Las mujeres toman las
riendas
Armando
Quintana
08.03.07
Al menos en el mundo menos desarrollado, hace
tiempo ya que es normal que sean las mujeres quienes tomen las riendas del
crecimiento social, económico y laboral.
A ellas van destinadas pr¡cticamente casi
todas las partidas de colaboración europea en temas de desarrollo y
codesarrollo. Son ellas las que han de sacar a sus familias y a sus pueblos
hacia delante. Hace unos quince años la Fundación CEAR inició uno de sus
primeros proyectos en Mozambique. Flores con futuro, se llamaba. Su objetivo la
creación de pequeños cultivos de flores en los huertos de las casas familiares
para la posterior constitución de una cooperativa de mujeres con exportación de
flores incluída. Eran las mujeres desde entonces las que llevaban la batuta. Los
hombres estaban en la guerra. Otros buscando trabajo m¡s all¡ de las fronteras
de su país.
Ahí tenemos cercano el testimonio de la
madre senegalesa recientemente de visita en España y que se lanzó a aglutinar en
una empresa común a todas las mujeres, cuyos hijos embarcan en cayucos hacia
destinos desconocidos o hacia la vuelta a su propio origen, dado que pocos son
los que ahora mismo pueden labrarse un futuro aquí.
Y hace pocos días tuvo lugar en Mali, uno de
los países m¡s pobres de Africa, el Foro Mundial por la Soberanía Alimentaria
para debatir sobre la agricultura y la alimentación y diseñar estrategias
concretas para el futuro. La mayor parte de los participantes han sido mujeres.
“Somos las encargadas de asegurar el agua, la comida, el fuego en la casa, una
serie de trabajos invisibles que el capitalismo aun hace m¡s difícil llevar a
cabo”.
Por eso, dicho foro ha tenido nombre de
mujer. Nyéleni es el nombre con el que se ha bautizado. Según la leyenda de Mali
era una gran agricultora que luchó para afirmarse como mujer en un entorno que
no le era favorable. Cuentan que Nyéleni era hija única, lo cual se interpretaba
como una maldición, y a pesar de ello superó a todos los vecinos de su pueblo y
de los alrededores en el terreno de la agricultura.
Los debates han sido intensos. Pensemos que
siendo la mujer, como hemos venido comentado, la protagonista de la acción
económica y social en Africa, todavía hay países cuyas leyes hacen difícil el
acceso de la mujer a la propiedad de la tierra.
Ha sido una ocasión para entender muchas
cosas tales como, entre otras, el uso de los alimentos locales, la agricultura
sostenible en contra de los alimentos modificados genéticamente por las
multinacionales, la soberanía que siguen reclamando los pueblos indígenas sobre
la tierra y el agua y su postura contraria a la privatización.
Al mismo tiempo, en Liberia, Kenia,
Mozambique y otros países son las mujeres las que comienzan a copar puestos de
poder en el mundo político. Una nueva esperanza de revolución interna est¡
surgiendo que pueda unir mucho m¡s la separación actual entre poder y
pueblo.
Mientras, aquí nos seguimos preguntando qué
aporte tiene para la mujer trabajar en el hogar cuando no puede salir fuera,
bien por las exigencias familiares de atención a los hijos bien porque no
encuentra el lugar adecuado que le posibilite conciliar vida laboral y familiar.
Y los avances han llegado al hecho de legislar cu¡ntas mujeres han de ir en una
plancha electoral.
Y adem¡s, de todas estas cosas estamos
hablando en el día que se celebra a la mujer trabajadora. Un día que se proclamó
en 1910 en la Conferencia Socialista Internacional de Mujeres en un edificio de
Copenhague que, al parecer, y paradójicamente, ha sido vendido recientemente por
el ayuntamiento danés a una iglesia/secta conservadora. Todo un símbolo del
feminismo que, me parece, podía haber sido utilizado de otra manera
-- Publicado por A.Quintana para Bajo
mi lenguaje el 3/08/2007 03:37:00 AM |