Había una vez cuatro individuos, TODO EL MUNDO,
ALGUIEN, NADIE y CUALQUIERA.
Había un trabajo importante para hacer, TODO EL
MUNDO tenía que hacerlo, pero no se preocupaba porque estaba seguro de que
ALGUIEN lo haría.
En realidad CUALQUIERA podía haberlo hecho pero
finalmente NADIE lo hizo.
Cuando NADIE lo hizo, ALGUIEN se puso nervioso
porque TODO EL MUNDO tenía el deber de hacerlo.
Al final de cuentas, TODO EL MUNDO le hechó la
culpa a ALGUIEN cuando NADIE hizo lo que CUALQUIERA podría haber
hecho.
-o-
¡Cuántas veces en la vida, tenemos la oportunidad
de cambiar algo para finalmente cambiar nuestras vidas y aún así... continuamos
en la senda de la queja!
Muchas veces sabemos que hay algo que no funciona
bien, sabemos de los amargos momentos que tenemos que pasar por continuar con
situaciones que nos desgastan, nos deprimen y nos consumen, sin embargo
continuamos bajo el velo de la ilusión de que todo puede cambiar. Pasan los
días, pasan los meses, pasan los años, y nada cambia. Entonces, nos encontramos
con menos fuerza, con menos ganas de hacer los cambios que podríamos haber hecho
en otro momento cuando las cosas podrían haberse cortado por lo más sano.
¿Qué esperas para decirle "basta" a ese hombre o a
esa mujer que no te quiere?
¿Qué esperas para decidirte a encontrar una nueva
tarea y dejar aquella que no te rinde?
¿Qué esperas para empezar a ser felíz después de
tanto desengaño?
¿Que alguien haga lo que cualquiera podría haber
hecho?
Y si ese "alguien" ¿pudieras ser
tú?
¿Por qué no empezar a darte el valor que te mereces
si todo el mundo lo tiene a pesar de que crees que nadie te lo
otorga?
© Miguel Angel
Arce |