Soy un
niño
con un
nombre que me sustenta llámame por mi nombre. Aceptame como soy:
no me compares. Yo soy como tú,
un
individuo único con únicas maneras
de
percibir interpretar
y
expresarse. Aprender es agradable. No me lo eches a perder con
castigos tareas y amenazas. Permíteme expresarme
libremente: no termines mi frase ni culmines mis trazos
ni rellenes mis dibujos. Intercambia conmigo opiniones. Así me
ayudas a aceptar las críticas ajenas. Mírame a los ojos
cuando me
hables. De ser posible
colócate a
la altura de mi vista. A veces me duele el cuello de mirar hacia
arriba. Sé discreto con mis asuntos: mis piojos, mi zurdera, mi
tartamudez o mis rabietas; no van a desaparecer por el hecho de
que tú las pregones. Déjame tomar decisiones. Sugiéreme y plantéame
alternativas pero enséñame a ser independiente; a prescindir de ti.
Estímulame para mantener despiertos mis sentidos.
Con ellos
puedo hacer y rehacer el universo. Valora mis esfuerzos más que los
resultados de mis actos. Así tendré ánimo para seguir adelante y ése
será nuestro triunfo. Si asumes que yo soy un individuo en proceso
de transformación
(y tú
también) podremos ser solidarios
en la
creación. Necesito límites y está bien que ejerzas el control pero
hazlo con firmeza, congruencia preserverancia y cariño. No me pidas
que me quede quieto por mucho rato. Tengo muchos barcos y trenes
y aviones, caballos y mariposas por dentro. No me resuelvas las
cosas porque me harás un desvalido. No supongas lo que me pasa;
indágalo. Así nos ayudaremos. Un dato para
sobrevivir
el mañana: enséñame a cooperar
antes que
a competir. Enséñame también cómo aprender pero quiero aprender
explorando, haciendo, viviendo. Necesito amar y ser amado. Vamos
pues.
"FELIZ DIA
DEL NIÑO"
|