Lema: "Si quieres pescar a la
juventud, pon tu corazón en el anzuelo" Gerald Scmith
El rol del docente en los
nuevos tiempos
Imagino a un maestro de los de antaño,
con su puntero en mano “impartiendo orden y obediencia”, tratando de cimentar en
la mente de sus alumnos conceptos, reglas y demás. Ese sistema, que pocos
resultados ha dado, ahora lo modifico con un único y simple detalle: en lugar de
un puntero rústico, duro, frío y autoritario, lo transformo en un haz de luz que
sale del corazón del docente y se dirige hacia el corazón de los alumnos. Allí
toda la historia cambia, incluso la función del
maestro.-
Ya no es momento para llenar mentes vírgenes
con conceptos, reglas y demás, sino que estamos en la hora de dejar que esas
mismas mentes busquen por sí mismas los conocimientos que ya traen desde el
inicio de su existencia, ya que no debemos olvidar que los niños y jóvenes que
hoy tenemos la dicha de contar como alumnos, son seres de luz, con una
conciencia despierta, ansiosa por sacar a fuera todo lo que traen
consigo.-
Los tiempos han cambiado, los alumnos han
cambiado, y por ende el docente también debe hacerlo. Ya no sirven viejas
recetas, en donde el maestro o docente es amo y señor en el aula sometiendo a
sus alumnos por medio del miedo y
el terror, o lo que es lo mismo, por medio de la
soberbia.-
El docente actual debe ser un ser dispuesto a
servir a sus alumnos, para cumplir el verdadero significado de su labor:
“educire”, o sea, sacar a la luz los conocimientos ocultos o dormidos en
la mente del alumno. Conocimientos que sólo necesitan saber ser disparados para
que comiencen a manifestarse por sí solos.-
Pero para poder llevar a cabo una acción como
ésta, es necesario que el docente abandone por completo el estado de soberbia
que hasta ahora muchos vienen manifestando, y convertirse en un “humilde”
formador de conciencias; dejando de lado todos sus prejuicios, resentimientos y
pesares; que aprenda a autoconocerse, para poder ayudar a sus alumnos a
conocerse a sí mismos en todo el esplendor de su verdadero ser. Y la
herramienta fundamental con la cual se consigue modificar dicho estado, es la
respiración consciente, que nos permite reconocer, en primer lugar, la divinidad
que llevamos dentro, y luego reconocer esa misma divinidad en cada uno de
nuestros alumnos. Todos y cada uno de nosotros llevamos dentro una porción de
chispa divina o “Alma”. A ella accedemos al contactarnos con la Energía Creadora
o Ser Superior, utilizando la respiración consciente. De este modo
se logra un ambiente de armonía y resonancia por medio del cual el conocimiento
aflora por sí mismo.-
Una vez logrado este cometido, haría falta
agregar el último ingrediente para la nueva receta. El Amor. El docente
que no es capaz de manifestar amor hacia sus alumnos, tampoco logrará sus
objetivos, ya que la única manera de educar es a través del
AMOR.-
Amor y Respeto Mutuo, las dos claves para
el docente de los nuevos tiempos.-
Imagino a un docente rodeado por sus alumnos,
no en una sala de cuatro paredes frías, sino más bien sentados al aire libre, al
amparo de la sombra frondosa de un bello árbol, compartiendo una merienda en
armonía; charlando sobre el verdadero significado de la vida, sobre una vida en
Paz y plena, donde la “integración” es la clave fundamental; escuchando y siendo
escuchado, donde todos sean valorados por igual (docente y alumnos);
manifestando entre todos los principios de la solidaridad para sentar las bases
de una nueva humanidad.-
“Si a la vida le quitáramos la dulce
melodía de la aceptación, entonces dejaríamos de oír la eterna sinfonía de la
creación”.-
Mi relato
personal:
Desde hace poco más de dos años y medio que me
dedico a la docencia. Mi ingreso fue causal, justo en un momento en el cual me
encontraba sin empleo y mi única alternativa disponible fue la
docencia.-
Ingresé por suerte en una escuela catalogada
“urbano marginal”, en el nivel polimodal, justo en tercer año (el último del
nivel medio). Los alumnos que concurren al establecimiento son de escasos recursos, algunos ligados a grupos
delictivos; sus padres no se preocupan mucho por su educación por diversos
motivos (apatía, falta de tiempo o ausencia de los mismos). Son jóvenes de entre
17 y 20 años, algunos repetidores, etc.-
Al principio no sabía bien cómo abordarlos y
mucho menos cómo hacerlos interesar por la materia. La falta de conducta es la
premisa de todos los grupos que hasta el momento he tenido. Pero gracias a Dios,
ellos mismos me han ido enseñando a darles clases. No necesitan conceptos, no
necesitan nuevos conocimientos, sólo necesitan
AMOR.-
Tal cual la canción de John Lennon, lo único
que todos necesitamos es Amor. Y ha sido que en base al amor, he podido culminar
con satisfacción cada año.-
Los cursos que he tenido han sido muy
numerosos; no menos de 32 alumnos, de los cuales sólo el 25% se ha llevado la
materia a recuperar en diciembre. De ese 25% (8 alumnos), sólo un alumno ha
terminado llevándose la materia a marzo, por no presentarse en la etapa
complementaria.-
Los alumnos no necesitan a un sargento delante
de ellos, vanagloriándose durante dos o tres horas semanales y haciéndolos
sentir inferiores por no tener, supuestamente, su mismo nivel
sociocultural.-
Lo que sí necesitan es una persona que no le
tema al ridículo y que les enseñe que el ridículo es bueno y también necesario
en algunas circunstancias; que los haga reír y que los haga sentir parte de la clase y no un mártir
de la misma. Así he descubierto
que el sentido del humor es fundamental y esencial para poder llegar a ellos y
sintonizarnos en la misma frecuencia, además de emplear la respiración
consciente para armonizarme lo más posible antes de iniciar cada clase, para que
en ella se manifieste lo mejor de todos, tanto de ellos como de mí y para que en
esa clase aflore lo que cada uno
necesita expresamente.-
Tampoco necesitan un docente “todopoderoso” que
todo lo sabe y todo lo ve, sino que necesitan saber que el docente, quien está
parado al frente, es un ser exactamente igual a ellos, con cualidades y
debilidades como cualquier otro ser humano, como uno más de ellos, y que a
menudo, también está temeroso.-
El dirigirme hacia mis
alumnos con amor y respeto, matizando las clases con un sutil sentido del humor
y mostrarme tal cual soy en realidad, amparándome en la protección de la Luz Divina, es
lo que me ha llevado a conseguir el objetivo de cada año, el que se resume de la
siguiente manera: FORMAR INDIVIDUOS CONSCIENTES, LIBRES Y RESPETUOSOS,
CAPACES DE MANIFESTAR SOLIDARIDAD HACIA SÍ MISMOS Y HACIA LOS DEMÁS, PARA PODER
LLEVAR A CABO LA LABOR DE INTEGRACIÓN, DESDE SU FAMILIA Y HACIA TODO LA
SOCIEDAD.-
Prof. Silvana Cecilia
Crisafulli
Comercio Internacional y
Regional
Escuela N 4-150 – Godoy Cruz -
Mza
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