Uno de los
hijos de un ministro de educación va a examinarse.
Cuando vuelve
a su casa su padre le pregunta cómo le ha ido.
-¡Muy bien,
papá¡ - responde el chaval- Saqué sobresaliente en todas.
- ¡Estupendo¡
¿Y qué te preguntaron?
-Me
preguntaron si era hijo tuyo
..........
Sobresaliente por ser
hijo del ministro. ¡Qué será ser hijo de Dios!
Esa filiación es el
fundamento, la base, de mi confianza a la hora del "examen final".
¿Méritos por mi parte?
Muy escasos.
Mis méritos son ser
hijo de Dios...
-Agustín
Filgueiras-

TEXTO ELEGIDO POR
ARMANDO QUINTANA
MONTAJE: CAIA
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