JUEGAS
Juegas
todos los días con la luz del universo.
Sutil
visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más
que esta blanca cabecita que aprieto
como un
racimo entre mis manos cada día.
A nadie
te pareces desde que yo te amo.
Déjame
tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién
escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah
déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
De
pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo
es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí
vienen a dar todos los vientos, todos.
Se
desviste la lluvia.
Pasan
huyendo los pájaros.
El
viento. El viento.
Yo sólo
puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El
temporal arremolina hojas oscuras
y suelta
todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás
aquí. Ah tú no huyes.
Tú me
responderás hasta el último grito.
Ovíllate
a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin
embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora,
ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes
hasta los senos perfumados.
Mientras
el viento triste galopa matando mariposas
yo te
amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuanto
te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi
alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos
visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre
nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
Mis
palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé
desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te
creo dueña del universo.
Te
traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero
hacer contigo
lo que
la primavera hace con los cerezos.
Pablo
Neruda
PyGmAlIoN
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