
es
todo.
¿saben?
Es como el
viento,
Es la razón del
tiempo.
Abracemos la esperanza
duro y a pecho como si fuera nuestra madre.
Hazte el
vivo,
sigue
derecho,
no busques
desvíos,
no toleres
introspecciones,
deja este siglo
vacío.
Obtén
honores,
diplomas,
dinero,
bienes,
acciones,
etcétera,
etcétera,
no te mires hacia
adentro que eso es perder el tiempo.
Hásme
caso,
reacciona que estas muy
grande,
deja el miedo al
desperdicio emocional,
da rienda suelta a tu
vida,
tumba los muros y no
esperes más.
Acompaña la
esperanza,
ella nunca va
adelante,
jamás se queda
atrás.
Déjate guiar que con
certeza llegarás exactamente donde quieres
llegar,
si es antes o
después,
que
importa,
eso déjalo al
destino,
el lo
sabrá.
Ahora empápate de
fe,
vuelve a
creer
y sin afán transforma
el silencio en cielo,
el negro en
blanco,
la nada en
todo.
Solo es cuestión de
confianza,
no son milagros ni
poderes,
tan solo se trata de
ella la esperanza.
Un hombre es un
hombre
siempre que se
asombre.
Y ahora todo lo que
vemos nos deja los ojos callados,
la boca
abierta,
la piel
erizada,
todo esto
es…
¡esperanza!
Esperanza sabe que te
admiramos,
te
respetamos,
y por encima de
todo,
te
necesitamos,
nuestra vida es de tu
tamaño.
Sabe también
esperanza
que pasaremos por
encima de lo que al frente se ponga
solo para ver tu grata
sonrisa,
solo para merecer tu
abrazo.
Sabe que como un hijo
te cuidaremos,
sabe que siempre sabrás
de nuestra gratitud.
Tu presencia en
nosotros ha puesto al descubierto
en cada uno un ser
mejor.
Y
bien,
la luna es de
seda,
la noche de velos y
desvelos,
y el radiante sol de
América
es una danza secreta y
mágica de luz,
… de
esperanza.
Esperanza,
estas en nuestras
manos,
en las
tuyas,
en las de tus
amigos,
en la de tus
hijos.
Esperanza estás en las
manos de todos.
Esperanza haz tu
despliegue,
tú estás con
nosotros,
nosotros
contigo
y Dios con
todos.
Ángela Botero
López
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