30 de enero de 2007
Ya he recibido dos emails invitándome a que el 1 de Febrero apague todo
durante cinco minutos. Desde las 19.55 hasta las 20.00 horas. Debe ser hora
peninsular, a juzgar por el origen de los emails.
La iniciativa ha tenido su origen en París, por parte de un grupo de
ecologistas franceses que se han organizado en un colectivo llamado L,alliance.
No es para ahorrar energía ni para que salga más barato el recibo de la luz a
final de mes. Su finalidad es una propuesta de apagón contra el cambio
climático.
Se quiere llamar la atención de los ciudadanos y de los medios de
comunicación y, sobre todo, de los que deciden sobre el desperdicio de energía
para que consideremos la urgencia de pasar a la acción.
Y se hace el 1 de febrero porque esa es también la fecha en la que un grupo
de expertos intergubernamentales presentará en París un nuevo informe de las
Naciones Unidas sobre la evolución del clima.
¿Qué se pretende? Llamar la atención de los políticos, como siempre. Intentar
torcer los proyectos sobre la urgencia de la situación climática mundial. Lo que
no sabemos es si dichos políticos, los que tienen velas en el asunto –y nunca
mejor dicho-, van a ver con las luces apagadas.
La verdad es que los tiempos están cambiando. Y nosotros también lo
notamos en este “paraíso de las Afortunadas”. El tema está en la calle. Aquí no
habían llegado huracanes ni tempestades como cuando el Delta. El verano cada vez
es más largo. La primavera no se nota. El invierno está llegando muy tarde. Algo
tendrá que ver con lo del cambio climático. Al menos eso nos dicen los que saben
del tema.
La convocatoria está ahí, recorriendo buzones de entrada y blogs de
todo el mundo. Al fin de cuentas, no cuesta nada: apagarlo todo cinco minutos el
uno de febrero. Lo que no sé es si aparte de la luz que nos ilumina habrá que
apagar también televisiones, ordenadores, neveras, etc… Lo que sí sabemos todos
es que la decisión de unos pocos en no poner en marcha acuerdos internacionales
sobre estos temas está acelerando cada vez mas el dichoso cambio climático. Y
eso nos está perjudicando a todos