Piensa menos en
ti y más en los otros. Al medir lo
que vivimos con lo que otros viven, nos obligamos a visiones más amplias: a
pensar mejor, a ser más equilibrados y posiblemente a imitarlos.
Escuchar y
recibir el mensaje de verdad y de vida que hay en cada hombre, es una
experiencia única.
Nos lleva a vivir
intensamente, evidencia nuestras debilidades, todo nos lo hace sentir como don
de Dios.
Rescata el
sentido del tiempo como servicio, de las actitudes como sellos de la verdad, del
trabajo como la creación que vuelve a su
Señor.
Señor..., todo
hombre gasta su vida buscándote.
Los caminos que recorre no le importan. Lo que le importa es llegar a donde tú
te encuentras.
Recibido de Graciela Baquerizo
aporte de Felipe de Urca