Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen
ir,
cuando ofrezca tu camino sólo cuestas que
subir,
cuando tengas poco haber, pero mucho que
pagar,
y precises sonreír aun teniendo que
llorar,
cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya
sufrir,
descansar acaso debes, ¡pero nunca
desistir!
La vida es curiosa con sus viros y
virajes,
como a veces se comprende con un solo
aprendizaje,
y a menudo un fracaso pudiera haberse
evitado
y también ganado si se hubiera
insistido;
no desistas, aunque el paso parezca
lento,
quizás logres el triunfo con un solo
intento.
Con frecuencia la meta no está tan
distante
para ese hombre débil y
titubeante,
con frecuencia el luchador se
da
cuando el premio del vencedor pudo
capturar,
y se entera demasiado tarde, cuando la noche
llega
qué tan cerca estaba del premio que
anhelaba.
Tras las sombras de la duda ya plateadas, ya
sombrías,
puede bien surgir el triunfo no el fracaso que
temías,
y no es dable a tu ignorancia figurarse cuán
cercano,
pueda estar el bien que anhelas y que juzgas
tan lejano.
Lucha, pues por más que tengas en la brega que
sufrir,
cuando todo esté peor, más debemos
insistir