Asunto: | [brisasrenovadoras] ->ATAHUALPA YUPANQUI | Fecha: | Sabado, 23 de Septiembre, 2006 09:35:53 (-0300) | Autor: | Néstor Almagro <nalmagro @.......ar>
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ATAHUALPA
YUPANQUI
Primero se impone
una silueta, una mirada. Y pronto el sonido viene a completar la imagen. Una
voz. Rasgueo de guitarra. Solicitada, la memoria entrega unos versos que
suenan y se imponen, vivencias. La voz murmura : "No necesito silencio / Yo no
tengo en que pensar. / Los ejes de mi carreta / nunca los voy a engrasar."
(Los ejes de mi carreta). O se indigna : "El yanqui vive en palacio / ¡Yo vivo
en un barracón! / ¿Cómo es posible que viva el yanqui mejor que yo? " (Basta
Ya). O quizás, melódica, armoniosa, "dice" palabras que son música : "Si
alguien me dice señor / agradezco el homenaje / mas soy gaucho entre el
gauchaje / y soy nada entre los sabios..." (El payador perseguido).
Soledad o protesta. Canto o relato. Poesía y música siempre mezcladas
y acompañándose. Hermanas más que rivales. Si en "Basta Ya" la música se hace
discreta es para dar paso al mensaje; pero vuelve a sonar, más fuerte, entre
las coplas para mantener el pensamiento en la vía emprendida par las palabras.
Extraña alquimia. Mezcla sutil. Armonía lograda. Tanto que conmueven y
trastornan igual al oyente o al lector ya que ambos se preguntan cómo ha
podido Atahualpa Yupanqui obtener este perfecto equilibrio, de qué se ha
nutrido y por qué su arte habla tan directamente al corazón sin que lo
obstaculice la lengua.
El artista es púdico. Se entrega poco. Su vida
está en su obra, suele puntualizar. Intentaremos, sin embargo, hallar algunas
pistas.
Nace el 31 de enero de 1908 en El Campo de la Cruz, al norte
de la provincia de Buenos Aires. En aquel entonces se llama Héctor Chavero. Su
madre es vasca, su padre, criollo, Argentino de pura cepa. "Me galopaban en la
sangre trescientos años de América, desde que don Diego Abad Chavero llegó
para abatir quebrachos y algarrobos, a hacer puertas y columnas para iglesias
y capillas", escribe en el canto del viento.
Y al contar su infancia
evoca su profunda afición a la guitarra, sus largos recorridos por Argentina,
las más veces a caballo, hacia el Interior : "Donde sienta un chiflido
amistoso, ahí me apeo, doy las gracias y pelo la guitarra. Si nada me dicen
sigo caminando, que es quizá el signo de mi destino: caminar, caminar
siempre."
Practica diversos oficios, observa los paisajes y los
hombres, compartiendo la misma vida, impregnándose de su música. Recoge de la
misma fuente las formas musicales más variadas - tan sumamente distintas según
el marco geográfico - que constituyen el folklore. Entre muchas otras la
milonga, canto lento y grave de la Pampa; la chacarera y la zamba, danzas de
ritmo vivo y alegre, la vidala, intimista; la baguala, grito o protesta de los
kolla del altiplano, del arriero criollo, del peón mestizo.
Con
infinito respeto Atahualpa Yupanqui restituirá en sus composiciones todas
estas formas surgidas de la tradición más pura. Bajo forma diferente "El
payador perseguido" completará "El canto del viento." A esta autobiografía se
mezclan consejos y meditaciones sobre los temas más diversos. El texto es
magnifico, la interpretación insuperable. Este poema de 726 versos se ha
cotejado con "Martín Fierro" de José Hernández, publicado en 1872 y que ha
conocido un gran éxito popular. El relato de las aventuras de un gaucho
perseguido par las autoridades y que se transforma en héroe, victima de los
ricos es escrito en coplas de seis versos. La lengua es la de los gauchos.
"Martín Fierro" y "El payador" presentan numerosas características
comunes y quedarán, no cabe duda, como testimonios de una época. Atahualpa
Yupanqui dice y canta este poema con ritmo de milonga. El estilo es el de una
conversación amistosa y entrañable, una invitación a compartir las alegrías,
las penas, las rebeliones. Voz y guitarra, otra vez. Y siempre, en filigrana,
hombres y paisajes.
Todo esto, lo percibe la sensibilidad. El lenguaje
musical no conoce fronteras. Es asequible a todos. Somos muchos los que nos
hemos visto acompañados por sus canciones, desde "Duerme negrito" hasta
"Preguntitas...", pasando por "Campesino" y la "Milonga del solitario." Nos
lleva hacia otras tierras y del descubrimiento brota la felicidad. Luego
advertimos que nos está hablando de nosotros mismos. Sea cual sea la latitud
en donde vive, idéntica es la manera en que el hombre, experimenta la soledad,
el silencio a el susurro, del agua. Y esto es pura felicidad, la de la
comunión. Cuando describe una realidad social lo hace con pudor y dignidad. Se
afirma como testigo, no como abanderado, dejando a cada uno libre de escoger y
de decidir. Y uno lo aprecia, como signo de respeto.
Este texto - que
se afirma homenaje - se lo dejamos concluir al hombre, que supo marcar nuestra
época, a Atahualpa Yupanqui:
"¡Y aunque me quiten la vida o
engrillen mi libertad y aunque chamusquen quizá mi guitarra en los
fogones, han de vivir mis canciones en el alma de los demás!"
(El payador perseguido)
Escrito por Francoise Thanas. Traducción al español de Montserrat
Prudon. En la presentación de
la recopilación de 5 CDs. Registrado a nombre de Robert Prudon
(1971-1974-1977). Copyright 1992. L'Integrale and Le chant du Monde.
CANCIONES DE ATAHUALPA
YUPANQUI
A LA NOCHE LA HIZO DIOS
A VOS TE HAI PESAR AHI ANDAMOS, SEÑOR
AMALAYA EL CIELO BAGUALA DEL GAUCHO POBRE
BAGUALA DEL MINERO BASTA YA CACHILO DORMIDO
CAMINO DEL INDIO CAMPESINO CANCION DEL ARRIERO DE LLAMAS CANCION DEL CAÑAVERAL CANCION PARA DOÑA GUILLERMA
CANCION PARA PABLO NERUDA CHACARERA DE LAS PIEDRAS
CORDOBA NORTE DE AQUELLOS CERROS VENGO DE TANTO DIR Y VENIR
DOS MILONGAS URUGUAYAS DUERME NEGRITO
EL ALAZAN EL ARBOL QUE TU OLVIDASTE EL AROMO EL ARRIERO VA EL FORASTERO EL NIÑO DUERME SONRIENDO
EL PAJARILLO EL PAMPINO EL PAYADOR PERSEGUIDO EL PINTOR EL POETA EN AQUEL TIEMPO
FIN DE LA ZAFRA GUITARRA DE POBRE GUITARRA DIMELO TU
HUELLA TRISTE HUI, JO JO JO HUINCA - ONAL JUAN
LA COPLA LA DEL GUALICHO LA ENGAÑERA LA FLECHA LA LLORONA LA MANO DE MI RUMOR LA OLVIDADA LA POBRECITA LE TENGO RABIA AL SILENCIO
LO MIRO AL VIENTO Y ME RIO LOS DOS ABUELOS
LOS EJES DE MI CARRETA LOS HERMANOS MADRE DEL MONTE
ME ESTA SOBRANDO GUITARRA ME GUSTABA ANDAR
MILONGA DEL SOLITARIO MI MALA ESTRELLA
MI RANCHO MI TIERRA TE ESTAN CAMBIANDO NADA MAS NIEVE, VIENTO Y SOL
NUNCA JAMAS POBRECITO SOY POEMA PARA UN BELLO NOMBRE PREGUNTITAS SOBRE DIOS
PUNAY
RECUERDOS DE EL PORTEZUELO SALMO A LA GUITARRA
SOY LIBRE TESTIMONIO FINAL TRABAJO, QUIERO TRABAJO
TUM-TUM MAÑANITA VENGO A BUSCAR MI CABALLO
VIDALA DE LA NIÑA SOLA VIDALA DEL SILENCIO
VIDALA DEL YANARCA VIENE CLAREANDO
YO QUIERO UN CABALLO NEGRO
A LA NOCHE LA HIZO
DIOS (A. Yupanqui)
A la noche la hizo dios para que el hombre la
gane transitando por un sueno como si fuera una calle.
Platicar
con un amigo oír un canto en el aire ver el amor enredado en la
niebla de los parques
O adivinar un poema que nunca lo escribió
nadie a la noche la hizo dios para que el hombre la gane
La
noche tiene un secreto y mi corazón lo sabe por mas que quiera
ocultarlo con terciopelos del aire
Me lo contó una guitarra,
hondo jahuel de saudades lo aprendí en esas historias que cuentan
los trashumantes
Lo leí en el rojo vino que en las madrugadas
arde lo vi brillar pecho adentro destilando soledades
La noche
tiene un secreto y mi corazón lo sabe a la noche la hizo dios para
que el hombre la gane
A VOS TE HAI PESAR
Canción andina (Autor anónimo)
Cuando me vaya y no vuelva,
recién te hai pesar. Recién entonces, ingrata, comprenderás lo
perdido, y a vos te hai pesar.
Cuando me pierda en los cerros,
recién te hai pesar. Cuando me vaya y no vuelva, recién te hai
pesar. Recién entonces, mi negra, Sabrás lo que son rigores, y a
vos te hai pesar.
Caerá la nieve en el tiempo, y el sol tal vez
quemará, camino que queda solo del que nunca volverá, y a vos te
hai pesar. Cuando me vaya y no vuelva, a vos te hai pesar.
AHI ANDAMOS, SEÑOR
Canción (A. Yupanqui)
Ahí andamos, señor... Vengo de los
cerros donde muere el sol. Guapeando y guapeando par la vida voy
Ahí andamos, señor... Hilacha, los sueños en el pedregal,
hecho a los rigores y a la soledad.
Ahí andamos, señor...
Si al morir se alcanza la serenidad, le juro, a la vida la
voy á extrañar.
Ahí andamos, señor... Vengo de los cerros
donde muere el sol.
¡AMALAYA EL CIELO!
Poema (José Ramón Luna - Atahualpa Yupanqui)
¡Amalaya el cielo
me trujiera un hijo en cualquier chinita de este rancherío! En
cualquier chinita, si es mala lo mismo, que las hace buenas el llanto del
hijo.
Morenito oscuro, raza pura d'indio. Sangre de mi juersa.
Carne de cariño. Pa quererlo mucho. Pa' entregarle tuito. Tuita esta
ternura, tuito este cariño que pa' una pueblera yo lo hei florecido.
Queriéndola, tanto, nunca me ha querido. Y hasta aquí perdiendo su
rastro hei venido. Se han cansa'o los vientos de acarrear suspiros. Se
han cansa'o mis ojos de domar caminos.
Y pa' que mis alas cobijen un
nido, y pa' que descansen estos ojos míos, ¡Amalaya el cielo me
trujiera un hijo, en cualquier chinita de este rancherío!
BAGUALA DEL GAUCHO
POBRE (Atahualpa Yupanqui)
Alto verdeña de mi querer no tengas
penas, que yo he'i volver. Que yo he'i volver. Como no he de volver.
Para tu gaucho, tortilla. Pa mi caballo, mala hoja. Al que es
pobre y mala traza siempre le dan cualquier cosa.
He'i volver con
flete gordo Y apero de plata pura. Pa decirle a tus parientes:
háganse á un la'o los basura.
Alto verdeña de mi querer. No
tengas penas, que yo he'i volver. Que yo he'i volver. Como no he de
volver. Guárdame la ausencia. Negra, que pronto he'i volver. No
tengas miedo, mi Niña, que pronto he'i volver. Cuídate de tus parientes,
que pronto he'i volver. Como no he de volver. Como no he de volver
BAGUALA DEL MINERO
(A. Yupanqui)
Voy llevando los barrenos al socavón, Mano
fuerte y vida triste. ¡Minero soy! Golpeando piedras y piedras de sol a
sol... Me duele el pan que me gano. ¡Minero, soy!
¡Pobrecitos los
mineros! ¡Qué buenos muchachos son!
Pero tienen la desgracia de morir
sin confesión. Me duele el pan que me gano. ¡Minero soy! Ya vendrán
tiempos mejores. ¡Minero, soy!
Voy llevando los barrenos al socavón.
Mano fuerte y vida triste. ¡Minero, soy! Ya vendrán tiempos mejores.
¡Minero soy! Me duele el pan que me gano. ¡Minero, soy!
BASTA YA (A.
Yupanqui)
¡Ay! Ya viene la madrugada, Los gallos están cantando.
Compadre, están anunciando que ya empieza la jornada... Ay... Ay...
¡Ay! Al vaivén de mi carreta nació esta lamentación. Compadre,
ponga atención que ya empieza mi cuarteta. No tenemos protección...
Ay... Ay...
Trabajo para el inglés, trabajo de carretero,
sudando por un dinero, que en la mano no se ve... Ay... Ay...
¡Basta ya! ¡Basta Ya! ¡Basta ya que el yanqui mande!
El
yanqui vive en palacio yo vivo en uno ¡barracón! ¿Como es posible que
viva el yanqui mejor que yo?
¡Basta ya! ¡Basta ya! ¡Basta ya
que el yanqui mande!
¿Qué pasa con mis hermanos de Méjico Y
Panamá? Sus padres fueron esclavos, ¡sus hijos no lo serán!
¡Basta ya! ¡Basta ya! ¡Basta ya que el yanqui mande!
Yo de
pequeño aprendí a luchar por esa paz. De grande lo repetí y a la
cárcel fui a parar.
¡Basta ya ! ¡Basta ya! ¡Basta ya que el yanqui
mande!
¿Quién ha ganado la guerra en los montes del Viet-Nam ?
El guerrillero en su tierra Y el yanqui en el cinema.
CACHILO DORMIDO
Chacarera (A. Yupanqui Pablo del Cerro)
Cuando pasen por
Santiago caminen sin hacer ruido, porque en un rincón del pago
está el Cachilo dormido.
Está el Cachilo dormido con su
ponchito de almohada, quizá, buscando en el sueño el alma de la
vidala.
El alma de la vidala, florcita salavinera, llegando
los carnavales, se le ha'i volver chacarera, (Tarareo...) llegando
los carnavales, se la ha'i volver chacarera,
Hay un rincón en el
cielo donde moran los quichuistas, donde cantan chacareras al
llegar la tardecita.
Al llegar la tardecita, corazón estremecido,
anda el Soco tarareando para el Cachilo dormido.
Para el
Cachilo dormido, florcita salavinera, llegando los carnavales, se
le ha'i volver chacarera, (Tarareo... ) llegando los carnavales,
se le ha'i volver chacarera.
CAMINO DEL INDIO
Canción (Atahualpa Yupanqui)
Caminito del indio, sendero coya
sembra'o de piedras. Caminito del indio, que junta el valle con las
estrellas.
Caminito que anduvo de sur a norte mi raza vieja.
Antes que en la montaña la Pachamama se ensombreciera. Cantando en
el cerro, llorando en el río, se agranda en la noche lo pena del
indio.
El sol y la luna, Y este canto mío, Besaron tu piedras;
¡camino del indio!
En la noche serrana llora la que su honda
nostalgia. Y el caminito sabe cual es la chola que el indio llama.
Se levanta en el cerro la voz doliente de la Baguala. Y el
camino lamenta ser el culpable de la distancia.
CAMPESINO
Canción (Atahualpa Yupanqui)
Cuando vayas á los campos, no
te apartes del camino, que puedes pisar el sueño de los abuelos
dormidos. Campesino, campesino. ¡Por ti canto, Campesino!
Unos, son tierra menuda. Otras, la raíz del trigo. Otros son
piedras dispersas en la orillita del río. Campesino, Campesino.
¡Por ti canto, Campesino!
Cuántas veces, cuántas veces, más
allá del sembradío, en la fragua de las tardes fueron á templar sus
gritos Campesino, Campesino. ¡Por ti canto, Campesino! Sagrado
misión del hombre: nieve, sol y sacrificio. Morir sembrando la vida.
Vivir, templando su grito. Campesino, Campesino, Par ti canto,
¡Campesino!
Cuando vayas á los campos, no te apartes del camino,
que puedes pisar el sueño de los abuelos dormidos. Nunca muertos,
¡sí dormidos ¡ Nunca muertos, ¡si dormidos!
Campesino, Campesino
CANCION DEL ARRIERO
DE LLAMAS (Atahualpa Yupanqui)
El sol ya va coronando las
altas cumbres de mis montañas. ¡Montañas mías ! Yo marcho por el
camino pensando en ella y arreando llamas. ¡Así es mi vida!
Llenita de tristes risas y alegres penas.
Serranito,
serranito, mi canción nació vestida de fiesta mientras lloraba mi
corazón. Mi corazón.
Mis llamas hasta el refugio por el camino
se fueron solas. ¡Llamitas mías! Ya marcho por el sendero mientras
mi quena llora su ausencia. ¡Así es mi vida !
Llenita de tristes
risas y alegres penas. Serranito, serranito, mi canción nació
vestida de fiesta mientras lloraba mi corazón. Mi corazón.
CANCION DEL
CAÑAVERAL Yaraví (A. Yupanqui)
Muele que muele el trapiche, y
en su moler hasta la vida del hombre muele también.
Tira'o sobre
la maloja, pobre de mí, sin que me arrime consuelos el yaraví.
¿Verde cañita de azúcar, qué dulce es! Pero al final de la zafra
se vuelve hiel. Yo tengo un sueño secreto, vivo par él. No hay
trapiche que á mi sueño pueda moler
El sol de a1guna mañana me
encontrará cantando sobre los surcos, cañaveral.
Ha de llegar
a1gun tiempo. ¿Cuando será ? En que te sienta mi amigo. ¡Cañaveral!
Muele que muele...
CANCION PARA DOÑA
GUILLERMA (Atahualpa Yupanqui)
Cantaba junta a las ollas lo
que naide pudo oír. El monte da sus secretos al que hierve su raíz.
Una lunita morada, vagando en cielos de añil. Y dos letras
coloradas en la esquina del mandil.
Doña Guillerma me hizo uno pa'
mí. Pa las campereadas de fines de Abril. Pa que el paisano se pueda
lucir, lindo el apero, mejor el mandil. Fue doña Guillerma que lo hizo
pa' mí.
La vida tiene sus trampas porque la vida es así. Las
viejitas trenzadoras no se debieron morir. Los criollos ya na' tenemos
a quien mingarle un mandil Doña Guillerma me hizo uno pa' mí.
CANCION PARA PABLO
NERUDA (Atahualpa Yupanqui)
Pablo nuestro que estás en tu Chile,
Viento en el viento. Cósmica voz de caracol antiguo. Nosotros te
decimos, Gracias por la ternura que nos diste. Por las golondrinas que
vuelan con tus versos. De barca a barca. De rama a rama. De silencio a
silencio. El amor de los hombres repite tus poemas. En cada calabozo
de América un muchacho recuerda tus poemas. Pablo nuestro que estás en
tu Chile. Todo el paisaje custodia tu sueño de gigante. La humedad de
la planta y la roca allá en el sur. La arena desmenuzada, Vicuña
adentro, en el desierto. Y allá arriba, el salitre, las gaviotas y el
mar. Pablo nuestro que estás en tu Chile. Gracias, par la ternura que
nos diste.
CHACARERA DE LAS
PIEDRAS (A. Yupanqui)
Aquí canta un caminante que muy mucho ha
caminado y agora vive tranquilo y en el cerro Colorado
Largo mis
coplas al viento por donde quiera que voy soy árbol lleno de frutos
como plantita e mistol
Cuando ensillo mi caballo me largo por
las arenas y en la mitad del camino ya me olvide de las
penas
Caminiaga, Santa Elena, el churqui región cortado no hay
pago como mi pago viva el cerro Colorado
A la sombra de unos talas
yo ei sentido de un repente a una moza que decía sosiegue que viene
gente
Te voy a dar un remedio que es muy bueno pa’las
penas grasita de iguana macho mezclaita con yerba
buena
Chacarera de las piedras criollita como ninguna no te
metas en los montes si no ha salido la luna
Caminiaga, Santa Elena
, el churqui región cortado no hay pago como mi pago viva el Cerro
Colorado
CORDOBA NORTE
Chacarera (Atahualpa Yupanqui - Pablo del Cerro)
Adiós Cerro
Colorado cerro de piedras pintadas. Algún día he de volver por tu
camino de cabras.
Me voy par él cuesta arriba orillando lo
quebrada. Pura piedra y soledad, camino de Caminiaga.
El alto
de Santa Cruz tiene una selva de palmas. Por ellas se va la tarde
con una luz de vidalas.
Adiós norte cordobés, tierra de lindos
paisanos. Ya se van las tradiciones. ¡Adiós Don Tristán Moyano!
Me voy por la senda vieja, por Deanfunes y Ongamira. Entre
coplas y caminos Se me va yendo la vida:
No quiero cantar
tristezas Pero hay caminos que apenan. Algunos con sol quemantes Y
algunos con luna llena.
Corazón. ¿Dónde vas yendo, De adonde te
andan llamando? Tal vez pa' darte consuelo, o pa' largarte llorando.
Adiós norte cordobés, Tierra de lindos paisanos. Ya se van las
tradiciones. Adiós Don Tristán Moyano.
DE AQUELLOS CERROS
VENGO (A. Yupanqui - Pablo del Cerro)
De aquellos cerros vengo,
negra querida, a buscar los despojos del alma mía. Fresquita y ansiosa
yo te la entregué. Tu la destrozaste, yo no sé por qué.
De
aquellos cerros vengo, negra querida...
Este ponchito mío, de tres
colores, me dice que no fíe de tus amores. Palomita ingrata, me has
pagado mal, córtate las alas, deja de volar...
De aquellos cerros
vengo, paloma mía.
DE TANTO DIR Y
VENIR Canción (Atahualpa Yupanqui - Pablo del Cerro)
De tanto
dir y venir abrí mi huella en el campo. Para el que después anduvo
ya fue camino liviano.
En infinitos andares fui la gramilla
pisando. Raspé mí poncho en los talas. Me hirieron pinchos de cardo.
Las huellas no se hacen solas ni con sólo el ir pisando. Hay
que rondar madrugadas maduras en sueño y llanto.
Viento de
injustas arenas fueron mi huella tapando. Lo que antes fue clara senda
se enyenó de espina y barro.
Parece que no hubo nada si se
mira sin mirarlo. Todo es malezal confuso, pero mi huella está abajo.
Desparejo es el camino. Hoy ando senderos ásperos. Piso la
espina que hiere, pero mi huella está abajo,
Tal vez un día la
limpien los que sueñan caminando. Yo les daré, desde lejos mi
corazón de regalo.
DOS MILONGAS
URUGUAYAS (Música : Atahualpa Yupanqui Poema: R. Risso)
SILBANDO PIENSAN LAS AVES Silbando piensan las aves yo pienso
ansina también. Naide sabe lo que dicen, ellas lo deben saber. Se
me hace que las ideas con las palabras se van En el silbido parece
que se alargan, nada más. Mesmo sin pensar en nada las horas suelo
silbar...
HUMITO DE MI CIGARRO Humito de mi cigarro ni que de
adentro salieras. Parece que te llevarás por los aires mis ideas.
Mi corazón va pitando fuerte picadura negra. Y el humito sale
blanco pero el tabaco se quema. La vida, como el tabaco, fuerte
picadura negra. y el, humito sale blanco pero el tabaco se quema.
DUERME NEGRITO
Arrullo (Caraibes, arr. Yupanqui)
Duerme, duerme, negrito,
que tu mamá está en el campo, negrito...
Te va a traer
codornices para ti. Te va a traer rica fruta para ti. Te va a
traer carne de cerdo para ti. Te va a traer muchas cosas para ti
Y si el negro no se duerme, viene el diablo blanco y ¡zas! Le come
la patita, ¡chacapumba!
Duerme, duerme, negrito, que tu mamá
está en el campo, negrito... Trabajando, trabajando duramente,
trabajando sí. Trabajando y no le pagan, trabajando sí.
Trabajando y va tosiendo, trabajando, sí. Trabajando y va de luto,
trabajando sí. Para el negrito chiquitito, trabajando, sí.
Duramente, sí. Va tosiendo, sí. Va de luto, sí. Duramente, sí
Duerme, duerme, negrito, que tu mama está en el campo,
negrito...
EL ALAZAN
(Yupanqui - Pablo del Cerro)
Glosa
Dicen que un hombre "de
a pié" Solo es la mitad de un gaucho. Eso, no más, y seré porque
perdí un caballo.
No me gustan las nostalgias porque me achican la
vida, y el corazón se desangra de penas mientras camina.
A
veces, a rienda corta, con las coscojas sonando, parecía preguntarme:
¿qué ando pasando, paisano... ?
Y así voy, y así voy yendo,
cuesta arriba o cuesta abajo, solitario y nostálgico porque perdí
mi caballo...
Canción
Era una cinta de fuego galopando,
galopando crin revuelta en llamaradas, ¡mi alazán te estoy nombrando!
Cruzó las sierras con luna, cruzó los valles nevando. Cien
caminos anduvimos, ¡mi alazán te estoy nombrando!
Oscuro lazo de
niebla te pialó junto al barranco ¿Como fue que no lo viste? ¿Qué
estrella andabas mirando ?
En el fondo del abismo ni una voz para
nombrarlo, solito se fue muriendo ¡mi caballo, mi caballo!
En
una horqueto del tala hay un morral solitario, y hay un corral sin
relincho. ¡mi alazán te estoy nombrando!
Si como dicen algunos
hay cielos pa'l buen caballo, por ahí andará mi flete galopando,
galopando...
Oscuro lazo de niebla te pialó... En el fondo del
abismo ni una voz.
EL ARBOL QUE TU
OLVIDASTE Canción (Atahualpa Yupanqui)
El árbol que tú
olvidaste siempre se acuerda de ti, y le pregunta a la noche si serás
o no feliz.
El arroyo me ha contado que el árbol suele decir:
quien se aleja junta quejas en vez de quedarse aquí.
Al que se
va par el mundo suele sucederle así. Que el corazón va con uno y
uno tiene que sufrir, y el árbol que tú olvidaste siempre se acuerda
de ti.
Arbolito de mi tierra yo te quisiera decir que lo que a
muchos les pasa también me ha pasado a mi.
No quiero que me lo
digan pero lo tengo que oír: quien se aleja junta quejas en vez de
quedarse aquí.
EL AROMO
Milonga (Romildo Risso - Atahualpa Yupanqui)
Hay un aromo
nacido en la grieta de una piedra. Parece que la rompió pa' salir
de adentro de ella.
Está en un alto pela'o, no tiene ni un yuyo
cerca, Viéndolo solo y florido Tuito el monte lo envidea.
Lo
miran a la distancia árboles y enredaderas, diciéndose con rencor:
Pa uno solo, cuánta tierra.
En oro le ofrece al sol pagar la
luz que le presta. Y como tiene de más, puña'os por el suelo siembra.
Salud, plata y alegría, tuito al aromo, la suebra Asegún ven
los demás dende el lugar que lo observan.
Pero hay que dar y
fijarse como lo estruja la piedra. Fijarse que es un martirio la
vida que le envidean.
En ese rajón, el árbol nació por su mala
estrella. Y en vez de morirse triste se hace flores de sus penas...
Como no tiene reparo, todos los vientos le pegan. Las heladas
lo castigan L'agua pasa y no se queda.
Ansina vive el aromo
sin que ninguno lo sepa. Con su poquito de orgullo porque es justo
que lo tenga.
Pero con l'alma tan linda que no le brota una queja.
Que en vez de morirse triste se hace flores de sus penas.
¡Eso
habrían de envidiarle los otros, si lo supieran !
EL ARRIERO VA
Canción (Atahualpa Yupanqui)
En las arenas bailan los
remolinos, el sol juega en el brillo del pedregal, y prendido a la
magia de los caminos, el arriero va, el arriero va.
Es bandera de
niebla su poncho al viento, lo saludan las flautas del pajonal, y
animando la tropa par esos cerros, el arriero va, el arriero va.
Las penas y las vaquitas se van par la misma senda. Las penas
son de nosotros, las vaquitas son ajenas.
Un degüello de soles
muestra la tarde, se han dormido las luces del pedregal, y animando la
tropa, dale que dale, el arriero va, el arriero va.
Amalaya la
noche traiga un recuerdo que haga menos peso mi soledad. Como sombra
en la sombra por esos cerros, el arriero va, el arriero va.
EL
FORASTERO (A.Yupanqui)
Porque no soy de estos pagos me acusan de
forastero como si fuera un pecado vivir como vive el viento
De
donde vendrán los vientos , de donde vendrá el rocío que besa los
pastizales de la llanura y el cerro
Yo vengo de todas partes
por los caminos del sueño como las rosas a mayo los jazmines a
enero.
Doy lo que tengo que dar , y a veces me doy entero como
la dicha en los valles y la pena en los desiertos
Junto estrellas
en la noche y en la sombra las enhebro con ellas hago un collar
para ponerlo en el cuello de una paisana que nunca me sintiera
forastero
Y ando por todas las sendas, las del valle, las del cerro
y aquellas que no se ven y andan corazón adentro
La gente me ve
pasar y me dice forastero solo escuchan mis oídos , porque mi alma
esta lejos
Esta mirando esos mundos que no ven los que son
ciegos aunque se llenen de luz y tengan los ojos bellos
Por
donde quiera que paso, voy desgranando mis sueños, aunque digan los
demás, allá pasa un forastero.
EL NIÑO DUERME
SONRIENDO (A. Yupanqui - M. Benitez Carrasco)
Cantado
La
noche, con la espumita del río, te está tejiendo un encaje, mi Niño.
Quiero la estrella del ciclo mas bella, para hacerte un sonajero, mi
Niño.
El niño duerme sonriendo, mi Niño. ¡Ah, mi Niño ¡ Qué
bello mundo es tu mundo, mi Niño. ¡Ah, mi Niño!
Recitado El
niño quiso ser pez y fue a la orilla del mar. Puso los pies en el agua
pero, no pudo ser pez.
El niño quiso ser nube y fijo al cielo
miro. Volaba el aire en el aire pero, el niño no voló.
El niño
quiso ser hombre, fuerte, compuso su voz. Mas el mundo era tan suyo
que el niño, niño quedo . Fueron pasando los años y el hombre
alcanzó su voz, y anduvo par esos mundos mezclando dicha y dolor.
Y el hombre quiso ser niño, quiso ser nube y ser pez, mas la
playa era de angustia y las nubes el ayer.
Y el hombre va par el
mundo Con razón o sin razón, y lleva un niño frustrado gimiendo en
su corazón.
Qué. bello mundo es tu mundo, mi Niño. ¡Ah, mi Niño!
...
EL PAJARILLO
Yaraví (Anónimo del Perú)
¡Oh! pajarillo que cantas por
las mañanas serenas, por qué a unos les das la dicha y a mí me
aumentas las penas ?
¿Por qué con tanto rigor has castigado mi
amor ? Mi sombra te ha de hacer falta cuando te fatigue el sol.
Si hasta mi guitarra, llora, con ser madero, vacío, ¿Como no
he de llorar yo si me quitan lo que es mío?
¿De qué le sirve al
cautivo tener los grillos de plata y el enrejado de oro, si la
libertad le falta?
EL PAMPINO (A.
Yupanqui)
La pampa mata de abajo el sol castiga de arriba y
entre sol, pampa y salitre se gana el pobre la vida.
Pampino de
mano fuerte siempre toreando al destino. Hombre que baja la frente
nada tiene de pampino...
Me muestro desnudo al viento para que
aprienda de mí. Me han dicho que el viento llora y a mi me gusta
reír...
Pampino de mano fuerte siempre toreando al destino.
Hombre que baja la frente nada tiene de pampino...
El salitre
se va lejos, lo va llevando un vapor... y el pampino queda solo
entre la pampa y el sol...
La pampa mata de abajo, el sol
castiga de arriba y entre sol, pampa y salitre se gana el pobre la
vida...
EL PAYADOR
PERSEGUIDO
Con permiso, via a dentrar aunque no soy convida'o,
pero en mi pago, un asao no es de naides y es de todos. Yo via
cantar a mi modo después que haiga churrasquiao.
No tengo Dios pa'
pedir cuartiada en esta ocasión, ni puedo pedir perdón si entuavía
no hei falta'o; veré cuando haiga acaba'o; pero ésa es otra cuestión.
Yo sé que muchos dirán que peco, de atrevimiento si largo mi
pensamiento pa'l rumbo que ya elegí, pero siempre hei sido así;
galopiador contra el viento.
Eso lo llevo en la sangre dende
mi tatarabuelo. Gente de plata en el suelo fueron mis antepasaos;
criollos de cuatro provincias y con indios misturaos.
Mi
aguelo fue carretero, mi tata fue domador; nunca se buscó dotor
pues se curaban con yuyos, o escuchando los murmullos de un estilo
de mi flor.
Como buen rancho paisano nunca falto una encordada,
de ésas que parecen nada pero que son sonadoras. Según el canto y
la hora quedaba el alma sobada.
Mi tata era sabedor por lo
mucho que ha roda'o. Y después que había canta'o destemplaba cuarta
prima, y le echaba un poncho encima "pa' que no hable demasiado..."
La sangre tiene razones que hacen engordar las venas. Pena
sobre pena y pena hacen que uno pegue el grito. La arena es un
puñadito pero hay montañas de arena.
No sé si mi canto es lindo
o si saldrá medio triste ; nunca fui zorzal, ni existe plumaje más
ordinario. Yo soy pájaro corsario que no conoce el alpiste.
Vuelo porque no me arrastro, que el arrastrarse es la ruina;
anido en árbol de espina lo mesmo que en cordilleras sin escuchar
las zonceras del que vuela a lo gallina.
No me arrimo así nomás
a los jardines floridos. Sin querer vivo alvertido pa' no pisar el
palito. Hay pájaros que solitos se entrampan por presumidos.
Aunque mucho he padecido no me engrilla la prudencia. Es una
falsa experiencia vivir temblándole a todo. Cada cual tiene su modo;
la rebelión es mi ciencia.
Pobre nací y pobre, vivo por eso
soy delica'o. Estoy con los de mi la'o cinchando tuitos parejos
pa' hacer nuevo lo que es viejo y verlo al mundo cambia'o.
Yo
soy de los del montón no soy flor de invernadero. Soy, como el trébol
pampero, crezco sin hacer barullo. Me aprieto contra los yuyos y
así a aguanto al pampero.
Acostumbra'o a las sierras yo nunca me
sé marear, y si me siento alabar me voy yendo despacito. Pero
aquel que es compadrito paga pa' hacerse nombrar.
Si alguien me
dice señor, agradezco el homenaje; mas, soy gaucho entre el gauchaje
y soy nada entre los sabios. Y son pa' mi los agravios que le
hagan al paisanaje.
La vanidá es yuyo malo que envenena todo
huerta. Es preciso estar alerta manejando el azadón, pero no falta
el varón que la riegue hasta en su puerta.
El trabajo es cosa
buena, es lo mejor de la vida; pero la vida es perdida trabajando,
en campo ajeno. Unos trabajan de trueno, y es para otros la llovida.
Trabajé en una cantera de piedritas de afilar. Cuarenta sabían
pagar por cada piedra pulida, y era a seis pesos vendida en eso
del negociar.
Apenas el sol salía yo estaba a los martillazos,
y entre dos a los abrazos con los tamaños piegrones y por esos
moldejones las manos hechas pedazos.
Otra vez fui panadero y
hachero en un quebrachal; he carga'o bloques de sal y también he
pela'o cañas, y un puñado de otras hazañas pa' mi bien o pa' mi mal.
Buscando de desasnarme fui pinche de escribanía la letra
chiquita hacía pa' no malgastar sella'o, y, era también apreta'o
el sueldo que recibía.
Cansa'o de tantas miserias me largué
pa'l Tucumán,
Lapacho, aliso, arrayán, y hacha con los algarrobos.
¡Por dos cincuenta! Era robo pa' que uno tenga ese afán.
Sin
estar fijo en un la'o a toda labor le hacía, y así sucedió que un día
que andaba de benteveo me topé con un arreo que dende Salta venía.
Me picó ganas de andar y apalabré al capataz, y así, de golpe
nomás el hombre me preguntó: -¿Tiene mula? - Cómo no -le dije-.Y
hambre, de-más.
A la semana de aquello repechaba cordilleras,
faldas, cuestas y laderas siempre pa'l la'o del poniente, bebiendo
agua de vertiente y aguantando las soleras.
Tal vez otro habrá
roda'o tanto como he roda'o yo, y le juro, creameló, que he visto
tanta pobreza, que yo pensé con tristeza: Dios por aquí no pasó.
Se nos despeñó una vaca causa de la cerrazón, y nos pilló la
oración cueriando y haciendo asao; dende ese día, cuña'o se me
gastó mi facón.
Me sacudí las escarchas cuando bajé de los Andes,
y anduve en estancias grandes cuidando unos parejeros ; trompeta,
tapa y sombrero, pero pa' los peones, de ande.
La peonada, al
descampa'o, el patrón, en Guenos Aires. Nosotros, el cu... ello al
aire can las caronas mojadas, y la hacienda de invernada más
relumbrosa que un fraile.
El estanciero tenía también sus
cañaverales, y en los tiempos otoñales juntábamos los andrajos, y
nos íbamos p'abajo dejando los pedregales.
Allí nos amontonaban
en lote con otros criollos, coda cual buscaba un hoyo ande
quinchar su guarida, y pasábamos la vida rigoriaos y sin apoyo.
Faltar, no faltaba nada: vino, café y alpargatas. Si habré
revoliao las patas en gatos y chacareras. Recién la cosa era fiera
al dir a cobrar las latas.
¡Qué vida más despareja! Todo es
ruindad y patraña; Pelar caña es hazaña Del que nació pa'l rigor.
Allá había un solo dulzor y estaba adentro 'e la caña.
Era un
consuelo pa'l pobre Andar jediendo a vinacho. Hombres grandes y
muchachos como malditos en vida, esclavos de la bebida se lo
pasaban borrachos. ¡Tristes domingos del surco los que yo he visto y
vivido! Desparramados y dormidos en la arena amanecían, a lo mejor
soñarían con la muerte o el olvido...
Riojanos y santiagueños,
salteños y tucumanos, con el machete en la mano volteaban cañas
maduras, pasando sus amarguras y aguantando como hermanos.
¡Rancho techa'o con maloja, vivienda del pelador! En medio de
ese rigor no faltaba una vihuela, con que el pobre se consuela
cantando coplas de amor.
Yo también , que desde chango unido
al canto crecí, más de un barato pedí y pa´ los piones cantaba.
¡Lo que a ellos les pasaba también me pasaba a mí
Cuando yo
aprendí a cantar armaba con pocos rollos. Y en la orilla de un arroyo
bajo las ramas de un sauce, crecí mirando en el cauce mis sueños
de pobre criollo.
Cuando sentí una alegría; cuando el dolor me
golpió; cuando una duda mordió mi corazón de paisano, desde el
fondo de los llanos vino un canto y me curó...
En esos tiempos
pasaban cosas que no pasan ya. Cada cual tenía un cantar o copla
de anochecida. Formas de curar la herida que sangra en el trajinar.
Algunos cantaban bien. Otros, pobres, más a menos... Mas no
eran cantos ajenos, aunque marca no tenían. Y todos se entretenían
guitarreando hasta el desvelo.
Por ahí se allegaba un máistro,
de esos puebleros letrao's; juntaba tropa e versiao's que iban
después a un libraco, y el hombre forraba el saco con lo que otros han
pensa'o.
Los peones formaban versos con sus antiguos dolores.
Después vienen los señores con un cuaderno en la mano, copian el
canto paisano y presumen de escritores.
El criollo cuida su flete,
su guitarra y su mujer; siente que enfrenta un deber cada vez que
da la mano; y aunque pa'todo es baquiano sólo el canto ha de perder.
¡Coplas que lo acompañaron en las quebradas desiertas, aromas
de flores muertas y de patriadas vividas, fueron la luz encendida
para sus noches despiertas!...
Se aflije si se le pierde un
bozal, un maneador, pero, no siente furor si al escucharle una trova,
viene un pueblero y le roba su mejor canto de amor. De seguro, si
uno piensa, le halla el nudo a la a madeja, porque la copla más vieja,
coma la raíz de la vida, tiene el alma par guarida, que es ande
anidan las quejas.
Por eso el hombre al cantar con emoción
verdadera, echa su pena p'ajuera pa que la lleven los vientos, y
así, siquiera un momento se alivia su embichadera.
No es que no
ame a su trova ni que desprecie su canto. Es como cuando un quebranto
en la noche de los llanos hace aflojar al paisano y el viento le
lleva el llanto.
En asuntos del cantar, la vida nos va enseñando
que sólo se va volando la copla que es livianita. Siempre caza
palomitas cualquiera que anda cazando...
Pero si el canto es
protesta contra la ley del patrón se arrastra de peón a peón en un
profundo murmullo, y marcha al ras de los yuyos corno chasque en un
malón.
Se pueden perder mil trovas ande se canten quereres,
versos de dichas, placeres, carreras y diversiones; suspiros de
corazones y líricos padeceres.
Pero si la copla cuenta del
paisanaje la historia, ande el peón vueltea la noria de las miserias
sufridas, ésa, se queda prendida como abrojo en la memoria Lo que
nos hizo dichosos tal vez se pueda olvidar; los años en su pasar
mudarán los pensamientos. pero angustias y tormentos son marcas
que han de durar...
Estas cosas que yo pienso no salen par
ocurrencia. Para formar mi esperencia yo masco antes de tragar. Ha
sido largo el rodar de ande saqué la alvertencia.
Si uno pulsa la
guitarra pa cantar coplas de amor, de potros, de domador, de la
sierra y las estrellas, dicen: ¡ Qué cosa más bella! ¡Si canta que es
un primor!
Pero si uno, como Fierro, por ahí se larga opinando,
el pobre se va acercando con las orejas alertas, y el rico vicha
la puerta y se aleja reculando.
Debe trazar bien su melga
quien se tengo par cantor, porque sólo el impostor se acomoda en
toda huella. Que elija una sola estrella quien quiera ser sembrador...
En el trance de elegir que mire el hombre p'adentro, ande se
hacen los encuentros de pensares y sentires. Después... que tire ande
tire, con la conciencia por centro.
Hay diferentes montones,
unos grandes, y otros chicos. Si va pa'l montón del rico el pobre
que piensa poco, detrás de los equívocos se vienen los perjudicos.
Yo vengo de muy abajo, y muy arriba no estoy. Al pobre mi
canto doy y así lo paso contento, porque estoy en mi elemento y
ahí valgo por lo que soy.
Si alguna vuelta he canta'o, ante
panzudos patrones, he picanea'o las razones profundas del pobrerío.
Yo no traiciono a los míos por palmas ni patacones.
Aunque
canto en todo rumbo tengo un rumbo preferido. Siempre canté
estremecido las penas del paisanaje, la explotación y el ultraje
de mis hermanos queridos.
Pa que cambiaran las cosas busqué
rumbo y me perdí; al tiempo, cuenta me dic y agarré por buen camino.
¡Antes que nade, argentino; y a mi bandera seguí...!
Yo soy
del norte y del sur, del llano y del litoral; y nadie lo tome a mal
si hay mil gramos en el kilo. Ande quiera estoy tranquilo pero
ensilla'o, soy bagual.
El cantor debe ser libre pa desarrollar su
ciencia. Sin buscar la convenencia ni alistarse con padrinos. De
esos oscuros caminos yo ya tengo la experiencia.
Yo canto, por ser
antiguos cantos que ya son eternos y hasta parecen modernos por lo
que en ellos vichamos. Con el canto nos tapamos para entibiar los
inviernos...
Yo no canto a los tiranos ni por orden del patrón.
El pillo y el trapalón que se arreglen por su lado con payadores
comprados y cantores de salón.
Por la fuerza de mi canto
conozco celda y penal. Con fiereza sin igual más de una vez fui
golpiao, y al calabozo tira'o ¡como tarro al basural!
Se puede
matar a un hombre. Pueden su rostro manchar, su guitarra chamuscar.
¡Pero el ideal de la vida, esa es leñita prendida ¡que naide ha de
apagar!
Los males se van alzando todo lo que hallan por ahí;
como granitos de maíz siembran los peores ejemplos, y se viene
abajo el templo de la decencia del país.
Detrás del ruido del oro
van los maulas como hacienda; no hay flojo que no se venda por una
sucia moneda; mas, siempre en mi tierra queda gauchaje que la
defienda.
Cantor que cante a los pobres ni muerto se ha de callar.
Pues ande vaya a parar el canto de ese cristiano, no ha de faltar
el paisano, que lo haga resucitar.
El estanciero presume de
gauchismo y arrogancia. El cree que es extravagancia que su peón viva
mejor. Mas, no sabe ese señor que por su peón tiene estancia.
Aquel que tenga sus reales hace muy bien en cuidarlos pero si
quiere aumentarlos que a la ley no se haga el sordo. Que en todo
puchero gordo los choclos se vuelven marlos.
Una vuelta, sin
trabajo andaba par Tucumán, y en una fonda, ande van cantores de
madrugada, me acerqué pa la payada que siempre ha sido mi afán.
Aunque extrañando la monta me le apilé a un instrumento. Y al
cabo de algún momento le di puerta a una baguala, con una coplita rala
de esas que llevan los vientos.
Tal vez fuera la guitarra.
¡Tan lindo como sonaba! Mi corazón remontaba tristezas de los
caminos, y lo maldije al destino que tantas penas me daba.
Un
hombre se me acercó y me dijo: - ¿Qué hace acá? Viaje pa la gran
ciudad que allá lo van a entender; ahí tendrá fama, placer y plata
pa regalar.
¡Para qué lo habré escucha'o! ¡Si era la voz del
mandinga! Buenos Aires, ciudá gringa, me tuvo muy apreta'o. Tuitos
se me hacían a un la'o como cuerpo a la jeringa.
Y eso que no vine
pobre pues traiba alpargatas nuevas. Las viejas... pa cuando llueva
en la alforja las metí; un pantalón color gris y un saco tirando a
leva.
Saltando de radio en radio anduve, figuresé. Cuatro
meses me pasé en partidas malogradas; naide aseguraba nada, y sin
plata me quedé.
Vendí mis lindas alforjas. Mi guitarra, ¡la vendí
! En mi pobreza, ay de mí, me hubiera gusta'o guardarla. ¡Tanto me
ha costa'o comprarla! Pero, en fin... todo perdí.
¡Vihuela, dónde
andarás, qué manos te están tocando. Noches enteras pensando
siquiera como consuelo, que sea un canto de este suelo lo que
están arrancando...!
Cuando el maíz esta en barbecho luce un color
brillantón; las hebras, como un nailón presumen con sus lindezas.
Pero agachan la cabeza si las agarra el carbón.
Igual me
pasaba a mí en aquellos tiempo idos; joven, fuerte, presumido, y
cuando se acabó el queso, volví en un triste regreso poblada l´alma de
olvidos. Cosas de la juventud... ¡Malhaya, dónde andarás...! Aura
que estoy bataráz de tanto cambiar el pelo, recuerdo aquellos desvelos
pero no miro p'atras.
Me volví pa'l Tucumán nuevamente a
padecer. Y en eso de andar y ver se pasaron muchos años entre
penas, desengaños, esperanzas y placer.
Mas, no jué tiempo
perdido, asegún lo ví después. Porque supe bien como es la vida de
los paisanos. De todos me sentí hermano, del derecho y del revés.
Siempre recuerdo los tiempos en que guapiando pasé, los cerros
que atravesé buscando lo que no hallaba, y hasta a veces me quedaba
por esos campos de a pie.
La vida me fue enseñando lo que vale
una guitarra; por ella anduve en las farras tal vez hecho un
estropicio, y casi me agarra el vicio con sus invisibles garras.
Menos mal que llevo adentro lo que la tierra me dio. Patria,
raza o que sé yo, pero que me iba salvando, y así, seguí caminando
por los caminos de Dios.
La cosa estaba en pensar que al
pulsar un instrumento, hay, que dar con sentimiento toda la fuerza
campera. Pero nadie larga afuera si no tiene nada adentro...
La guitarra es palo hueco, y pa tocar algo bueno, el hombre
debe estar lleno de claridades internas. ¡Pa sembrar coplas eternas
la vida es un buen terreno...!
Si el rezar brinda consuelos al
que consuelo precisa, igual que cristiano en misa o matrero en medio
el monte, yo rezo en los horizontes cuando la tarde agoniza.
Queda callada la pampa cuando se ausenta la luz. El chajá y el
avestruz van buscando la espesura, y se agranda en la llanura la
soledad del ombú.
Entonces, igual que un poncho a uno lo envuelve
la tierra. Desde el llano hasta la sierra se va una sombra
extendiendo, y el alma va comprendiendo las cosas, que el mundo
encierra.
Ahí está el justo momento de pensar en el destino.
Si el hombre es un peregrino, si busca amor a querencia, o si
cumple la sentencia de morir en los caminos.
En el Norte vide
cosas que ya nunca he de olvidar. Yo vide gauchos peliar con
facones carroñeros o con machetes cañeros que al verlos hacia temblar.
Rara vez mata el paisano porque ese instinto no tiene al duelo
criollo se aviene por no recular ni un tranco. Hace saber que no es
manco y en el peliar se entretiene.
No hay serrano sanguinario
ni coya conversador; el más capaz domador jamás cuenta sus
hazañas, y no les tienta la caña porque el "tintillo" es mejor.
Cada pago se aficiona a una forma de peliar, y aquel que
quiera guapear antes tendrá que alvertir que para poder salir hay
que aprender a dentrar.
Se aparran a puñetazos igual que en
cualquier parte; pero es una cencia aparte usar los modos del pago.
Ahí se pone fiero el trago, Como dijo don Narvarte.
Cordobés,
pa la pegrada. Riojano, pa'l rebencaso. Chileno, pa'l caballaso.
Salteño, con daga en mano Y es un rey el tucumano Pa peliar a
cabezasos.
Siempre el criollo ha de peliar de noche y medio
machao. Es una pena, cuña'o, que a veces por una tuna se nublen
noches de luna y cielitos estrellaos.
Una canción sale fácil
cuando uno quiere cantar. Cuestión de ver y pensar sobre las cosas
del mundo. Si el río es ancho y profundo cruza quien sabe nadar.
Que otros canten alegrías si es que alegres han vivido. Que yo
también he sabido dormirme en esos engaños. Pero han sido más los años
de porrazos recibidos.
Nadie podrá señalarme que canto por
amarga'o. Si he pasa'o lo que he pasa'o, quiero servir de alvertencia.
El rodar no será cencia pero tampoco es peca'o.
Yo he camina'o
por el mundo he cruza'o tierras y mares, sin fronteras que me pare
y en cualesquiera guarida, yo he canta'o, tierra querida tus
dichas y tus pesares.
A veces, caiban al canto Como vacaje a la
aguada Para escuchar mis versadas hombres de todos los vientos,
trenzando sus sentimientos al compás de mi encordada.
Pobre de
aquel que no sabe del canto las hermosuras. La vida, la más oscura,
la que tiene más quebrantos, hallará siempre en el canto consuelo
pa su tristura.
Dicen que no tienen canto los ríos que son
profundos. Mas yo aprendí en este mundo que el que tiene mas hondura,
canta mejor por ser hondo, y hace miel de su amargura.
Con los
tumbos del camino se entran a torcer las cargas. Pero es ley que en
huella larga deberán acomodarse. Y aquel que llega a olvidarse las
ha de pasar amargas.
Amigos, voy a dejar. Está mi parte cumplida
en la forma preferida de una milonga pampeana. Canté de manera
llana ciertas cosas de mi vida.
Aura me voy. No sé adónde. Pa
mí todo rumbo es gueno. Los campos, con ser ajenos los cruzo de un
galopito. Guarida no necesito, yo sé dormir al sereno.. .
Siempre hay alguna tapera en la falda de una sierra. Y
mientras siga esta guerra de injusticias para mí, yo he de pensar
desde allí canciones para mi tierra.
Y aunque me quiten la vida
o engrillen mi libertad. ¡Y aunque chamusquen quizá mi guitarra en
los fogones, han de vivir mis canciones en l´alma de los demás!
¡No me nuembren, que es peca'o, y no comenten mis trinos Yo me
voy con mi destino pa'l la'o donde el sol se pierde. ¡Tal vez alguno
se acuerde que aquí cantó un argentino!
EL PINTOR
Creyendo hacer cosa buena Un pintor me pinto un día, Mas me
pinto por afuera Porque adentro no veía.
¿Cuando vendrá ese pintor
Que pinte lo que yo siento? Ganas de vivir la vida Sin angustias
ni tormentos...
Es mal pintor el pintor Que me ha pintado ese día,
Cantando coplas serranas Con la barriga vacía.
Es mal pintor
el pintor, Y en esto no hay duda alguna, Pues solo pintó mi poncho
Y se olvidó de mi hambruna.
¿Cuando vendrá ese pintor Que
pinte lo que yo siento? Ganas de vivir la vida Sin pesares ni
tormentos.
Creyendo hacer cosa buena...
EL POETA
Tu
piensas que eres distinto Porque te dicen poeta, Y tienes un mundo
aparte Mas allá de las estrellas.
De tanto mirar la luna Ya
nada sabes mirar. Eres como un pobre ciego Que no sabe adónde va.
Vete á mirar los mineros, Los hombres en el trigal, Y cántale
a los que luchan Por un pedazo de pan.
Poeta de tierras rimas,
Vete á vivir a la selva, Y aprenderás muchas cosas Del hachero y
sus miserias.
Vive junto con el pueblo, No lo mires desde afuera,
Que lo primero es ser hombre, Y lo segundo, poeta. De tanto mirar
la luna...
EN AQUEL
TIEMPO (A. Yupanqui)
Engrillado y entre cuatro hombres de torvo
mirar así cruce Buenos Aires por cantar la libertad
Anchos
portones se abrieron para volverse a cerrar pabellones, pasadizos y
al fondo la oscuridad
Por mi mujer y mi niño recé lo que se
rezar mi guitarra clara y honda sabe todo lo demás
Engrillado y
entre cuatro, hombres de torvo mirar así cruce Buenos Aires por
cantar la libertad
Duerme el tirano la siesta con metralleta a la
par por si pasa un inocente cantando a la libertad
FIN DE LA ZAFRA
(A Yupanqui)
Por caminos Tucumanos, hacia el monte en que
nacieron, tierra de soles ardientes, perfumada de polen.
Por
caminos Tucumanos, vino, vidala y silencio, se van los hombres del
surco tan pobres como vinieron.
Ha terminado la zafra, dura
labor de invierno. La tierra quedó cansada cansada como el obrero.
Ya no se ven en la huella pesados carros cañeros. Ya no se
siente el zumbido de los trapiches moliendo.
Y en la noche de los
campos como un adiós del silencio, donde antes hubieron cañas
queda la mal´hoja ardiendo.
Adiós, tierra Tucumana. Caminos
que llevan lejos me han de separar mañana de tus campos y tus cerros.
Ya no he de ver en los surcos curtidos brazos obreros luchando
de sol a sol por lo que siempre es ajeno.
Ya no he de mirar la
luna asomando atrás del cerro, ni el camino de Tafi, piedra,
canción y recuerdos.
Han de apartarme de aquí caminos que llevan
lejos. Mas allá de aquellos montes perfumados de polen.
Soy
como el cañaveral, tierra que rinde el esfuerzo. Mis flores son de
verano pero adentro llevo inviernos.
Soy como el cañaveral,
con sol, y fruto, y silencio. Y en el alma voy quemando la
mal´hoja de mis sueños.
GUITARRA DE POBRE
Zamba (Atahualpa Yupanqui - Pablo del Cerro)
La zamba, para
ser zamba es pañuelo y es adiós. Y es zamba de luna y rancho si la
baila el corazón.
Si yo tuviera un amor, ay, qué zamba cantaría,
con magia de medianoche con lujos de mediodía.
Desde la
hondura del monte el bombo llamando está. Y el corazón padeciendo...
Y el canto se va, y se va.
Para cantar lo que siento yo no
preciso la voz. Me escondo guitarra adentro y allí converso con Dios.
Apenitas si es guitarra La guitarrita del pobre, buscando coplas
de plata, hallando coplas de cobre.
Desde la hondura del monte
el bombo llamando está. Y el corazón padeciendo... Y el canto se
va, y se va
GUITARRA DIMELO
TU (A. Yupanqui)
Si yo le pregunto al mundo el mundo me ha de
engañar cada cual cree que no cambia y que cambia los demás y paso
las madrugadas buscando un rayo de luz porque la noche es tan larga
guitarra dímelo tu
Se vuelve cruda mentira lo que fue tierna
verdad Y hasta la tierra fecunda se convierte en arenal Y paso las
madrugadas buscando un rayo de luz Porque la noche es tan larga
guitarra dímelo tu
Los hombres son dioses muertos de un templo
ya derrumba'o Ni sus sueños se salvaron solo una sombra ha queda'o y
paso las madrugadas buscando un rayo de luz porque la noche es tan
larga guitarra dímelo tu
HUELLA TRISTE
Milonga (Atahualpa Yupanqui)
Que yo les cuente mis penas
me piden de tarde en tarde. Si en ellas está mi fuerza déjenme que
me las calle.
Voy anclando por el mundo Camino de cualquier parte.
Llena de piedras la senda, lleno de sueños el aire.
La vida es
un lazo largo estira'o sobre la tierra. En una punta una dicha, y
en la otra punta una pena
Así va mi corazón lleno de sueños y
ausencias, sin encontrar su querencia perdido en la cerrazón.
No se ve la Cruz del Sur en las noches de tormenta. Hay que
mirar dentro de uno para encontrarla a la huella.
Cuando me cansa
el camino me pongo a mirar p'adentro como quien arrima leñas al
fogón de unos recuerdos.
¡HUI, JO JO JO!
Canción del arriero jujeño (A. Yupanqui)
Par la Quebrado de
Chisjra voy con el Sol arreando mis animales... ¡Hui, jo jo jo...!
Camino de la Cuesta cantando voy, golpeando los
guardamontes... ¡Hui, jo jo jo...!
¿Las penas pasan de largo ?
¡No hai ser, señor...! ¡Hay una que me hace bulla adentro del
corazón..!.
Atrasito, de las cumbres se esconde el Sol; yo voy
llegando al potrero ... ¡Hui, jo jo jo...!
Y cuando encierre las
vacas ... ¡Hui, jo jo jo...! una canción de la noche cantaré yo...
HUINCA - ONAL
(Blanco Ladrón) Canción araucana (F. Flores)
A la orilla
del Toltem Tras tupido matorral Con donairoso vaivén Lava la
india, su chamal.
Se endereza, se despeja Levanta su frente al sol
Y lanza al aire su queja A manera de canción. Huinca, tregua.
Huinca, pillo. Me quitaste mi potrillo, Mi casa, vaca; y ternero.
Huinca, tregua... Huinca, pillo.
Pero su canto no es canto
Ni alegrías que no goza. Es su pena es su quebranto Es su dolor
que reboza
No hay nipoñe, no hay almulque No hay ruca no hay
alchaqual. Grita la india y refriega Su tosco y burdo sayal.
Me quitaste mi potrillo Mi casa , vaca y ternero. ¡Huinca
tregua! ¡Huinca. Pillo!
JUAN Canción
(A. Yupanqui - Pablo del Cerro)
Sembrando la tierra, Juan se
puso á considerar: ¿Por qué la tierra será del que no sabe sembrar?
Le pido perdón al árbol cuando lo voy á tronchar. Y el árbol
me dijo un día ¡Yo también me llamo Juan!
Tuve en mis ramas un
nido. Yo sé que se salvarán. Los pájaros siempre vuelan. Yo, nunca
aprendí á volar.
Triste es la vida del campo, arar, sembrar, y
esperar
El verano, y el otoño, y el invierno... todo igual.
Quizá pensando, pensando, un día aprenda á volar . . .
LA COPLA
Pescador de mar adentro Mi amigo siempre cantaba. Un día
volvió su copla Con el adiós de la barca.
Vi correr sangre minera
Por un pan endurecido. junto á la mano crispada la luna se volvió
trigo.
No me dé penas la vida, Me sobra con la que tengo. Como
el quebracho del monte Sobre el hachazo florezco.
Trabaja el indio
en la piedra Su socavón de silencio, Y á su sombra se cobija Mi
corazón cancionero.
Lo siento gemir al viento Cruzando montes de
espinas. Salgo al camino y le grito Para servirle de guía.
Allá por el cielo arriba Va la luna lastimada, Como una copla
perdida Que ya no tiene guitarra.
Trabaja el indio en la piedra
Su socavón de silencio. Y á su sombra se cobija Mi corazón
cancionero.
LA DEL GUALICHO
Chacarera (Atahualpa Yupanqui)
Cruzando los arenales me vine
hasta aquí. En cuanto el sol amanezca tendré que partir. Algarrobo de
mi tierra, vainas doradas. Así don Ricardo Rojas te lo cantaba.
Amalhaya china yuya me supo olvidar. Gualicho me lo hace falta pa
hacerla llorar. Tarareo... La chacarera... Gualicho me lo, hace falta
pa hacerla llorar.
Mañana cuando me vaya por el salitral Consuelos
tendrá que darme la chacarera. Guitarrita caspi sonko vámosnos los dos.
Adiós mi tierra shalaca, Telares, adiós...
Amalhaya china yuya me
supo olvidar. Gualicho me lo hace falta pa hacerla llorar. Tarareo...
La chacarera... Gualicho me lo hace falta pa hacerla llorar.
LA ENGAÑERA (A.
Yupanqui)
Corazón tu me engañaste o es que no te comprendí pensé
que no la quería y hoy veo que no es así
Tengo miedo muchas veces
tengo miedo de aflojar tengo miedo que me enseñes, corazón a
perdonar
Ayer la he visto con otro, alegre la vi pasar ganas
tuve de gritarle engañera pa’ande vas
LA FLECHA (A.
Yupanqui - Pablo del Cerro)
Llenen mi boca de arena si quieren
callar mi voz. De nada sirve la pena. La flecha vuela en el aire
para llenarse de sol. Han de romper mi guitarra para que no cante
yo, yo no me aflijo por eso. La flecha vuela a en el aire para
llenarse de sol.
Sin amor, rodeado, de olvido, solitario el
corazón, yo no he de bajar los brazos. La flecha vuela en el aire
para llenarse de sol.
Si me quitaran los ojos, lo mismo he de
verlo yo con los ojos de mi hermano, donde la flecha cayó después
de volar volando para llenarse de sol.
LA LLORONA
Zamba (J.L. Padula)
Yo quiero matar mi pena pero mi pena
no me abandona. Por eso canto esta zamba que han de llamar la llorona.
Sollozan junto a sus nidos las palomitas con sentimiento.
Igual que esas avecitas yo al aire doy mis lamentos.
Donde te
has ido, Paloma mía. ¿Adónde están las promesas que me juraste
aquel día?
La zamba que voy cantando va despertando las alegrías.
No saben que en ella canto las propias desdichas mías.
Por más
que ocultar yo quiero los mil pesares que me atormentan. llorando van
las guitarras y ellas por mi se lamentan.
Donde te has ido.
Quien te a llevado. Mi corazón día y noche Como el crespín te a
llamado.
("crespín": ave de la selva del norte argentino)
LA MANO DE MI RUMOR
(Guillermo Etchebehere - Atahualpa Yupanqui)
No puede ser que me
vaya del todo cuando [me muera, que no quede ni la espera detrás de la
voz que calla.
No puede ser que solo haya ciclos de sombra [y
olvido en este amor desmedido que se me hiergue [en el pecho, si
hasta en el trino deshecho se salva el duelo [del nido.
Pongo mi
infancia en canciones y siento que [se ilumina una siesta golondrina
toda duraznos pintones. Celebro las estaciones, lloro su fugacidad. Y
al anegar de piedad la mortaja de su, gloria, me crecen en la memoria
remansos de eternidad.
Cuando, no esté, cuando el leve sobresalto
[que me ordena se trueque en tiempo de arena conmemorado, [en la
nieve; cuando en mis venas abreve la liturgia de la flor,
tal vez
algún labrador cansado de madrugadas sienta en sus manos aradas la mano de
mi [rumor.
LA OLVIDADA
Yo encontré esta chacarera Penando en los arenales, Por un
criollo barranqueño Que no hay ver los jumiales.
Así cantaba un
paisano, Paisano salvinero, debajo de un algarrobo y en una tarde
de enero.
Ya me voy, ya me estoy yendo pa'l la'o de Chilca
Juliana. Ay, viditay, naide sabe Las que pasaré mañana.
Barrancas, tierra querida, Te dejo esta chacarera. Viditay,
ama Koncáichu* A quien se va campo afuera!
Mi negra se me ha ido
pa'l la'o de Chilca Juliana. Se ha lleva'o caballo, sulki, El
bombo y la damajuana.
Quisiera ser arbolito, Ni muy grande, ni muy
chico, Pa darle un poco de sombra A los cansaos del camino.
Ya
me voy, ya me estoy yendo, Asspa sumaj*, Salavina. Tal vez que yo
nunca vuelva A contemplar tus Salinas...
* Dialecto quechua.
LA POBRECITA
(A. Yupanqui)
Le llaman la Pobrecita porque esto zamba nació
en los campos. Con una guitarra mal encordada la cantan siempre los
tucumanos.
Allá en los cañaverales cuando lo noche viene llegando.
Por entre los surcos se ven de lejos los tucu-tucus de los cigarros.
Solsito del camino. Lunita de mis pagos. En la pobrecita zamba
del surco cantan sus penas los tucumanos...
Mi zamba no canta
dichas, solo pesares tiene el paisano. Con las hilachitas de una
esperanza forman sus sueños los tucumanos.
Conozco la triste pena
de las ausencias y del mal pago. En mi noche larga prenden sus fuegos
los tucu-tucus del desengaño.
Solsito, del camino. Lunita de
mis pagos. En la pobrecita zamba del surco, cantan sus penas los
tucumanos..
LE TENGO RABIA AL
SILENCIO
Le tengo rabia al silencio por todo lo que perdí. Que
no se quede callado Quien quiera vivir feliz.
Un día monté a
caballo, Y en la selva me metí, Y sentí que un gran silencio
Crecía dentro de mí.
Hay silencio en mi guitarra Cuando canto
el yaraví, Y lo mejor de mi canto Se queda dentro de mí.
Cuando el amor me hizo señas, Todo entero me encendí. Y á
fuerza de ser callado, Callado me consumí.
Le tengo rabia al
silencio Por todo lo que perdí, Que no se quede callado Quien
quiera vivir feliz.
LO MIRO AL VIENTO Y
ME RIO (A. Yupanqui - R. Risso)
Que son muy negras las penas,
dicen y dicen cantando. Pa mi que no ha de ser cierto, si fuera,
mejor negarlo.
Yo también sé de pesares, yo también sé de
quebrantes. Sé de las penas más negras pero de penas no canto.
También es negra la tierra Y verde salen los pastos. Mientras
la raíz padece Canta en sus flores el árbol.
Ocasiones me figuro
que soy de veras un árbol, lo miro al viento y me río, la raíz
crujiendo abajo.
Si me desmiento en lo vida, ¡acuéstenme de un
hachazo!
LOS DOS ABUELOS
Milonga (Atahualpa Yupanqui)
Me galopan en la sangre dos
abuelos, si señor. Uno lleno de silencios y el otro, medio cantor.
Hace tiempo, mucho tiempo que el indio ya se alejó, con su
lanza y su alarido, su tobiano y su tambor.
El gaucho salió a
buscarlo por esos campos de Dios. Se lo habrá traga'o la tierra,
porque tampoco volvió.
Volvió pero hecho leyenda hecho canto y
tradición. Para que el hombre argentino no pierda su condición.
Me galopan en la sangre dos abuelos, si señor. Uno lleno de
silencios, y el otro medio cantor.
LOS EJES DE MI
CARRETA Milonga (Atahualpa Yupanqui)
Porque no engraso los
ejes Me llaman abandona'o ... Si a mi me gusta que suenen, ¿Pa qué
los quiero engrasaos ?
E demasiado aburrido seguir y seguir la
huella, demasiado largo el camino sin nada que me entretenga.
No necesito silencio. Yo no tengo en qué pensar. Tenía, pero
hace tiempo, ahura ya no pienso mas.
Los ejes de mi carreta
nunca los voy a engrasar...
LOS HERMANOS
Milonga (A. Yupanqui- Pablo del Cerro)
Yo tengo tantos
hermanos que no los puedo contar. En el valle, la montaña, en la
pampa y en el mar.
Cada cual con sus trabajos, con sus sueños,
cada cual. Con la esperanza adelante, con los recuerdos detrás.
Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar.
Gente de
mano caliente por eso de la amistad, Con uno lloro, pa llorarlo,
con un rezo pa rezar. Con un horizonte abierto que siempre está
más allá. Y esa fuerza pa buscarlo con tesón y voluntad.
Cuando parece más cerca es cuando se aleja más. Yo tengo
tantos hermanos que no los puedo contar.
Y así seguimos andando
curtidos de soledad. Nos perdemos por el mundo, nos volvemos a
encontrar.
Y así nos reconocemos por el lejano mirar, por la
copla que mordemos, semilla de inmensidad.
Y así, seguimos andando
curtidos de soledad. Y en nosotros nuestros muertos pa que nadie
quede atrás.
Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar,
y una novia muy hermosa que se llama ¡Libertad!
MADRE DEL MONTE
Vidala (Atahualpa Yupanqui - Pablo del Cerro)
La copla y el
hombre tienen un secreto que guardar. Cuando cantan noche afuera,
por dentro llorando están.
Ay, Madre del Monte por dónde
andaré.
Si Dios no quiere escucharme callado me alejaré. Por
el camino del monte ni polvo levantaré.
Ay, Madre del Monte
por dónde andaré.
Como colgada en el aire mi copla se quedará,
Dejen que el sol la madure. Luz en el aire será.
Ay, Madre del
Monte por dónde andaré. Como una errante vidala por este mundo,
pasé. Cuando me tape el silencio ya ni vidala seré.
Ay, Madre
del Monte por dónde andaré.
ME ESTA SOBRANDO
GUITARRA (A.Yupanqui)
Como yo no soy cantor, me esta sobrando
guitarra para cantar como canto, con las bordonas me
basta.
Pobre corazón el mío herido por la distancia pa’ que no
miren su pena se tapa con la guitarra
Para entibiar mis recuerdos,
tengo un fogón en mi casa y mesmo sin darme cuenta se acortan mis
madrugadas, tengo un fogón en mi casa
No quiero apero de lujo,
ni quiero espuelas de plata es otra luz la que busco, otro brillo
me hace falta no quiero espuelas de plata
Seis cuerdas son muchas
cuerdas pa'l que sabe poco y nada para cantar como canto, me esta
sobrando guitarra para cantar como canto, con las bordonas me basta
ME GUSTABA ANDAR
Zamba (A. Yupanqui - J. Imperiale)
Cuando vuelva al rancho
De nochecita Desde la tranquera yo siento Tu vidalita.
Mi
chango travieso Me sale a esperar. Y entre mate y mate comienzo A
desensillar.
Buena leña seca Arde en el fogón. Yo también
enciendo los sueños De mi corazón.
Trajinando sendas Me
gustaba andar. Yo sé de lo lindo y lo fiero De la soledad.
Matrereando siempre Ay, no puede ser. Es mejor destino ser,
árbol Para florecer.
MILONGA DEL
SOLITARIO (Atahualpa Yupanqui)
Me gusta de vez en cuando
perderme en un bordoneo porque bordoneando veo que ni yo mesmo me
mando. Las cuerdas van ordenando las rumbas del pensamiento. Y en
el trotecito lento de una milonga pampera, va saliendo campo afuera
lo mejor del sentimiento.
Ninguno debe pensar que vengo en son
de revancha No es mi culpa si en la cancha tengo con que galopear.
El que me quiera ganar ha'i tener buen parejero. Yo me quitaré el
sombrero porque así me han enseña'o y me doy par bien paga'o
dentrando atrás del primero.
Siempre bajito he canta'o porque
gritando no me hallo. Grito al montar a caballo si en la caña me he
vendeao. Pero tratando un verseao ante de cuenten quebrantos,
apenas mi voz levanto para cantar despacito. Que el que se larga a
los gritos no escucha su propio canto,
Si la muerte traicionera
me acogota a su palenque háganme con dos rebenques la Cruz pa mi
cabecera. Si muero en mi madriguera mirando los horizontes no
quiero Cruces, ni aprontes, ni encargos para el Eterno. Tal vez
pasando el invierno me de sus flores el monte. Toda la noche he
cantado con el alma estremecida. Que el canto es la abierta herida
de un sentimiento sagrado. A naide, tengo a mi lado porque no
busco piedad. Desprecio la caridad por la vergüenza que encierra.
Soy como el león mi sierra: vivo y muero en soledad.
MI MALA
ESTRELLA (A. Yupanqui)
Pregunto todas las noches a la estrella
que te cuida si crecen flor de traiciones en el jardín de tu
vida
Ay, ay con mi mala estrella que juega con mi dolor parece
que dice si , parece que dice no
Yo nada quiero pedirte pero
sin querer te pido cuando quieras que me mate dame el puñal de tu
olvido
Ay, ay con mi valentía que poca cosa había sido yo no
tengo miedo a nada como le tengo a tu olvido
Anoche he tenido un
sueno que me ha dado que pensar soné que juntaba nieve cerquita de
tu rosal
Ay, ay que soy agorero, pensando en el sueno aquel no
vuelvas a juntar nieve que el rosal se va a perder sonar con rosas y
nieve desdichas suele traer
MI RANCHO (A.
Yupanqui)
Naide se ha de imaginar si pinto como lo veo Es un
nidito e torcazas entre dos talas y un ceibo
Esta en rama muy
bajita parece que toca el suelo Lo hicieron sin precauciones, se
puede ver desde lejos
Al amanecer el macho sale a buscar
alimentos La hembrita siempre se queda hacienda algunos
arreglos
Piden algo los pichones, les dan y se quedan quietos Se
duermen arrimaditos, la madre canta al la’o de ellos
Cuando llega
la oración se siente un canto de lejos Viene el macho de un volido
trayendo en el pico un beso
Se dicen cualquier cosa de mientras
va oscureciendo Después la noche les hace su caricia de
silencio
Otro amanecer despunta y el canto se oye de Nuevo Sale
el macho de un volido llevando en el pico un beso
Ansina mesmo es
mi rancho Ansina mesmo lo veo
MI TIERRA TE ESTAN
CAMBIANDO (A. Yupanqui)
Mi tierra te están cambiando o te han
disfrasa’o que es pior amalaya que se ruempa pa’ siempre mi
corazón
La zamba ya no es la zamba del provinciano cantor que se
han hecho los estilos del paisano trovador
Donde están las
vidalitas que en antes escuchaba yo igual que en aquellos tiempos
de cuando fui charamón
Mi tierra te están cambiando, o te han
disfrasa’o que es pior amalaya que se ruempa pa’ siempre mi
corazón
Cruz del sur márcame un rumbo donde esconder mi dolor
dame un árbol solitario de la pampa en un rincón
Dame un campo
florecido con macachines en flor ande galopen potriadas como
ensayando un malón
Ande mire reflejarse la luna en el
cañadón ande naide me pregunte de’ande vengo y p’ande voy
Igual
que en aquellos tiempos de cuando fui charamón mi tierra te están
cambiando o te han disfrasa’o que es pior
Amalaya que se ruempa
pa’ siempre mi corazón
NADA MAS
(Homenaje a Ernesto Guevara) (Atahualpa Yupanqui)
Teniendo
rancho y caballo es mas liviano la pena. De todo aquello que tuve
solo el recuerdo me queda. Nada más.
No tengo cuentas con
Dios. Mis cuentas son con los hombres. Yo rezo en el llano abierto
y me hago león en el monte. Nada más.
Me gusta mirarlo al
hombre Plantado sobre la tierra Como una piedra en la cumbre Como
un faro en la ribera Nada más.
Alguna gente se muere Para
volver a nacer. Y el que tenga alguna duda Que se lo pregunte al Che.
Nada más.
NIEVE, VIENTO Y SOL
Canción (Antonio Molino - Coria Peñazola)
Desde mis montañas
nieve, viento y sol, he bajado al valle pa verte, mi amor.
He bajado al valle con una canción, llena de perfumes,
nieve, viento y sol.
Traje la esperanza. Traje la emoción.
Y solo desdenes me llevo de vos.
Vuelvo a la montaña a
pedirle a Dios pa estas penas mías nieve, viento y sol.
Nieve
pa las penas. Viento pa'l dolor. Y sol pa las sombras de mi
corazón.
A llorar a solas y a pedirle a Dios pa estas penas
mías, nieve, viento y sol.
¡NUNCA JAMAS!
Canción andina (Atahualpa Yupanqui - Pablo del Cerro)
De loma
en loma has de ir y mi rastro buscarás. Lo huella de las vicuñas,
eso sólo encontrarás. Pero a mí, nunca jamás.
Hasta mi choza
has de ir. Purita piedra nomás. El viento zumba que zumba, Eso
sólo encontrarás. Pero a mí, nunca jamás
Al antigal has de ir
y mi tumba buscarás, Silencio de la alta sierra, eso sólo
encontrarás. Pero a mí, nunca jamás
POBRECITO SOY
Canción (Atahualpa Yupanqui)
¡Pobrecito soy ¡ Yo nunca lo
digo. Tal vez que por eso pobrecito soy.
Tengo un cerquito de
papas y otrito de zapallal; el uno cerca del abra, el otro junto
al corral.
Y a veces se logran, y a veces se pierden. ¿Y coma
será? ¡ Ay ! ¡mis cosechitas! ¿Y cómo será ? ¡Pobrecito soy ¡
¿Y cómo será ?
¡Pobrecito soy! Yo nunca lo digo. Tal vez
que par eso pobrecito soy.
Van floreciendo mis sueños a la par
de mis tristezas, También precisa cuidados el alma como la tierra.
Y a veces se logran...
POEMA PARA UN BELLO
NOMBRE (Atahualpa Yupanqui)
Que bello nombre es tu nombre
Uruguay.
Sonoro como una fruta salvaje de áspera piel,
apretada de jugos, sol y carne, con sangre azucarada. Voz de paisajes,
de escondidos ríos.
Voz para que la digan los hombres en la noche,
como una consigna, una sola divisa desplegada. Uruguay.
Qué
poco sé de ti. Solo algo de tu historia, bordeando la leyenda. Hombres
que cabalgaban. La furia del galope en las cuchillas. Blancas golillas
como un vuelo de gaviotas. Y golillas bermejas aleteando en la aurora.
Y bajo los caballos Donde las sombras pintas victorias y derrotas,
tu parche de gramillas. Tu silencio de piedra. Tu soledad de junco,
tus nidos olvidados. Gurises en los ranchos, y mujeres morenas,
blancas, pardas, esperando un retorno en el ocaso. Esperando.
Esperando...
Qué bello nombre el tuyo, Uruguay. Nombre para la
fruta jugosa de lo Patria. Alto nombre apretado de fuerza y de pureza
Como la luz y el aire que posa entre los árboles.
Te han de cantar
un día todos los marineros desde los barracones de tus puertos. Y los
esquiladores en un mar de balidos. Y el estudiante - lámpara que sueña
Y e camionero que cruza tus caminos. Y lo niña que junta cuadernos y
suspiros. Todos, una mañana te han de nombrar con voces endulzadas por
tu frutas madura. ¡Uruguay!
PREGUNTITAS SOBRE
DIOS Canción (A. Yupanqui)
Un día yo pregunté: Abuelo,
dónde está Dios. Mi abuelo se puso triste, y nada me respondió.
Mi abuelo murió en los campos, sin rezo ni confesión. Y lo
enterraron los indios, flauta de caña y tambor.
Al tiempo yo
pregunté: ¿Padre,
qué sabes de Dios? Mi padre se puso serio y nada me respondió. Mi
padre murió en la mina sin doctor ni protección. ¡Color de sangre
minera tiene el oro del patrón!
Mi hermano vive en los
montes y no conoce una flor. Sudor, malaria, serpientes, la vida
del leñador.
Y que nadie le pregunte si sabe donde está Dios.
Por su casa no ha pasado tan importante señor.
Yo canto par
los caminos, y cuando estoy en prisión oigo las voces del pueblo
que canto mejor que yo.
Hay un asunto en la tierra más
importante que Dios.
Y es que nadie escupa sangre pa que otro viva
mejor.
¿Que Dios vela por los pobres? Talvez sí, y talvez no.
Pero es seguro que almuerza en la mesa del patrón.
PUNAY
Canción india (Atahualpa Yupanqui)
¡Punay! ¡Punay !
¡Devuélveme, devuélveme, mi pastorcita perdida!
Pastorcita de
la Puna, te extraviaste en noche mala, mi voz te busca en el viento
y en la Puna te reclama.
Punay! ... Punay! ...
Aunque
tengo en esto vida, que viento y tierra tragar, pastorcita de la Puna,
ti de encontrar.
¡Punay! ¡Punay! ...
RECUERDOS DE EL
PORTEZUELO (Atahualpa Yupanqui)
En esas mañanitas de la Quebrada
yo bajaba las cuestas como si nada. Y en un marchar parejo de no
cansarse, me iba pidiendo riendas mi mula parda.
Al pasar por el
rancho de el Portezuelo, salían a mirarme sus ojos negros. Nunca le
dije nada, pero, que lindo... Y de feliz le daba mi copla al viento.
Parezco mucho y soy poco esperemos y esperemos. Pa cuando
salga de pebre, vitiday conversaremos.
Los vientos y los años me
arrearon lejos. Lo que ayer fue esperanza, hoy es recuerdo. Me gusta
arrinconarme de vez en cuando a pensar en la meza de el Portezuelo.
¿Que miraran sus ojos en estas tiempos? mi corazón paisano quedo
con ellos. Nunca le dije nada, pera que lindo... Solo tengo la copla
pa mi consuelo.
Parezco mucho y soy poco esperemos y esperemos.
Pa cuando salga de pebre, vitiday conversaremos.
¿Donde andará
la meza de el Partezuelo? ¿están tristes o alegres sus Ojos negros?
Nunca le dije nada, pera que lindo... Siento un dulzor amargo cuando
me acuerdo...
SALMO A LA GUITARRA
(A. Yupanqui - J.M. Requena)
A la guitarra grave y honda y
quejumbrosa estremecida y soledosa, desvelada quiero referirme. (bis)
A la que perece una abuela que agonizara en cánticos. No hablo de
esa guitarra que algunos guitarristas usan come queridas del oído
de un turista cualquiera. (bis) Hablo de la otra guitarra que
a1gunos guitarristas usan para ponerse a recordar sus muertos a
encontrarse a sí mismos, nada menos... (bis)
A la guitarra seria y
honda y quejumbrosa, estremecida y soledosa, desvelada, quiero
referirme. (bis) A la que tiene sangre en la garganta y le traduce al
hombre los gritos esos que le duelen dentro (bis) y que son como
planetas del sistema solar de la memoria. (bis)
A la guitarra
grave y honda y quejumbrosa quiero referirme, nada menos, nada
menos..
SOY LIBRE
Unos ojos estoy viendo, Por esos ojos me muero. Soy libre ¡Soy
bueno! Y puedo querer. Me han dicho que tiene dueño, Y así, con
dueño, los quiero. Soy libre! Soy bueno! Y puedo querer.
Quisiera cruzar el río Sin me sienta la arena. Soy libre ¡Soy
bueno! Y puedo querer. Al Diablo ponerle grillos, Y al amor unas
cadenas. Soy libre ¡Soy bueno! Y puedo querer.
TESTIMONIO FINAL
(J.E. Seri - A. Yupanqui)
Celebro mi destino de sentir como
siento, de vivir como vivo, de morir como muero.
Y porque lo
celebro y soy al fin la nada de la sombra de un verso, os digo:
¡muchas gracias!
Mil gracias, si señor de la vida y la muerte,
por ser apenas esto, brizna efímera y leve.
Y el de pasar mis
días finales en el mundo, con las manos vacías y el corazón
profundo.
TRABAJO, QUIERO
TRABAJO Canción
Cruzando los salitrales uno se muere de sed.
Aquello es puro desierto Y allí no hay nada que hacer. Trabajo,
quiero trabajo Porque esto no puede ser Un día veré al desierto
Convertido en un vergel.
El río es puro paisaje, Lejos sus
aguas se van, Pero mis campos se queman Sin acequias ni canal.
Trabajo, quiero trabajo, Porque esto no puede ser, Un día veré a
mi campo Convertido en un vergel.
Las entrañas de la tierra Va
el minero á revolver. Saca tesoros ajenos Y muere de hambre después.
Trabajo, quiero trabajo Porque esto no puede ser. No quiero
que nadie pase Las penas que yo pasé.
Despacito, paisanito,
Despacito y tenga fe, Que en la noche del minero Ya comienza á
amanecer.
Trabajo, quiero trabajo, Porque esto no puede ser.
TUM-TUM MAÑANITA
Canción (José R. Luna - Atahualpa Yupanqui)
A la mañanita se
levanta el sol. Y yo, trabajando pa'l chango y pa vos. Todas las
mañanas al campo me voy. Golpeando la caja de mi corazón.
Tum tum
mañanita del trabajador. Tum tum en la tierra pa'l chango y pa vos.
Tum tum en las surcas con el azadón. Tum tum en la caja de mi corazón.
El sol es mas bueno, la vida es mejor. Y hasta el viento pasa como
una canción. Me doblo en las surcos, y cada terrón es un pan que gano,
pa'l chango y pa vos.
Tum tum mañanita del trabajador. Tum tum en
la tierra pa'l chango y pa vos. Tum tum en los surcos con el azadón.
Tum tum en la caja de mi corazón.
Dobla'o en los surcos ya se
muere el sol. Y yo, trabajando pa'l chango y pa vos.
VENGO A BUSCAR MI
CABALLO (A.Yupanqui)
Vengo a buscar mi caballo para adornarme
con el Mañana saldré a los campos, quien sabe si volveré
Quiero
rastrear un recuerdo pa’l sur, pa’l norte, no se que duro tiempo he
vivido que larga noche pase
Si busco rumbo en la tierra seguro
me perderé con la luz que llevo adentro Serra otra cosa tal
vez
Antes que despunte el alba despacio me alejare adiós mi
viejo algarrobo, quien sabe si volveré
Pucha que es largo el
camino, no sirvo pa’andar de a pie por eso ensillo caballo, para
adornarme con el
Voy a rastrear un recuerdo, pa’l sur , pa’l norte,
no se
VIDALA DE LA NIÑA
SOLA (A. Yupanqui)
Tuve un amor en los campos, dulce novia del
ayer ay niña yo no sabia, que nunca mas te iba a ver
La niña
triste decía, te esperaré como un árbol en la tarde, te
esperaré como el labriego a la lluvia, te esperaré arrebozada en mis
sueños, te esperaré, te esperaré
Ay niña yo no sabia que nunca
mas te iba a ver que nunca mas te iba a ver te esperaré, te esperaré
VIDALA DEL SILENCIO
(A. Yupanqui)
Cierta vez en la mañana de un país de montañas
azules, miraba yo esas nubes pequeñas, que suelen quedar como
prendidas de las piedras en la mitad del cerro. El aire, ausente. Mas
arriba, un cielo azul, abajo, la tierra dura, y cálida.
Alguien me
dijo unas raras palabras refiriéndose a esas nubecitas blancas, quizá
lejanas ya, que embellecían el paisaje... Eso, que usted está mirando,
no son nubes, amigo.
Yo creo que son vidalas olvidadas, esperando que
alguien comprenda su silencio, entienda su palabra, intuya su canción.
Poco tiempo después de ese momento que no se puede traducir
cabalmente, porque está más allá de nuestro entendimiento, nació la vidala
del silencio.
VIDALA DEL YANARCA
(A. Yupanqui)
¿Pa qué me han dado corazón? ¿Pa qué me han
hecho sentir? ¡Ay! Vidalita, me ausento de aquí...
¡Tan larga es
la madrugada! ¡Nunca amanece pa mí ¡Ay! Vidalita, me ausento de aquí
...
Se me entreveran las penas cuando me largo a cantar. ¡Ay!
Vidalita, me ausento de aquí ...
Como el yanarca en la noche ya me
he olvidado de volar. ¡Ay ! Vidalita, me ausento de aquí ...
¿Pa
qué me han dado corazón ? ¿Pa qué me han hecho sentir ? ¡Ay! Vidalita,
me ausento de aquí.. .
VIENE CLAREANDO
Zamba (Atahualpa Yupanqui - Segundo Aredes)
Vidita, ya me voy
de los pagos del Tucumán. En la Aconquija viene clareando, vidita,
nunca te he de olvidar.
Vidita, triste está suspirando mi
corazón. Y con el pañuelo, te voy diciendo, vidita, paloma,
adiós... adiós...
Vidita, ya me voy y se me hace que no hei
volver. Malaya mi suerte tanto quererte vidita, y tenerte que
perder.
Malaya mi suerte tanto quererte. Viene clareando mi
padecer.
Al clarear yo me iré a mis pagos de Chasquivil. Y
hasta las espuelas te irán diciendo, vidita, no te olvides de mí.
Zamba sí, penas no, eso quiere mi corazón. Pero hasta la zamba
se vuelve triste, vidita cuando se dice adiós...
YO QUIERO UN
CABALLO NEGRO (A. Yupanqui - Pablo del Cerro)
Yo quiero un caballo
negro, y unas espuelas de plata, para alcanzar a la vida que se me
escapa que se me escapa...
Yo quiero un lazo trenzado, mezcla
de toro y guanaco, para enlazar a esos sueños que se fugaron que
se fugaron...
Yo quiero, un poncho que tenga el color de los
caminos para envolverme en la noche de mi destino de mi destino...
Caballo... espuelas. y lazo, ¡pienso que no han de servir! Ya
ni el poncho me hace falta. Voy a dormir... Voy a dormir...
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