¡OH HERMOSURA DEL
CREADOR!
Tú iluminas con tu
esplendór la naturaleza entera y todo lo que
víve.
¡Oh Hermosura que yo
descubro por doquier... y sobre todo en el alma
de los justos!
No es solamente la
hermosura de las formas, lo que origina tu
esplendór...
Es tu hermosura lo que
admirámos en el niño, en su candór, en su
inocencia...
Es Tu hermosura lo que admirámos en el
anciano... en sus cabellos blancos y sobre su
frente, Tu Sabiduría y tu Paz.
Es tu hermosura lo que
admirámos en el alma dolorosa el enfermo , que
ofréce humildemente sus sufrimientos por sus
semejantes.
Es tu hermosura la que
admiramos en la humildad y la dulzura de tus
hijitos...
¡Oh Dios mío... tan
bueno... tan hermoso... tan
manso...
¡Que condescendencia es la
tuya de escuchar con tanta ternura, los pobres
balbucéos de mi amor por Tí.
Y las palabras que quisiera
decírte y no las encuentro.
(Del diario de
Margarita)
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