Cuando se mira superficialmente, parece que el momento
presente es uno entre muchos, muchos momentos. Cada día de tu vida parece
estar compuesto por miles de momentos en los que ocurren distintas cosas.
Pero, si miras más a fondo, ¿no hay siempre un único momento? ¿No es la vida
siempre «este momento»?
Este momento —el Ahora— es la única cosa de la que nunca
puedes escapar, el único factor constante en tu vida. Pase lo que pase, por
más que cambie tu vida, hay una cosa segura: siempre es
Ahora.
Y ya que no es posible escapar del Ahora, ¿por qué no
darle la bienvenida y hacerse amigo suyo?
* * *
Cuando te haces amigo del momento presente te sientes como
en casa dondequiera que estés. Si no te sientes cómodo en el Ahora, te
sentirás incómodo dondequiera que vayas.
* * *
El momento presente es como es. Siempre. ¿Puedes dejarlo
ser?
* * *
La división de la vida en pasado, presente y futuro es
obra de la mente y, en definitiva, es ilusoria. Pasado y futuro son
formas-pensamiento, abstracciones mentales. El pasado sólo puede ser recordado
Ahora. Lo que recuerdas es un suceso que tuvo lugar en el Ahora, y lo
recuerdas Ahora. El futuro, cuando llega, es un Ahora. De modo que lo único
que es real, lo único que llega a tener existencia, es el
Ahora.
* * *
Mantener la atención en el Ahora no implica negar las
necesidades de tu vida. Se trata de reconocer que es lo fundamental. Eso te
permite gestionar lo secundario con gran facilidad. No se trata de decir: «Ya
no me ocupo de las cosas porque sólo existe el Ahora.» No. Empieza por
encontrar lo que es más importante y haz del Ahora tu amigo, no tu enemigo.
Reconócelo, hónralo. Cuando el Ahora es el fundamento y el núcleo principal de
tu vida, ésta se despliega con facilidad.
* * *
Recoger la vajilla, diseñar una estrategia empresarial,
planear un viaje... ¿Qué es mas importante el acto en sí o el resultado que
quieres conseguir con ese acto? ¿Este momento o algún momento
futuro?
¿Tratas este momento como si fuera un obstáculo por
superar? ¿Sientes que lo más importante es llegar a algún momento
futuro?
Casi todas las personas viven así la mayor parte del
tiempo. Como el futuro nunca llega, excepto como presente, es un estilo
de vida disfuncional. Genera una continua corriente subterránea de tensión,
alteración y descontento. No hace honor a la vida, que es Ahora y nunca deja
de ser Ahora.
* * *
Siente la vida dentro de tu cuerpo. Eso te ancla en el
Ahora.
* * *
No te responsabilizas definitivamente de la vida hasta que
te responsabilizas de este momento, del Ahora. Esto se debe a que en el
Ahora es en el único lugar donde se halla la vida.
Responsabilizarse de este momento significa no oponerse
internamente a la «cualidad» del Ahora, no discutir con lo que es. Significa
estar alineado con la vida.
El Ahora es como es porque no puede ser de otra manera.
Ahora los físicos confirman lo que los budistas han sabido siempre: no hay
cosas ni sucesos aislados. Por debajo de las apariencias superficiales, todas
las cosas están interconectadas, son parte de la totalidad del cosmos que ha
producido la forma que toma este momento.
Cuando dices «sí» a lo que es, te alineas con el poder y
la inteligencia de la Vida misma. Sólo entonces puedes convertirte en un
agente del cambio positivo en el mundo.
* * *
Una práctica espiritual simple pero radical es aceptar lo
que surja en el Ahora, dentro y fuera.
* * *
Cuando tu atención te traslada al Ahora, estás alerta. Es
como si despertases de un sueño: el sueño del pensamiento, el sueño del pasado
y del futuro. Hay claridad, simplicidad. No queda sitio para fabricarse
problemas. Simplemente este momento es como es.
* * *
En cuanto entras con tu atención en el Ahora, te das
cuenta de que la vida es sagrada. Cuando estás presente, hay una sacralidad en
todo lo que percibes. Cuanto más vivas en el Ahora, más sentirás la simple
pero profunda alegría de Ser, y la santidad de toda
vida.
La mayoría de la gente confunde el Ahora con lo que
ocurre en el Ahora, pero son dos cosas distintas. El Ahora es más profundo
que lo que ocurre en él. Es el espacio en el que ocurren las
cosas.
Por tanto, no confundas el contenido de este momento con
el Ahora. El Ahora es más profundo que cualquier contenido que surja en
él.
* * *
Cuando entras en el Ahora, sales del contenido de tu
mente. La corriente incesante de pensamientos se apacigua. Los pensamientos
dejan de absorber toda tu atención, ya no te ocupan completamente. Surgen
pausas entre pensamientos, espacio, quietud. Empiezas a darte cuenta de que
eres mucho más profundo y vasto que tus pensamientos.
* * *
Pensamientos, emociones, percepciones sensoriales y
experiencias constituyen el contenido de tu vida. «Mi vida» es de lo que
derivas tu sentido del yo; «mi vida» son los contenidos, o al menos eso
crees.
Pasas por alto continuamente el hecho más evidente: tu
sentido más interno Yo Soy no tiene nada que ver con lo que
ocurre en tu vida, nada que ver con los contenidos. Este sentido del
Yo Soy es uno con el Ahora. Siempre permanece igual. En la infancia y
en la vejez, en la salud o en la enfermedad, en el éxito y el fracaso, el
Yo Soy —el espacio del Ahora— permanece inmutable al nivel más
profundo. Habitualmente se confunde con el contenido, y por eso sólo
experimentas el Yo Soy o el Ahora levemente, indirectamente, a
través de los contenidos de tu vida. En otras palabras: tu sentido de Ser
queda oscurecido por las circunstancias, por la corriente de pensamientos y
por todas las cosas de este mundo. El Ahora queda oscurecido por el
tiempo.
Y así olvidas que estás enraizado en el Ser, en tu
realidad divina, y te pierdes en el mundo. Confusión, ira, depresión,
violencia y conflicto afloran cuando los seres humanos olvidan quiénes son.
Sin embargo, qué fácil es recordar la verdad y volver a
casa.
Yo no soy mis pensamientos, emociones, percepciones
sensorias y experiencias. Yo no soy el contenido de mi vida. Yo soy Vida. Yo
soy el espacio en el que ocurren todas las cosas. Yo soy conciencia. Yo soy el
Ahora. Yo
Soy.
Anónimo